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  • ¿Qué es la acción social?

  • ¿Por qué involucrarse en la acción social?

  • ¿Cuándo comprometerse en la acción social?

  • ¿Quién debería involucrarse en la acción social?

  • ¿Cómo comprometerse en la acción social?

La Alianza Ambiental estaba preocupada. El ayuntamiento de la ciudad estaba apoyando un plan de desarrollo para crear una zona exclusiva sobre la última parte de tierra libre urbanizable a lo largo del río, en el lugar donde los primeros habitantes de la ciudad se habían asentado hacía 200 años. De construirse tal urbanización, los ciudadanos perderían completamente el acceso a la orilla del río y una valiosa parte de la historia de la ciudad desaparecería. La Alianza Ambiental había hecho durante mucho tiempo una campaña para convertir estos terrenos en un parque.

La Alianza convocó una reunión a la que asistieron más de doscientas personas, todas ellas furiosas con la decisión de los políticos. “Tenemos que hacer algo rápidamente o estos terrenos se perderán para siempre”, afirmaba una mujer. Otra decía: “Esto es una decisión política; no es para el bien de la ciudad”.

Al final de la reunión quedó claro que las personas asistentes querían actuar para obligar a la ciudad a recapacitar acerca de su postura. Los funcionarios del ayuntamiento tenían planeado reunirse un jueves, tres días más tarde. ¿Podría la Alianza Ambiental organizar una marcha frente al edificio del ayuntamiento en ese corto tiempo? Los organizadores se lanzaron a las calles, las organizaciones que formaban parte de la Alianza movilizaron a sus simpatizantes, las personas que habían estado en la reunión  empezaron a llamar a sus amigos para explicarles la situación y los voluntarios de la Alianza se pusieron en contacto con los medios de comunicación.

El jueves más de 500 personas marcharon hacia la calle principal llevando pancartas que decían "Los ríos son para todos" y "Preservemos nuestra historia". Con las cámaras de televisión grabándolo todo en los escalones del ayuntamiento, los voluntarios de la Alianza contaron la historia del área de la orilla del río y por qué  merecía la pena preservarla. Entonces la multitud se precipitó hacia el interior del ayuntamiento y exigió ser recibida en la sala de reuniones con las cámaras todavía siguiendo los acontecimientos. Cuando la policía bloqueó la entrada,  la multitud se sentó en las puertas.

Al darse cuenta de la mala impresión que darían cuando aparecieran en las noticias nocturnas, los miembros del ayuntamiento salieron para reunirse con los activistas y escuchar lo que tenían que decir. La reunión fue enérgica y llena de incidentes y acabó con la retirada del apoyo a la oferta del promotor inmobiliario por parte del ayuntamiento y con la promesa (delante de las cámaras) de discutir con la Alianza y otros ciudadanos interesados, el uso que se le iba a dar a los terrenos de la orilla del río.

A veces la mejor manera de conseguir que algo suceda es hacer frente a las personas encargadas de tomar decisiones en una acción conjunta. Esto es lo que se llama acción social y puede abarcar desde organizar a un grupo de personas para que escriban cartas  al editor hasta reunir decenas de miles de personas en un estado o en la capital nacional para protestar contra las acciones del gobierno. En esta sección veremos cómo se organizan las comunidades para involucrarse en la acción social; por qué y cómo hacerlo, cuándo es o no apropiado y que se podría lograr.

¿Qué es la acción social?

Se llama acción social a la práctica de tomar acción (normalmente como parte de un grupo organizado o una comunidad) para crear cambios positivos. A veces la acción social puede llevar a  profundos cambios sociales, como es el caso del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos; otras veces la acción social busca cambios más limitados y concretos como por ejemplo la preservación de un espacio libre o conseguir un mejor salario para un grupo concreto de trabajadores.

La acción social, por su naturaleza, es llevada a cabo a menudo por  aquellos que tienen poco poder en la sociedad (por ejemplo personas pobres, con discapacidades o minorías) pero también puede ser llevada a cabo por cualquier grupo que sienta que sus preocupaciones son ignoradas. Trabajando en conjunto, los miembros de estos grupos pueden hacer uso de su poder colectivamente gracias a su tamaño, usando los medios de comunicación, votos, boicoteos y otros tipos de presión social, política y económica para convencer a quienes tienen el poder para que reconsideren sus posturas.

  • Para incluir en las consideraciones con respecto a la política los intereses de aquellos que tradicionalmente han sido ignorados en estos temas, en su mayoría, personas con bajos ingresos y comunidades minoritarias.
  • Para instituir políticas más justas y eliminar la discriminación
  • Para reparar los daños ocasionados en el pasado, por ejemplo, pidiendo disculpas e indemnizando a los japoneses-americanos que fueron injusta e inconstitucionalmente internados en campos de concentración en el oeste estadounidense durante la segunda guerra mundial.
  •  Para prevenir daños a la  comunidad. Esto significaría cuestionar el asentamiento de un edificio industrial debido por ejemplo a asuntos de contaminación ambiental.
  • Para conseguir determinados beneficios para la comunidad o para una parte de ella, a veces en pequeña escala.
  • Para preservar aquello que tenga un valor histórico o social.
  • Para incluir en las deliberaciones  con respecto a la política  a aquellos que han sido excluidos.

Todo esto se lleva a cabo:

  • Organizando grupos para escribir cartas, hacer llamadas telefónicas o mandar correos electrónicos a los encargados de crear políticas, particularmente a los legisladores para que se conozcan las posiciones del  grupo y la extensión del distrito electoral.
  • Persuadiendo a los medios de comunicación para que cubran eventos o publiquen historias que pongan de relieve ciertos temas o avergüencen públicamente a políticos u otras personas con cargos importantes, que se niegan a hacer lo correcto. También se podría planificar eventos para congregar particularmente a los medios de comunicación.
  • Formando o respaldando una lista de candidatos para puestos públicos. Esto podría implicar desde rellenar sobres hasta ir de puerta en puerta hablando de los temas a tratar para conducir a los votantes a las urnas.
  • Atendiendo como grupo (o apiñándose o interrumpiendo, según la filosofía y las circunstancias) a una reunión pública en la que se esté discutiendo un asunto de interés para su comunidad.
  • Actuar en teatros callejeros. El teatro callejero es, tal como indica su nombre, un teatro que se realiza en público para ridiculizar a la oposición y/o para expresar un mensaje profundo de manera que sea divertido y fácilmente entendido. Su origen se remonta a la antigua Grecia, continuando durante la edad media en actuaciones que ensalzaban la moral y las virtudes y en espectáculos de  marionetas. Su uso se extendió hasta los tiempos modernos, particularmente desde la mitad del siglo XX, como protesta política.

El Teatro del Pan y el Títere, ahora situado en Vermont, era conocido particularmente durante la guerra de Vietnam por sus producciones políticas callejeras que presentaban unos títeres enormes que compartían pan con la audiencia.

