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  • ¿Qué forma puede tomar una organización juvenil?

  • ¿Por qué establecer organizaciones juveniles?

  • ¿Quién debe establecer las organizaciones juveniles?

  • ¿Cuándo establecer una organización juvenil?

  • ¿Cómo establecer una organización juvenil?

  • Sección especial: Ayuda para adultos que buscan tener éxito en el establecimiento de una organización juvenil

Usted es una persona adulta caminando por el centro comercial, y observa un grupo de adolescentes. Se queda asombrado por su energía – o quizá le desagraden algunos de sus extraños comportamientos. Usted desearía (por enésima vez, ya que tiene hijos adolescentes) poder canalizar toda esa energía en una tarea productiva.

O quizá usted es un adolescente, y una chica que iba a su misma escuela acaba de suicidarse. Ella no era una buena amiga suya, pero aun así usted se siente realmente mal. Se pregunta qué podría haber hecho por ella o si pudo haber señales de alarma que usted no vio. Usted incluso busca información en la Internet sobre suicidio en adolescentes, pero se da cuenta de que necesita más que datos. Usted quiere hallar una forma de asegurarse de que esto no suceda de nuevo en su escuela. Como usted sabe, algunos de sus amigos se sienten de la misma forma – pero ¿qué se puede hacer?

Ya sea como una persona joven preocupada o como una persona adulta interesada, usted tiene abierta la opción de iniciar una organización juvenil. Las organizaciones que son manejadas por o para jóvenes pueden ofrecer muchísimo a la comunidad. Pensemos en todas las organizaciones que conocemos – probablemente hemos estado involucrados en una en algún momento. Existen grupos enfocados en casi cualquier tema que se nos pueda ocurrir, con una enorme variedad de metas. Algunos ejemplos son:

  • Niños exploradores
  • Equipos de fútbol
  • Asociación de Estudiantes en Contra de Conducir en Estado de Ebriedad
  • Grupos de Amnistía Internacional
  • Estudiantes que realizan trabajos voluntarios en la comunidad
  • Adolescentes que forman una organización para promover la salud en su ciudad

Las organizaciones juveniles pueden ser iniciadas por los mismos jóvenes o por adultos interesados. En esta sección cubriremos los pasos del desarrollo de una organización juvenil desde la perspectiva de ambos grupos. Iniciaremos con un panorama de qué puede ser un grupo juvenil y las ventajas generales de iniciar uno. Luego hablaremos brevemente sobre quién debe iniciar este grupo y sobre las ventajas únicas de que sea un adulto el que organice el grupo o de que lo hagan los mismos jóvenes. Asimismo, veremos el momento indicado para iniciar uno de estos grupos y luego cómo debe manejarse. Finalmente, cerraremos con una sección para adultos mentores, con consejos especiales sobre el trabajo con jóvenes.

¿Qué forma puede tomar una organización juvenil?

Una organización juvenil puede ser casi tan amplia – o tan reducida – como una organización para adultos o para la comunidad como un todo. Estas organizaciones pueden ser mantenidas por escuelas, iglesias, vecindarios o por centros recreativos locales. Pueden operar a nivel local, nacional o inclusive internacional. Pueden ser organizadas y mantenidas tanto por los mismos jóvenes como por adultos, como por ejemplo entrenadores, sacerdotes o dirigentes comunales. Una organización juvenil local puede ser también una rama de un grupo más grande; por ejemplo una coalición local para disminuir el consumo de drogas y alcohol puede contar con un grupo consejero de jóvenes que ofrezca ideas y sugerencias sobre las formas que consideren más apropiadas para evitar que otros jóvenes consuman alcohol.

En esta sección nos concentraremos principalmente en las organizaciones juveniles que son desarrolladas específicamente para mejorar la comunidad – por ejemplo, organizaciones relacionadas con la salud como la Asociación de Estudiantes en Contra de Conducir en Estado de Ebriedad– o en grupos que se forman para aumentar la participación en la vida cívica de la comunidad. Sin embargo, muchas de las ideas que discutimos aquí pueden ser fácilmente aplicadas a cualquier tipo de grupo de jóvenes, como grupos de teatro o equipos deportivos.

Ejemplo: Chicos de la Ciudad

Un ejemplo de una organización juvenil exitosa es Chicos de la Ciudad . Ésta es una organización con varias ramas por todo Estados Unidos. Su misión es llegar a jóvenes para desarrollar en ellos cualidades con las que puedan impactar positivamente al mundo.

