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Sección 1: Visión General: Algunos Recursos Espirituales para Construir Comunidad.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR “ESPIRITUAL”?

¿CÓMO PUEDEN LOS RECURSOS ESPIRITUALES FACILITAR LA CONSTRUCCIÓN DE COMUNIDAD?

¿QUÉ CONDICIONES SON MÁS FAVORABLES PARA LA EXPRESIÓN DE LOS RECURSOS ESPIRITUALES?

¿CÓMO PUEDEN UTILIZARSE LOS RECURSOS ESPIRITUALES?

ALGUNOS EJEMPLOS DE PRÁCTICA DE RECURSOS ESPIRITUALES

DESARROLLANDO RECURSOS ESPIRITUALES

ALGUNOS DESAFÍOS Y ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA APLICACIÓN DE RECURSOS ESPIRITUALES

Las cualidades espirituales, tales como la compasión y la justicia, están a menudo directamente conectadas con el trabajo de construir comunidad. En este capítulo, esperamos examinar estas cualidades, o recursos, para mostrar cómo han sido utilizados en la práctica, y cómo ustedes pueden utilizarlos para alcanzar una mayor efectividad en su propio trabajo de construir comunidad.

“Espiritualidad” se refiere a las cualidades que nos inspiran para hacer lo que es apropiado y bueno – para nosotros mismos y para los demás. Este capítulo se refiere a estas cualidades – y su aplicación en nuestra propia vida personal, profesional, y comunitaria.

Comenzamos por exponer una cierta base y fundamento racional:

Fundamento racional. Como muchos usuarios saben, una meta esencial de la Caja de Herramientas Comunitarias es ayudarnos a todos nosotros a llegar a ser más efectivos en nuestro trabajo comunitario, conduciendo hacia unos mejores resultados y mayores beneficios para las personas.

Con este fin, la mayoría de las secciones de la Caja de Herramientas tratan de lo que podría denominarse habilidades o técnicas, con guías para pasos de acción específicos que uno puede adoptar para hacer el trabajo de construir comunidad. Los ejemplos están disponibles a lo largo de nuestra Tabla de Contenidos – evaluar necesidades, formar planes de acción, formar voluntarios, evaluar resultados, etc., para referirse solamente a algunos de ellos.

Y esas habilidades, definidas en un sentido amplio - esas acciones y tareas - son esenciales para el trabajo de construir comunidad. Construir comunidades fuertes – y construir casi cualquier otra cosa: una casa, un programa, un cambio en las políticas – requiere llevar a cabo acciones específicas en el mundo.

Aún, llegar a ser más efectivo en la comunidad requiere algo más que solamente habilidad. Incluso con práctica y maestría, las habilidades por si mismas no son suficientes. He aquí el porqué:

El papel de las cualidades personales.

La acción comunitaria no requiere solamente una habilidad, sino una persona utilizando dicha habilidad. La efectividad comunitaria depende también de lo que el actor aporta a la situación: la dimensión interna del cambio comunitario.

¿Cuáles son algunos ejemplos de esas cualidades? Ellas pueden ser expresadas en el entusiasmo que la persona promueve, o mediante un comentario cálido y confortante, o mediante la voluntad de superar un retroceso temporal, o mediante la superación personal para ofrecer un estímulo y apoyo particularmente significativo.

Estas no son habilidades, en el mismo sentido que el redactar una solicitud de financiación o formar una unión o colaboración es una habilidad. El enfoque aquí está más en el “espíritu” del actor o agente de cambio – el espíritu que uno aporta, por ejemplo, para animar a otros a participar, o para defender una causa. Esto va más allá de una técnica, y parece surgir del interior. Al principio puede parecer intangible, pero esto no significa que no debamos tratar de comprenderlo, capturarlo, y utilizarlo. Porque este espíritu está presente no obstante, y puede tener un impacto poderoso en el trabajo.

Y este es nuestro enfoque en este capítulo y sección de la Caja de Herramientas.

Cualidades y recursos espirituales. En este capítulo, nuestro propósito es resaltar un cierto subconjunto de cualidades o recursos, y explorar su relación con la construcción de comunidad. Aquí les damos la denominación de cualidades o recursos “espirituales”, y les resaltamos porque pensamos que están entre los más importantes para la construcción de comunidad.

“Recursos espirituales” se refiere a cualidades que nos capacitan para llevar a cabo lo que es apropiado y bueno – para nosotros y para los demás. Pueden ser visibles en lo que decimos y hacemos – nuestros actos compasivos, misericordia, justicia, y otros modos similares de estar en el mundo.

Existen muchos recursos de esta naturaleza, pero en este capítulo nos enfocaremos en algunos que son particularmente importantes para la construcción de comunidad:

  • Ser Caritativo con Otros
  • Ser Compasivo
  • Perdón y Reconciliación
  • Aprecio y Gratitud
  • Difundir Esperanza
  • Compartir Hospitalidad
  • Practicar la Humildad
  • Defender la Justicia
  • Paciencia: Soportar las Pruebas
  • Mostrar Tolerancia y Aceptación
  • Amar a la Comunidad

Y dedicaremos secciones específicas a cada uno de ellos, además de esta visión general.