  • Organizando manifestaciones, protestas y marchas. Las “clásicas acciones sociales” a menudo consisten en pancartas, discursos, entretenimiento y/o  elementos del teatro callejero.
  •  Haciendo piquetes/marchas u organizando una huelga. Éstas, por supuesto, son tácticas sindicales de larga tradición, las cuales normalmente se usan en una particular planta, corporación o industria. Además está la posibilidad de una huelga general (situación en la que cualquiera en un grupo, comunidad o incluso en un país entero, se niega a trabajar durante un día o varios, o indefinidamente hasta que aquellos con poder accedan a sus demandas.
  • Organizando un boicoteo. Se llama así por Charles Boycott, un administrador de fincas británico en Irlanda que fue condenado al ostracismo (Ej. ningún irlandés trataba ni se comunicaba con él) por sus políticas. Un boicoteo consiste en negarse a tratar o comerciar con una compañía (o una ciudad, estado o país) que se cree que está haciendo algo moralmente incorrecto.
  • Organizando una ocupación. A menudo esto es un acto de desobediencia civil en el que un grupo ocupa un espacio (como puede ser la oficina de un funcionario que hace o representa la política por la que el grupo está protestando, o un patio o edificio particular o un parque) para llamar la atención a una cuestión moral, para hacer valer sus derechos para usar ese espacio o para forzar a los propietarios (o funcionarios autorizados) a negociar o cumplir con sus demandas. El acto se convierte en desobediencia civil si el grupo entra sin autorización en propiedad ajena.

La desobediencia civil es una clase particular de acción por la que el grupo involucrado quebranta la ley intencionalmente como un acto consciente. Podrían hacerlo porque protestan contra la ley o porque quieren hacer una declaración lo más potente posible sobre un asunto.

La desobediencia civil es sólo efectiva como estrategia si aquellos que la practican están dispuestos a aceptar las consecuencias de sus acciones y aceptar ser arrestados, juzgados e incluso penados. En caso contrario son simplemente infractores y sus protestas pierden su fuerza  moral.

  •  La acción social es probablemente lo que la mayoría de la gente piensa cuando oyen el término “organización comunitaria”. Es el tipo de organizaciones en las que Saul Alinsky, César Chávez, Martin Luther King y otros conocidos líderes del siglo XX estaban involucrados .Esto implica otorgar poder a las personas que han sido excluidas del sistema social o político y ayudarlas a tener el control de sus vidas y destinos. Por ello, la regla de oro de la organización comunitaria es nunca hacer por la gente lo que ella puede hacer por sí misma.

El padre de la organización comunitaria moderna fue Saul Alinsky, quién a finales de los años 30 reunió a un vecindario de trabajadores hostiles de Europa del este de un matadero en Chicago, en el Consejo del Vecindario del Jardín Trasero (Back of the Yards Neighborhood Council). Alinsky usó organizaciones ya existentes (sindicatos, iglesias y organizaciones fraternales) para crear una base de poder político para los trabajadores que habían sido maltratados y explotados. Los resultados fueron unas mejores condiciones de trabajo y del salario, mejora del barrio, mayor autoestima y una organización que todavía existe.

El tipo de organización de Alinsky se basa en la creación de poder político y usarlo para hacer frente a la autoridad (generalmente empleando la acción social) y, si fuera necesario, obligar a negociar a aquellos que tienen el poder. Esta clase de organización se usa mucho todavía y de forma efectiva, especialmente en situaciones en las que el poder lleva mucho tiempo en las mismas manos. La mayor organización que Alinsky fundó para llevar su trabajo por todo el país, la Fundación de Áreas Industriales (Industrial Areas Foundation), explica su estrategia en su página Web.

La FAI (siglas en español) es anti-ideológica y estrictamente anti-partidista, aunque orgullosa, pública y persistentemente política. La FAI crea una base política a partir de la riqueza de la sociedad y el complejo sector terciario (el sector de instituciones voluntarias que incluye congregaciones religiosas, sindicatos locales, grupos de propietarios, grupos de recuperación, asociaciones de padres, organismos que prestan servicios a la población, sociedades de inmigrantes, escuelas, seminarios, órdenes religiosas y otras). Entonces los líderes usan esa base a veces para competir con los líderes del sector público y privado y otras veces para enfrentarse y/o cooperar con ellos.

Quizá ésta sea probablemente la mejor explicación acerca de lo que la acción social pretende hacer.

¿Por qué tomar parte en la acción social?

La acción social a veces puede ser polémica y combativa. A veces puede ser incluso peligrosa tal y como se ha evidenciado en los numerosos ataques sangrientos (a manos de mafias y de la policía) que los organizadores y manifestantes por los derechos civiles sufrieron en los años 60 y en la violencia desplegada contra los granjeros huelguistas en California en los años 60 y 70. Si se elige la desobediencia civil, probablemente usted y su grupo serán arrestados y tendrán que pagar una multa o ir a la cárcel. Incluso las circunstancias más afables, como por ejemplo mandar cartas al editor, podrían irritar a los vecinos o podrían ser consideradas actos extremistas. Por lo tanto, ¿por qué deberían elegirse estos  métodos?

Hay varias razones por las cuales la acción social es generalmente la elección apropiada:

  • Puede otorgar poder y dinamizar a las poblaciones que tradicionalmente no lo han tenido o no han comprendido su potencial para ejercerlo. La experiencia de participar en una acción (especialmente si ha sido exitosa) puede ser estimulante para las personas que pensaron que nunca podrían influenciar el transcurso de los acontecimientos. Puede cambiar la manera en la que se ven a sí mismos y darles una perspectiva diferente de lo que es posible. También puede prepararlos y apoyarlos ante una larga lucha para conseguir metas de gran alcance.

Esto puede ser cierto incluso para las personas que no han participado en la acción original. Ser testigo de lo que otras personas como ellos pueden alcanzar puede inspirar a otros a unirse a ese esfuerzo o a otros similares en el futuro (o incluso a empezarlos).

  • Puede unir comunidades. Las acciones colectivas acercan a las personas de la misma manera que lo hacen muchas actividades de colaboración. Crean un espíritu de pasión y esfuerzo compartidos y unen a los individuos en una comunidad con un objetivo común.
  • Puede demostrar a la mayor de las comunidades que un grupo organizado es una fuerza a tener en cuenta. Los individuos tienen que respetar y tratar con sus necesidades e intereses incluso cuando no están de acuerdo con ellos.
  • Podría ser lo único que hará reaccionar a un oponente testarudo. Las personas objetivo de la acción social pudieran haber estado en el poder durante mucho tiempo o creer que las cosas son simplemente como tienen que ser. Podría tomar una larga campaña de acción para convencerlos de que tienen que abordar las preocupaciones de la iniciativa.

Las Organizaciones Comunitarias de Arkansas en Busca de Reformas Inmediatas (ACORN, por sus siglas en inglés) trabajó durante años en Little Rock, Arkansas y en todo ese estado para organizar grupos previamente hostiles (blancos y negros con ingresos de bajos a moderados que al principio no se daban cuenta de que sus intereses eran similares) y para ganar y consolidar el suficiente poder como para conseguir cada vez  más victorias significativas. La estructura de poder no sólo no estaba interesada en las necesidades de los pobres sino tampoco la mayoría del estado, y, en los años 70 todavía conservaban su actitud segregacionista intacta. ACORN usó las leyes, complementando con acción social para plantear lo que querían y trabajar por la justicia económica. Ninguna charla educada y amable habría convencido a la estructura de poder de Little Rock de aquel tiempo que debía cambiar su actitud.