Sus metas son:

  • Proveer un espacio sano para los jóvenes
  • Promover la comunicación abierta entre los jóvenes
  • Construir puentes multiculturales
  • Promover el desarrollo del liderazgo entre los jóvenes

El grupo realiza diferentes actividades para lograr estas metas. Por ejemplo, lleva a cabo una reunión de “coalición” semanal en la que reúnen a diversos tipos de jóvenes para explorar temas culturales, étnicos y sexuales. El grupo se halla involucrado en muchos aspectos de las vidas de los jóvenes y les ofrece oportunidades para desarrollar su liderazgo y orientación educativa.

Una división de este grupo es la Compañía de Repertorio de Chicos de la Ciudad (en inglés, CityKids Repertory Company), en la cual los jóvenes transforman sus sentimientos y experiencias sobre la vida juvenil en música, danza y drama. Llevan a cabo sus presentaciones en sus vecindarios y escuelas, centros comunitarios y prisiones. Se han presentado en grandes escenarios y algunos de sus trabajos han sido puestos en video y transmitidos en televisión. Por ejemplo, el grupo elaboró “La historia de Kayla”, un video que documenta un embarazo adolescente ficticio. El video fue distribuido por todo el país.

Chicos de la Ciudad es un ejemplo exitoso de jóvenes que eligen temas que consideran importantes, hallan un espacio sano y se ayudan mutuamente para fortalecer sus comunidades. La organización les ayuda a obtener habilidades de liderazgo y a tener acceso a un grupo de jóvenes en el cual establecen relaciones sólidas y desde el cual pueden enviar un mensaje positivo a la juventud de la comunidad.

¿Por qué establecer organizaciones juveniles?

La participación en una organización juvenil representa muchas ventajas para los jóvenes mismos, así como para la comunidad completa. Por supuesto, la ventaja más obvia se halla en que las organizaciones juveniles proporcionan a los jóvenes un espacio para enfrentar total y efectivamente los asuntos que son especialmente importantes para ellos, como la violencia y la educación. Sin embargo, existen muchas otras ventajas de estos grupos. Presentamos algunas de ellas a continuación.

Ventajas para los jóvenes:

  • Formar parte de un grupo puede ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades personales e interpersonales importantes. Éstas incluyen la habilidad de pensamiento crítico y de resolución de problemas y la de asumir responsabilidades personales y grupales.
  • Puede también ayudar a los jóvenes a ganar autoconfianza y autoestima. El contribuir con un grupo puede ayudarles a verse a sí mismos como individuos preparados para ayudar a los demás y que poseen cosas importantes que ofrecer.
  • Puede ayudar a reducir el riesgo de involucrarse en actividades perjudiciales, como el consumo de drogas y alcohol. El estar involucrado en actividades comunitarias ha demostrado ser un factor protector – es decir, ayuda a los jóvenes a tomar decisiones saludables. Esto porque al hallarse formando parte de una organización, pueden desarrollar una identidad “segura” y tienen menores probabilidades de participar en actividades inadecuadas (por ejemplo, iniciar una vida sexual antes de que estén listos para ello).
  • Los jóvenes involucrados en organizaciones pueden desarrollar habilidades laborales, las cuales incluyen habilidades organizativas, la capacidad de dirigir reuniones y ganar experiencia en el trabajo con una amplia variedad de personas. Estas habilidades que los jóvenes aprenden al formar parte de un grupo pueden ayudarlos a estar mejor preparados para cualquier campo de trabajo que elijan.
  • A menudo las organizaciones les proporcionan a los jóvenes un “espacio seguro” al cual no tendrían acceso de otra forma – un lugar en el que pueden expresarse a través del arte y de actividades o simplemente donde pueden hablar abiertamente con otros jóvenes y con adultos interesados.
  • Las organizaciones juveniles ofrecen oportunidades de liderazgo que no son accesibles por otros medios.
  • Los jóvenes involucrados en organizaciones pueden recibir información acerca de cómo mantenerse sanos y seguros, por parte de otros jóvenes o adultos que conozcan y respeten. Después, ellos pueden transmitir esta información a otros jóvenes. De esta forma, las organizaciones juveniles ofrecen una forma confiable mediante la cual los jóvenes pueden aprender a mantenerse sanos, ya que pueden aprenderlo de amigos a los que admiran en lugar de adultos o extraños cuyas opiniones pueden no valorar.
  • Los jóvenes pueden crear una fuerte red de apoyo con otros jóvenes que saben tomar decisiones saludables y que además les pueden ayudar a mantenerse sanos.