Plan para esta sección acerca de la visión general. Nuestro plan y formato para esta sección acerca de la Visión General son similares a los de otros capítulos y secciones de la Caja de Herramientas:

  • Primero, clarificar y definir una definición operativa de aquello a que nos referimos como recursos espirituales.
  • Después definir en términos generales por qué estos son importantes, y cómo pueden ser utilizados para la construcción de comunidad.
  • Indicar algunas condiciones particularmente favorables para su uso.
  • Mencionar algunas áreas de la vida comunitaria donde los recursos espirituales pueden ser particularmente relevantes, junto con algunos ejemplos específicos de su aplicación.
  • Sugerir cómo estos recursos espirituales pueden ser desarrollados y aplicados.
  • Indicar algunos desafíos generales, aspectos, y preguntas que pueden surgir en la aplicación práctica de estos recursos espirituales.

Y finalmente, introducir las demás secciones del capítulo, cada una de ellas considerando un recurso espiritual en particular y cómo podría ser utilizado en el propio trabajo de construir comunidad. 

¿QUÉ SE ENTIENDE POR “ESPIRITUAL”?

Las cualidades espirituales, tales como la compasión y el perdón, son cualidades ampliamente valoradas que se encuentran en toda cultura y comunidad. Aunque reconocidas en virtualmente todas las tradiciones religiosas, no son patrimonio particular de una religión, denominación o grupo. Ellas pueden ser observadas en personas que creen – y que no creen – en un poder superior o Dios.

“Espiritualidad” se refiere a las cualidades que nos inspiran a llevar a cabo lo que es apropiado y bueno – para nosotros mismos y para los demás. Puede implicar experiencias con esas fuerzas superiores, especialmente las conexiones que tenemos con otros seres y nuestras interrelaciones con ellos. Y también implica aplicar estas cualidades en nuestra propia vida personal, profesional y comunitaria.

Nuestra intención es simplemente mostrar cómo estos recursos espirituales pueden ser utilizados en la construcción de comunidad para construir resultados más deseados y un mundo mejor. Queremos resaltar el valor potencial de aplicar los recursos espirituales, y ofrecer algunas sugerencias para el uso de estos recursos en la construcción de comunidad. Respetamos la función que muchas tradiciones de sabiduría diferentes tienen en el fortalecimiento de la espiritualidad, pero nuestra intención principal aquí es la tarea práctica de construir comunidad.

¿CÓMO PUEDEN LOS RECURSOS ESPIRITUALES FACILITAR LA CONSTRUCCIÓN DE COMUNIDAD?

Reiterando el punto esencial de este capítulo y sección, creemos que ciertas cualidades personales del agente de cambio o actor – lo que denominamos recursos espirituales – pueden conducir a una construcción de comunidad y vida comunitaria en general.

¿Por qué puede esto ser de este modo?

Parece plausible que ciertos tipos de recursos espirituales pueden facilitar la construcción de comunidad más que otros. Considere a la persona que encuentra difícil percibir el malestar o el sufrimiento de otros; o quien percibe esto pero le resulta indiferente; o quien puede sentir lástima ante el sufrimiento de otro pero por una razón u otra no actúa para remediarlo. Esto no facilitará la construcción de comunidad. De modo similar, alguien que es insensible ante el sufrimiento de otros, o que encuentra difícil formar relaciones con otros, o confiar en otros; quien siente desagrado hacia o castiga a otros grupos de personas – esos tipos de cualidades, cuando están presentes en el grupo mayoritario, también dificultarán la tarea de construir comunidades más fuertes. 

Inversamente, cuando los miembros de la comunidad son conscientes de las necesidades, creencias y emociones de otros; cuando sienten agrado en sus interacciones con ellos; cuando sienten vínculos comunes con ellos y están motivados para mantenerlos – estas cualidades personales – llamémoslas recursos espirituales – probablemente son facilitadoras de la construcción de comunidad.

He aquí dos ilustraciones:

Aprecio (Gratitud). Cuando usted sale a dar un paseo por su barrio o comunidad, y hace contacto con otras personas con las que se encuentra (incluso con personas a quienes apenas conoce, o no conoce en absoluto), esto conlleva reconocimiento y aprecio por la otra persona. Usted puede simplemente sonreír o saludar, y lo que usted dice o hace puede llevarle apenas unos segundos. Pero incluso estos pequeños encuentros, si se multiplican por las personas y momentos, construyen un sentido de pertenencia y de ser respetado; ellos suman; ellos tienen un efecto acumulativo.

Tolerancia y Aceptación. Los recursos espirituales pueden expresarse también a nivel comunitario. Por ejemplo, la filosofía de una población puede ser expresada en el sitio Web de su gobierno local, o en su formulación de visión o misión, o en documentos de planificación. Puede incluir afirmaciones como las siguientes:

              “Acogemos a personas de toda creencia y procedencia”.