  • Podría verse como moralmente necesario. La acción social puede ser dura y poco deseable. Las personas generalmente se aventuran en ella porque creen que sus causas son justas y pueden verla como su obligación moral para contribuir y hacer algo.

Cuando el escritor y naturalista Henry David Thoreau fue encarcelado por negarse a pagar un impuesto para apoyar la guerra mexicana, su amigo Ralph Waldo Emerson, el filósofo, le preguntó: "¿Por qué estás allí?” y Thoreau le contestó con otra pregunta: "¿Por qué tú no estás aquí?". Él claramente veía su acción como un asunto moral.

  • Puede motivar a las personas a tomar otro tipo de acciones positivas. Una vez que los individuos se dan cuenta de que pueden influenciar lo que ocurre a su alrededor, gustosamente quieren participar en otro tipo de tareas tales como empezar cooperativas, rehabilitar viviendas en ruinas, limpiar barrios. Así empiezan a entender que tienen los recursos para solucionar muchos de sus problemas y desarrollan la motivación y las habilidades para usarlos.
  • Puede ser el principio de un proceso que acabará con una comunidad mayor y más unida. Una vez que un grupo ha demostrado su fuerza y dejado claro que no puede ser presionado, existe la posibilidad de llegar a acuerdos satisfactorios y de colaboración con aquellos que una vez fueron sus oponentes.
  • Puede llevar a un cambio social positivo a largo plazo. La acción social  así  como otras formas de organización comunitaria tiene generalmente objetivos a corto y largo plazo. Mientras que el objetivo de una acción particular podría definirse al pie de la letra, los objetivos a largo plazo de la mayoría de las organizaciones son una mayor equidad y justicia social y económica. Una campaña de acción social bien gestionada que mantiene su ritmo a lo largo plazo puede traer como consecuencia una sociedad realmente democrática donde todo el mundo cuenta. De nuevo, el principal ejemplo de nuestros tiempos en los Estados Unidos fue el movimiento de los derechos civiles, el cual a través de la acción que demostraba su fuerza moral, logró movilizar al país entero para exigir el fin de la segregación y el racismo.

En otro ejemplo, las acciones iniciales de la asociación ACORN fueron dirigidas a obtener muebles y ropa para beneficiarios de asistencia pública que tenían derecho a ello según la ley de Arkansas. ACORN se volvió más fuerte y añadió más grupos afiliados abogando por los derechos de los propietarios de clase trabajadora y deteniendo la construcción de una central eléctrica que habría devastado la ganadería en ese esa área. En este momento ACORN se ha expandido por 75 ciudades en EE.UU. y otros países y trabaja para conseguir viviendas más asequibles, alquiler justo, trabajos con salario digno y mejores escuelas, entre otras causas. A partir de unos modestos comienzos, el esfuerzo ha crecido para abarcar todos los aspectos de la justicia económica y social.

Hay tantas razones para participar en la acción social como tantas para no hacerlo. En general, tiene sentido usar un método lo menos agresivo posible para conseguir objetivos. Si puede sacar el mejor partido colaborando y comprometiéndose, se puede mantener una relación positiva con la oposición, la cual estará probablemente más dispuesta a negociar la próxima vez.  Por lo tanto, la acción social debería usarse sólo cuando sea necesaria. Existen ocasiones en las que no sería aconsejable, como por ejemplo:

  • Cuando se puede conseguir lo que se desea a través de medios más discretos: negociación, compensaciones aceptables, persuasión, compromiso, etc.
  • Cuando no se tiene la fuerza para montar una campaña de acción social convincente. Si por ejemplo no se tiene un grupo lo suficientemente grande como para ejercer poder, entonces es mejor seguir organizando y trabajando más antes de estar preparado para pasar a la acción.
  • Cuando se obra sobre un  rumor más que sobre un hecho real. Hay que asegurarse de que se sabe que la acción que se está tomando es sobre algo real y no sobre rumores o noticias que no son de primera mano, ya que todo su esfuerzo podría quedar desacreditado por no haber contrastado su información.
  • Cuando una acción, incluso siendo exitosa,  pudiera causar desastrosas consecuencias políticas o sociales. En algunos casos se podría conseguir inmediatamente la exigencia propuesta mediante una reacción violenta que llevará la causa de vuelta más allá de donde se empezó. La acción social  podría estar todavía justificada en este caso (el movimiento de los derechos civiles  podría ser descrito en estos términos, sobre todo al comienzo, pero hay que ser conscientes de sus consecuencias, tanto de las ligadas a la causa como de las ligadas a los individuos y grupos involucrados).

¿Cuándo involucrarse en la acción social?

Cuando mediante negociaciones y razonamientos  no se consiguen resultados satisfactorios.

A veces ser razonable no es suficiente. Puede haber cualquier razón (miedo, ira, el impulso de proteger ciertos privilegios, prejuicios, filosofías políticas) por la que su oponente no escuche o responda a sus preocupaciones o no vaya todo lo lejos que debería para encarar el problema.

Cuando hay poco tiempo. Las motosierras ya están en marcha para devastar ese viejo camino del bosque; la bola de demolición está golpeando el muro de ese edificio histórico; los legisladores están a punto de eliminar el programa de bonos gratuitos de alimentos para poder cubrir los gastos surgidos por un incidente o desastre. En estos y otros  muchos casos, la acción podría ser la única manera rápida de llamar la atención sobre la ceguera o injusticia de lo que está a punto de suceder.

Aquí la implicación es que el tiempo puede ser poco porque no hay marcha atrás en lo que va a suceder una vez que ya está hecho. Se podría cambiar una ley o cuestionarla en los tribunales,  pero no se puede recuperar un viejo bosque o un edificio histórico.

Cuando es el momento oportuno. El asunto podría ir ganando reconocimiento en los  medios de comunicación o la opinión pública podría inclinarse a su favor. Aquí habría una oportunidad perfecta. Una acción en el momento oportuno puede consolidar el apoyo y realmente resaltar la iniciativa

Cuando se tienen los recursos para hacer la acción posible. El sólo poseer los recursos: suficiente gente, dinero, contactos con los medios de comunicación, etc. no es una excusa para involucrarse en la acción social, pero sí un fundamento importante para hacerlo.

Cuando se quiere hacer una fuerte declaración para llamar la atención pública. Rosa Parks se negó a ceder su sitio en el autobús a un hombre blanco, pero no fue eso lo que finalmente originó el transporte público no segregacionista en Montgomery, Alabama. Lo que lo hizo fue el año de boicoteos llevado a cabo por los ciudadanos de color de la ciudad, lo cual llevó al fin de autobuses diferentes para blancos y negros. El boicoteo captó la atención de la nación y afectó a los negocios de Birmingham. Al final, el caso fue visto en las cortes federales y los ciudadanos negros ganaron: se integró el transporte público en Montgomery y se acabó el boicoteo.