Ventajas para la comunidad:

  • Las organizaciones juveniles pueden ayudar a cambiar la percepción del público sobre la juventud, pasando de ser “el problema” a ser una parte importante de quienes trabajan por mejorar la vida en la comunidad.
  • El involucrar a personas jóvenes en la comunidad les ayuda a éstos a verse como una parte del todo; ellos realmente disminuyen sus probabilidades de causar problemas e incrementan sus deseos de buscar soluciones.
  • Al involucrar jóvenes, la comunidad les permite desarrollar cuidadosamente su potencial de liderazgo, de manera que ellos crezcan y se den cuenta de que pueden convertirse en líderes sociales preparados y eficientes.
  • Otras organizaciones comunitarias pueden ofrecer colaborar con organizaciones juveniles para un beneficio mutuo. Los jóvenes pueden dar una enorme cantidad de vida a una organización; frecuentemente su energía, entusiasmo, creatividad y perspectivas son invaluables para los miembros de organizaciones comunitarias más grandes que deciden involucrarlos activamente.

¿Quién debe establecer las organizaciones juveniles?

Como se dijo anteriormente, las organizaciones juveniles pueden ser establecidas por dos grandes grupos de personas: los mismos jóvenes o un adulto interesado en ellos. Ambas opciones son adecuadas en ciertas circunstancias y ambas ofrecen sus propias ventajas únicas. Vamos a echar un vistazo a algunas de las ideas en relación a ambos grupos.

Adultos

Los adultos que inician o patrocinan organizaciones juveniles pueden venir de casi cualquier lugar. Frecuentemente, incluyen a maestros, entrenadores, sacerdotes, padres de familia y personal de agencias de servicios sociales. Algunas veces, no tienen ningún vínculo directo con los jóvenes, pero poseen experiencias que desean transmitirles (“Yo fui madre a mis 16 años y me gustaría ayudar a las nuevas madres adolescentes a sobrevivir todos los retos que esto trae consigo”).

De donde sea que provengan, lo que los adultos que inician organizaciones juveniles deben (o deberían) tener en común es su compromiso con la juventud y con los objetivos del grupo, y deseos de ayudar a los demás.

Ser un adulto de confianza (alguien a quien los jóvenes conocen y respetan, como por ejemplo un maestro popular) puede hacer mucho más fácil el iniciar una organización juvenil. Los adultos de confianza a menudo hallan más fácil la tarea de planear actividades dirigidas a jóvenes. Ellos conocen el área, conocen a los muchachos y saben qué cosas tienen más probabilidades de funcionar (ellos también tienen una mejor idea de qué cosas los jóvenes considerarán poco atractivas). Además, los jóvenes pueden verse más atraídos hacia los programas iniciados por adultos de confianza porque los conocen y respetan. Si el patrocinador adulto es de la misma zona o del mismo grupo étnico, los jóvenes pueden sentir que es más probable que este adulto entienda sus situaciones y las circunstancias por las que tienen que pasar en su vida diaria. Esto es especialmente cierto cuando los grupos se hallan involucrados en asuntos delicados, tales como el consumo de drogas, la violencia o la sexualidad adolescente.

Por supuesto, las personas de fuera de la comunidad pueden llegar a trabajar a ésta, y algunas veces traer consigo grandes éxitos. A menudo, estas personan llevan a cabo trabajo relacionado con una organización a nivel nacional. Aunque tengan que superar el reto de tener que convertirse en personas conocidas y respetadas por los jóvenes de la localidad, pueden dar a la comunidad renombre y programas exitosos. Otra ventaja de que una persona foránea inicie un grupo de jóvenes es que esta puede traer nuevas energías, perspectivas y recursos adicionales a la comunidad.

