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Sección 17. Liderar un diálogo comunitario sobre cómo crear una comunidad saludable

  • ¿Qué es un “diálogo” y por qué su comunidad debiera dirigirlo?

  • ¿Dónde efectuar un diálogo?

  • ¿Quién puede participar o ser anfitrión del diálogo?

  • ¿Qué hace a las personas y a la comunidad saludables?

  • ¿Cómo ser anfitrión de un diálogo?

  • ¿Cómo hacer que el diálogo tenga importancia?

Cultivar una comunidad saludable es un proceso de toda la vida, el cual requiere cuidados y persistencia. Todos desempeñan un papel en la construcción de una comunidad más saludable y vigorosa. Las decisiones que tomamos en casa, el trabajo, la escuela y en el culto religioso determinan en gran parte lo que crea la salud personal y la vitalidad comunitaria. Es, en gran medida, cómo empleamos nuestro tiempo, dinero y talentos, pero también cómo creamos en nuestras comunidades los escenarios que ayudan a propiciar el cambio positivo.

Las comunidades saludables exigen el liderazgo inspirado y la acción desde cada esquina de nuestras comunidades. Hoy en día existe una brecha entre las conversaciones que tiene la gente en su casa y las que tenemos con nuestros líderes. Vemos las luchas territoriales y la fragmentación de los esfuerzos con el gasto de más recursos en los síntomas de problemas más profundos y menos en lo que genera, en primer lugar, salud.

Esta sección se trata de reunir las voces y los talentos de las comunidades. La información tiene por objeto ayudar a generar ideas y relaciones a través de las fronteras que nos dividen. Es para líderes comunitarios de todos tipos –quienquiera que pueda iniciar una conversación- y ofrece un acercamiento flexible que se puede adaptar a los objetivos de cualquier grupo.

¿Qué es un “diálogo” y por qué su comunidad debiera dirigirlo?

Un “diálogo” es una conversación comunitaria que puede tomar muchas formas. Puede involucrar a cinco personas alrededor de la mesa de una cocina, a quinientas personas en un escenario cívico grande o cualquier cosa entre estos dos.

Un diálogo comunitario puede ayudar a:

  • Ampliar la base de participantes y de voces (Ej. de la juventud, de los negocios, de la comunidad religiosa, de los líderes populares).
  • Tocar terreno común, integrando los trabajos de instituciones y asociaciones más formales al liderazgo de vecinos y de grupos populares.
  • Hacer que afloren asuntos de interés común y los recursos para atenderlos, ayudando a identificar barreras al cambio positivo y a develar ideas innovadoras.
  • Mantener en curso la discusión comunitaria entre los diferentes grupos y asociaciones en una comunidad.
  • Desarrollar el potencial de un grupo para actuar sobre sus ideas.
  • Lanzar iniciativas nuevas y fortalecer el impacto de las asociaciones comunitarias actuales para la mejora.
  • Encauzar  la inversión corporativa y de organizaciones hacia el beneficio de la comunidad, alineando las políticas comunitarias y de asignación de recursos con aquellos que fomentan la salud.
  • Romper con las “luchas territoriales” de la comunidad y conectar los recursos fragmentados, formando el consenso público y el compromiso necesario para generar la acción para mejores resultados.
  • Estimular la acción y dar seguimiento al avance para la rendición de cuentas.
  • Generar atención de los medios de comunicación locales.
  • Ayudar a los líderes de los distintos sectores para que identifiquen sus funciones en la construcción de comunidades saludables y sostenibles.
  • Ser parte, vocal y visible, del movimiento nacional para comunidades saludables.

¿Dónde efectuar un diálogo?

  • En la escuela
  • En las mesas de las cocinas
  • En el trabajo
  • En los centros comunitarios
  • En el vecindario
  • En los sitios de culto religioso
  • En las reuniones de clubes de servicio (Ej. Rotarios, Leones, Junior League, sociedades universitarias de mujeres y de hombres)
  • En reuniones de asociaciones existentes
  • En las salas de juntas
  • En oficinas gubernamentales

¿Quién puede participar o ser anfitrión del diálogo?