Cuando se quiere dar poder y energía a la comunidad y desarrollar su liderazgo. La acción social consigue que la gente se mueva. Les hace sentirse fuertes y menos dispuestos a someterse de forma sumisa a las normas y exigencias de aquellos en el poder. Además los hace responsables de sus propias vidas y acciones y pone de manifiesto su potencial de liderazgo.

Cuando se quiere captar la atención del público (y de los medios de comunicación) e impulsar a la opinión pública a favor de la organización, de la comunidad o de un determinado asunto. Con el bombardeo de nuevas noticias y desastres que asaltan la conciencia pública cada día, es fácil que el mensaje que queremos transmitir se pierda. La acción social puede crear conciencia acerca de una determinada causa y de una comunidad.

Hasta el boicoteo de la uva organizado por César Chávez y el Sindicato de Granjeros Asociados (UFW, por sus siglas en inglés) en 1967, poca gente estaba consciente de la difícil situación de los trabajadores migratorios. La acción de Chávez no sólo acaparó titulares sino que reclutó a millones de estadounidenses para su causa y obligó a los viticultores y al estado de California a reconocer el Sindicato y a negociar mejores salarios y condiciones de trabajo para los agricultores.

¿Quién debería involucrarse en la acción social?

La acción social es más efectiva cuando quienes la llevan a cabo son los que tienen intereses en juego. Este es el caso en el que la regla de oro aplica. Los involucrados en la acción no sólo deberían hacerlo por verse beneficiados por ella, sino que además deberían decidir cuándo es ésta necesaria. Además deberían comprender cuáles son las posibles consecuencias de la acción (ya que podría haber desde una violenta reacción política hasta daños físicos), y decidir entonces si hay beneficios potenciales por los que merece la pena correr tales riesgos.

En este punto existen en realidad dos tipos de simpatizantes que organizar aquí. Alinsky, por ejemplo, se acercó a las organizaciones previamente existentes en la comunidad (sindicatos, organizaciones fraternales y de servicio, iglesias) y reclutó a sus miembros a través de ellas. Pos su parte, César Chávez y otros tuvieron que concentrarse en personas individuales a la hora de organizar a los granjeros y ganar concesiones por parte de los cultivadores.

Los trabajadores migratorios no tenían organizaciones a las que recurrir hasta que el sindicato los reunió. Como no tenían hogares permanentes y se movían en diferentes direcciones dependiendo de dónde hubiera trabajo, tenían muy pocas oportunidades de formar grupos duraderos. Los cultivadores despedían rápidamente a cualquiera involucrado en cualquier cosa que pareciese una organización de la unión;  las iglesias no podían viajar de Arizona a Oregón o California con los trabajadores. Como resultado los organizadores tuvieron que abordar a los trabajadores de forma individual o en pequeños grupos para formar una organización que pudiera planear y coordinar las acciones que finalmente mejoraron las condiciones.

La respuesta a la pregunta sobre quién debería involucrarse en la acción social es que deberían ser tanto las organizaciones e instituciones que incluyen y representan a la comunidad en cuestión, como los individuos que pueden formar grupos cuando no los hay.

¿Cómo involucrarse en la acción social?

La acción social es diferente que el desarrollo comunitario, pero no por completo. Ambos empiezan con los pasos más importantes de la organización comunitaria: conocer a la comunidad y sus miembros, hacer contactos personales y establecer una relación de confianza con los miembros y entre ellos. Los pasos para conseguir que la comunidad se involucre en detalle se tratan en el   Desarrollo Comunitario (Local). Aquí los repasaremos brevemente y añadiremos algunos detalles concretos para organizar la acción social.

Una vez que la comunidad está involucrada y se ha creado una estructura para la acción (habiéndose determinado que la acción social es lo que se necesita en esta situación), hacer planes es el siguiente paso. Los planes deben convertirse en acciones y se debe llevar a cabo la estrategia. Finalmente hay que continuar con el esfuerzo, evaluar lo que se ha hecho y decidir cuál será la próxima etapa.

Preparándose para la acción social

Conocer a la comunidad.

Aprender sobre la historia, las pasiones, relaciones y la cultura de la comunidad. Conocer a cuantos individuos sea posible y tener conversaciones no sólo sobre política o asuntos sociales, sino también sobre la familia, el deporte, las relaciones y otras historias; en otras palabras, hacer amigos de la misma forma que se harían bajo otras circunstancias.

Identificar los temas

 Que puedan llevar a la comunidad hacia la acción social. La creencia general que se tiene a la hora de organizar es que se está tratando con una comunidad que tradicionalmente se ha sentido impotente. ¿Qué cosas son lo suficientemente importantes para que la gente actúe?

La respuesta a esta pregunta es que si se llega a algo, debe provenir de la comunidad misma. En reuniones tanto con individuos como con grupos, especialmente en las que los miembros de la comunidad discuten temas entre ellos, deberían aflorar las mayores preocupaciones de la comunidad. A veces es la labor del organizador resaltar dichas preocupaciones para que resuenen entre los miembros de la comunidad, pero muy a menudo estas son tan claras para casi todos, que la función de esta persona es hacer a la gente darse cuenta de que pueden tomar algún tipo de acción.

Identificar y contactar con individuos y grupos clave.

Empezar con grupos e individuos respetados y de confianza da un acceso automático a la mayoría de miembros de la comunidad. Si el párroco u otro individuo clave responde por usted o si usted trabaja para una organización o institución conocida y respetada esto le dará credibilidad. Además, al informarle acerca de las relaciones dentro de la comunidad, de los éxitos y fallos del pasado en cuanto a organizar, de los temas venideros y de otros factores que podrían afectar el esfuerzo, estos individuos y grupos pueden ayudar a evitar cometer errores graves.

Como ya se comentaba antes en esta sección, decidir concentrarse en individuos o en grupos depende de la situación de la comunidad a la que se vaya a abordar. Si hay grupos existentes tales como iglesias, sindicatos, organizaciones comunitarias de servicios de salud, organizaciones fraternales y de servicios, etc., la mayoría de los organizadores intentarán usarlas como base debido a que éstas ya poseen algunos miembros y una estructura. Cuando no hay grupos funcionando (o muy pocos), los individuos clave son mucho más importantes tanto para contactar con otros en la comunidad como para reunir a la gente.

Incluso cuando hay  muchos grupos en la comunidad, los primeros contactos serán con individuos. Además, la manera en que estos individuos (miembros del clero, directores de organizaciones, propietarios de negocios) vean al organizador determinará si sus organizaciones se unen al esfuerzo. Por lo tanto, establecer relaciones con miembros clave es, a menudo, el primer paso hacia una organización comunitaria exitosa.

Reclutar a miembros de la comunidad para la iniciativa

Éste es el corazón de cualquier campaña de organización comunitaria. Consiste en el contacto personal, ya sea solicitando el voto puerta por puerta o reuniéndose en las casas de la gente, en reuniones públicas, en conversaciones en bares y lavanderías, etc. No hay sustitución para la comunicación cara a cara, la honestidad acerca de los propósitos y metas, el no ser pretencioso, el hablar con sinceridad y el tratar a la gente con respeto. Es muy difícil conseguir la confianza a distancia.