Independientemente de que si la persona es alguien de dentro o fuera de la comunidad, el tener a un adulto organizando o patrocinando el grupo de jóvenes puede añadirle credibilidad a la organización, ayudando a los jóvenes a ganar tanto respeto como recursos. Por ejemplo, la mayoría de los jóvenes no tiene experiencia en asuntos legales y trámites burocráticos, mientras que un adulto patrocinador es muy probable que sí la tenga. Por esta razón, sería adecuado que la mayoría de las organizaciones juveniles tuviera por lo menos un adulto con el cual el grupo esté afiliado. Esto puede abrir puertas que se hallan a menudo cerradas para los jóvenes que trabajan por su cuenta (ésta es la realidad, desafortunada e injustamente).

Ejemplo de una organización patrocinada por adultos: El Club Key

El Club Key es una organización internacional dedicada al servicio comunitario que fue fundada por el Club Kiwanis en 1925. Cada Club Key realiza un programa activo de servicio para las escuelas y la comunidad. Los proyectos se centran alrededor de un tema distinto cada año.

Los objetivos del club son desarrollar el liderazgo, servir a las escuelas y a la comunidad y ayudar a los jóvenes a prepararse para ser ciudadanos útiles. Cada Club Key es patrocinado y supervisado por el club Kiwanis de la localidad, con miembros del Club Key asistiendo a las reuniones del club Kiwanis y viceversa. Los estudiantes involucrados en el Club Key trabajan para mejorar su comunidad mediante una red internacional, buscando entre sí apoyo e ideas para el desarrollo comunitario.

Jóvenes

Por supuesto, los jóvenes a menudo se hallan bastante conscientes de los asuntos que los afectan, ya sea que éstos incluyan violencia, suicidio o cualquier otro tema. Ellos también saben qué es lo que realmente sucede, mejor que la mayoría de adultos contratados para dirigir una organización juvenil. Pueden trabajar juntos para formar una organización formal, tal como la Asociación de Estudiantes en Contra de Conducir en Estado de Ebriedad, o algo mucho menos formal sólo para mantenerse informados y lograr hacer cosas sin requerir muchos recursos.

Ejemplo de una red informal de jóvenes: El Poder de las Chicas

Este grupo representa un intento de desarrollar una subcultura de “sólo chicas”. Es una red feminista nacida a partir de grupos de música “underground” (no comercial) de Olympia, Washington y Washington D.C. Originalmente formada por las integrantes de las bandas Brat Mobile y Bikini Kill, la organización actualmente apoya no sólo actividades relacionadas con la música, sino que también se ocupa de temas como el racismo, el clasismo y el sexismo, y además ayuda a mujeres jóvenes a mantenerse sanas y seguras. Aunque la red es muy informal, se logra distribuir la información y establecer las redes mediante revistas publicadas tanto impresa como electrónicamente, las cuales son textos independientes publicados por las mismas jóvenes y tratan sobre varios asuntos y pasatiempos. Estas revistas a menudo incluyen notas incentivando la interacción y participación de los lectores. Muchas tocan temas delicados, tales como la violación y el maltrato de menores, y las jóvenes pueden escribir en ellas para obtener apoyo.

Este grupo es un buen ejemplo de una red informal que se ocupa de asuntos que son importantes para la juventud, ya que todo el trabajo es hecho por las jóvenes mismas, sirve como un excelente medio de desarrollo personal para las personas que lo dirigen, y también para aquellos que navegan en sus páginas Web.

¿Cuándo establecer una organización juvenil?

En realidad probablemente no hay ningún mal momento, especialmente si los jóvenes muestran interés en crear un grupo. Sin embargo, algunos periodos de tiempo y eventos se prestan particularmente bien para motivar a los jóvenes a mejorar sus comunidades. Éstos incluyen:

  • Cuando un evento dramático, preocupante o significativo ocurre en la comunidad, tal como uno de los recientes asesinatos o suicidios de adolescentes que han ocurrido en las escuelas a lo largo de Estados Unidos.
  • Al inicio del periodo escolar, cuando los jóvenes se hallan ansiosos por conocerse, por sentir que forman parte de la comunidad y por enterarse de lo que está sucediendo en ella.
  • Cuando se da a conocer información nueva. Por ejemplo, un grupo local puede hacer una encuesta entre los jóvenes y hallar que un gran número de ellos reporta consumir alcohol regularmente. Esta información puede servir como estímulo para iniciar un grupo para disminuir el consumo de alcohol en los jóvenes.
  • Cuando las organizaciones existentes no están satisfaciendo las necesidades de la comunidad.
  • Cuando un grupo desea crear cambios grandes y significativos en la comunidad. Éste es buen ejemplo de un momento en el que tiene sentido incluir jóvenes dentro de un grupo mayor, como iniciar un comité asesor compuesto por jóvenes para una organización que trabaja a lo largo de toda una ciudad.
  • Para responder a amenazas presentes en la comunidad, tales como un incremento en la violencia.
  • Cuando un asunto significativo que involucra específicamente a la juventud debe ser confrontado.

