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  • ¿Cuáles son las ventajas de llevar a cabo una sesión de capacitación?

  • ¿Cuándo ofrecer una sesión de capacitación?

  • ¿Cómo realizar una sesión de capacitación?

Cuando una sesión de capacitación funciona bien, la mayoría de la gente sale pensando: “Vaya, aprendí muchísimo sobre X” o “¡Genial! Ahora puedo hacer Y”. La otra cara de la moneda, sin embargo, es lo que la gente piensa cuando una capacitación sale mal: “Ese orador estuvo pésimo”. “No llegué a hacer ninguna de mis preguntas". "Esta capacitación realmente no se ajustó a mis necesidades". "Llegué 45 minutos tarde porque no entendí las instrucciones – qué vergüenza".

En la última sección de la Caja de Herramientas hablamos sobre cómo diseñar una capacitación, tanto en cuanto al contenido como a la presentación. Sin embargo, una vez que se ha logrado eso, sólo se tiene ganada la mitad de la batalla. Resta todavía mucho trabajo por hacer – trabajo importante que se puede convertir en un telón de fondo suave y perfecto para la capacitación, o trabajo que se puede tornar una pesadilla tanto para la persona al frente de la capacitación como para los asistentes si se hace mal. Este trabajo ordena todas las piezas necesarias en la realización de una sesión de capacitación.

En esta sección vamos a avanzar sobre terreno más práctico y a planificar la logística de organizar una sesión de capacitación. Comenzaremos por evaluar las ventajas que tiene para una organización llevar a cabo una sesión de capacitación. Luego, consideraremos cuándo podría ser el momento perfecto para que la organización ofrezca dicha capacitación. Finalmente, llegaremos a la ejecución misma de la capacitación: Lo que se debe hacer los días previos a la sesión de capacitación, durante la sesión misma y finalmente, como seguimiento en los días posteriores.

¿Cuáles son las ventajas de ofrecer una sesión de capacitación?

En términos generales, la organización va a ofrecer una sesión de capacitación por una razón básica: para brindar información y destrezas a la gente que lo necesita. Sin embargo, hay una cantidad de ventajas "adicionales” al llevar a cabo una sesión de capacitación. Algunas de ellas incluyen:

  • Levantar la moral de la organización. Ofrecer una sesión de capacitación puede generar un espíritu más optimista en la organización al aumentar la satisfacción que los empleados y /o voluntarios sienten con respecto a su trabajo. Aprender a organizar una capacitación puede desarrollar extraordinariamente la confianza en personas que no tienen mucha experiencia dirigiendo proyectos grupales. Una explicación de esto es que los resultados de organizar una sesión de capacitación son completamente tangibles—los organizadores pueden observar que la gente aprende y gana confianza con sus habilidades. También, si al final los asistentes llenan formularios de evaluación, los organizadores tienen una realimentación casi inmediata sobre sus fortalezas y debilidades.
  • Ofrecer sesiones de capacitación puede volver más eficaz a la organización. Esto puede ocurrir de varias maneras. Primero, si la capacitación (al menos en parte) es para el personal o voluntarios involucrados con la organización, se verán los beneficios inmediatos dado que se vuelven mejores en lo que hacen. Si la capacitación también incluye a otros miembros de la comunidad que no están directamente relacionados con la organización, los asistentes aprenderán más acerca de la organización y su causa --¡e incluso podrían decidir anotarse como voluntarios! Finalmente, un buen maestro (o facilitador) siempre aprende de sus alumnos. De modo que, si el o los capacitadores  mantienen un contacto regular con la organización (por ejemplo, si son empleados, o si siempre organizan capacitaciones para ese grupo), ellos podrían perfectamente aprender cosas que pueden usar para ayudar a la organización de otras formas. Por tanto, llevar a cabo una sesión de capacitación puede ser verdaderamente una situación en la que todos salen ganan.
  • Crear mayor conciencia comunitaria. Por último, la capacitación puede estar dirigida (al menos en parte) al público en general.  Esto puede ayudar a generar un mayor conocimiento de la organización y su causa—un claro beneficio indirecto que puede darse a medida que se trata de incrementar la competencia de los miembros de la comunidad sobre un tema dado.