              “Seremos conocidos como una comunidad donde las personas respetan y valoran unas a otras”.

              “Somos una comunidad cuyos miembros cuidan unos de otros y están listos para ayudarse”.

Cada una de estas formulaciones refleja los recursos espirituales de tolerancia y aceptación, y tal vez también otros recursos de esta naturaleza.

La filosofía y valores que guían a una comunidad pueden también ser transmitidos en sus políticas y prácticas, en sus imágenes y muestras visuales, en sus prácticas de contratación, en su orientación y formación de personal, y en los programas que lleva a cabo diariamente. Mediante la exposición repetida, estas expresiones pueden llegar a afectar el bienestar de los miembros de la comunidad, bien sea directa o indirectamente. Ellos llegan a formar parte de la cultura de la comunidad, la cual gradual pero perceptiblemente puede comenzar a influir en los residentes y en sus conductas.

Cuando recursos espirituales tales como el aprecio y la tolerancia se expresan, pueden no solamente tener un valor en sí mismos; ellos también pueden ser un modelo o ejemplo para otros en cómo comportarse de un modo que es valorado por la comunidad. Ellos tienden a difundirse. Saludar al vecino puede estimular a este vecino para saludar a otros a su vez. Promover la tolerancia en la comunidad puede conducir a manifestaciones más frecuentes y significativas de tolerancia, lo que puede resultar en mejores relaciones entre aquellos interesados. Estos efectos pueden no siempre llegar a producirse, y pueden ser de efecto reducido, pero se acumulan a lo largo del tiempo.

¿Son estos ejemplos de recursos espirituales? Creemos que lo son. Ellos son consistentes con la definición operativa que propusimos anteriormente en esta sección. Ellos ilustran el interés por nuestras relaciones con otras personas, y por nuestras conexiones con otros grupos, los cuales consideramos fundamentales en comunidades saludables. Ellos también están, creemos, alineados con las fuerzas más determinantes que guían la vida comunitaria.

¿Pero, los hace esto espirituales? ¿Qué tiene esto de espiritual? Usted puede elegir denominar a estos recursos simplemente “valores” o “virtudes”, o simplemente “cualidades”, o simplemente de otro modo. Pero mientras nosotros nos sentimos cómodos con el término “espiritual”, el punto clave no es la etiqueta utilizada para denominarlos. El punto clave es que estos recursos, sea cual sea su denominación, tienen efectos significativos y positivos sobre la vida comunitaria, y por lo tanto deberían ser cultivados y nutridos en situaciones comunitarias cuando sea posible.

¿QUÉ CONDICIONES SON MÁS FAVORABLES PARA LA EXPRESIÓN DE LOS RECURSOS ESPIRITUALES?

No es fácil encontrar situaciones donde sería contraproducente expresar los recursos espirituales que hemos estado comentando. En este sentido, todas las condiciones son favorables. Pero pueden existir algunas situaciones donde la expresión espiritual puede ser especialmente deseable o necesaria, y estas podrían incluir:

  • Cuando un desastre o condición adversa ha ocurrido en la comunidad. Este podría ser una catástrofe, o un evento meteorológico o ambiental especialmente destructivo, tal como un huracán, incendio, explosión, o vertido tóxico. O podría ser un evento iniciado por miembros de la comunidad, tales como actos violentos contra las personas.
  • Cuando se ha cometido una clara injusticia, tal como una discriminación manifiesta, crímenes contra la humanidad, o violaciones obvias contra los derechos de las personas.
  • Cuando las actitudes prevalecientes en la comunidad son pesimistas o cínicas, o incluso llegan a la desesperanza o desesperación, y cuando tales actitudes evitan u obstaculizan la acción correctora.
  • Cuando el liderazgo espiritual en la comunidad aparece debilitado o ausente. Mucha parte del tiempo este liderazgo existe en la comunidad, y es ampliamente conocido y visible. Pero si este no es el caso, y cuando parece existir un vacío espiritual, podría ser el momento para que otros miembros de la comunidad den un paso al frente para activar estos recursos espirituales.

Tal vez, si ustedes reflexionan, podrían añadir otras condiciones y situaciones a esta lista.

¿CÓMO PUEDEN UTILIZARSE LOS RECURSOS ESPIRITUALES?

Las cualidades y recursos espirituales que hemos estado comentando pueden ser utilizadas y aplicadas a múltiples niveles – entre individuos y familias, grupos pequeños y organizaciones, barrios y poblaciones, y comunidades y sociedades enteras. Las expresiones en todos los niveles son valiosos y pueden ser promovidos, ya que cada uno de ellos facilita y refuerza a los demás.