¿Cómo establecer una organización juvenil?

Decidir qué tipo de organización juvenil se desea formar.

Si usted mismo es un joven, puede que ya sepa qué tipo de organización le gustaría formar. Sin embargo, es adecuado preguntar a amigos y a otros jóvenes qué piensan al respecto. Se debe hacer preguntas directas, tales como:

  • ¿Qué problemas son tan importantes para las personas de nuestra edad o para la comunidad que estaríamos dispuestos a unirnos a un grupo para combatirlos?
  • ¿Cuál es la mayor preocupación de los jóvenes actualmente?
  • ¿Cuál es la verdadera causa del problema?
  • ¿Qué se cree que debe hacerse con respecto a este problema?
  • ¿Se sabe de algo que se esté haciendo en este momento para solucionar el problema? (esta pregunta es una buena forma de enterarse de cosas que uno mismo puede no saber que están sucediendo, con las que podría “engancharse” para hacer más efectiva la iniciativa).

Además se puede hablar con patrocinadores potenciales, para ver qué sugerencias tienen y cómo se sienten acerca de las ideas propuestas.

Los adultos también pueden tener ideas específicas (o contribuir con dinero) para trabajar sobre un asunto específico de una forma específica. Sin embargo, si uno es un adulto, es aun más importante obtener opiniones sobre lo que planea hacer. ¿Están interesados los jóvenes en lo que uno quiere trabajar? ¿Estarían dispuestos a invertir tiempo y recursos en ello? ¿Es algo en lo que creen?

Los adultos, al igual que los jóvenes, probablemente necesiten el apoyo de otras personas en la comunidad. Estas personas pueden donar el espacio o los recursos necesarios. Además, si se está organizando un grupo de jóvenes por primera vez, estas mismas personas pueden tener consejos muy útiles sobre las formas más efectivas de trabajar con ellos.

Para ambos grupos: ¿extenderse a nivel nacional?

Una opción a considerar es si se desea o no que el grupo se afilie a una organización a nivel nacional. Por ejemplo, si se conoce un grupo de jóvenes interesados en los derechos humanos, ¿deberían ellos iniciar un centro local de Amnistía Internacional o deberían más bien desarrollar una pequeña organización a nivel comunitario que se enfoque en el trato a los trabajadores inmigrantes? Existen muchas organizaciones nacionales e internacionales que pueden ofrecer apoyo y recursos a las organizaciones emergentes. Sin embargo, el grupo puede sentir que necesita autonomía o puede no estar interesado en formar parte de una gran organización en donde no hay tanto contacto interpersonal. La respuesta puede ser clara desde el inicio, pero es importante asegurarse de haber resuelto esta inquietud antes de iniciar el trabajo.

Decidir dónde debe estar localizada la organización.

El lugar donde se localice la organización tiene mucho que ver con quiénes se integrarán a ella. Muchas de sus reuniones y otras actividades serán llevadas a cabo allí. Se puede obtener recursos, tales como dinero y materiales, dependiendo de la ubicación. Y probablemente lo más importante sea que muchas de las personas que se integrarán al grupo probablemente lo hagan por el hecho de que ya se hallan afiliadas a la organización base – son estudiantes de la misma escuela, miembros de la iglesia, etc. Es importante darse cuenta también de que algunos jóvenes pueden no afiliarse a ella debido a su ubicación. Por ejemplo, alguien que abandonó la escuela no querrá volver a acercarse a ésta por ningún motivo.

Muy a menudo, las organizaciones juveniles operan dentro de escuelas, iglesias y sinagogas, agencias de servicio social o de manera informal en alguna vivienda. Cada una de estas opciones – así como también otras que puedan surgir – tendrá sus ventajas y desventajas. Se debe considerar esto antes de decidir dónde ubicar la organización.