Consideremos cómo todas estas ventajas pueden ocurrir juntas. Por ejemplo, digamos que la organización está trabajando para disminuir la incidencia de enfermedades cardíacas en la comunidad. Una de las cosas que se hacen es ofrecer clases de cocina “sana para el corazón”, mostrando recetas saludables a gente que ha tenido problemas cardíacos y a sus familiares. Al hacer la clase, se le pide a uno de sus empleados más nuevos que asista en la organización de ésta, ayudándolo así a pulir sus habilidades de presentación y organización. Durante la clase, los miembros aprenden nuevas recetas sanas y también aprenden variantes saludables de sus viejas recetas favoritas. Los facilitadores hablan además un poco sobre el objetivo de la organización y los eventos venideros y varios miembros de la clase deciden que sería divertido ayudar en una caminata/carrera comunitaria que la organización está programando. Por último, hacia el final de la clase, cada uno trae algunas de sus recetas saludables favoritas para compartir entre ellos y para que el facilitador las pueda usar en capacitaciones futuras.

¿Cuándo ofrecer una sesión de capacitación?

Aun con todas las cosas positivas que el grupo puede obtener al organizar una sesión de capacitación, probablemente la organización no querrá realizarlas todos los días. Así que, ¿cómo decidir cuándo sacar tiempo y recurso de otros proyectos para organizar una capacitación?

La respuesta simple es que depende del tipo de capacitación que se esté planificando, así como también de las necesidades de la organización. Se deben considerar los siguientes tipos de capacitación y las situaciones en las que podrían resultar útiles:

  • Capacitaciones periódicas, reiteradas. Si la organización está planificando llevar a cabo capacitaciones sobre temas que todos los participantes de la organización necesitan entender, entonces sería mejor programar las capacitaciones en forma periódica, por ejemplo dos veces al año o trimestralmente, a medida que nuevos miembros se sumen a la organización. Por ejemplo, un centro de asesoramiento de crisis atendido exclusivamente por voluntarios podría decidir aceptar nuevos asesores voluntarios dos o tres veces al año y organizar sesiones de capacitación en esos momentos.
  • Sesiones de capacitación periódicas, temáticas. Una organización podría  decidir tener sesiones de capacitación periódicas, regulares, sobre distintos temas para mantener al personal y a los voluntarios interesados, educados y actualizados acerca de la organización y su trabajo. Por ejemplo, en un proyecto para la prevención de embarazos en adolescentes, se podría intentar organizar sesiones de capacitación trimestrales sobre temas que sean importantes para los miembros y también para distintos segmentos de la comunidad. El grupo podría decidir dar la capacitación sobre temas con los que se enfrenta actualmente o quizás sobre temas que han sido tratados recientemente en las noticias y sobre los cuales existe bastante interés. Por ejemplo, los cursos un año podrían incluir: "Prevención de un segundo embarazo en las adolescentes”, “Trabajo con la comunidad religiosa”, “Anticoncepción para adolescentes: ¿Qué mensajes le estamos enviando a nuestros hijos (y qué es lo que ellos escuchan)?" y "No es sólo una cosa de mujeres: Comunicándonos con nuestros jóvenes varones".
  • Capacitaciones organizadas ocasionalmente según surjan las “necesidades”. Una organización podría también no tener un programa fijo de capacitaciones, sino estar preparado para presentar una capacitación ocasional sobre temas que se convierten en un problema en cada comunidad. Por ejemplo, en una comunidad donde varios estudiantes de escuela secundaria se han suicidado recientemente, una organización juvenil podría programar una serie de sesiones educativas para adolescentes y padres sobre cómo reconocer los signos de depresión y entender cómo obtener la ayuda que sus hijos o amigos necesitan.
  • Capacitaciones que "complementan" otros eventos. A veces, tiene sentido organizar una sesión de capacitación cuando hay un tema que puede despertar mucho interés. Por ejemplo, la organización podría usar el Día de la Madre para dar comienzo a clases de habilidades para padres novatos; o podría ofrecer capacitaciones cortas sobre nutrición en una feria local de salud.
  • Capacitaciones organizadas para cumplir con requisitos profesionales. Muchos profesionales necesitan un cierto número de unidades de educación continua o créditos con valor curricular para conservar licencias o certificaciones. El grupo podría decidir ofrecer estas unidades en conjunto con cualquiera de las otras clases de capacitación mencionadas anteriormente, dependiendo de la audiencia que se tenga. Este tema se discutió con mayor profundidad en la sección previa de la Caja de Herramientas.

