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Analizar la información sobre el problema o meta

 

Visión general 

¿Qué queremos decir con este proceso?

El análisis de información sobre el problema o meta es un proceso que valora las necesidades y recursos así como fija prioridades para el cambio con el fin de que los esfuerzos de grupo se interesen y comprendan las necesidades y preocupaciones de la comunidad. En el momento en que los grupos se comprometen con este proceso, ellos examinan los comportamientos centrales (consumo de alcohol en los adolescentes) así como los factores internos y externos que los afectan (por ejemplo: las prácticas de rechazo social, el acceso fácil a la compra de bebidas alcohólicas). De igual manera, ellos también examinan los recursos con los que cuenta la comunidad que pueden ser utilizados o fortalecidos para acometer la meta. El proceso de análisis de información sobre el problema o meta puede contribuir a la iniciativa de entender por qué algo es un problema y como enfrentarlo.

El análisis de información sobre el problema o meta es un proceso clave que ayuda a las comunidades a determinar esfuerzos de cambio con un conocimiento profundo sobre el problema o meta y como afrontarlo.

¿Cómo funciona?

Los exitosos esfuerzos del cambio son mas frecuentes en comunidades donde los residentes reconocen y apoyan la necesidad de algún tipo de iniciativa y acción. Las necesidades y asesoramiento de recursos involucran miembros de la comunidad en esfuerzos planificados con el fin de identificar un problema lo suficientemente importante como para garantizar su atención. La participación de la comunidad en un proceso que define y prioriza el foco de interés de un grupo puede generar interés, participación y compromiso hacia posteriores planificaciones e implementaciones de programas (ejemplo: Shortell et al, 2002). El proceso continuo de análisis de información sobre el problema o meta puede realzar la importancia y adecuación de una iniciativa comunitaria. Asimismo, puede establecer los parámetros para un desarrollo de intervenciones apropiadas y perceptibles (véase Implementar intervenciones efectivas) y la interpretación de información para hacer una diferencia (véase documentar el progreso y usar retroalimentación) (Israel, Schulz, Parker & Becker, 1998).

A pesar de que los mecanismos funcionales no han sido comprobados de manera explícita, el compromiso de la comunidad en el análisis de información sobre el problema o meta puede contribuir en lo siguiente:

  • Estimular compromiso por medio de la identificar y priorizar una necesidad, crisis u oportunidad que es vista como importante para la comunidad ( Godman, Steckler, Hoover & Schwartz, 1993; Hogan & Murphey, 2002; Kegler & Wyatt, 2003; Mattessich & Monse, 1992,1997). Debido a la participación en el proceso de “designación del problema”, los proyectos suelen enfocarse en problemas específicos, dudas y objetivos para el cambio ( Keutze, Lezin & Young, 2000; Ploeg et al, 1996).
  • Reconocer y validar las características ambientales locales que representan ya sean barreras reales o generadores de cambio (Foster-Fishman, Berkowitz, Lonsbury, Jacobson & Allen, 2001). Los programas basados en tales valoraciones pueden generar un apoyo y sentido de pertenencia a la comunidad siempre que sean vistos desde una perspectiva “ecológicamente válida” o relevante para afrontar las necesidades reales (Israel. Schulz, Parker, Parker & Becker, 1998).
  • Despertar la conciencia sobre la amplia variedad de estrategias preventivas a través de la articulación de las condiciones problemáticas locales, las cuales se creen que son las causantes del problema. Las descripciones de las situaciones y los recursos para solventarlas –antes de que las soluciones sean elegidas – pueden permitir la selección y desarrollo de las estrategias de intervención funcionales (Florin, Mitchel, & Stevenson, 1993; Sorensen, Emmons, Hunt, & Johnson, 1998). Estos asesoramientos también pueden reducir y evitar la duplicación de los esfuerzos actuales en la comunidad, y priorizar dónde son más necesarios los esfuerzos adicionales.
  • Ajustar las estrategias subsecuentes de cambio con los valores culturales, actitudes, idiomas y comportamientos característicos entre las poblaciones meta (Foster- Fishman, Berkowitz, Lounsbury, Jacobson, & Allen, 2001; Israel, Schulz, Parker, & Becker, 1998; Shortell et al., 2002).