Quizá el grupo ni siquiera tenga que hacerse esta pregunta. Si se quiere convencer a jóvenes que han abandonado la escuela de regresar a clases o graduarse, un centro educativo claramente no es el lugar más adecuado para hallar participantes. Sin embargo, para un entrenador que esté interesado en formar un grupo de Estudiantes en Contra de Conducir en Estado de Ebriedad, la escuela es definitivamente el lugar para llevarlo a cabo. El grupo, por su naturaleza, es una organización de estudiantes, con muchas de sus actividades ligadas al centro educativo, por lo que el entrenador tendrá mayor credibilidad en este lugar en el que los estudiantes lo conocen y se conocen entre sí.

Sin embargo, la situación no es siempre tan clara como las anteriores. Por ejemplo, la organización puede haber recibido una contribución inicial para trabajar con jóvenes que no tienen una orientación apropiada en sus vidas. Si se desea, se podría ubicar el grupo en la escuela de la localidad (donde hay muchos jóvenes), en la misma organización (en realidad no se dispone de mucho espacio allí, pero por lo menos se sabe dónde está cada cosa) o quizá deba aliarse con una organización mayor de la localidad, a la cual muchos de los jóvenes asisten. ¿Qué hacer en este caso?

Cuando la ubicación propuesta no está absolutamente clara, las personas que están iniciando la organización deberían sentarse a discutir cuál es la opción más lógica para el grupo. Se puede iniciar por una lluvia de ideas sobre todos los posibles lugares donde se podría albergar el grupo, y luego enumerar las ventajas y desventajas de cada uno. Los miembros pueden discutir:

  •  ¿Estará este lugar dispuesto a darnos espacio?
  •  ¿Se sentirán cómodos aquí los jóvenes que queremos reclutar?
  •  ¿Habría algún costo monetario?
  •  ¿Estaría este lugar dispuesto a ayudarnos con recursos?
  •  ¿Es este un lugar que está de acuerdo (o por lo menos no se opone) con lo que queremos hacer? (Por ejemplo, una escuela católica puede no ser la ubicación ideal para un grupo de orientación sobre sexualidad segura que incluya discusiones sobre controles de natalidad).
  •  ¿Tienen los miembros del grupo vínculos fuertes con este lugar?
  •  ¿Cuán difícil podría ser para los jóvenes llegar a este lugar?

Reclutar miembros (y asistentes adultos, si fuese necesario).

Por supuesto, no se puede tener una organización – de jóvenes o de cualquier otro tipo – sin miembros. Por lo tanto, el siguiente paso debe ser dar a conocer lo que se quiere hacer. Cómo hacerlo depende de a quiénes se desea reclutar. ¿Se desea incluir solamente a estudiantes? ¿A miembros de la parroquia? ¿A jóvenes de toda la comunidad? El proceso de reclutar puede ser tan simple como anunciarse en una asamblea o tras el servicio o misa de la iglesia, o tan complicado como realizar una campaña con anuncios en la radio para divulgar la información por toda la ciudad. Promover el interés en asuntos comunitarios ofrece sugerencias sobre distintas técnicas para ayudar a dar a conocer la organización.

Sin embargo, con todas las posibilidades, es importante no olvidar la tradicional herramienta de la simple palabra oral. Hacer que los mismos jóvenes hablen sobre el grupo es la mejor forma de asegurarse que éste tendrá los miembros que desea y necesita. Esto es especialmente cierto al tratar con sectores de juventud “en riesgo”, los cuales pueden no asistir a la escuela o iglesia, por lo que no tendrían acceso a los anuncios.

Como mencionamos anteriormente, si el grupo ha sido iniciado por jóvenes, puede que se haya decidido involucrar a adultos como patrocinadores o facilitadores. En ese caso, se debe decidir con quién se siente el grupo cómodo como patrocinador, y exactamente qué le gustaría que esta persona hiciera por el grupo. Probablemente es mejor decidir a partir de una lista corta de personas (cuatro o cinco) a las cuales acudir, en caso de que los primeros candidatos no tengan el tiempo o el interés de ayudar al grupo.

Antes de acudir a alguien, también se debe comprender exactamente qué se desea que esta persona haga por la organización. Por ejemplo, ¿sería necesaria su presencia en cada una de las reuniones? ¿Sería necesario que hablase por la organización en reuniones con otras entidades? ¿Debería ayudar a obtener recursos como dinero, equipo y un lugar para reunirse? Si no se ha pensado en esto, ni el grupo ni el patrocinador tendrán claro su rol. Esto puede fácilmente acarrear frustración, enojo y pérdida de oportunidades de involucrar a personas valiosas.