La compasión es un ejemplo: Este recurso o cualidad espiritual puede ser expresada en el ámbito personal, multiplicada por muchas personas, muchas ocasiones, y muchos periodos temporales. Cuando esto es así, puede afectar gradualmente la naturaleza de la comunidad y la calidad de su vida comunitaria. Una comunidad que se implica en más conductas relacionadas con la compasión tiene mayor probabilidad de afectar a todos que viven en ella – sobre las normas de comportamiento de la comunidad que sus individuos tienden a seguir y aplicar. Se construye una cultura de cuidado mutuo.

Por decirlo de otra forma, la expresión de las cualidades espirituales es multi-nivel; y también es interactiva, bidireccional, y mutuamente reforzante, tal y como se ilustra en el sencillo diagrama siguiente:

 

Imagen representado espiritualidad y acción social con flechas multidireccionales y tres fases: individuos, organizaciones y comunidad.

 

En nuestra exposición, prestaremos especial atención a expresiones espirituales en el individuo y la familia, así como en los niveles de la organización y de la comunidad.

En un nivel individual y familiar. La expresión de cualidades espirituales en el nivel individual y familiar se manifiesta en las pequeñas interacciones y transacciones de la vida diaria. Simplemente vivir en un entorno familiar y comunitario nos proporciona incontables oportunidades para actuar espiritualmente. Y además es posible beneficiarse de múltiples oportunidades que nos salen al paso.

Anteriormente mencionamos ejemplos relacionados con el aprecio, la tolerancia, la aceptación y la compasión. Algunos otros podrían ser:

  • Defender la justicia. Hablar, expresarse, en lugar de permanecer en silencio, cuando un miembro de su familia o comunidad ha visto violados sus derechos.
  • Practicar la humildad. Desplazar la atención más allá de uno mismo, hacia los temas que afectan a todos; asegurándose de que el reconocimiento por los logros es compartido con los demás.
  • Compartir hospitalidad. Ofrecer hospitalidad a un vecino, o conocido, o incluso a un desconocido que está necesitado o experimentando dificultades.

Utilizando un ejemplo diferente, el del perdón, podemos darnos cuenta de cómo la expresión de las cualidades espirituales pueden tener múltiples ecos y repercusiones que se mantienen en el tiempo. (Recordando que en la vida cotidiana el perdón a menudo conlleva actos relativamente pequeños de hacer y dejar de hacer – un comentario insensible, un objeto roto, una oportunidad perdida de contribuir).

El acto de perdonar puede tener mérito espiritual en y por si mismo. Pero además de esto, desde un punto de vista práctico en la construcción de comunidad, cuando perdonamos:

  • La relación entre las personas implicadas puede ser restaurada o fortalecida.
  • Una carga de culpa, y a veces de vergüenza, puede a veces aliviarse o evitarse para la persona que cometió la ofensa.
  • Debido a que se libera la energía emocional negativa, ahora se dispone de más energía disponible para dedicarla a actividades socialmente constructivas.
  • La persona perdonada, habiendo observado modelos de perdón en otros, puede tener ahora mayor probabilidad de personar a otros a su vez. Las acciones de perdón son recíprocas.
  • La persona que perdona, habiendo visto los resultados positivos de esta acción, puede también tener más probabilidades de perdonar en el futuro.

Un análisis similar puede aplicarse a la expresión de otras cualidades espirituales, especialmente en lo relativo a fortalecer las relaciones y extender estas prácticas para que se generalicen en otros.

En un nivel de organización y comunidad. Las cualidades y recursos espirituales también pueden expresarse a más larga escala, más allá del individuo particular. ¿Cómo puede hacerse esto? Supongamos que nos enfocamos en el nivel organizativo o comunitario como caso de ejemplo. He aquí algunas posibilidades:

  • Formulaciones de la visión. Una organización comunitaria, o una comunidad al completo, puede expresar cualidades espirituales mediante la formación y comunicación por escrito de una visión acerca de lo que la organización o comunidad debería ser, y cómo deberíamos relacionarnos unos con otros. Por ejemplo, “Salud para Todos” comunica los valores de equidad y justicia.
  • Formulaciones de la misión. Lo mismo se aplica a las formulaciones de la misión de la organización o comunidad. Por ejemplo: “Promoviendo Comunidades Inclusivas” comunica las cualidades espirituales de tolerancia y aceptación.
  • Formulaciones de valores, de lo que la organización o comunidad considera como más importante por escrito y expresado en la práctica diaria. Por ejemplo, cuando los valores afirmados de justicia, misericordia, o reconciliación son expresados dentro de una organización de defensa de derechos, sanitaria, o de servicios.
  • Documentos de planificación, u otros planes o comunicaciones escritos, los cuales pueden también incluir metas y objetivos.
  • Políticas y prácticas de la organización.
  • Programas para orientar nuevo personal o formar al personal existente.
  • Operaciones diarias de los programas en curso.
  • Materiales de promoción para la organización o comunidad, logos, muestras visuales, y otros materiales simbólicos.
  • Evaluación de programas organizacionales o comunitarios, a través de la medida de indicadores relacionados con cualidades espirituales; por ejemplo, la medida de desigualdades en salud o resultados educativos consistentes con el valor de justicia.

