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Sección 2. Crear y facilitar grupos de apoyo entre iguales

Algunas partes de esta sección han sido adaptadas del Manual para líderes: Cómo dirigir reuniones efectivas de Adrienne Paine-Andrews, Yolanda Suarez Balcazar, Stephen B. Fawcett y Leslie Borck Jameso, con la colaboración de Melody G. Embree, publicado por el Centro de Capacitación  e Investigaciones sobre la vida independiente, de la Universidad de Kansas.

  • ¿Que son los grupos de apoyo entre compañeros?

  • ¿Por qué crear y facilitar un grupo de apoyo?

  • ¿Quiénes se benefician con los grupos de apoyo?

  • ¿Cómo crear un grupo de apoyo?

  • ¿Cómo coordinar un grupo de apoyo?

¿Sabía usted que hay más de 500.000 grupos de apoyo en Estados Unidos? Dado que constituyen un sistema efectivo y económico parar brindar asistencia a personas con problemas, los grupos de apoyo se han convertido en una forma de servir a las necesidades de las personas que están pasando por momentos difíciles en la vida.

Los grupos de apoyo se encuentran en grandes ciudades, pueblos pequeños y hasta áreas rurales, y tratan desde problemas de adicción a las apuestas y violencia familiar, hasta problemas relacionados con el sexo. Probablemente, el grupo de apoyo más conocido es Alcohólicos Anónimos. Desde 1935, A.A. ha brindado un lugar seguro a más de 2 millones de personas alrededor del mundo para conversar con otras personas que, al igual que ellos, han luchado contra el alcoholismo. Otros grupos de apoyo ampliamente conocidos que se basan en el modelo de A.A. son: Narcóticos Anónimos y Apostadores Anónimos.

Si un grupo o iniciativa en particular brinda servicios a personas para que puedan beneficiarse compartiendo sus experiencias con otras personas que sufren el mismo problema, quizás se deba considerar fundar un grupo de apoyo enfocado en los servicios que ofrece.

¿Cómo crear un grupo de apoyo?

Los grupos de apoyo – comúnmente conocidos como grupos de autoayuda – son grupos de personas que se reúnen para compartir problemas y experiencias comunes relacionadas con un tema, condición, enfermedad o circunstancia personal en particular. Dentro de un grupo de apoyo las personas pueden hablar con otras personas iguales a ellas – personas que entienden realmente lo que les sucede y pueden compartir las vivencias que solamente pueden surgir de experiencias propias.

Las siguientes son algunas características de los grupos de apoyo:

  • Están compuestos por grupos de pares – personas directamente afectadas por un problema, enfermedad o circunstancia en particular.
  • En general cuentan con un profesional o un voluntario que lidera o facilita las discusiones.
  • Están constituidos por pocas personas para que todos tengan la oportunidad de hablar
  • La asistencia es voluntaria (aunque a veces, los empleadores o la corte requiere la asistencia de las personas, en especial cuando se ha probado su conducta criminal o destructiva).

¿Por qué crear y facilitar o coordinar un grupo de apoyo?

Existen muchos beneficios otorgados por los grupos de apoyo:

  • Cuando una persona no conoce a nadie que esté experimentando el mismo problema, puede sentirse aislada o estigmatizada. Estos grupos brindan apoyo a las personas con un determinado problema o enfermedad y contribuyen a que se sientan más acompañadas y comprendidas.
  • Los grupos de apoyo no requieren de una gran inversión – algo de publicidad y algunos refrescos o comida son probablemente todo el costo que implican. Otro gasto a tener en cuenta es el lugar donde se reunirá el grupo, pero es frecuente recibir donaciones en ese sentido.
  • Los grupos de apoyo estimulan y fortalecen a las personas para resolver sus propios problemas.
  • Sus  integrantes pueden compartir información y mantenerse actualizados con respecto a los temas de interés mutuo.
  • El vínculo emocional que se crea entre las personas con un mismo problema es único y muy diferente del que se puede formar con el profesional que brinda el apoyo.
  • Los  participantes se convierten en modelos para los demás. El hecho de ver a otras personas sufrir y batallar contra la misma adversidad, logrando mejorar sus vidas, es inspirador y alentador.
  • Un grupo de apoyo es un lugar seguro donde se puede hablar sobre temas personales profundos, experiencias, luchas internas y opiniones.
  • Para algunas personas, hablar con doctores o profesionales puede ser intimidante, porque en esas relaciones el profesional tiende a tener más poder. Dentro del grupo de apoyo, todos sus miembros son iguales; lo que hace que las personas se sientan mucho más cómodas al hablar de sus problemas.
  • Hablar con otras personas del grupo de apoyo reduce la ansiedad, aumenta la autoestima y por sobre todo contribuye a crear la sensación de bienestar de sus integrantes.

¿Quiénes se beneficia con los grupos de apoyo?

¡Prácticamente todo el mundo! En determinado momento, más de 6.25 millones de estadounidenses utilizan los servicios de los grupos de apoyo, y aproximadamente 15 millones han participado en un grupo en algún momento de su vida. Los grupos de apoyo tratan con miles de problemas tales como:

  • Enfermedades, lesiones o estados crónicos.
  • Desórdenes alimenticios.
  • Problemas de identidad sexual.
  • Discapacidades físicas.
  • Hábitos nocivos o insalubres.
  • Desórdenes emocionales.
  • Adicciones.
  • Sufrimiento.
  • Paternidad y familia.