Cada ciudadano desempeña un rol en la construcción de la comunidad y la creación de la salud. La vitalidad de nuestras comunidades y la democracia dependen de la participación activa de cada persona. Cualquiera puede participar en un diálogo. ¡Se debe buscar la diversidad! Por ello, para conseguir participantes es necesario cruzar fronteras raciales, culturales, de clase y de origen.

Cualquiera puede convocar y ser anfitrión de una conversación acerca de una “comunidad saludable”:

  • Líderes vecinales
  • Jóvenes
  • Comerciantes
  • Profesionales de salud pública y cuidados médicos
  • Líderes religiosos
  • Adultos mayores
  • Amas de casa
  • Maestros/as
  • Organizadores comunitarios

¿Qué hace a las personas y a la comunidad saludables?

¿Qué hace a las personas saludables? La salud es más que la ausencia de la enfermedad. Es el estado óptimo del bienestar: mental, físico, emocional y espiritual. La salud es integridad. Incluye el sentido de pertenencia a la comunidad y la experiencia de control sobre la vida propia.

La salud óptima es un subproducto de las personas cuando se dan cuenta de su potencial y viven en una comunidad que funciona. La “comunidad” puede ser desde un vecindario hasta una región metropolitana. Puede ser el lugar de trabajo o un grupo con intereses o fe comunes. En total, nuestra “comunidad” puede ser dónde estamos y con quién estamos.

¿Qué hace a una comunidad saludable? Es un lugar en constante desarrollo y mejora de su entorno físico y social, el cual hace crecer los recursos comunitarios que permiten a las personas apoyarse mutuamente para desempeñar todas las funciones de la vida y para que se desarrollen su potencial máximo.

Una comunidad saludable no es un lugar perfecto sino un estado dinámico de renovación y mejora. Además construye una cultura que apoya las elecciones de vida saludables y una alta calidad de vida. También, alinea sus prácticas, políticas y distribución de recursos para mantener:

  • Una ciudadanía comprometida
  • La diversidad
  • El comportamiento ético
  • El valor
  • Los sistemas educativos de calidad
  • El desarrollo infantil
  • Una economía fuerte
  • Las redes de apoyo
  • Los salarios adecuados
  • El voluntariado
  • La vivienda adecuada y económica
  • El transporte económico
  • La apertura al cambio
  • La receptividad
  • La innovación
  • La paciencia
  • La gobernabilidad
  • La Fe dinámica
  • El esparcimiento
  • Las comunidades
  • La cultura
  • El aire limpio
  • El agua segura
  • La mejora continua
  • Las familias fuertes
  • Los vecindarios seguros

¿Cómo ser anfitrión de un diálogo?

No existe una manera perfecta de ser anfitrión de un diálogo; depende de lo que se quiera lograr. Es necesario adoptar una estrategia a la medida de los objetivos, el escenario, los participantes, el tiempo y la capacidad.

Los siguientes seis escenarios son ejemplos de algunos tipos de diálogos:

Escenario 1 –Asociación o coalición madura

Los objetivos de este grupo puede ser el de concentrarse y profundizar su trabajo actual en asuntos de la salud y calidad de vida. O su meta puede ser atraer participantes nuevos y mayor diversidad. Se podría reflexionar acerca del aprendizaje y enfatizarlo o atraer la atención de los medios de comunicación hacia los esfuerzos de la asociación.

Escenario 2 – Movimiento de jóvenes

Un grupo de jóvenes en la escuela o que son parte de un club. Este grupo podría entender la dinámica de la comunidad o hablar sobre las presiones y el apoyo que encuentran en la comunidad. Se podría identificar asuntos importantes y ocuparse de algo que les importe y de su futuro.

Escenario 3 – Grupo religioso

Un grupo de una iglesia, mezquita o sinagoga. Los líderes espirituales quizás quieran involucrar a la congregación en el servicio al vecindario en algún asunto importante. Tal vez quieran incrementar la afiliación mediante la acción comunitaria.