Conjuntamente con las necesidades que se presentaron anteriormente, hay otros aspectos que la organización deberá considerar cuando se decida el momento más apropiado para llevar a cabo una sesión de capacitación. Dichos aspectos incluyen:

  • ¿Tiene la organización el tiempo para brindar una sesión de capacitación?
  • ¿Cuenta con los recursos para hacerlo (recursos financieros, capacitadores experimentados, etcétera)?
  • ¿Se ajusta la capacitación que se está considerando a la misión de la organización?
  • ¿Existe alguna otra organización que ya esté organizando capacitaciones similares o que esté considerando hacerlo?
  • ¿Existe una necesidad en la comunidad para la capacitación que se quiere brindar?

Revisar esas opciones podría aclarar mucho el tipo de capacitación que la organización quiere programar, y cuándo sería un momento adecuado para organizarla; o podría demostrar que no se está muy seguro de lo que se necesita. De cualquier forma, nuestra sugerencia es sentarse con el grupo de gente que está considerando ofrecer la sesión de capacitación (un grupo ideal debería incluir miembros del personal, uno o dos miembros de la junta directiva, y, de ser posible, un capacitador experimentado). En la reunión, se debe hablar sobre las clases de capacitación que se está considerando, la lista de preguntas antes mencionadas y cualquier otra inquietud adicional que la gente tenga acerca de la organización de dicha sesión.

¿Cómo realizar una sesión de capacitación?

La ejecución de una sesión de capacitación consta en realidad de tres partes principales – lo que se hace antes, durante y después de la sesión. Veamos cada parte por separado.

Antes de la sesión de capacitación.

Mucho de lo que se hace antes de la capacitación tiene lugar en las semanas o incluso meses previos a ésta. Gran parte de este trabajo se discute en la sección anterior, Diseñar una sesión de capacitación. Incluso si se está usando un esquema de capacitación desarrollado en otro lado (por ejemplo, si se está usando un formato de la Cruz Roja para capacitar a voluntarios como instructores sobre el SIDA), muchos de los mismos puntos van a ser aplicables. Para hacer una breve recapitulación, algunos de los pasos claves incluyen:

  • Determinar las necesidades específicas de capacitación de la organización.
  • Aclarar los objetivos de la sesión de capacitación.
  • Decidir quién organizará la sesión.
  • Desarrollar (elegir o modificar) el esquema de capacitación que se usará en la sesión de capacitación.
  • Reclutar participantes para la sesión.

Si aún no se han seguido estos pasos, probablemente ahora es el momento adecuado para volver a remitirse a la sección anterior.

Luego, una vez que todo está funcionando como se esperaba en esas áreas, ya se está listo para concentrarse en el día de la actividad o en el período previo a la misma.

No existe un momento exactamente “perfecto” para empezar a resolver la logística – una capacitación de último minuto podría brindarse muy informalmente, con muy poca anticipación; un año de anticipación no es demasiado tiempo antes para comenzar con una capacitación profesional extensa. Sin embargo, para la mayoría de las capacitaciones de tamaño moderado organizadas por grupos comunitarios, uno o dos meses previos es probablemente un tiempo adecuado para comenzar con los preparativos.

Establecer un presupuesto.

Lo primero que se necesita considerar es cuánto gastar y en qué gastarlo.

Asegurar un espacio para la sesión de capacitación.