Además de brindar apoyo a las personas directamente afectadas por un problema, los grupos de apoyo fomentan la inclusión de familiares y amigos de las personas afectadas por enfermedades o problemas. De la misma manera, muchos grupos son creados con la única finalidad de brindar apoyo a familiares y amigos. Por ejemplo; el grupo Al-Anon, es un grupo de orientación para familiares y amigos de personas alcohólicas.

¿Cómo crear un grupo de apoyo?

Pensar en cuál es su propósito.

Se debe decidir cuál es el propósito del grupo y hacia quiénes está dirigido. Puede ser útil escribir sobre la visión y la misión del grupo de apoyo; si esto es algo que se desea llevar a cabo.

Informarse sobre la existencia de grupos a nivel nacional, regional o local con los cuales conectarse.

De ser esto posible, se pueden obtener muchos beneficios al establecer el grupo bajo el patrocinio de una organización más importante. Con frecuencia, una organización importante ofrece recursos y asistencia en la creación de un nuevo grupo de apoyo. El reconocimiento que se logrará a través de la afiliación con dicha organización también brinda credibilidad. El grupo de apoyo será más conocido. Finalmente, por el hecho de trabajar junto con una organización más grande, el grupo no se verá en la necesidad de “reinventar la rueda”, al decidir como operará el grupo  – se puede aprovechar la existencia de un modelo verdadero, cuya efectividad ya ha sido probada.

Veamos ficticiamente, cómo crear un grupo de apoyo con la ayuda de una organización más importante:

Grupo de apoyo de Yoshiko:

A la hermana de Yoshiko se le diagnosticó recientemente distrofia muscular. Sintiéndose frustrada y aislada, Yoshiko intentó crear un grupo de apoyo para las personas que sufrían esta enfermedad y para sus familiares. Después de estudiar cuidadosamente esta sección de La Caja de Herramientas Comunitarias, Yoshiko decidió averiguar si la Asociación de Distrofia Muscular (MDA, por sus siglas en inglés) patrocinaba algún grupo de apoyo en su ciudad.

Visitó el sitio Web de MDA y averiguó que ofrecían un grupo de apoyo en una ciudad cercana, pero que no existía ninguno en la suya. Más tarde, Yoshiko se comunicó con la oficina nacional de la organización y averiguó que podían ayudar a su grupo de distintas maneras. Yoshiko decidió crear un grupo de apoyo local dependiente de la MDA, en vez de crear uno completamente independiente.

Considerar si el grupo se reunirá durante un período de tiempo específico o indefinido.

Los grupos de apoyo pueden ser de larga duración o pueden estar limitados a períodos de tiempo específicos. Por ejemplo, el Centro Local de Tratamiento de Crisis puede brindar apoyo a familiares de suicidas, durante seis semanas, dos veces al año, en vez de mantener reuniones anuales. Este formato de tiempo limitado se adapta mejor a situaciones de crisis, tales como el dolor por la pérdida de un ser querido y el divorcio. Una desventaja es que el grupo puede no estar disponible en el momento en que lo necesitan. Los grupos de ayuda sostenida a largo plazo, brindan una mejor respuesta a los problemas que por su naturaleza requieren de más tiempo de tratamiento – como por ejemplo una enfermedad crónica.

Decidir si el grupo será abierto o cerrado.

Los grupos de apoyo abiertos son aquellos que reciben nuevos integrantes en cualquier momento. Esto también significa que cualquier persona – familiares o amigos – se puede integrar al grupo.

Los grupos de apoyo cerrados son aquellos a los cuales las personas se pueden unir en determinado momento (por ejemplo, durante el curso de las primeras tres semanas) o bajo circunstancias particulares (por ejemplo, grupos que son únicamente para mujeres). Algunas organizaciones ofrecen ambos tipos de afiliación; Alcohólicos Anónimos ofrece por ejemplo, tanto reuniones abiertas a las cuales puede asistir cualquier persona, como reuniones cerradas, destinadas únicamente a las personas que están en el programa.

Si se planea trabajar en un tema muy específico y se desea que todo el grupo transite el proceso al mismo tiempo, es aconsejable tener en cuenta un grupo cerrado. Sin embargo, los grupos abiertos son mejores en la mayoría de los grupos de apoyo.

Escoger el  horario y lugar para las reuniones del grupo.

Es necesario escoger un horario accesible para todas las personas. Por ejemplo; si los miembros del grupo suelen concurrir a la iglesia, no sería buena idea programar las reuniones para el domingo en la mañana. Las personas que trabajan de día no podrán asistir los días de semana después del medio día. En general, los días de semana después del horario laboral son buen momento para reunirse.

Elegir un buen lugar es más difícil de lo que parece. Si se trabaja con una organización o coalición que tiene su propio lugar de reunión, el grupo de apoyo podría reunirse allí, pero esto no significa que ése sea el mejor lugar. Tal vez una escuela, una iglesia, un restaurante o una biblioteca sean mejores lugares. Dependiendo del tipo de grupo, sus integrantes querrán discreción en lo que se refiere a sus reuniones y se mostrarán más reticentes a asistir a ellas si se llevan a cabo en lugares públicos o muy concurridos. Por ejemplo, un grupo de apoyo para personas que fueron acusadas de abuso sexual a menores no querrá ser visto en público. Aunque este ejemplo es bastante vergonzoso, lo mismo se puede aplicar al grupo de apoyo de Alcohólicos Anónimos o para un grupo de adolescentes embarazadas.