Escenario 4 – Su mesa de la cocina

Se podría invitar a unos cuantos vecinos para enriquecer las relaciones entre todos o para hablar sobre algunos asuntos difíciles. Puede ayudar a construir puentes entre fronteras raciales y de clase para trabajar conjuntamente en algo.

Escenario 5 – Organización comunitaria

Una organización por membresías o un club de servicio (Ej. la Cámara de Comercio, United Way (Organización cuyo objetivo consiste en movilizar líderes comunitarios y sus comunidades para identificar y tratar las necesidades sociales locales), Leones, Rotarios, asociaciones de vecinos, organizaciones de derechos civiles). Una organización o grupo podría identificar oportunidades para estimular el cambio positivo en la comunidad a través de una reunión programada regularmente. Tal vez sea el momento de pensar qué dificulta el liderazgo sobre algún asunto que la comunidad esté encarando.

Escenario 6 – En el campus

En el colegio superior o la universidad. Los estudiantes, el personal académico y administrativo y los habitantes de la comunidad se reúnen para escuchar y aprender los unos de los otros y descubrir posibles maneras de trabajar juntos.

La preparación ayudará para que el diálogo tenga importancia. Al final, puede ayudar al grupo a desarrollar, enfocarse y actuar sobre los asuntos que se identifiquen. Puede llevar entre dos y cinco semanas el estar listos para iniciar y completar un diálogo. Un diálogo puede durar entre una y tres horas y pueden participar desde cinco hasta 500 personas. Dependerá del alcance y la capacidad que se tengan. Los siguientes pasos ayudarán a preparar el diálogo comunitario. Por supuesto que es posible modificar los pasos para que se ajusten a su propósito, grupo y circunstancias.

Acceder a los recursos

  Revise los Temas Relacionados en la Caja de Herramientas Comunitarias, al final de esta sección.

Prepararse para el diálogo

  • Forme un equipo de diálogo para que sea el anfitrión del evento. La estrategia de equipo para convocar un diálogo ayudará a crear pertenencia y a distribuir las tareas involucradas. El equipo puede ayudar a definir los objetivos del proyecto. Se sugiere identificar personas con las que ya se ha trabajado antes y que tienen credibilidad e invitarlas al diálogo.
  • Defina los objetivos propios para el diálogo. La comunidad puede tener objetivos específicos para el diálogo mismo y la información recibida de éste. El diseño de una sesión de diálogo debe reflejar esto. La comunidad podría desear profundizar en un trabajo existente en la comunidad o reflexionar sobre las lecciones aprendidas. También se puede iniciar un grupo nuevo para hablar sobre asuntos comunitarios. Es buena idea ser creativo en el diseño para asegurar que armonice discretamente con otras actividades locales.
  • Seleccione el grupo de participantes. ¿A quién se quiere reunir para que compartan sus ideas y opiniones? Para reducir el esfuerzo demandado por el reclutamiento puede resultar más sencillo asociarse con un grupo existente, esto le permitirá el uso de su red de relaciones. Quizá, también se quisieran traer nuevas voces al grupo. Los grupos de diálogo pueden ser tan pequeños como de cinco personas o tan numerosos como de 500 –es sólo cuestión de cómo esté diseñado el diálogo, lo que se quiera lograr y con cuánto tiempo se cuenta. La mayoría de los grupos incluyen de 12 a 30 participantes y duran una hora y media.
  • Escoja al facilitador y prepárelo. La buena facilitación es crítica para un diálogo exitoso. Se debe solicitar la ayuda de un(a) facilitador(a) con experiencia o alguien que sea buen oyente y motive la conversación a la vez que permanezca neutral. Es posible encontrar las cualidades de un(a) buen(a) facilitador(a) en nuestra página en la red. Es importante que el/la facilitador(a) se sienta cómodo(a) con las preguntas del diálogo y defina la mejor forma de conversar. Vea la Herramienta #1: Lineamientos para el/la Facilitador(a) del Diálogo
  • Determine el lugar, fecha y hora del diálogo. Es necesario escoger un lugar cómodo y accesible. Se puede efectuar diálogos en la casa de alguien, un centro comunitario, un lugar de culto, una biblioteca o el salón privado de un restaurante local. Los hospitales, escuelas y negocios regularmente cuentan con salas de juntas o cafeterías donde la gente se puede reunir. Es importante mantener el lugar al alcance de los participantes. Defina el periodo de tiempo (de una a tres horas). Convoque a la reunión con cuando menos dos semanas de anticipación. Llame para recordar el evento dos días antes para incrementar así la asistencia.
  • Cree un ambiente atractivo. La distribución de los asientos es importante en un grupo pequeño. Para asegurar una buena interacción, es necesario ubicar los asientos en forma de “U”. Los refrigerios (o comida para reuniones durante un desayuno o comida) es una buena señal de bienvenida y aprecio, pero no es absolutamente necesario. Muchas veces, los negocios locales están dispuestos a donarlos para las reuniones comunitarias.