Definir las metas claramente junto con los demás miembros del grupo.

Una vez que se ha reclutado suficientes miembros, es hora de sentarse a discutir exactamente qué se quiere hacer. Los miembros pueden hacer una lluvia de ideas, pero esencialmente, lo ideal es responder a dos preguntas:

  • ¿Qué queremos hacer?
  • ¿Qué cosas debemos realizar para lograrlo?

Entre mejor organizados estén, existen mayores probabilidades de tener éxito. Un plan estratégico ofrece ideas sobre cómo desarrollar un plan de acción, con consejos específicos desde cómo establecer metas hasta cómo desarrollar estas metas en pasos específicos dentro de un calendario que indica qué será hecho por quién y para cuándo.

Determinar qué recursos se hallan disponibles para la organización.

Especialmente si el grupo se halla afiliado a una organización más grande, tal como una escuela, iglesia u otro grupo a nivel nacional, probablemente existan recursos que puedan ayudarle. Es necesario encontrar cuáles son y cómo lograr que sean transferidos a la organización.

Además de los grupos a los que los integrantes estén afiliados de alguna forma, pueden existir otras fuentes dispuestas a apoyar una organización de jóvenes. El gobierno, fuentes privadas o coaliciones locales pueden tener disponibles concesiones o mini-concesiones; además otras organizaciones con metas similares pueden estar dispuestas a ayudar. Este apoyo puede llegar en diversas formas, desde dinero o un lugar donde hacer las reuniones, hasta publicidad gratuita. Se debe buscar este apoyo, investigar qué tipo de recursos han logrado obtener organizaciones similares, ya sea en la localidad o en lugares parecidos, y preguntar cómo los obtuvieron.

Más allá de todo esto, lo más sencillo que se puede hacer es pensar en qué es lo que se necesita y quién probablemente pueda otorgarlo fácilmente. ¿Se necesita pintura? Se le puede pedir apoyo al dueño de la tienda de pinturas de la localidad. ¿Se necesita publicidad? Se puede llamar a la estación de radio y preguntar acerca de su manera de producir y publicar anuncios de servicio público. Y así sucesivamente.

Obtener y utilizar estos recursos.

Una vez que se ha hallado todo lo que sea posible, ¡A obtenerlo! Y no se debe olvidar enviar una nota de agradecimiento a quienes hayan prestado ayuda.

Puede ser difícil (¡y algunas veces aterrador!) pedir dinero o ayuda a otras personas u organizaciones. Esto puede ser especialmente cierto en los jóvenes, los cuales pueden hallar intimidante la idea de intentar hablar con el presidente de un banco. Sin embargo debemos recordar que no estamos pidiendo ayuda para nosotros mismos, sino para una causa en la cual creemos. Animémonos e intentémoslo. Lo único seguro es que si no se pide el apoyo de otros, la organización no obtendrá la ayuda que necesita.

Orientar y capacitar al personal, a los asistentes adultos y a los participantes.

Este paso puede ser menos necesario en algunas situaciones que en otras. Si se está formando un grupo informal de apoyo para padres adolescentes, probablemente no haya que efectuar mucha capacitación. Sin embargo, en cualquier grupo, es importante que al inicio los integrantes se reúnan y hablen sobre lo que se espera tanto del personal (si este existe en el proyecto) como de los participantes. Por ejemplo, aun en nuestro grupo de apoyo hipotético, habrá cierto trabajo de partida que hacer: se puede solicitar a los facilitadores que busquen y lean información sobre padres adolescentes (especialmente si no poseen mucha experiencia trabajando con ellos) o sobre cómo aprender a ser un facilitador efectivo. Luego, en la primera reunión, estos facilitadores pueden tomar algún tiempo para mostrarle el lugar a los padres, organizar una actividad para “romper el hielo” para que los adolescentes se sientan más cómodos para hablar abiertamente y, después, ayudarles a crear “reglas de partida” a seguirse en futuras reuniones.

¡Comenzar a trabajar!

Una vez que se ha decidido lo que se quiere hacer, ¡a hacerlo! Con el difícil trabajo de la planificación ya superado (al menos por el momento – siempre habrá cambios en el camino), ¡es hora de respirar profundo y entrar en acción!