Lo primero y principal es que la ubicación del grupo debe ser de fácil acceso para las personas que vendrán a ofrecer su apoyo. ¿La dirección del edificio es de fácil acceso? ¿Es de fácil acceso para personas en sillas de ruedas, con bastones o con perros lazarillos? ¿Hay un lugar de estacionamiento cercano?

La ubicación deberá ser un ambiente donde las personas se sientan lo más cómodas  posible para poder expresarse, hablar de sus problemas y brindarse apoyo mutuo. Si se está trabajando con sobrevivientes de crímenes violentos, no es aconsejable reunirse en barrios con un alto nivel de delincuencia o al lado de la comisaría, lo cual hará que la gente se sienta incómoda o que ni siquiera se presente.

Además de que el lugar que se escoja debe ser de fácil acceso y cómodo, también debe estar de acuerdo al grupo con el que se va a trabajar. Por ejemplo, reunirse en la casa de uno de los participantes puede adicionar un toque de confort, pero el acceso de los nuevos integrantes se hace más sencillo cuando los grupos se reúnen en lugares públicos; por lo tanto, las reuniones en la casa de alguno de los miembros sólo se debe llevar a cabo si el grupo es cerrado.

¡Cuando finalmente se ha elegido el punto de reunión para el grupo, se deben hacer las reservas del inmueble u otros arreglos necesarios y con ellos ya se estará listo para continuar!

Elegir al líder del grupo o facilitador.

La elección del líder de su grupo es de vital importancia. Esta persona es quien abre y cierra las reuniones, marca el tono de la discusión, ayuda a los participantes a escuchar y ofrecer apoyo mutuo y es el encargado de resolver cualquier problema que surja durante la reunión. El facilitador ideal debe poseer las siguientes  cualidades:

  • Horario flexible: Debe tener suficiente tiempo disponible para llevar a cabo las tareas requeridas y debe tomar el compromiso de estar disponible cuando sea necesario.
  • Mucha energía: Debe tener una actitud positiva, gozar de buena salud en general y disponer de tiempo para trabajar horas extras, si es necesario.
  • Habilidad: Idealmente, debe tener experiencia en el manejo de grupos de apoyo. También debe ser responsable, elocuente, justo, organizado y debe poder trabajar en equipo.
  • Apoyo. El facilitador debe tener acceso a los recursos necesarios para el buen manejo del grupo (un teléfono, un automóvil, etc.), y a personas de su confianza, en caso de necesitar asistencia.
  • Deseo de hacer el trabajo: Debe estar interesado en el tema a tratar o al menos asumir el compromiso de ayudar a otras personas. El hecho de que el facilitador tenga cierta afinidad con el tema o los miembros del grupo es de gran ayuda. Por ejemplo, si el grupo de apoyo es para sobrevivientes de cáncer de mama, un buen facilitador sería una mujer que hubiese sufrido de cáncer de mama, que haya estado en contacto directo con alguien que lo haya experimentado o que, por lo menos, haya tenido experiencias similares con otro tipo de enfermedades. Esto no significa que aquellas personas que no han estado en contacto directo con la enfermedad no puedan ser excelentes facilitadores. Se puede intentar con personas que hayan hecho mucho trabajo voluntario o que tengan interés en brindar orientación, tal como un estudiante graduado en trabajo social u orientación psicológica.

Los detalles de la función del facilitador – como dirigir las reuniones – se especifican más adelante, en esta sección. Es aconsejable releerla, una vez elegida la persona para el cargo.

Decidir los detalles restantes.

Volviendo al paso 1, se debe tener en claro cómo será el grupo. Esto ayudará a ver si han quedado cabos sueltos que resolver, como por ejemplo:

  • ¿Con qué frecuencia se reunirá el grupo? La mayoría de los grupos de apoyo se reúnen una vez por semana o cada 15 días.
  • ¿Qué duración tendrán las reuniones? La mayoría de los grupos se reúnen durante una o dos horas. Si su grupo es pequeño o tiene problemas físicos, se sentirán incómodos si están  demasiado tiempo sentados.
  • ¿Se deberán servir refrigerios? El hecho de servir comida y bebidas hace que las personas se sientan como en casa y alienta la sociabilización. A menos que no esté permitido consumir en el local o que la discusión del grupo se centre en la comida (como personas que comen exageradamente o que sufren de desórdenes alimenticios), es buena idea servir refrigerios durante las reuniones. Si el presupuesto es escaso, se debe apelar a la creatividad. Los miembros del grupo pueden turnarse para ofrecer los refrigerios, colaborando discretamente con algún integrante que no cuente con los recursos económicos para hacerlo o,  tal vez, alguien tiene algún restaurante o una persona conocida dispuesta a colaborar con la donación de la comida o bebida.

Reclutar participantes para el grupo de apoyo.

Decidir el tamaño de su grupo antes de comenzar a incorporar integrantes. En general, es mejor tener un grupo de un tamaño que funcione correctamente aun cuando algunos de sus miembros estén ausentes, pero no tan grande como para que los participantes se sientan incómodos. Entre 5 y 15 personas es un número razonable; si es más grande, se convierte en un grupo impersonal y difícil de manejar.

Hay muchas maneras de dar a conocer el grupo. Los grupos más populares utilizan una combinación de todas ellas.

Usar conexiones.