Asimismo, no se puede ganar la confianza basándose en falsas premisas. Sea quien sea, no finja, por ejemplo, que viene de la clase obrera cuando no es así. Lo que muchos no saben es que no es necesario tratar de aparentar nada. Siéntase cómodo consigo mismo y los demás lo estarán con usted, mientras quede claro que usted los respeta por quienes son. Esté dispuesto a aprender y los demás estarán dispuestos a enseñar. Nunca calle a nadie, pero no dude en usar lo que sabe para el servicio de su esfuerzo y el de la gente con la que trabaja.

En el Hamlet de Shakespeare, tanto el público como los otros personajes de la historia se mofan del cortesano Polonio  por su pomposidad. Sin embargo, si presta atención se dará cuenta de que es sabio y honorable. Cuando aconseja a su hijo, dice cosas sorprendentemente importantes para alguien que quiera involucrarse en la organización de comunidades: "Esto sobre todo: Sé fiel a ti mismo, y a eso seguirá, como la noche al día, que no podrás ser falso con nadie".

Reclutar miembros para la comunidad  puede llevar algún tiempo.

Ganarse la confianza de la comunidad, especialmente la de una que ha sufrido abuso o ha sido ignorada o tratada con desprecio por parte de personas ajenas, no es una tarea que se realice de la noche a la mañana. Primero se hace un amigo, que entonces le presenta a sus amigos y así sucesivamente…

Esto puede tomar tiempo, pero finalmente irá creciendo si se hace bien el trabajo y la gente que se recluta verdaderamente cree que la causa les pertenece a ellos. Precisamente por esta razón, es extremadamente importante no aproximarse a una comunidad con un plan elaborado previamente, sino que hay que esperar a que este provenga directamente de la gente.

Saul Alinsky, para organizar el Consejo del Vecindario del Jardín Trasero (BYNC, por sus siglas en inglés) en Chicago en 1939, unió sus esfuerzos a los de Joe Meegan, el respetable gerente de un parque local. Como se reclutaron individuos y organizaciones, quedaba claro que la gente tomaría las decisiones acerca de la dirección que la organización tomaría y de lo que haría. El lema de BYNC era (y todavía es): "Nosotros, el pueblo, decidiremos nuestro propio destino".

Elaborar un sistema de comunicación.

Al tiempo que se reclutan individuos y grupos y se empieza a planear y a llevar a cabo una estrategia de acción social, se vuelve crucial que la gente sea capaz de conectarse con otras personas y que las noticias se puedan extender rápidamente y de forma eficiente para todos. Para que esto ocurra, se necesita un método, ya sea por teléfono, correo electrónico o contacto personal (Para ver más tipos de sistemas de comunicación, vea el Capítulo 33, secciones 10, Reglas generales para organizar abogacía legislativa y 14, Organizar manifestaciones públicas).

Fomentar el liderazgo en la comunidad desde el principio

Algunos de los individuos clave podrían no ser exactamente “líderes comunitarios”, pero pueden ser personas de confianza a quienes la gente escucha; es decir, ya son “líderes” con o sin el título. Además hay muchos otros que tienen potencial  para el liderazgo o que lo ejercen  en ciertas situaciones o con ciertos grupos. Cuanto antes se pueda identificar y empezar a guiar, capacitar y animar a estos líderes potenciales o reales, más pronto empezará la comunidad a “decidir su propio destino”

Crear una estructura para ayudar a la comunidad a lograr sus objetivos.

Una vez que el número de individuos y grupos comprometidos con la causa alcanza una proporción masiva considerable, es el momento de trabajar tomados de la mano en una organización o estructura que les haga posible discutir diferencias y planear e implementar una estrategia unificada de acción social.

La otra gran ventaja de una organización u otra estructura es que proporciona un punto central y una coordinación para cualquier cosa que la comunidad haga. Si, por ejemplo, hay negociaciones con las personas que ejercen el poder, la organización puede representar a la comunidad completa, en lugar de que los diferentes grupos negocien de forma separada. Esto permite a la comunidad hablar con una sola voz, lo cual tiene mucha más influencia que estar dividida en varios grupos.

Planeando la acción social

A veces la acción social surge debido a las circunstancias. La oposición en Checoslovaquia estuvo esperando y planeando durante décadas la espontánea manifestación de la “Revolución de terciopelo” de 1989, la cual llevó a la caída del gobierno comunista. Había líderes disponibles y planes para la transición hacia un gobierno no comunista, pero no se habían planeado grandes manifestaciones. Hubo una fuerte reacción pública hacia la brutal represión contra la marcha estudiantil y hacia la desaparición del dominio comunista en la mayoría del bloque del este.

Por otro lado, cuando Wade Rathke llegó a Little Rock para empezar lo que se convertiría en ACORN, no tenía esperanzas de que surgiera un movimiento espontáneo. Pasó el tiempo reclutando a organizaciones e individuos, identificando los asuntos más importantes, forjando alianzas entre grupos enemistados (especialmente debido a cuestiones raciales) y planeando con la comunidad la forma en que abordarían los objetivos que habían identificado como más los importantes y alcanzables.

Si ocurre en un periodo de tiempo ya sea corto o largo, hacer planes es una parte importante de la campaña de acción social. Una vez que se ha preparado el terreno y que la comunidad se ha organizado es el momento de preparar las estrategias.

Desarrollar un plan estratégico para la acción social.

Una campaña de acción social es justamente eso. Lo más probable es que los objetivos finales de la comunidad sean a largo plazo y se centren en cambios permanentes que lleven a la justicia social y económica. Objetivos tan significativos como esos no se pueden alcanzar rápidamente ni sólo con acción limitada. Es necesaria una estrategia a largo plazo, así como un plan de acción y una estrategia concreta para alcanzar cada objetivo intermedio que conduzca al resultado final.

Se recomienda el proceso VMOEPA (desarrollar una visión compartida, establecer una misión de la organización o iniciativa que se base en la visión de la comunidad, elegir objetivos que reflejen esa visión y misión, formular una estrategia para alcanzar los objetivos y crear acciones que implementen esa estrategia.) Cada elemento de este proceso debe llevarse a cabo con la participación (e idealmente bajo el liderazgo) de la comunidad, de tal manera que todo el plan le pertenezca a ella. Los organizadores pueden jugar aquí un papel muy importante como asesores y  facilitadotes usando su experiencia y pericia para ayudar a los miembros de la comunidad a prever objetivos a corto y largo plazo, además de para indicarles qué clase de estrategias y acciones podrían emplear para alcanzar esos objetivos.