Expresión en diferentes sectores y entornos de la comunidad. Los recursos espirituales pueden ser aplicados dentro de un abanico de entornos y contextos comunitarios incluyendo el gobierno, educación, servicios sanitarios, entorno laboral, servicios humanos, justicia, las artes, los medios, y organizaciones religiosas y no gubernamentales.

ALGUNOS EJEMPLOS DE PRÁCTICA DE RECURSOS ESPIRITUALES

Para cada uno de los recursos y cualidades espirituales descritos en este capítulo, existen muchas posibles aplicaciones en la vida diaria de la comunidad. Usted encontrará muchos de estos ejemplos dentro de las diferentes secciones de este capítulo de la Caja de Herramientas. Pero para ilustrarle acerca de lo que estamos hablando, le ofrecemos algunos ejemplos, cada uno de ellos seguidos de algunas preguntas a modo de reflexión acerca de los potenciales asuntos que conlleva su aplicación más extendida.

Hospitalidad. Un grupo de una población o barrio practica el dar la bienvenida a todos los nuevos vecinos llevándoles alimentos o flores. Un representante del grupo llega de modo imprevisto a la puerta, con un obsequio en las manos, saluda al nuevo vecino, y le dice “Bienvenido”. Sabemos que acaba de trasladarse aquí, y en nombre de nuestra comunidad deseamos saludarle. Esperamos que usted y su familia disfruten de una excelente experiencia viviendo aquí. Si hay algún modo en que podamos ayudarle, aquí tienen alguna información acerca de nuestra comunidad. Simplemente, llámenos”.

* ¿Es esta forma de bienvenida y hospitalidad valiosa para construir comunidad? Si es así, ¿podría (y debería) extenderse a otras situaciones de nuevos vecinos? Si es así, ¿por qué no se lleva a cabo? ¿Cuáles son las barreras? ¿Y hay casos en los que esta podría no ser una buena práctica?

Gratitud. Un programa de construcción de comunidad se enfoca en los aspectos más positivos de la naturaleza humana; un tema de los contenidos es la gratitud. Como parte del programa, el líder celebra una “noche de agradecimiento,” donde cada participante es animado a traer al grupo a una persona hacia la que experimenta agradecimiento – puede ser un padre, pareja, amigo, miembro de la comunidad, cualquier opción – y a expresar ese agradecimiento en frente de todo el grupo.

En un ejercicio similar, los estudiantes en educación secundaria o posterior reciben una petición de mantener “diarios de agradecimientos,” donde ellos escriben las experiencias por las que están agradecidos durante cada día.

* ¿Son los diarios de gratitud y noches de agradecimiento buenas ideas? ¿Deberían extenderse a la comunidad más amplia? Los dos ejemplos anteriores son actividades formales y altamente estructuradas; ¿existen formas similares pero menos formales de animar la expresión de agradecimiento? ¿Cuáles podrían ser algunas formas menores de expresar agradecimiento en la vida diaria? ¿Y cómo podrían más fácilmente estas llegar a formar parte de la forma de vida en nuestra sociedad?

Ser caritativo con otros. En el mercado, un comprador realiza una donación para las familias necesitadas, sin saber exactamente quiénes se beneficiarán. El siguiente comprador a su vez hace una donación, y así sucesivamente. La cadena prosigue a través de muchas personas hasta que se interrumpe. Una persona joven ayuda a una persona de edad avanzada a cruzar la calle.

* ¿Son estos tipos de comportamientos siempre algo a ser animado y defendido? ¿Deberíamos resaltar los actos de caridad, generosidad, o amabilidad que no son casuales o transitorios, sino dirigidos y consistentes? Más aún, ¿hasta dónde debería extenderse la caridad propiamente? ¿Y cómo pueden estos límites determinarse con propiedad?

Justicia. Una persona joven comete un posible delito. En lugar de la acción disciplinaria escolar, procedimientos judiciales, u otros castigos convencionales, el autor de este comportamiento comparece ante un panel de compañeros, junto con la persona que fue perjudicada; se negocia, acuerda y lleva a cabo un arreglo para reparar o restituir el daño a la persona perjudicada.

En lugar del juicio y la condena, o la separación de los demás, el concepto aquí es animar el intercambio cara – a – cara entre la persona que fue responsable del daño y la persona dañada. La intención general es promover alguna forma de reconciliación o recuperación del daño.

* ¿Es este tipo de búsqueda de justicia moralmente legítimo, o al menos justificable? ¿Y es efectivo, en términos prácticos? ¿Y hasta qué punto debería aplicarse este concepto – por ejemplo, a otras transgresiones? ¿Cuáles son los límites a este tipo de planteamiento, si existen – tanto en términos de aplicabilidad como de aplicación en la práctica?

Compasión. En una institución educativa conocida por el valor que le da a la compasión, los estudiantes adultos reciben instrucción acerca de la compasión y acerca de la práctica en estos actos compasivos. La instrucción se basa en gran medida en la práctica de visualización (Budista o de otra naturaleza) de enviar sentimientos amorosos y amabilidad a otros. La descripción del programa comunica que “los participantes pueden aprender a fortalecer el músculo del corazón”.