Este paso es muy importante si se va a alquilar o tomar prestado un lugar para realizar la capacitación, en vez de usar las instalaciones propias de la organización. Incluso cuando se esté planeando realizar la sesión es la oficina, se debe considerar cuidadosamente los puntos a continuación. El grupo puede decidir que en realidad es mejor, a largo plazo, gastar dinero y alquilar un lugar que sea más apropiado, si resulta que hay grandes desventajas para usar las propias instalaciones.

Puntos a considerar:

  • ¿Es accesible? Esto incluye lo adecuado que sea el edificio para las personas con impedimentos físicos y también la facilidad de acceso al área misma del edificio. Por ejemplo, ¿está el sitio de capacitación a varios kilómetros de dónde viven los alumnos? Si algunos miembros de la audiencia toman el autobús o el subterráneo, ¿les queda de camino? Si se dan clases los domingos por la noche, ¿habrá todavía medios de transporte disponibles?
  • ¿Qué instalaciones hay disponibles? ¿Hay algún baño? ¿Hay máquinas expendedoras  o puestos de golosinas o alimentos? Esto constituyen un beneficio adicional muy bienvenido si la capacitación se extiende durante más de una o dos horas.
  • ¿Cómo va a ser el estacionamiento? ¿Hay espacio suficiente para la audiencia estimada? ¿Es gratis y seguro?
  • ¿Cómo es la iluminación en el espacio que se está considerando? ¿Es demasiado brillante o demasiado sombría?
  • ¿Hay ventilación adecuada? ¿Hay ventanas? Aunque las ventanas no son una necesidad, pueden efectivamente ayudar a iluminar una sala.
  • ¿Se tiene acceso a los controles de temperatura? Siguiendo con las mismas consideraciones, si se está planificando que parte o la totalidad de la capacitación se realice afuera, ¿se tiene un plan de contingencia para un día lluvioso?
  • ¿Qué tipo de asientos hay disponibles? Esto incluye cuántos asientos hay, lo cómodos y flexibles que sean. ¿Se pueden cambiar de lugar los asientos? Y, de ser necesario, ¿se pueden agregar/quitar mesas?
  • ¿Cuánto cuesta alquilar el espacio? ¿Esa cifra incluye todo? ¿Cómo se compara esa cifra con el presupuesto?
  • ¿Qué equipo hay disponible? ¿El lugar tiene a mano todo lo que se va a necesitar, como televisores/videocaseteras, equipos audiovisuales, etc.? Si no, ¿alguien los tiene o los puede alquilar? ¿Cuánto va a sumar eso al costo de las instalaciones?
  • ¿Hay alimentos disponibles? ¿Hay instalaciones de cocina o al menos restaurantes en los alrededores? También, es necesario asegurarse de que el espacio que se está considerando permita el ingreso de alimentos y bebidas.
  • ¿Hay conexiones para los equipos que se podría necesitar traer? ¿Suficientes tomacorrientes? ¿conexiones para Internet?
  • ¿Hay asistencia técnica disponible? Esto se incluye para los equipos, por supuesto, pero también para pequeñas cosas como alguien que permita la entrada al lugar. Sería indeseable planificar una sesión y después no poder entrar porque no se encuentra a la persona encargada de la llave.
  • ¿Habrá guardería infantil disponible en el lugar? Si no, ¿va esto a afectar la asistencia?
  •  Por último, ¿cuál es la sensación general sobre el lugar, la gente se siente bien estando allí? Si no es así y se tiene otra opción, se debe optar por otro lugar.

 Preparar los materiales para la sesión.

Es necesario asegurarse de comprar y/ o copiar los materiales necesarios. Probablemente sea buena idea tener una lista que se pueda verificar antes de ir al lugar de la capacitación. También, se debe averiguar si se podrá fotocopiar cosas en el lugar; si no, se debería averiguar dónde está la copiadora más cercana.

Consejo de los expertos: Algunos capacitadores profesionales tienen una bolsa pre-empaquetada llena de provisiones y materiales adicionales para la capacitación – bolígrafos, marcadores, sujetadores de papeles, cinta, papeles autoadhesivos, material para hacer letreros, etiquetas para los nombres, hojas para apuntarse, formularios de evaluación, certificados, aspirinas –, la cual pueden llevar cuando se le avisa de la sesión con muy poca anticipación. Si se planifica realizar capacitaciones con frecuencia, se podría considerar crear una bolsa similar para uso propio.