¡Celebrar los éxitos!

Incluso si algo no tuvo el enorme éxito esperado, todos deben darse a sí mismos el crédito que merecen por lo que ha sido logrado. Organizar un grupo de jóvenes de cualquier tipo es un trabajo difícil. Se deben celebrar todos los pequeños éxitos a lo largo del camino. No sólo porque el grupo lo merece, sino porque el celebrar también ayuda a mantener el buen ánimo para que el grupo pueda seguir logrando objetivos mayores y mejores.

Sección Especial: Ayuda para adultos que buscan tener éxito en el establecimiento de una organización juvenil.

Indudablemente, ser un adulto mentor o facilitador de una organización juvenil puede ser un trabajo duro, especialmente si es la primera vez que se hace. Sin embargo, también puede ser una experiencia provechosa y enriquecedora. Los consejos que aparecen a continuación pueden ayudar a iniciar una organización divertida y exitosa para los jóvenes, sin tener que sufrir en el proceso.

  • Ver a los jóvenes como recursos, no como fuentes de problemas o como una población difícil a la que se debe ayudar. El tener una actitud positiva con la cual ver a los jóvenes como personas con un gran potencial en lugar de verlos como “generadores de problemas en riesgo” es la mejor forma de asegurarse de obtener lo mejor que ellos tienen para dar. La mayoría de las veces al trabajar con jóvenes se obtiene lo que se espera. Si se les deja claro a los jóvenes que pensamos son los mejores chicos sobre la tierra, es muy probable que ellos trabajen muy duro para mantenerse a la altura de esa expectativa.
  • Asegurarse de que los jóvenes sean responsables de gran parte de la planificación y de la toma de decisiones. Incluso si se está organizando un programa de una agencia federal con estrictas limitaciones, es muy importante darle a los jóvenes mismos tanta autoridad como sea posible. Esto les ayudará a creer en la organización – a saber que realmente estará ahí para ellos y que no simplemente son usados como una forma de obtener dinero.
  • En adición a las metas ya establecidas de la organización, considerar convertirla en una “organización de servicio completo” a la cual los jóvenes puedan llegar a buscar ayuda y amistad – un lugar en donde puedan encontrar oídos confiables y seguros. Muy a menudo, los jóvenes sienten que no tienen a dónde ir, ni nadie con quien hablar sobre sus problemas. Se debe hacerles saber a los jóvenes explícitamente que se está ahí para ellos y que pueden recurrir a las personas de la organización para hablar sobre cualquier problema que tengan.
  • Darles a los jóvenes la oportunidad de tener responsabilidades y trabajo real. Si se hace (esto también  debe ir acompañado de apoyo real), es muy probable que se consigan logros reales. Además, se debe intentar darles responsabilidades para las que estén listos. A menudo, esto significa empezar por cosas pequeñas, y conforme ellos van haciéndose más adeptos y ganando experiencia, lentamente asignarles responsabilidades más complejas. De esta forma, su capacidad crecerá conforme a su confianza.
  • Asegurarse de que los roles y las reglas están claramente definidas. Si todas las decisiones serán tomadas por adultos (aunque no lo recomendamos), es mejor decir esto de frente. Si algunas decisiones se hallan fuera del alcance de los organizadores y del de ellos, también es necesario hacérselo saber. Los jóvenes, por lo general, saben cuando no se está siendo directo con ellos – y ésta es una buena forma de perder su respeto rápidamente.
  • Finalmente, recordar que como líder o como miembro del personal de una organización juvenil, se es tanto un modelo a seguir como un ejemplo para los jóvenes que lo conocen. Lo que esta persona diga y haga – incluso cuando no esté trabajando “oficialmente” --  no sólo influenciará la opinión de los jóvenes sobre ella, sino también sus decisiones y acciones en el futuro.

Para resumir

Las organizaciones juveniles pueden ofrecer beneficios enormes a la juventud de la localidad y a toda la comunidad eventualmente. Pueden tener un impacto enorme en las vidas de los jóvenes. Si usted mismo es una persona joven, o simplemente alguien interesado en la comunidad, ¡le instamos a explorar la creación de una organización juvenil en su comunidad hoy mismo!

Contributor 
Catie Heaven

Recursos en línea

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Recursos impresos

The Coach's Playbook Against Drugs. US Department of Justice, Office of Juvenile Justice and Deliquency Prevention.

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