  • Crear conexiones con otros grupos y profesionales en el área. Se puede hablar sobre el grupo a doctores, feligreses, administradores, directores de agencias, trabajadores sociales, personal de los medios de comunicación, enfermeros, entre otros, y  pedirles su colaboración en darle publicidad al grupo. Se puede también enviar cartas y si se tienen, folletos a las oficinas de organizaciones locales que se dediquen a tratar los temas que preocupan al grupo. También se pueden llevar a cabo charlas en agencias y organizaciones.
  • Si en la ciudad o país existe información comunitaria y líneas directas de consulta, es necesario asegurarse de que contengan la información sobre el grupo de apoyo que se ha formado.
  • Si el grupo de apoyo se relaciona con temas de salud, se debe enviar información al departamento de servicios sociales del hospital local y a departamentos de educación para la salud de la comunidad.
  •  Averiguar qué agencias u organizaciones publican directorios comunitarios o de servicios sociales, y solicitar que el grupo sea incluido en la próxima edición.

Utilizar los medios de comunicación.

  • Carteles y folletos: Éstos se pueden repartir en clubes, negocios, hospitales, iglesias, bibliotecas, oficinas de correo – y en cualquier lugar donde estén a la vista de los interesados.
  • Comunicados de prensa: Al enviar información sobre el grupo, la prensa puede estar interesada en escribir historias sobre sus integrantes, lo cual generará el interés de los lectores.
  • Publicidad remunerada: Si se está en condiciones de costearlos, una buena idea son los avisos publicitarios en el periódico local, en publicaciones y en boletines informativos, dirigidos hacia las personas que se busca.
  • Cartas al editor: Pueden ser utilizadas para difundir el trabajo del grupo entre el público. Es probable que estén impresas, si son la respuesta a algún tema en particular publicado por el periódico.
  • Anuncios en los servicios públicos: La difusión través de la estación de radio local y los canales de televisión hará que la publicidad llegue a una gran cantidad de personas.

Usar las invitaciones personales y pasar la voz.

Este es el método más informal de incorporar gente a los grupos de apoyo, pero el más efectivo. La “cadena de personas” se forma cuando una persona le pasa la información a otra y esa a otra más y así sucesivamente. Se le debe hablar del grupo a cuantas personas sea posible y pedirles que pasen la información. Cuando comiencen las reuniones, se debe alentar a los participantes a contarles a otras personas sobre el grupo.

Una vez reunido el número de personas necesarias para formar el grupo, se les debe informar sobre la fecha y hora de la primera reunión. Es necesario notificarles con dos semanas de anticipación para que tengan tiempo de hacer los ajustes necesarios en sus horarios; además, se les puede enviar una postal o recordatorio unos días antes de la reunión.

¿Cómo facilitar el grupo de apoyo?

Se ha hecho mucho esfuerzo para lograr reunir el grupo de apoyo y ahora ha llegado el momento de echarlo a andar. A continuación ofrecemos una guía que puede ser útil para el facilitador de las reuniones:

Prepararse para la reunión.

Es necesario tomarse unos minutos para decidir  los temas a discutir. Si ésta no es la primera reunión, se deben recordar los temas de la reunión anterior. Si se tomaron apuntes, es necesario repasarlos. Éste es un buen ejercicio para recordar temas que probablemente los miembros del grupo querrán volver a discutir o actualizar. Si se planea hacer algún anuncio sobre eventos comunitarios o actividades que pudieran ser del interés del grupo, es necesario tenerlos listos.

Preparar la sala para la reunión.

Se debe llegar de 20 a 30 minutos antes de la hora de reunión para preparar la sala. Es conveniente disponer sillas en un círculo lo suficientemente amplio como para albergar a los que llegan retrasados y considerando también el espacio necesario para las sillas de ruedas. Si se van a servir refrigerios, se deben acomodar en una mesa a un costado o al fondo de la sala. Hay que tener listas etiquetas para nombres, si se planea utilizarlas, además de lápiz y papel para tomar notas.

Comenzar con la reunión.

Cuando la gente llega, se debe hacer contacto visual con ellas y saludarlas por su nombre, si son conocidos. Se debe comenzar con la reunión puntualmente o con cinco minutos de retraso como máximo. Esto alienta a otros participantes a ser puntuales. También recompensa a quienes llegaron a tiempo; si la reunión siempre se retrasa debido a que alguna persona llega 15 minutos tarde cada vez, se corre el riesgo de hacer que aquellos participantes que hicieron un esfuerzo por llegar puntuales se alejen. Simplemente bastará con decir “Comencemos” o “Ya han pasado 5 minutos del horario fijado. “¿Comenzamos?”

Brindar información y una introducción preliminar.

El facilitador se debe presentar en forma breve; si ya ha tenido experiencia previa con el tema a abordar, se debe asegurar de mencionarlo. Después, debe hacer los anuncios necesarios y preguntarle al grupo si tiene algún comentario que agregar.

Apertura de la reunión de un grupo de apoyo.

Durante la primera reunión del grupo de apoyo de Yoshiko acerca de la distrofia muscular, ella se sorprendió gratamente al constatar la asistencia de 15 personas. Yoshiko se presentó al comenzar la reunión. “Hola a todos. Mi nombre es Yoshiko Hatori, y mi hermana Miho sufre de atrofia muscular desde hace un año. Me complace verlos a todos ustedes esta noche aquí”.

Ella hizo un solo anuncio: “A propósito, el sábado próximo, desde el mediodía hasta las 4 p.m., se llevará a cabo el lavado de autos para recaudar fondos para el próximo capítulo de la Asociación de Distrofia Muscular, en la Primera Iglesia Bautista, así es que por favor comuníquenlo a toda la gente posible”.