 Asegurarse de que todos sepan cuándo y dónde será la capacitación.

Si la capacitación incluye personas que no van a la sede de la organización todos los días (es decir, voluntarios o miembros de la comunidad que se ha reclutado especialmente para este evento), se debe asegurar enviarles un recordatorio que les llegue una semana antes de la reunión. Una tarjeta postal puede ser una buena forma de hacerlo; si el grupo es lo suficientemente pequeño y se cuenta con los recursos humanos necesarios, se podría también considerar hacer llamadas telefónicas. Asimismo, es necesario enviar instrucciones claras, con mapas, que lleguen con suficiente tiempo antes de que tenga lugar la reunión.

Enviarles “tareas” a los participantes de la capacitación.

Si se quiere que la gente lea algún material o haga alguna tarea antes de la reunión, probablemente es buena idea enviárselos incluso antes – con aproximadamente dos semanas de anticipación, si es posible. E incluso si no hay tareas, es bueno enviarles algún material previo al encuentro, para darles la bienvenida a los participantes por adelantado, para anticiparles un poco lo que va a suceder, para marcar las pautas y para prepararlos mentalmente

Una idea es solicitarle a la gente que complete un papel con las preguntas que le gustaría que le respondieran durante la capacitación. Las preguntas pueden ser enviadas de vuelta por correo al capacitador para que las prepare (es necesario incluir un sobre estampillado con la dirección a donde se deben enviar estas preguntas) o se le pueden entregar al capacitador al comienzo de la sesión de capacitación.

Hacer que el capacitador mismo cumpla con sus “tareas”.

Un buen capacitador sabe que una preparación adecuada es clave. Esto incluye la comprensión del contenido que se va a exponer, un plan para el ritmo de la sesión y aprender de antemano lo más posible acerca de la audiencia para poder orientar la presentación hacia ellos, sus necesidades y estilos. A algunos capacitadores les gusta también visualizar la capacitación: Cómo debería funcionar, cómo se van a desarrollar los eventos y anticipar obstáculos y fallas posibles para ser capaz de contrarrestarlos en su presentación y /o mediante los arreglos físicos adecuados.

Durante la sesión de capacitación

Llegar temprano para montar la sesión.

El o los capacitadores probablemente deberían llegar al lugar por lo menos con media hora de anticipación. Las cosas a verificar incluyen:

  • ¿Está la sala dispuesta como se necesita?
  • ¿Están los letreros en sus lugares?
  • ¿Está solucionado el tema de los alimentos?
  • ¿Café preparado?
  • Probar los equipos, ¿funcionan hoy como hasta la semana pasada?
  • Si se recibe dinero en la puerta, ¿se tiene una caja para el efectivo, recibos y cambio?

Estar listo para saludar a la gente a medida que lleguen.

Es necesario asegurarse de que alguien esté listo para darles la bienvenida a las personas a medida que entran. Por lo general es conveniente tener algunas mesas de bienvenida y/o verificación de asistencia; en términos generales, cuanto más grande sea la capacitación, más formal será la recepción. También, si se tienen materiales para distribuir, éste es el momento indicado para hacerlo.

Si resulta apropiado, es necesario asegurarse de que todos se conozcan.

Si se tiene menos de unas 30 personas, es posible (y a menudo preferible) presentar a cada uno. A medida que el número sea mayor, las presentaciones pueden demandar demasiado tiempo y resultar agobiantes. Una buena alternativa en caso de grupos numerosos es el uso de etiquetas con los nombres o credenciales, (las credenciales se usan para capacitaciones más formales).

Establecer (compartir) el plan de la sesión.

