Formulario de búsqueda

  • ¿Por qué prestar atención a la selección de los evaluadores?

  • ¿Cuándo se debe escoger a los evaluadores?

  • ¿Cómo se puede decidir entre  evaluadores profesionales y comunitarios u otros evaluadores voluntarios?

  • ¿Qué se debe buscar en la elección de evaluadores?

La apertura de las cuatros secciones de este capítulo ha sido en gran medida sobre la teoría: sobre qué son las evaluaciones de las iniciativas y organizaciones basadas en la comunidad, por qué son importantes, y algunas ideas esenciales sobre cómo éstas deben ser realizadas y a cuáles intereses necesitan servir. Esta sección y la próxima tratan del inicio del proceso de creación de una evaluación; por ejemplo, escoger a los evaluadores que la realizarán y planificarán cómo ésta lucirá. Las dos están bastantes relacionadas, pero probablemente tiene más sentido escoger a los evaluadores primero. Después, en consulta con la organización, la comunidad, y la población meta, ellos llegarán a un plan para ayudarle a obtener la información que se necesita para ser, o continuar siendo tan efectivo como sea posible.

¿Por qué prestar atención a la selección de los evaluadores?

Una evaluación no es simplemente una manera de mirar a tu organización o iniciativa y decir, "Lo está haciendo bien." Ésta debe examinar lo que están haciendo desde varios ángulos y perspectivas diferentes, y no solamente debe darte un sentido claro de que si estás logrando o no tus metas, pero dónde yacen tus fortalezas y debilidades, de cómo mejorar lo que haces, y de nuevas direcciones para explorar. Sin importar lo bien planificada—y debe de estar planificada—aún necesitarás evaluadores que tengan las destrezas y el conocimiento de mirar con atención tus situaciones particulares con exactitud.

La verdadera razón para una evaluación es su utilidad en mejorar la organización. Cuanto más y más precisa es la información que se obtiene, y mejor se analiza, más útil será para ayudarte a identificar y construir las fortalezas de la organización y a destacar y corregir las áreas que se necesitan trabajar. Una evaluación bien concebida puede además ayudarte a adaptarte a las necesidades cambiantes en la comunidad o en la población meta; aprender más sobre las repercusiones del problema en el cual estás trabajando provee una base para la abogacía, y ayuda con la recaudación de fondos. Como resultado, es importante que tus evaluadores hagan el mejor trabajo que ellos puedan hacer.
Es posible que puedas contratar evaluadores, o puedas escoger voluntarios del personal o de la comunidad con la cual trabajas. O simplemente puedes elegir un equipo de planificación que pueda seleccionar a los evaluadores.

En cualquiera de estos casos, los individuos concretos seleccionados podrían influenciar la forma de la evaluación que obtienes, y qué tipo de resultados logras de ésta.

Aunque esta sección trata tanto a los evaluadores profesionales como a los no profesionales, se entiende que la mayoría de las organizaciones podrían tanto realizar evaluaciones por ellos mismos (por ejemplo, usando miembros del personal participantes, y/o registros de la organización para recoger y analizar la información), use  a un individuo o a un equipo de la comunidad, o encuentre a un profesional para  ayudarle con la evaluación de forma gratuita. Nosotros hemos tratado de cubrir todas las posibilidades que podíamos, para que así la organización pueda ser capaz de considerar cuál es el mejor uso que se le puede dar a los recursos que tienen para obtener la evaluación que desean.

Lo mismo es verdad para la comunidad u otro equipo de planificación. Un equipo de planificación es una de muchas posibilidades, dependiendo otra vez en los recursos de la organización y en esos recursos se incluye el tiempo. Una evaluación que no es perfecta, pero que es útil en muchas formas es mucho mejor que ninguna evaluación. Un equipo de planificación es una gran idea, pero no lo es si la idea de unirlos y trabajar con uno evita que la organización intente una evaluación. El propósito de esta y de todas las secciones de la Caja de Herramientas  no es crear cajas para que  ajustes en ellas a tu organización, pero si para proveer tantas opciones como sean posibles.