Si el grupo es nuevo o si hay participantes que concurren por primera vez,  se deben explicar las reglas básicas. La más común en los grupos de apoyo es que todo lo que se discute en el grupo debe ser de carácter confidencial. Es muy importante recordar esto ocasionalmente. Se debe explicar si el grupo es abierto o cerrado, y qué significa esto. Es necesario asegurarse de que todos comprenden las reglas.

Se debe hacer que todos se presenten, comenzando por sus nombres y contando por qué están interesados en formar parte del grupo. Después de eso,  se debe comenzar con la discusión, ya sea con algún tema mencionado por uno de los participantes o con un tema preparado de antemano.

Comenzar una discusión.

Cuando los miembros del grupo de Yoshiko se presentaban, un jóven llamado Brian comentó que su familia estaba planificando un viaje a las montañas y que a él le preocupaba no poder soportar los efectos de la altura. Yoshiko había planeado hablar de temas familiares en general, pero el comentario de Brian le dio una idea. Cuando finalizaron las presentaciones, Yoshiko comenzó la discusión de esta manera:

“Brian, has mencionado tu preocupación sobre el viaje. ¿Nos puedes contar algo más? Después de eso, el grupo discutió sobre el tema del viaje durante algún tiempo, y luego Yoshiko dijo: “La Navidad en mi familia fue opacada por el diagnóstico de Miho. Todos estábamos preocupados por ella y fue muy difícil disfrutar de la fecha en familia. ¿Alguien desea comentar los efectos que la atrofia muscular ha causado en las reuniones familiares? Esto provocó la reacción de muchos miembros del grupo que se sumaron a la discusión.

Alentar a los participantes a escucharse mutuamente.

Ser un buen oyente – y ser un ejemplo para los demás miembros del grupo – significa ser un oyente activo, alguien que obviamente escucha y comprende lo que se dice. ¿Cómo hacer para que la gente se dé cuenta que uno está escuchando?

  • Lenguaje corporal: (inclinarse levemente hacia el orador, sin moverse en forma nerviosa).
  • Contacto visual: (mirar al orador a los ojos y no mirar la habitación).
  • Afirmaciones alentadoras y breves, también conocidas como afirmaciones no verbales, como asentir con la cabeza
  • Repetir o parafrasear la última frase pronunciada por el orador, para indicarle que se ha entendido lo que ha dicho. Ante la frase: “No puedo creer que mi madre haya tenido una respuesta tan fría” se puede responder “Entonces realmente te lastimó lo que hizo tu madre”, por ejemplo.

 Animar a los miembros del grupo a apoyarse mutuamente.

Además de recibir apoyo por parte de los organizadores, los miembros del grupo deben aprender a brindarse apoyo mutuamente. Mientras una persona está hablando, se deben poner en práctica las habilidades para escuchar que fueron enumeradas anteriormente. Se deben esperar alrededor de 10 segundos y si nadie más lo hace, el facilitador debería ofrecer su apoyo. Los restantes miembros del grupo lo imitarán y comenzarán a brindar apoyo. De lo contrario, se le deben hacer preguntas al grupo sobre cómo se sienten afectados por la experiencia descrita. Por ejemplo, Yoshiko puede decir:

  • Sheila: ¿Qué le puedes decir a Brian para ayudarlo?
  • ¿Cómo podemos apoyar a Brian en este momento?
  • Ana: ¿Qué opinas sobre la experiencia de Brian en este momento?

Animar a los miembros del grupo a hablar sobre sí mismos.

Una ventaja de los grupos de apoyo, es que pueden crear un ambiente donde sus integrantes se sientan cómodos para  hablar sobre sus experiencias y temas personales. La apertura– acto de revelar información personal – les otorga a los demás integrantes una oportunidad de ofrecer apoyo, ideas y ayuda. También alienta a otros miembros del grupo a compartir sus propias experiencias y fomenta la confianza dentro del grupo. Para mantener ese nivel de confianza, los facilitadores también deben revelar información personal, de vez en cuando.

Cuando un miembro del grupo revela información personal, el facilitador debe encausar la discusión para que esta persona se sienta cómoda o alentar a los demás a entrar en la discusión. A esta altura es muy conveniente trabajar con preguntas abiertas – aquellas que no admiten un “sí” o un “no” como respuesta.

Formular preguntas abiertas.

Camila, una madre soltera en el grupo de apoyo de Yoshiko, habla sobre lo difícil que fue para ella hacerse cargo de sus tres hijos durante los últimos meses. Como era evidente que le costaba mucho expresarse, Yoshiko logró que exteriorizara sus sentimientos con más calma por medio de las siguientes preguntas abiertas:

¿Cómo prepara a sus hijos por la mañana para ir a la escuela?
¿Qué les ha dicho a sus hijos sobre su salud en este momento?

La intención de Yoshiko era la de alentar a otros participantes a brindar su apoyo y también la de utilizar la apertura de Camila para que otros miembros del grupo también revelaran información personal. Entonces, realizó las siguientes preguntas abiertas:

¿Qué cosas en sus propias vidas los hacen sentir como se siente Camila ahora?
¿Cómo se las arreglan cuando deben cuidar de otras personas estando enfermos?

Se pueden planificar los temas de conversación de antemano. En algunos grupos, a sus integrantes se les pide que hagan lecturas o que escriban sus experiencias en diarios personales para estimular los temas de discusión.

Brindar apoyo.

Ésta es la razón principal para la existencia del grupo. Afortunadamente, brindar apoyo es una de las cosas más sencillas dentro de la actividad del grupo. Ofrecerles apoyo a los miembros del grupo les hace sentir que les es posible alcanzar sus metas, les brinda esperanza o simplemente les comunica que alguien se identifica con sus problemas.