Algunos organizadores comunitarios y organizaciones de creación de comunidades limitan su trabajo a formar organizadores dentro de la comunidad. El Centro Highlander formó a muchos de los líderes del Movimiento de los Derechos Civiles y continúa reuniendo y formando a activistas de todo el país. El Centro de Acción Directa y Formación Investigativa (DART, por sus siglas en inglés) situado en Miami y el Centro Nacional de Formación e Información (NTIC) situado en Chicago, proporcionan formación y asistencia técnica a líderes comunitarios y a otros interesados en la organización dentro de sus propias comunidades. Muchos otros organizadores, incluyendo la Fundación de Áreas Industriales, La Red Nacional PICO (llamada antiguamente Instituto Pacífico para la Organización Comunitaria), la Academia del Medio-Oeste, situada en Chicago y ACORN proporcionan formación en organización de comunidades, además de su trabajo en la creación de las mismas.

Decidir que tipo de acciones funcionarán mejor en la comunidad y en qué tipo de acciones la comunidad estará o no dispuesta a participar.

Hay una amplia gama de posibles acciones para la comunidad. Por un lado están aquellas acciones que simplemente anuncian que la comunidad existe como fuerza unificada (escribir cartas, llamadas o visitas a dirigentes con respecto a un tema legislativo, etc.). Estas acciones requieren la coordinación y el momento oportunos, pero no sujetan a nadie a ningún tipo de exposición pública o riesgo.  Por otro lado están los actos de desobediencia civil que podrían exponer a la gente a ser arrestada o a un peligro físico.

Como comunidad, es importante saber lo que se desea hacer en un momento dado. Esto dependerá de:

  • Lo que pueda ser efectivo. Actos de violencia contra la propiedad son muy simbólicos, pero rara vez convencen a la oposición de algo y a menudo dividen al grupo mismo, por lo que su efectividad es cuestionable en la mayoría de las comunidades.
  • Lo que los miembros de la comunidad vean como ético o  moral. Todo el concepto de resistencia no violenta usado por Gandhi y emulado por Martin Luther King y sus colegas en el movimiento por  los derechos civiles estadounidenses está basado en la premisa de que la violencia contra otros está mal y por lo tanto privaría al movimiento de cualquier fuerza moral si se usara.
  • Lo que la comunidad aceptará y para lo que estará lista a hacer. Esto tiene que ver con el punto anterior y el siguiente, pero sobre todo con las normas sociales y culturales de la comunidad. Algunos grupos podrían tener por ejemplo, fuertes tabúes en contra de los enfrentamientos o en contra de los individuos que destacan del grupo, por lo tanto las estrategias de acción social tendrían que tomar esto en cuenta. Los individuos tienen que estar psicológicamente preparados para hacer lo que se ha planeado.
  • Los tipos de riesgo que la comunidad está dispuesta a tomar. Esto podría cambiar conforme pase el tiempo (Vea más adelante), pero las comunidades pueden diferir sobre lo que están dispuestas a arriesgar. Algunas estarán dispuestas a exponerse personal y políticamente; otras (al menos al principio) puede que no. A veces es importante hacer a la gente arriesgarse un poco, pero no demasiado. Podría tratarse de una comunidad que anteriormente ha sufrido consecuencias severas debido a una protesta pública. Incluso si las circunstancias son diferentes esta vez, la comunidad  tiene que empezar con un nivel razonable de riesgo.
  • Lo que se ha intentado antes. Una comunidad que no está dispuesta a involucrarse en actos de desobediencia civil al principio de una campaña podría cambiar de opinión después de que sus esfuerzos más moderados hayan sido ignorados. Una comunidad que ha organizado una exitosa acción social y que ha alcanzado su objetivo quizá podría hacer un poco más. Las circunstancias y las personas cambian por lo que es importante plantearse esta cuestión de vez en cuando.
  • Preparar planes de contingencia basados en el nivel al que se desea escalar.  A veces un esfuerzo de acción social funciona al primer intento. Otras veces es necesario probar varias veces, hacer algún cambio en el procedimiento, aumentar la intensidad o cualquier otra cosa para conseguir el éxito. También, algunas veces el esfuerzo no funciona bien o en absoluto: es entonces cuando hay que pasar al plan B.

Los planes de emergencia pueden abarcar casi todo.

Una posibilidad, por ejemplo, es dejar el asunto a un lado y encauzar el esfuerzo hacia algo que se pueda ganar para acrecentar la fuerza y el ánimo del grupo. Otra es cambiar de táctica (enfocar el tema desde otro ángulo o dirigir la acción hacia un objetivo diferente). También se puede amenazar con el siguiente nivel de acción (sutil o directamente) y ofrecer negociar antes de "verse obligado" a cumplir con ello. Una cuarta posibilidad es incrementar el nivel de acción sin avisar, con el propósito de atraer a los medios de comunicación, poniendo a los oponentes en una posición más difícil y /o demostrando la magnitud de la fuerza y el apoyo que se posee.

La intensificación no es el resultado más deseado en este punto.

Si se pueden conseguir los objetivos cambiando tácticas o cualquier otra estrategia, este sería sin duda el mejor resultado. Deberían tenerse planes de emergencia que cubran muchas posibilidades diferentes, de manera que el esfuerzo nunca sea tomado por sorpresa y para que tenga, además, varias posibilidades a la hora de reaccionar cuando las cosas no salen como se espera. Sin embargo, estos planes de emergencia deberían abarcar también la intensificación. Podrían no ser necesarios, pero si se hacen se debería saber exactamente cómo son.

La comunidad debería ser clara acerca del nivel de acción que está dispuesta a llevar a cabo. ¿Está dispuesta a llegar a la desobediencia civil? ¿Hay otras medidas drásticas que esté dispuesta a tomar? ¿Cuáles son las posibles y/o probables consecuencias de los planes, tanto para los individuos y grupos involucrados como para el esfuerzo? ¿Se cuenta con los recursos y la voluntad de llevar a cabo un proceso difícil (como por ejemplo un juicio) hasta sus últimas consecuencias?

Cualquiera que sea la respuesta a estas preguntas, es necesario planear tantas posibilidades como sea imaginable. Nunca se debe asumir que sólo porque se está involucrado en una acción, ésta logrará sus metas. Es necesario saber cuál es el siguiente paso.

Llevando a cabo una estrategia de acción social.

Una acción social no siempre quiere decir reunir a las tropas y marchar hacia el ayuntamiento con fuego en los ojos. A veces puede ser así, y hay muchas ocasiones en que esto es lo apropiado, pero es también testificar en un juicio, ir de puerta en puerta para hablar con los votantes acerca de unas elecciones próximas, presentar un juicio, reunirse con el funcionario de un organismo regulador para exigir el control de reglas ya existentes o hacer una visita a un miembro del congreso con un grupo de ciudadanos.

La diferencia clave entre la acción social y una simple participación democrática es el despliegue de poder derivado de la presencia o el apoyo de un gran grupo de personas con ideas afines. Llamar a la Casa Blanca (la casa presidencial en Estados Unidos) como individuo para protestar por la invasión estadounidense de Irak es participación democrática. Llamar por la misma razón como parte de un esfuerzo coordinado para bombardear a la administración con cientos o miles de llamadas es acción social.