Como un ejemplo, un profesor retirado que participó en el programa manifestó: “Dediqué mucho tiempo hablando con mis estudiantes acerca del “problema” de la pobreza, pero simplemente no sentí el sufrimiento. Si hubiese recibido este curso antes, pienso que habría sido un mejor profesor. La pobreza no es simplemente un término que usted puede transmitir y seguir adelante. Ahora soy capaz de arrastrarme dentro de ella y sentir el sufrimiento”.

* ¿Es posible desarrollar compasión mediante un programa de formación? ¿O es la compasión una cualidad que usted simplemente tiene o no tiene? ¿Existen algunas personas que son por naturaleza más compasivas que otras? ¿Puede usted enseñar a una persona que pueda no ser por naturaleza compasivo a serlo en mayor medida mediante la formación? Si es así, ¿sería una buena cosa hacer esto?

Las preguntas que siguen a los ejemplos anteriores no son necesariamente fáciles de responder; pero pensamos que en cierta medida son inherentes a la aplicación práctica. Ellas sacan a la luz preguntas naturales acerca de los posibles límites en la expresión de las cualidades espirituales, límites más allá de los cuales uno podría razonablemente no llegar.

La expresión espiritual puede ser deseable tanto en el ámbito individual y comunitario – y digna de una promoción activa y posiblemente de una formación directa. Pero uno debería también ser consciente de que la acción basada en la espiritualidad no es inevitablemente exitosa, y podría a corto plazo tener consecuencias no intencionadas que no siempre son las preferidas.

DESARROLLANDO RECURSOS ESPIRITUALES

El potencial para desarrollar y expresar cualidades y recursos espirituales está dentro de cada uno. Pero el grado en que ellos se expresan depende de la historia, experiencias y entornos de cada uno. En otras palabras, la práctica espiritual se aprende y está influida por las condiciones que nos rodean.

Y si esto es así, podemos ser capaces de desarrollar y fortalecer los recursos espirituales, para nosotros mismos y para otros, al igual que desarrollamos otros comportamientos y las condiciones que los apoyan. ¿Cómo puede conseguirse esto? He aquí algunas posibilidades:

Conciencia. Puede ser que simplemente presentando ejemplos, historias, u otros contenidos relacionados con acciones espirituales construye la toma de conciencia; y esto puede gradualmente o de pronto estimular a la persona o a la comunidad a actuar a través del tiempo.

Ánimo y apoyo. Además de proporcionar ejemplos e historias, necesitamos empujes y recordatorios para actuar de un modo similar.

Guías. Guías acerca de cómo expresar un recurso espiritual, tal como la misericordia o el perdón, pueden ayudar a establecer comportamientos consistentes con la cualidad espiritual. Tales guías pueden proporcionarse por escrito, mediante muestras visuales, o cara – a – cara, y pueden formar parte de programas educativos variados o retroalimentación por parte de aquellos que cuidan de nosotros.

Modelos. El modelado, o mostrar cómo esto se hace, es poderoso; especialmente en modelos que experimentan consecuencias positivas, tales como alabanza o reconocimiento por haber actuado de ese modo. Los medios sociales y de comunicación pueden ser especialmente útiles a la hora de ofrecer modelos de cómo se aplican las cualidades espirituales en la comunidad más amplia.

Reforzamiento de las prácticas espirituales. El modelado descrito anteriormente es más efectivo cuando va seguido de consecuencias positivas. Cuando un acto de compasión es objeto de crítica, o quien lo recibe es tachado de no merecedor del mismo, probablemente no se mantendrá. La recompensa importa, bien sea cuando es otorgada por otros o por uno mismo. Para que las expresiones de las cualidades espirituales se mantengan, es necesario que sean recompensadas.

Formación. Un paso adicional para desarrollar cualidades espirituales es proporcionar formación directa e instrucción acerca de cuándo, porqué, y cómo implicarse en las conductas espirituales en cuestión. Esto podría incluir ejemplos detallados, historias, estudios de caso, ejercicios de práctica, ocasiones de práctica en la vida  real, y oportunidades para el diálogo acerca de ellas. Este tipo de formación podría incorporarse a un currículo o incluso compartido en un sitio Web, de modo similar a las secciones de este capítulo de la Caja de Herramientas Comunitarias.

ALGUNOS DESAFÍOS Y ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA APLICACIÓN DE RECURSOS ESPIRITUALES

Nosotros valoramos claramente las cualidades y recursos espirituales que hemos estado describiendo, y vemos muchas oportunidades y áreas para su uso en la construcción de comunidad. Aun así, sabemos que tal aplicación no siempre es clara o fácil.

¿Cuáles son algunos de estos desafíos, aspectos, y cuestiones éticas en la aplicación de cualidades espirituales y cómo pueden ser afrontados?