Brindar apoyo consiste en transmitir confianza, compasión y preocupación por el problema del otro, escuchar y comprender los sentimientos expresados y enfrentarlos. El apoyo también se expresa a través del lenguaje corporal (como hacer contacto visual o sonreír), el tacto (abrazar o palmear el hombro de la persona en cuestión). Sin embargo, se debe ser muy cuidadoso al utilizar el tacto como forma de apoyo dado que en algunas circunstancias – como al tratar con un grupo de víctimas de abuso sexual infantil  - puede crear una  sensación amenazadora o incómoda, en vez de una sensación reconfortante.

En general, los miembros del grupo se ofrecerán apoyo mutuamente en forma espontánea o aprenderán imitando el ejemplo. Sin embargo, en ocasiones el facilitador debe formular preguntas para que ellos brinden su apoyo al responder dichas interrogantes.

Brindar apoyo.

Cuando Brian dijo: “Me siento mal porque creo que me estoy convirtiendo en un peso para mi familia”, Yoshiko podría haber brindado su apoyo diciendo:

Entiendo que las cosas son muy difíciles, pero debe ser reconfortante saber cuanto te ama tu familia” o
“Lamento escuchar eso. Porque sé que no me molesta el tiempo que pasé cuidando a mi hermana desde que se enfermó – en realidad valoro el hecho de que hayamos podido pasar más tiempo juntas. Seguramente encontrarás que lo mismo sucede con tu familia”.

Yoshiko también pudo alentar a otros miembros del grupo a decir:

¿Cómo podemos ayudar a Brian en este momento?
¿Alguien más ha vivido experiencias similares en su familia?

 Ayudar a los miembros del grupo a resolver sus problemas.

Aunque el hecho de resolver problemas no es la única meta del grupo, es algo que muchos de ellos esperan y desean. Todos deben involucrarse en el problema – o solución - para que ninguno en particular tenga todas las respuestas. El trabajo del facilitador es hacer que todos los miembros del grupo comprendan cómo ayudarse mutuamente a resolver sus problemas.

A continuación sugerimos los pasos a seguir para resolver problemas.

  • Clarificar el problema. Asegurarse de que todos comprenden el problema. Si el problema no está del todo claro, hay que formular preguntas para obtener mayor información.
  • Discutir las alternativas. Se deben ofrecer posibles soluciones al problema, pero no decir qué hacer. Por ejemplo, en vez de decir: “Deberías hacer esto”. sería mejor decir: “¿Qué pasaría si hicieras esto?” o “Tal vez podrías hacer esto”. Decirle a la gente lo que debe hacer no es el propósito o responsabilidad del grupo de apoyo. Esto inhibe en la gente la sensación de que puede resolver sus problemas, haciéndolos sentirse agredidos e incómodos. Se debe tratar de averiguar qué les fue útil a otros participantes estando en situaciones similares. También se le puede preguntar a la persona en cuestión, qué cree que será útil en su caso.
  • Elegir qué opción(es) tomar. El grupo debe discutir los pros y los contras de cada opción. Entonces, la persona afectada por el problema puede tomar una decisión, o es probable que quiera tomarse un tiempo para considerar todas las posibilidades. La persona debe saber que el grupo se preocupa por ella, y quiere saber qué decisión tomó.
  • Ofrecer ayuda. Algunas veces los miembros del grupo se ayudan entre sí. Por ejemplo, si el problema en discusión es el inconveniente de un integrante del grupo para llegar hasta el lugar de reunión, otros miembros le pueden ofrecer un medio de transporte.

 Resolución de problemas.

Clarificar el problema.

Yoshiko formuló algunas preguntas para clarificar el problema de Camila:

  • ¿Cuáles de tus obligaciones maternales te resultan más difíciles de cumplir?
  • ¿Encuentras que estas obligaciones son siempre difíciles de cumplir o son más difíciles en determinados momentos?

Discutir las alternativas.

Yoshiko formuló preguntas abiertas para hacer sugerencias sutiles y lograr que los miembros del grupo también las hicieran.

  • ¿Qué pasaría si les pidieras a tus hijos que ayudaran en las tareas de la casa?
  • ¿Qué cosas te han ayudado a sobrellevar problemas agobiantes con tus hijos anteriormente?
  • ¿Alguien quisiera sugerirle a Camila qué hacer para mejorar la situación en su casa?

Elegir qué opción(es)tomar.

El problema de Camila se centraba en el transporte (llevar a sus hijos a la escuela, recogerlos y llevarlos a la práctica de fútbol) y en las faenas de su casa. Camila decidió lo siguiente:

  • Los hijos de otro miembro del grupo formaban parte del mismo equipo de fútbol que los hijos de Camila, por lo que le ofreció llevarlos y traerlos del entrenamiento.
  • Los hijos de la hermana de un miembro del grupo, asistían a la misma escuela que los hijos de Camila. Esta persona ofreció llevar y traer de la escuela a los hijos de Camilla, a cambio de compartir el costo de la gasolina.
  • Otra madre soltera del grupo, compartió algunas ideas para incentivar a los niños a ayudar en las tareas de la casa y Camila decidió ponerlas en práctica.

Ofrecer ayuda.

Como se reflejó anteriormente, dos de las tres soluciones que Camila adoptó estaban relacionadas con la ayuda de otros miembros del grupo.

 Cierre de la reunión.