Los ejemplos de acción social abundan. Lea prácticamente cualquier periódico durante una semana y probablemente verá al menos uno. Por ejemplo, al momento de redactar este material (otoño 2005) sólo una organización, ACORN, ha hecho recientemente lo siguiente:

  • Movilizar votantes, solicitando votos de puerta en puerta, registrando votantes, participando en mítines junto con dirigentes electos para derrotar iniciativas puestas a votación en California.
  • Inundar la reunión del consejo de la Asociación Nacional de Pintura y Recubrimientos de Cleveland con 400 miembros de ACORN para exigirle (con éxito) hablar con ellos acerca de la responsabilidad de esta industria en la intoxicación por plomo ocasionada por sus pinturas y de sus obligaciones para con las víctimas.
  • Copatrocinar un mitin en la ciudad de Nueva York al que acudieron más de 1.000 empleados de guarderías  para poner de relieve sus bajos salarios y la falta de apoyo (el año pasado ACORN ayudó a crear un sindicato de trabajadores de guarderías en Nueva York).
  • Mantener una serie de diferentes acciones en todo el país para intentar convencer al congreso de no gastar todo su presupuesto en ayudas humanitarias después de desastres, en detrimento de los programas de asistencia para los pobres.
  • Participar en acciones y buscar deliberaciones para evitar la renovación del permiso de funcionamiento de una empresa fundidora en El Paso, Texas, la cual emite gases de metales pesados a la atmósfera.

En muchos de estos casos no ha habido una única acción, sino muchas seguidas o acerca del mismo tema en muchas ciudades a lo largo del país.

Finalmente se debe pasar de planear a ejecutar el plan (normalmente lo antes posible). Incluso en las acciones más sencillas y con menos riesgo, como por ejemplo mandar cartas a los legisladores, las personas necesitan algún tipo de ayuda o formación. Cuanto más complicada y potencialmente arriesgada sea la acción, más apoyo necesitarán las personas involucradas en ella.

La mayoría de los pasos que se mencionan más adelante hacen referencia a acciones individuales. Sin embargo, recuerde que llevar a cabo una estrategia de acción social no es lo mismo que dedicarse a una acción individual: a menudo es un compromiso a largo plazo que requiere diversos tipos de acciones, normalmente con el objetivo de cambiar la distribución del poder para conseguir una mayor igualdad.

Elegir el lugar, la hora, los objetivos y la naturaleza de la acción basándose en el propósito y en cómo esto encaja en la totalidad de la estrategia.

Si se quiere convencer a los legisladores de que escuchen o de que actúen de una determinada manera no tiene sentido acudir a un edificio de la legislatura estatal cuando no se están efectuando una sesión o si ellos no van a estar en un lugar donde se den cuenta de lo que la iniciativa está haciendo. Si se desea que se apruebe un proyecto de ley, la acción tiene que dirigirse a los legisladores; si quiere que una corporación cambie su política, la acción debería dirigirse a las oficinas o a los funcionarios de esa corporación. Piense cuidadosamente acerca de lo que se quiere lograr y en quién tiene el poder para que eso ocurra.

De igual modo, considere qué tipo de acción es más efectivo para el tema que se está tratando y para la estrategia a largo plazo. En general, es mejor usar la acción más sencilla posible, dejando las manifestaciones más drásticas (como las marchas o plantarse en la puerta principal del presidente ejecutivo) para cuando realmente se necesite. Si se puede lograr el objetivo de una forma que no implique enfrentamientos ni acusaciones, esto hará que los oponentes estén más dispuestos a tratar con usted en el futuro, además de dejarle con muchas más opciones. Si empieza con métodos de artillería pesada no le quedarán más recursos si después del primer ataque no logra su propósito. Además si los oponentes y el público en general acaban acostumbrándose a esa artillería, al final dejarán de prestarle atención.

Proporcionar la formación y el apoyo necesarios para llevar a cabo una acción exitosa antes de involucrarse en ella.

Hay diferentes clases de apoyo que se podría proporcionar:

  • Formación. Si la gente escribe cartas o hacen llamadas telefónicas, sobre todo si lo hacen por primera vez, podrían necesitar un modelo. Los participantes deberían estar instruidos lo mejor posible acerca de la naturaleza y extensión de la acción, los roles que van a desempeñar, exactamente dónde y cuándo se espera que estén, etc. Si van a testificar ante un tribunal o comité legislativo deberían tener la oportunidad de poder practicar lo que van a decir y de que se les informe acerca de lo que pueden encontrarse, quién estará allí, cuánto tiempo tendrán, etc. Si se va a practicar la desobediencia civil es muy importante que los participantes reciban formación en protesta no violenta y en cómo comportarse y a que atenerse si son arrestados. Deben conocer todas las opciones a su alcance: involucrase en la desobediencia civil, apoyar a los que ya están involucrados, estar simplemente presentes, etc. Cuantos más participantes sepan de antemano acerca de la acción, más efectiva será ésta.
  • Logística. Si se está planeando hacer una marcha o un mitin los participantes necesitarán señales. Podrían necesitar ir a una reunión pública o a un centro electoral. Para algunas acciones se debe proporcionar trajes o ropa con ciertos lemas. Los participantes podrían necesitar mapas u otro tipo de información. Para una sesión con los medios de comunicación o un mitin, se podrían necesitar fotos o dibujos, equipos de sonido, papel de prensa, computadoras, pantalla de proyección… la lista de posibilidades es casi interminable. Anticiparse y proveer lo que los organizadores y participantes necesitarán es una parte importante en la organización de una acción.

No olvide las necesidades básicas. Si un grupo va a reunirse con dirigentes del ayuntamiento o del edificio de la legislatura estatal, ¿qué van a almorzar? En concreto, si es un día caluroso habría que dar agua. También se podrían necesitar servicios sanitarios. Un número adecuado de botes de basura durante un mitin podría agilizar la limpieza después de que se termine el acto. Cuantas más cosas de este tipo se puedan anticipar, mejor saldrá la acción.

  • Coordinación y apoyo. Los individuos funcionan mejor si saben que hay alguien a cargo. Tener personas encargadas de dar direcciones, instrucciones, información, etc. en una acción hace que todo funcione sin problemas y da a los participantes el sentido de seguridad característico de una buena organización.

Este tipo de coordinación y apoyo es particularmente importante si hay una amenaza de violencia real o imaginaria. La violencia  puede desacreditar no sólo la acción que se está realizando sino también a la propia organización y a su causa. Por ello, es importante que haya un control de las multitudes (tan informal y sencillo como sea posible) y que cualquier movimiento que conduzca a la violencia pueda pararse antes de que cobre importancia.

Planear la acción detalladamente y después seguir el plan.

Así como el resto de la estrategia, planear una acción debería ser una actividad participativa y que involucre a individuos afectados por el tema, funcionarios o miembros y/o afiliados de organizaciones, etc. Cuantos más participantes interesados tenga una estrategia de acción social (que incluya la planificación de acciones individuales) más probable será que ésta continúe a largo plazo y que tenga éxito.

La planificación de un evento debería cubrir toda posibilidad que se le ocurra a cualquier persona involucrada. Es mucho más fácil evitar los problemas antes de que aparezcan, que tratar con ellos cuando ya están presentes. Y probablemente lo estarán si no se planea bien todo.