Invitar a los participantes

La gente se siente naturalmente atraída hacia la gente que habla del compromiso y las posibilidades. ¡Confíe en usted mismo! La gente quiere hablar sobre lo que es posible en sus comunidades. Defina cómo acercarse a los participantes deseados. Contacte con amigos, compañeros de trabajo o grupos comunitarios específicos. ¡El contacto personal hace la diferencia! Una llamada telefónica seguida de una carta o volante con los detalles, normalmente son muy efectivos. No se preocupe si alguien dice que no.

Recuerde que si se quiere tener un número específico de personas en el grupo, se debe invitar de 1 ½ a 2 veces más esa cantidad. Si se quiere un grupo grande que involucre a muchos participantes, pudiera ser atinado hacerle publicidad al diálogo en un boletín o con volantes pegados en los sitios de reunión de la gente: en cafeterías, tiendas, gimnasios, guarderías, centros de culto y comunitarios o bibliotecas.

 Planear la documentación de su diálogo

Nombre a alguien del Equipo del Diálogo para que tome notas y elabore un resumen de los puntos más importantes. La persona encargada de elaborar el documento no necesita llevar un relato textual exhaustivo de lo dicho, pero deberá hacer un resumen de los puntos de vista del grupo durante sus interacciones. Es igual de importante marcar los puntos de desacuerdo. Tener algunas citas textuales y anécdotas de los participantes es esencial. El/la facilitador(a) debe planear sentarse con el/la encargado(a) de las notas inmediatamente después del diálogo para revisarlas y preparar el resumen.

Dirigir el diálogo

  • Reciba a los participantes. Es importante que el/la facilitador(a) reciba a los participantes a medida que vayan llegando, con el fin de crear un ambiente cordial antes del diálogo. Esto ayuda a que los invitados se sientan cómodos y los anima a hablar.
  • Presentaciones. El/la facilitador(a) debe presentarse y agradecer a los participantes su asistencia. Acto seguido, se debe dar una breve introducción donde se establezca el motivo del diálogo y la importancia de pedir las opiniones de la comunidad. Si el grupo es pequeño, el/la facilitador(a) puede pedir a cada participante que se presente.
  •  Inicie el diálogo.  Preguntas para el diálogo. Estas siete preguntas básicas, con una serie de subpreguntas, son ideas para estimular y guiar la conversación del grupo. No se necesita hacer todas las subpreguntas. Se debe ajustar el diálogo a las necesidades de la comunidad. Se ha hecho investigación para determinar la confiabilidad de cada pregunta; sin embargo, se puede necesitar hacer pequeños ajustes. Si el grupo es grande, el/la facilitador(a) pudiera proyectar las preguntas mediante diapositivas para que todos las puedan ver.
  • Involucre a los medios de comunicación y lleve notas del evento. Algunos grupos les pedirán a los medios que estén presentes para hacer un reporte del diálogo y sus descubrimientos. Independientemente, también se puede sacar fotografías o videos del evento.