La mayoría de las reuniones de los grupos de apoyo tienen entre una y dos horas de duración. Si se desarrolla una discusión particularmente intensa o si se trata de ayudar a un miembro del grupo a resolver un problema, la reunión se puede extender unos minutos, pero en general es mejor suspenderla antes que todos estén cansados y deseando retirarse. Cuando el ambiente en la discusión está decayendo o cuando se acerca la hora estipulada para la finalización, hay que cerrar la discusión. A continuación damos algunas ideas para dar por finalizada la reunión.

  • Hacer un resumen final. Se deben resumir los temas tratados y las alternativas elegidas., y resaltar las observaciones positivas o soluciones que surgieron.
  • Solicitar comentarios o preguntas adicionales. Se debe también verificar si alguien del grupo tiene algo que agregar.
  • Recordarles a los miembros del grupo sobre la próxima reunión. Todos deben saber la fecha y hora de la próxima reunión.
  • Dar la despedida. Se debe agradecer a todos por haber concurrido, despedirse y alentar a todos los miembros del grupo a volver a una próxima reunión.
  • Escribir apuntes de la reunión. Al terminar la reunión, se debe escribir sobre los temas discutidos mientras las ideas estén frescas. Esta información será útil para iniciar activamente la próxima reunión. Es necesario mantener todos los apuntes sobre el grupo en un lugar seguro para asegurar la confidencialidad.

Cierre de la reunión.

Cuando la reunión fue decayendo, Yoshiko siguió los pasos sugeridos de esta manera:

Hizo un breve cierre.

Ya es prácticamente la hora de cierre. Sé que muchos de ustedes quisieran irse a sus casas, por lo tanto creo que es hora de resumir lo discutido.

Preguntó si alguien tenía algo que agregar.

Esta noche hablamos mucho sobre nuestras familias. ¿Hay algo más que quieran agregar?

Les recordó a los miembros sobre la próxima reunión.

Nuestra próxima reunión será el miércoles 23, a las 7 p.m. Espero que todos puedan concurrir.

Pidió voluntarios.

¿Alguien se ofrece para llamar por teléfono a los miembros de la lista, unos días antes de la próxima reunión y recordarles que vengan?

Cerró con una despedida.

Estoy muy contenta de que todos vinieran y creo que hoy hablamos de temas muy interesantes. ¡Espero verlos el 23!

Escribió algunos apuntes sobre la reunión.

Cuando llegó a su casa, Yoshiko se sentó con una taza de café y escribió varios apuntes sobre la reunión. “Brian habló de su preocupación sobre como la DM puede afectar el viaje de su familia; Camila contó lo difícil que es ser una madre soltera con DM. En la próxima reunión deberíamos enfocarnos más sobre temas que afectan a las personas que están solas o alejadas de sus familias”.

Siguiendo las sugerencias para dirigir a un grupo de apoyo, la primera reunión que Yoshiko llevó a cabo resultó todo un éxito. Sin embargo, pronto debería enfrentar otros desafíos, tales como mantener al grupo unido a largo plazo y manejar a los participantes difíciles. A continuación  proporcionamos algunas ideas sobre cómo lograrlo.

Ideas para mantener al grupo unido.

  • Mantenerse informado sobre los avances del grupo. Se debe pedir a los participantes que den su opinión sobre los avances hechos por el grupo. Además, es necesario averiguar si el grupo es útil para ellos, si se sintieron cómodos y  qué cosas les gustaron o disgustaron. Se puede utilizar esta información para hacer los ajustes necesarios.
  • Compartir la responsabilidad. Es necesario dejar que otros miembros del grupo tomen roles de liderazgo, hace que se sientan más comprometidos e involucrados con el grupo. Es más sencillo hacer las cosas personalmente, ya que repartir las responsabilidades entre otras personas puede ser un desafío. Sin embargo,  no se debe centralizar todas las tareas en una persona; compartir la responsabilidad evitará el desgaste.
  • Asegúrese de que todos tengan la oportunidad de hablar. Por naturaleza, algunas personas son más conversadoras que otras. Es importante formular preguntas para que las personas más calladas puedan participar. Y también es crucial mantener a los participantes más extrovertidos “en el tema” y recordarles gentilmente que deben dejar hablar a los demás.
  • Enfatizar la importancia de la confidencialidad. Para que los integrantes se sientan seguros dentro del grupo y puedan compartir y tratar sus problemas, deben tener la seguridad de que nadie hablará sobre las discusiones del grupo fuera de las reuniones. Es necesario asegurarse de que todos lo comprendan.
  • Promover los encuentros entre los participantes fuera de las reuniones. Los miembros del grupo pueden ofrecer su apoyo fuera de las reuniones. El sistema de “amigos” de A.A., promueve el interés de los participantes por su mutuo bienestar y su relación fuera del grupo.
  • Continuar incorporando gente. Si el grupo es abierto, se debe dar a conocer. Los grupos se “estancan” si no hay renovación,  y si no se reemplaza a aquellas personas que se van, el grupo está destinado a desaparecer.
  • Compartir los éxitos y los fracasos. Los miembros del grupo deben saber que se valoran sus contribuciones. Cuando alguien comete un error, no hay que buscar culpables. No se debe adular a una persona en particular cuando las cosas salen bien – ni culparla cuando las cosas salen mal.
  • Mantener una perspectiva realista. No se debe idealizar al grupo. A veces, habrá personas a las que el grupo no podrá ayudar, pero esto no significa que sus esfuerzos sean inútiles. Tampoco significa que se haya fracasado cuando algún miembro deja el grupo. En general esto sucede cuando algunas personas sienten que el grupo ya no puede ayudarlos más, y se alejan para continuar con sus vidas.
  • Lo más importantes: recordar que éste es un grupo de apoyo. La dinámica de los grupos puede cambiar con el tiempo; puede cumplir una función más social o puede focalizarse en temas diferentes. No importa qué cambios sufra el grupo, su propósito principal es brindar apoyo y comprensión a sus integrantes.