Este programa se puede dar como parte del paquete inicial, junto con otros materiales. Como otra alternativa, se puede publicar impreso o incluso escribir en la pizarra. Donde sea que esté escrito, el líder/capacitador probablemente debería pasar revista a los puntos del programa al principio, incluyendo los objetivos definidos para el día, los resultados esperados y /o las decisiones que necesiten tomarse. Probablemente se deberían también cubrir otros aspectos logísticos importantes, tales como:

  • La ubicación de los baños
  • Disponibilidad de alimentos
  • Teléfonos
  • Solicitarles a quienes tengan teléfonos celulares y otros dispositivos de llamada que los apaguen o que los pongan en “vibrar”.

 Establecer las normas básicas.

Estas normas se pueden establecer por anticipado o el capacitador podría pedirle a la audiencia ayudar a establecerlas. Algunas normas básicas comúnmente usadas incluyen:

  • No interrumpir a los demás.
  • Establecer un “momento específico” para hacer preguntas (es decir, decidir si el capacitador va a recibir preguntas en cualquier momento, a intervalos predeterminados o sólo al final).
  • Establecer un límite para la cantidad de tiempo que cada persona puede hablar, si resulta necesario.
  • Mantener las interacciones respetuosas, aun cuando los participantes se puedan sentir frustrados o heridos. Se debe evitar tener desaires, insultos, etc.
  • Todos participan en la capacitación.
  • Tratar de evitar conversaciones secundarias.

El capacitador o el grupo pueden desarrollar otras normas básicas que sean tanto apropiadas como necesarias.

Asegurarse de que todos tengan la oportunidad de hablar y formular preguntas cuando sea oportuno.

Esto dependerá en gran medida del tipo de capacitación que se está realizando. Algunas capacitaciones son realmente didácticas y es mejor aconsejar a los asistentes que escuchen, tomen notas y aprendan. Aun en esas capacitaciones, sin embargo, debe haber lugar para algunas preguntas, sin necesidad de generar un debate entre todos. Otras capacitaciones son menos formales y alentar el debate puede ser uno de los puntos de la capacitación.

Otro factor a tomar en cuenta es el tamaño de la capacitación. Si se tiene 100 personas en una sala, no todos van a hablar – pero nuevamente, aun en esta situación, en general, la gente debería tener la oportunidad de hacerlo. Resulta especialmente importante en capacitaciones más grandes asegurarse de que los participantes tengan alguna forma de contactar al capacitador después de la sesión, en el caso de que por tiempo o timidez no hayan podido formular todas las preguntas que les hubiera gustado hacer.

Ajustarse al horario tanto como sea posible.

Si se tiene asignado sólo una cierta cantidad de tiempo preestablecido para cada parte de la capacitación, éstas se deben tratar de mantener dentro de los límites que se ha planeado. Por supuesto, surgirán distintas cosas – temas que hay que tratar. No obstante, en general, es necesario intentar mantenerse más o menos dentro de esa línea. Puede resultar muy frustrante para los participantes si se reducen o se eliminan partes importantes del programa sin una causa justa, o si la capacitación se extiende hasta más tarde, lo que puede ocasionar otros problemas a los asistentes.

Una idea que puede considerarse es tener para la última etapa una actividad que, de ser necesario, se pueda eliminar. De esa forma, si los participantes están teniendo una conversación excepcional, el capacitador no deberá necesariamente cortar algo bueno. Por el contrario, se podría tener también una actividad adicional que se pueda incluir en cualquier momento, en caso de que la capacitación pase rápidamente o si una parte de la capacitación debe ser cancelada a último momento.

Se podría decir mucho más sobre cómo organizar una sesión efectiva, pero gran parte de esto ya está cubierto adecuadamente en otras secciones de la Caja de Herramientas Comunitarias.

Seguimiento: Una vez que terminó la sesión

Solicitarles a los participantes/líderes que evalúen la sesión. Esto se podría hacer verbalmente, pero generalmente se hace con formularios de evaluación anónimos. De cualquier forma que se haga, es casi siempre buena idea buscar comentarios honestos de los participantes para ver lo que les gustó y lo que no acerca de la sesión, y lo que ellos cambiarían a futuro. Busque en las Herramientas un formulario de evaluación que se puede adaptar y usar.