1. Deseo y disposición. Si uno va a perdonar, debe tener el deseo de perdonar. Si uno ha de tener paciencia, debe estar motivado para actuar pacientemente.

Sin esta disposición, una conducta aprendida tiene menos probabilidades de ocurrir. Pero a veces esta disposición y deseo de actuar de este modo puede ser difícil de alcanzar – porque en ocasiones la expresión de cualidades y recursos espirituales puede parecer en conflicto con nuestras tendencias naturales, o ir en contra de los patrones establecidos o las prácticas culturales.

Si fuese cuestión de una acción normal y de rutina en la comunidad – tal como enviar un recordatorio sobre una reunión cercana, o dar la bienvenida a nuevos miembros del grupo – estas acciones podrían parecer más fáciles o naturales. Pero las acciones espirituales pueden implicar una parte diferente y más profunda del propio ser, una que primero debe comprometerse. Podría parecer más fácil acusar que perdonar, o responder a una acción dañina del mismo modo. Puede parecer más fácil actuar en lugar de esperar, incluso cuando la espera paciente pueda producir el mejor resultado. Para que la aplicación de estas cualidades tenga lugar, el deseo de implicarse en la acción espiritual debe llegar a superar las tendencias competidoras de actuar en modos diferentes o contradictorios, o de no actuar en absoluto.

2. Conversión en actos. Una vez que el deseo o determinación suficiente de expresar una cualidad espiritual está presente, este deseo o determinación debe convertirse en acción. La determinación o el deseo de actuar en sí mismo no es suficiente. 

Esto es por supuesto cierto para muchas conductas, y definitivamente para los comportamientos de construir comunidad. Uno puede desear mostrar compasión – y darse cuenta de que podría, y sentir que debería – pero la verdadera acción compasiva puede de algún modo no llegar a expresarse. Puede sentirse la injusticia, incluso sentida profundamente, pero por cualquier razón – sea por timidez, incertidumbre, falta de confianza, o miedo a la crítica o la recriminación – este sentimiento no se traslada a la acción para corregir el mal.

Sabemos bien a través del propio análisis que no siempre actuamos tal como vemos y sentimos, y que muchas de nuestras intenciones no florecen en comportamientos. Si hemos de trasladar el deseo y la determinación en actuación espiritual, se necesita algún mecanismo para convertirla en esto, o puede ser necesario desarrollarlo.

3. Fortalecer los hábitos espirituales. Cuando uno actúa de modo espiritual según nuestra definición – cuando uno actúa perdonando, compasivamente, o pacientemente, o cuando uno muestra gratitud, o corrige una injusticia – estos tipos de comportamientos deben repetirse y mantenerse en el tiempo. Cuando hablamos de aplicar recursos espirituales, nuestra esperanza no es aplicarlas solamente una vez, sino en múltiples ocasiones. Las conductas espirituales deseadas, al igual que muchas otras conductas deseadas, deben convertirse en habituales o de ocurrencia probable cuando la situación lo requiere.

4. Tiempo y esfuerzo. Las acciones espirituales a menudo requieren tiempo y un esfuerzo particular, especialmente cuando todavía no se han convertido en habituales.

Si usted aspira a ser más paciente, usted puede necesitar contener un deseo urgente de actuar. Si usted desea extender su hospitalidad, usted puede necesitar entregar más de su tiempo personal de lo que podría esperar. Si usted está actuando por una causa justa, usted puede necesitar prepararse para afrontar la indiferencia, las críticas, o las consecuencias.

Aunque seamos bien intencionados y capaces, actuar y expresar cualidades espirituales puede significar cambiar y elevar nuestra conducta ordinaria, y puede requerir un esfuerzo extra - tiempo y trabajo que no siempre somos capaces de dar o estamos dispuestos a dar.

5. Fatiga espiritual. Un punto relacionado: Realizar acciones espirituales, a lo largo del tiempo, puede resultar fatigoso – físicamente, o emocionalmente, o ambos – especialmente si tales acciones no han quedado bien establecidas. Una cosa es tener esperanza, y comunicar esperanza a otros; otra cosa es cuando sus esperanzas son abatidas una y otra vez. Usted puede conseguir perdonar hoy; pero ¿podrá (o deberá) usted mantener su perdón cuando las conductas dañinas de otros siguen teniendo lugar?

Las expresiones repetidas de cualquier cualidad espiritual pueden producir cansancio, y fácilmente agotar nuestras reservas espirituales. Podemos no tener la capacidad personal de extender una benevolencia inagotable a todos quienes la necesitan, la piden, o la merecen.

6. Adormecimiento espiritual. Alternativamente, y lo que es tal vez peor, podemos llegar a estar espiritualmente adormecidos. Podemos sentir que nos desbordan todas las necesidades y malestar en el mundo, sabiendo que no podemos reaccionar a ello adecuadamente y completamente. Para protegernos a nosotros mismos, podemos filtrar y bloquear este malestar, llegar a desensibilizarnos de él, y responder débilmente si es que llegamos a ello. Podemos entonces elegir retirarnos al menos por un tiempo, de modo que podamos recuperarnos.