Conclusiones del diálogo y los pasos siguientes

Al finalizar el diálogo, el/la facilitador(a) debe recordarle al grupo que es importante el sólo hecho de tomarse el tiempo para compartir ideas y valores personales con otros ciudadanos. Las personas del grupo podrían contemplar algunos de los pasos siguientes, pero no se deben sentirse forzados a hacer nada juntos. La persona encargada de redactar el documento puede hacer un resumen verbal del diálogo y enviar las notas posteriormente a los participantes.

Para los grupos que quieren hacer algo más, aquí se encuentran algunos posibles pasos a seguir:

  • El grupo puede estar entusiasmado con una idea en especial sobre la que se quiere tomar acciones y acuerdan volver a reunirse para desarrollar un plan de acción.
  • El grupo puede decidir tener una conversación más profunda e involucrar algunas voces y perspectivas de vecinos que faltaron (o involucrar a sus diputados y a los periódicos locales).
  • El grupo puede decidir efectuar diálogos adicionales sobre temas relevantes para ellos.
  • El grupo puede compartir información sobre esfuerzos comunitarios actuales que pueden beneficiarse del trabajo voluntario y del liderazgo adicional.
  • Los/las facilitadores(as) pueden orientar a los miembros interesados al sitio de Internet de la Coalición de Ciudades y Comunidades Saludables en , para aprender sobre otros esfuerzos comunitarios exitosos en Estados Unidos.

¿Cómo hacer que el diálogo tenga importancia?

Para hacer que los hallazgos del diálogo tengan importancia, se necesita documentarlos y usarlos localmente. Enviarles a los participantes y a las organizaciones importantes los resultados de las conversaciones, en los diez días posteriores al diálogo, asegura que las acciones locales progresen. Hay que dar seguimiento a los intereses del grupo. Es buena idea pedir a cada participante que comparta lo que ha aprendido y mantener la conversación viva. Hay que recordar que cada uno de nosotros contribuimos al bienestar de la comunidad mediante la simple participación en el diálogo cívico.

Para resumir

Cultivar una comunidad saludable es un proceso de toda la vida que requiere constantes cuidados y persistencia. Todo el mundo desempeña un papel en la construcción de una comunidad más saludable y vigorosa. Una comunidad saludable es un lugar imperfecto en estado de cambio constante, el cual edifica una cultura que apoya las opciones de vida saludables y una alta calidad de vida. El liderazgo y la acción deben provenir de cada esquina de nuestras comunidades para disminuir la brecha entre las conversaciones que sostenemos en casa y aquellas con nuestros líderes.

Un diálogo comunitario tiene como objetivo reunir las voces y los talentos de nuestras comunidades. Un diálogo puede darse en muchos lugares y de muchas formas, entre un grupo de cinco personas en una casa, hasta de quinientas personas en un escenario público. Es necesario ajustar el diálogo de manera que se adecue a los objetivos, escenario, participantes, tiempo y capacidad comunitarios. Se debe documentar y usar los hallazgos para que tengan importancia. Asegure que los resultados de las conversaciones promuevan las acciones locales enviándolas a los participantes y las organizaciones dentro de los primeros diez días del diálogo. Se debe dar seguimiento al diálogo pidiéndoles a los participantes que compartan sus aprendizajes –esto mantiene viva la conversación.

Recursos impresos

David, D., & Larson C.  (1994). Collaborative Leadership: How Citizens and Civic Leaders Can Make a Difference.

Gadner, W., & Simon, S. (1993). On Leadership. 

Kellerman, B., & Matusak L.(1999). Cutting Edge: Leadership 2000 Editors. The Academy of Leadership Press at The University of Maryland.

Norris, T., & Howell, L. (1999). Healthy people in healthy communities: A dialogue guide. Chicago, IL: Coalition for Healthier Cities and Communities.

Ronald A. (1994). Leadership With No Easy Answers, Belknap Press of Harvard University Press.