¿Y qué pasa cuando después de haber planeado todo cuidadosamente sucede algo completamente inesperado?: cuando la audiencia de un caso para el que se tenía preparado testimonio se cancela o cuando el mejor conferencista de la iniciativa tiene un accidente de tráfico de camino al mitin o cuando el líder de la oposición sufre un ataque al corazón el día en el que se había planeado enfrentarse con él...

Una respuesta sería que se debería haber previsto la posibilidad de que todo esto ocurriese y haberse hecho un plan...y quizás fue así. Sin embargo, simplemente no es realista suponer que alguien, no importa lo inteligente que sea, pudiera pensar en todo lo que podría ocurrir. Lo mejor que se puede hacer es tener un plan general de emergencia para cuando las cosas van mal y tener un respaldo para todo; un conferencista que esté preparado para ir si se le  necesita, una ruta alternativa, un espacio cubierto en caso de que haya mal tiempo, éstos y otros planes de emergencia pueden ahorrar dolores de cabeza cuando surge algo inesperado. Así como con la información de la computadora para la cual es necesario hacer una copia extra, en este caso tener un respaldo es buena idea. No lo lamentará.

Organizar la acción.

Esto significa activar la red de contactos, ir de puerta en puerta, convocar reuniones y hacer cualquier cosa que pueda llevar a la gente adecuada al lugar idóneo, en el momento justo. Ya sea si se necesita a 20 personas para escribir cartas al editor o a  2.000 enfrente del ayuntamiento a las 2 de la tarde en un lunes, éstas tienen que ser contactadas y coordinadas. Por esta razón es por la que se cuenta con cierta organización y conexiones con organizaciones comunitarias, instituciones e individuos clave.

Ejecutar la acción.

Toda la planificación y la reflexión del mundo no llevarán a nada a menos que se traduzcan en acción. Ésta es la oportunidad, ¡Hágalo!

Continuar y evaluar.

Todavía no está todo hecho cuando termina la acción en sí, ya que aún restan muchas cosas por hacer, por ejemplo:

Cuidar la logística: asegurarse de que las personas que lo necesitan sean transportadas a casa, mandar esa petición a la oficina apropiada, hacer el conteo de las llamadas telefónicas que se han hecho, etc.

Si se ha organizado un gran mitin o manifestación, alguien tendrá que quedarse a limpiar después de que la multitud se haya ido. De esa manera se asegura que el mensaje no se pierde debido a las quejas ocasionadas por el desorden que queda después de la acción. Tiene que haber una manera ordenada y razonable de dispersar a la multitud y de que vuelvan a casa una vez que la acción se ha acabado.

Si se tienen actividades de seguimiento planeadas (por ejemplo, un mitin en el edificio de la legislatura estatal puede continuarse con visitas a los legisladores), hay que comprobar que esto ocurre y que todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y a dónde tiene que ir. Al final de esta actividad, todavía hay que encargarse de que la gente vuelva a casa de manera organizada, de recoger la basura, etc.

Si usted deja muy claro que hay que evitar el vandalismo y la violencia (y en la mayoría de los casos debería hacerlo), los miembros o coordinadores de vigilancia tendrán que quedarse haciendo su trabajo hasta que todo el mundo involucrado en la acción se haya marchado del lugar y esté ya de camino a casa en vez de andar dando vueltas en grupos pequeños o no tan pequeños. Especialmente si se encuentran presentes en el lugar oponentes de la iniciativa, es necesario hacer todo lo posible para asegurarse de que cualquier encuentro sea cortés y para que la efusividad no derive en un comportamiento imprudente.

Cuando todo haya acabado (al día o a la semana siguiente), los encargados de planearlo todo deberían reunirse para evaluar los resultados. ¿Salió todo de acuerdo al plan? ¿Las personas con responsabilidades hicieron un buen trabajo? ¿Hubo alguien especialmente competente o incompetente? ¿Qué fue lo más y lo menos efectivo? ¿Cómo fue la cobertura por parte de los medios de comunicación? ¿Cómo organizaría una acción similar en el futuro? En resumen, ¿este tipo de acción funcionó para el propósito para el cual se planteó? Si no fue así, ¿qué podría haber funcionado mejor? Si es necesario, use la evaluación para modificar la próxima acción (o la estrategia total) y hacerla más efectiva.

Como ya sabrá si ha utilizado anteriormente la Caja de Herramientas Comunitarias, la evaluación se considera una parte íntegra y extremadamente importante de cualquier actividad de desarrollo comunitario o de salud. Si se hace una evaluación honesta, se obtendrá información valiosísima acerca de lo que se está haciendo, lo cual permitirá modificar y mejorar el trabajo de la iniciativa. No deje pasar la oportunidad, úsela para aumentar sus oportunidades de organizar una campaña exitosa.

Por último, planear el siguiente paso basándose en cómo ajustarse a la estrategia general.

Se está en esto para un largo recorrido; todo lo que haga debería ajustarse al plan a largo plazo y a hacer que la acción social logre avances. Las estrategias de acción social rara vez son completas por sí mismas. Ayudan a establecer ganancias que a la larga añaden un cambio significativo, pero siempre hay algo más que se puede lograr. El  movimiento de los derechos civiles mejoró drásticamente la vida de la comunidad de color en EE.UU., pero todavía hay un largo camino que recorrer después de más de 50 años. La organización comunitaria y la acción social (si es necesaria) no pueden parar hasta que una comunidad o una sociedad, sea verdaderamente justa y equitativa. Esto significa que los organizadores exitosos tienen que seguir con su labor (para siempre).

En resumen

La organización comunitaria, como fue practicada por Saul Alinsky, Martin Luther King, Jr., César Chávez y otros colegas y herederos, sugiere el poder que se consigue con la unión de un gran número de personas que previamente no poseían ningún poder. Esto es la acción social y va desde mandar cartas al editor hasta la desobediencia civil extrema.

La acción social a menudo implica rechazar seguir las normas establecidas por aquellos en el poder, ejercitando a cambio el derecho a protestar y de responder en contra de las decisiones y políticas injustas o mal concebidas. Esto lleva consigo dar poder, voz y autoridad propias a las comunidades que han sido maltratadas, abandonadas o tratadas injustamente por las autoridades o por el conjunto social. La estrategia de acción social puede provocar un significativo cambio social al llamar atención hacia la injusticia y al usar la acción unificada para enfrentarse, o cooperar, con las personas encargadas de crear políticas y con la sociedad en su conjunto.

Contributor 
Phil Rabinowitz

Recursos en línea

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COMM-ORG: The Online Conference on Community Organizing. Features a list-serv for community and neighborhood organizers (free membership.)

The Community Organizing Tool Box: A Funder’s Guide to Community Organizing, by Larry Parachini and Sally Covington.Includes a history of CO.

DART, the Direct Action and Research Training Center. Provides training and support to grass roots community organizations.

The Industrial Areas Foundation, founded by Saul Alinsky in1940, to bring his brand of community organizing beyond Chicago.

The National Training and Information Center. “NTIC's mission is to build grass roots leadership and strengthen neighborhoods through issue-based community organizing. “

Acts as a catalyst, providing training and technical assistance for grass roots activists and organizers.

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