7. Competición. Incluso si la fatiga o el adormecimiento espirituales no llegan a producirse, la competición por parte de otras actividades puede hacerlo. Las acciones espirituales pueden competir con otras acciones a las que estamos llamados – nuestras obligaciones para con la familia, amigos, el trabajo, u otros grupos a los que pertenecemos. Nuestros actos de compasión o misericordia hacia otros pueden interferir con el cuidado de la familia, o ser interferidas por esto. No todas las necesidades y requerimientos, incluso los más loables, pueden recibir la atención que nos gustaría darles. Debemos priorizar.

8. Aspectos éticos. Los desafíos y matices que hemos mencionado hasta ahora a la hora de convertir los recursos espirituales en acción han sido principalmente prácticos. Pero también pueden surgir aspectos morales o éticos.

Un aspecto ético relevante relacionado con la conducta espiritual es el merecimiento por parte del receptor. Es decir, ¿son todos los receptores igualmente merecedores? ¿Es alguien que se comporta inadecuadamente igualmente merecedor del perdón, u hospitalidad, o compasión? Y en casos particularmente horrendos – abuso físico o muerte, por ejemplo – ¿es el perdón todavía justificado o justificable? En un escenario diferente, incluso si todos fuésemos igualmente “buenos,” ¿tendríamos todos los mismos derechos a beneficiarnos de las cualidades espirituales? ¿O había algunos con más derechos que otros? ¿Qué personas, y con qué criterios?

Estos matices éticos son mucho más fáciles de preguntar que de responder. Los ponemos de manifiesto porque son importantes e inevitables en la mayoría de las discusiones de la acción espiritual, y merecen una mayor consideración por todos los que intentan brindar las cualidades espirituales al trabajo de construir comunidad.

9. Desafíos especiales para organizaciones y comunidades: Establecimiento de estructuras apropiadas. Finalmente, la discusión hasta ahora se ha enfocado en la conducta espiritual de individuos. Pero algunos desafíos y aspectos de la conducta espiritual existen también en organizaciones, comunidades, y en otros niveles más amplios.

Un desafío particular que surge frecuentemente, especialmente en organizaciones y comunidades grandes, es el sostenimiento a lo largo del tiempo de la expresión espiritual. La sostenibilidad ciertamente se aplica también a los individuos, pero puede aplicarse incluso más a niveles más amplios, porque la gestión de la organización – o el liderazgo de la comunidad – frecuentemente cambian más rápido que las personas que las forman. Los valores pueden cambiar, las políticas pueden variar, y la memoria institucional puede desvanecerse.

Lo que será útil en este caso es el establecimiento de una estructura clara y transparente para guiar y apoyar la expresión de los recursos espirituales para tal grupo amplio. Tal estructura podría tomar la forma de una institución o comité separado, tal como una comisión de derechos humanos, o una coalición de paz y justicia. También puede estar representada en las políticas organizacionales que prohíben la discriminación o garantizan el tiempo de servicio a otros. O, puede estar presente de modo evidente en las sesiones de orientación y formación, revisiones periódicas, comunicaciones al personal o funcionarios electos, o alguna combinación de estas. Sea cuales sean las estructuras, ellas deben contar con la aprobación general, ser bien conocidas, y sostenidas y apoyadas de modo continuado a través de generaciones de liderazgo.

La estructura puede entonces llegar a ser parte de la cultura organizacional y comunitaria, su ADN. Para utilizar una palabra larga pero poderosa de 17 letras, llega a estar institucionalizada. Entonces es más probable que llegue a ser un componente permanente de lo que la organización y la comunidad es y lleva a cabo.

                                                                                                                                                                                                                                                                       ***

Los desafíos y matices que hemos mencionado sentimos que son claramente inherentes a la vida espiritual, y también a la vida comunitaria. Alcanzar el deseo necesario, fortalecer los hábitos espirituales, sostener el esfuerzo, evitar la fatiga espiritual, todos esos desafíos con continuados. No podemos resolverlos completamente y para siempre, no más que una comida satisfactoria resuelve el problema de necesitar comida. Así es la naturaleza del proceso de construir comunidad.

Aun así, con la exploración y la práctica repetidas, podemos llegar a ser mejores en la expresión de nuestros recursos espirituales, al igual que nuestras comunidades pueden llegar a ser más capaces de beneficiarse de ellos. Esto nos abre un largo camino de esperanza, una cualidad espiritual en sí misma.

Las demás secciones en este capítulo están diseñadas para facilitar su propia exploración de diferentes cualidades espirituales. A medida que las vaya leyendo, esperamos que esta guía le resulte útil y beneficiosa.

Mientras tanto, como es habitual, le deseamos toda clase de éxitos en asegurar las cualidades espirituales para el importante trabajo de construir comunidad.

Autor: Bill Berkowitz.

Editor: Stephen B. Fawcett.

Traductor: Cesáreo Fernández.