Aun así, la participación de la comunidad para identificar las necesidades y los recursos para el cambio, no necesariamente estimula la participación en otras fases del proyecto ni dirige hacia un sentido de pertenencia a la comunidad. Cuando estos asesoramientos excluyen y/o la información carece de pruebas sobre una preocupación evidente de la comunidad, los potenciales colaboradores podrían desistir (ejemplo: Goodman, Steckler, Hoover, & Schwartz, 1993). Las actividades de asesoramiento podrían necesitar no solo aclarar y fomentar la conciencia y preocupación comunal (ejemplo: a través de los medios de comunicación o de la Implementar una iniciativa de mercadeo social), sino también fortalecer la base principal para tomar acciones (véase Proporcionar capacitación y asistencia técnica y la serie de herramientas relevantes de la Caja de Herramientas Comunitaria (CTB por sus siglas en inglés) para determinar las competencias básicas.

Evidencia empírica y experimental

La estrategia de iniciativa comunal debe basarse en una evaluación realista de las necesidades y posibilidades de la comunidad y de los recursos relacionados con esas necesidades. Por ejemplo, en una evaluación de la “Community Care Network” (o Red de Cuidado Comunitaria) los investigadores recomendaron que la participación de la comunidad en las actividades de asesoramiento (asegurando los aportes de la comunidad) era trascendental para crear un enfoque comunitario y atraer diversos miembros de zonas alejadas y establecer las prioridades de la asociación para actuar (Shortell et al., 2002).Por ejemplo, una zona rural desarrolló una organización en conjunto con los exdirectores de organismos gubernamentales y no gubernamentales quienes trabajaron para las poblaciones meta. También se creó un consejo de salud comunal el cual incorporó importantes líderes y miembros preocupados por la comunidad. A pesar de que dicho grupo se reunió para incentivar la colaboración del sector mixto, de los últimos foros cuatrimestrales abiertos y para realizar encuestas a los usuarios de los servicios del sector salud para identificar y discutir las principales preocupaciones de la comunidad. Según la información que se intercambió con la dirección, salud comunal y comités mixtos se pudo desarrollar el proyecto e implementar programas para solventar las necesidades reales de las comunidades (por ejemplo, aplicar medicamentos caros a personas con enfermedades crónicas).

El proyecto de “Ciudades Saludables de Indiana” utilizó un enfoque comprensivo para identificar los problemas de la comunidad (Ploeg et al, 1996). Los colaboradores del proyecto entregaron la información de un censo y estadísticas importantes de su ciudad y condado a los miembros de los “Comités de las Ciudades Saludables”. Estos datos fueron discutidos y empleados para identificar portillos en la información, los cuales se evacuaron al realizar encuestas locales. Para asegurar el aporte en el proceso, los compañeros aplicaron una combinación de las tradicionales encuestas a los hogares y talleres “cara a cara” dirigidos a la niñez, a la juventud, a la población adulta mayor y a otros individuos difíciles de localizar. Como resultado, se desarrolló una lista de prioridades y preocupaciones específicas para cada ciudad y se utilizó como guía de acción para el cambio.

Implicaciones para la investigación y la práctica

Actualmente, buena parte de la información disponible en El análisis de información sobre el problema o la meta no interviene ni pone a prueba este proceso ni su efectividad en el cambio comunitario y su desarrollo. A pesar de que este proceso ha sido identificado en varias revisiones empíricas y experienciales, existe la necesidad de más evaluaciones sistemáticas de sus efectos. Tal investigación proveería un mejor entendimiento de los factores que le permiten a las comunidades unirse y referirse a problemas y metas en común.

Algunas preguntas claves de investigación incluyen: (a) ¿Cuáles conocimientos y recursos (así como limitaciones e impedimentos) aportan los interesados claves a la iniciativa? (b) ¿Qué tan efectivamente contemplan los conocimientos actuales las determinantes de los problemas comunitarios? Y (c) ¿Qué tanto se necesita entender del contexto para diseñar y llevar a cabo intervenciones y evaluaciones efectivas y para interpretar resultados?