Otras formas de evaluar la sesión incluyen evaluaciones previas y posteriores o la organización de un proyecto grupal para ver si la gente puede integrar lo que ha aprendido.

Indicarles a los participantes los pasos a seguir. Es necesario asegurarse de que los participantes de la capacitación no sólo tengan la información que necesitan, sino que también sepan cómo usarla. Incluso más que eso, es necesario que tengan establecida una estructura o vía institucional para que sea más probable que después de la capacitación practiquen lo que aprendieron. Esto puede no estar bajo el control directo del capacitador, especialmente si viene de afuera de la organización. Incluso en ese caso, el capacitador puede hacer recomendaciones para institucionalizar el contenido de la capacitación -- ¡recomendaciones que incluso se podrían seguir!

Un capacitador acerca de la salud dice lo siguiente: "Existe una historia – no sé de dónde viene; yo la escuché en un taller para instructores sobre SIDA organizado por la Cruz Roja. Se trata de la historia de un grupo de pájaros que van a la escuela para aprender a volar. Bueno, esas aves asisten a las clases, miran simulaciones y practican las técnicas. Cuando todo se termina, las elogian por su atención y las excelentes preguntas, y todas ellas reciben certificados de cumplimento de parte de sus instructores.  ¿Qué hacen entonces? Bueno, simplemente se van caminando a sus casas, con los certificados bajo sus alas”.

Dejar la sala prolija y ordenada.

Esto aplica especialmente si se ha tomado un espacio prestado o donado: en cualquier caso, se debe hacer lo correcto. ¡Quizás se necesite volver algún día!

Dar seguimiento, según sea apropiado.

Esto puede tener distintos significados según la organización, pero los seguimientos típicos consisten en hacer las siguientes cosas:

  Enviar notas de agradecimiento a los donantes, ayudantes de la capacitación, voluntarios, etcétera.
  Enviar minutas a los participantes, junto con cualquier otro material que se les hubiera prometido durante la sesión.
  Ingresar los nombres de los participantes en una base de datos para notificarlos sobre capacitaciones y eventos futuros.
  Mantener una sesión de evaluación con todos los que organizaron la capacitación para ver lo que aprendieron, lo que no funcionó y así sucesivamente.
  Realizar modificaciones, basadas en esta experiencia, al esquema existente de capacitación para implementarlas en sesiones futuras.

¡A celebrar!

Especialmente si la capacitación es larga – si toma varias semanas o meses –, alguna señal de logro es por lo general agradecida por quienes han pasado por la capacitación.  En muchas capacitaciones más largas se otorgan certificados de cumplimiento a quienes han completado la capacitación exitosamente.

Para resumir

En esta sección, estamos en realidad hablando de todas las actividades detrás de escena que hacen que una capacitación funcione. Si los capacitadores y planificadores han hecho un buen trabajo, los participantes probablemente no recuerden detalles sobre cómo se prepararon las cosas – sólo recordarán la gente que conocieron y las cosas que aprendieron. Y al final, eso es de lo que realmente se trata.

 

Contributor 
Jenette Nagy

Recursos en línea

Energize, Inc. A self-proclaimed website "for leaders of volunteers." Browse the site to find plenty of useful information, including some that is pertinent to training.

The Free Management Library. An outstanding resource with information on a wide variety of topics for nonprofit professionals.

The Points of Light Foundation. Offers a wide variety of training opportunities for nonprofit groups across the nation.

Listservs

Learningwire. A bi-weekly newsletter for people in the training and personal development industry.

Recursos impresos

Gaines R,, & Robinson, J.. (1989). Training for impact: How to link training to business needs and measure the results. San Francisco: Jossey-Bass.

Powers, B. (1989). Instructor Excellence: Mastering the delivery of training. San Francisco: Jossey Bass.

Quinlivan, D., & Renner, P. (1994). In search of solutions: 60 ways to guide your problem-solving group. San Diego, CA: Pfieffer and Company.

Vineyard, S. (1990). The great trainer's guide: How to train (almost) anyone to do (almost) anything. Downers Grove, IL: Heritage Arts Publishing.