Ideas sobre cómo manejar a los participantes problemáticos.

Cuando se trata de manejar a personas problemáticas, los facilitadores del grupo deben aprender la delicada combinación del control con amabilidad. Esta mezcla de comprensión con autoridad, trata los problemas con el grupo sin insultar u ofender a nadie. Se puede utilizar esta combinación cuando una discusión se sale de control o se puede hablar con la persona en cuestión, en privado, una vez finalizada la reunión.

Cuándo utilizar la firmeza solidaria.

  • Cuando una persona del grupo llega siempre tarde a las reuniones.
  • Cuando una miembro del grupo habla demasiado, monopolizando las discusiones.
  • Cuando un miembro del grupo rechaza todas las sugerencias de los demás repitiendo: si, pero….
  • Cuando los problemas de esa persona son demasiado difíciles para el grupo; por ejemplo, alguien cuya salud sufrió un deterioro y necesita atención médica, o alguien con problemas psicológicos que requiera de atención profesional.
  • Cuando un miembro del grupo interrumpe a los demás con temas inapropiados o irrelevantes.
  •  Cuando el problema de la persona no concuerda con los temas a tratar.

Los cuatro pasos de la firmeza solidaria.

1.Demostrarles a las personas que se comprende su posición o dilema. Se debe dejar en claro que se entienden las razones del comportamiento negativo que demuestra la persona en cuestión. Al hablar con esa persona se deben utilizar las palabras “yo” o “nosotros” para demostrar que su conducta afecta a todo el grupo. Por ejemplo: “Sé que las cosas no son sencillas para ti pero en este momento estamos tratando de solucionar el problema que tiene Camila con el cuidado de sus hijos”.

2. Imponer límites. Se debe corregir la conducta amablemente, pero con firmeza. Es necesario explicar las razones; si la persona comprende por qué debe modificar su conducta, será más cooperativa. Por ejemplo: “Sé que las cosas no son sencillas para ti, pero en este momento estamos tratando de solucionar el problema que tiene Camilla con el cuidado de sus niños y es muy difícil si interrumpes constantemente”.

3. Sugerir una alternativa. Se le debe explicar a la persona en cuestión lo que debería hacer, en vez de resaltar su comportamiento negativo. Por ejemplo: “Sé que las cosas no son sencillas para ti, pero en este momento estamos tratando de solucionar el problema que tiene Camilla con el cuidado de sus niños y es muy difícil si interrumpes constantemente. Me parece que podríamos tratar tu problema cuando solucionemos el de Camilla”.

4. Los miembros del grupo deben estar de acuerdo con la alternativa propuesta. Hay que asegurarse de que la persona entienda lo que se le pide hacer y que esté de acuerdo en hacerlo. Por ejemplo: “Sé que las cosas no son sencillas para ti, pero en este momento estamos tratando de solucionar el problema que tiene Camilla con el cuidado de sus niños y es muy difícil si interrumpes constantemente. Me parece que podríamos tratar tu problema cuando solucionemos el de Camilla. ¿Estás de acuerdo?”.

En resumen

Los grupos de apoyo son una excelente forma de brindar un servicio a la gente con la que trabaja la organización o iniciativa, sin necesidad de invertir demasiado tiempo o dinero. Además, dirigir un grupo de apoyo es una buena manera de llegar a la gente e interesarla en otras cosas que hace la organización o iniciativa. Asimismo, es una forma de devolver algo a la comunidad – mejorando o manteniendo una buena imagen pública para el grupo. Finalmente, es simplemente algo positivo. Con poco esfuerzo y dinero, un grupo de apoyo puede tener un gran impacto en la vida de las personas con problemas. ¿Hay alguna razón mejor?

Contributor 
Chris Hampton

Recursos en línea

American Self-Help Group Clearinghouse

Center for Community Support and Research. (1995). Helpful hints for a successful first meeting.

Center for Community Support and Research. (1995). Keeping a support group going: Five things you should remember.

Center for Community Support and Research. (1995). Starting a support group: Important Decisions

Center for Community Support and Research. (1995). Self-help groups: Are they effective?

Self-help Sourcebook Online

Recursos impresos

Boyd, F., Morris, T., & Bry, B. (1997). Parent and family support groups with African American families: The process of family and community empowerment. Cultural diversity and mental health. Vol. 3, No. 2, pp. 63-92.

Jacobs, M., & Goodman, G. (1989). Psychology and self-help groups: Predictions on a partnership. American psychologist, Vol. 44, No. 3, pp. 536-545.

Paine, A., Suarez-Balcazar, Y., Fawcett, S., & Jameson, L., & Embree, M. (1990). Self-help leader's handbook: Leading effective meetings. Lawrence, Kansas: Research and Training Center on Independent Living.

Roberts, F., & Associates, and Developmental Research and Programs, Inc. (1988). Preparing for the drug free years: A family activity book. Seattle, WA: Comprehensive Health Education Foundation.

Organizations

National Self-Help Clearinghouse
Graduate School and University Center
City University of New York
33 West 42nd Street, Room 1227
New York, NY 10036
(212) 840-7606