Si contratas profesionales, por lo general tanto una firma consultora o un grupo de una universidad, ellos tendrán formas particulares de realizar una investigación, consideraciones especiales sobre qué es lo que una evaluación debe de cubrir, y sus intereses particulares, todos estos pueden o no coincidir con lo que necesitas lo que quiere la comunidad. La comunidad y los evaluadores internos también, dependiendo de los individuos involucrados y los grupos que estos representan, estos pueden tener sus propios prejuicios, intereses, y necesidades las cuales pueden influenciar dependiendo de cómo ellos pueden ver el proceso de evaluación y la evaluación en sí misma. Lo mismo aplica para los estudiantes graduados u otros quienes puedan donar de su tiempo para realizar o ayudar con una evaluación. Es extremadamente importante seleccionar personas cuya agenda combinen con la tuya o que pondrían sus propias agendas de lado y que respondan directamente a las necesidades y a los deseos de la organización o la iniciativa y la comunidad. Sólo entonces podrás terminar con una evaluación que sirva a tus mejores propósitos.

¿Cuándo escoger a los evaluadores?

La respuesta breve a esta pregunta es “tan pronto como sea posible.” Las evaluaciones no deben de empezar al final del proyecto. Ellas deben hacerse en el transcurso para que la información pueda ser usada continuamente para mejorar lo que estás haciendo. Un equipo de planificación probablemente debe ser escogido cuando la organización o la iniciativa comienzan, o aún antes, a fin de que la evaluación pueda ver no solo lo que ha hecho la organización, sino  como ha cambiado durante el periodo de evaluación.

Muchos donantes requerirán evaluaciones desde el inicio de sus subvenciones. La subvención para un programa de alfabetización, por ejemplo, estipula que el 10% del dinero sea  usado para evaluaciones en el primer año del programa. Un estudiante graduado de la Universidad de  Massachussets  fue contratado al iniciar el programa, y él realizó una evaluación la cual involucraba sus visitas al salón de clases durante el año, reuniones  regulares con el personal del programa. Al final del año,  él logró no solamente tener una completa imagen del programa, si no también el sentido de su movimiento y crecimiento en el tiempo. La evaluación fue de ayuda para la orientación del programa durante el año siguiente.

Como se aprecia a continuación y en las secciones subsecuentes, es importante conocer tu comunidad y sus necesidades, también como las necesidades de la organización o de la iniciativa, antes de proponerse a evaluar. Si tu organización o iniciativa  apenas está empezando, a veces tiene más sentido esperar un momento hasta que se tenga un claro entendimiento del contexto de la evaluación antes de empezar a escoger a los evaluadores.

Contexto de la evaluación.

Este término se relaciona a si una organización con los recursos para hacerlo puede o no decidir contratar evaluadores profesionales. El contexto se refiere a la situación singular de la organización, iniciativa o la comunidad evaluada, la combinación de factores geográficos, históricos, políticos, sociales, culturales y otros factores que puedan conformar esta situación. El entendimiento de este contexto es básico para comprender cómo abordar a esta comunidad en particular para evaluar a esta organización en especial.

Un ejemplo: La evaluación de un intento para establecer un programa de alfabetización de adultos en un área rural mostró que en el primer año, el programa falló en atraer muchos estudiantes. Esto se veía como un fallo y estaba en peligro de perder su subvención. Pero el personal del programa tenía el conocimiento sobre dos cosas que los evaluadores y los donantes al principio no conocían, los habitantes eran campesinos, y sospechaban de todo y eran lentos en aceptar “foráneos,” y segundo, que otros programas habían iniciado pero únicamente habían durado un año, porque no atrajeron a muchos estudiantes. El personal expresó su punto de vista tan convincentemente, expresando que el elemento perdido en los esfuerzos previos fue el tiempo, y que éstos por abandonar los programas anteriores confirmaron la creencia de los residentes del área de que los foráneos realmente no se preocupaban por sus problemas, y que no eran serios en el esfuerzo de ayudarlos. El programa continuó, y al final de su segundo año era próspero, porque las personas del lugar les creyeron que permanecerían. Ahora, 15 años más tarde, el programa se ha convertido en parte importante de la comunidad y siempre está lleno en su máxima capacidad.

¿Cómo se puede decidir entre  evaluadores profesionales y comunitarios u otros evaluadores voluntarios?

La evaluación es en realidad un tipo de investigación: se trata de la recopilación sistemática y después sacar conclusiones de ella. Hay personas que participan en investigaciones de varios tipos: estudiantes y académicos y muchos consultores que realizan investigaciones como su profesión. Si la evaluación es investigación, tendrá sentido contratar investigadores profesionales para realizar la evaluación, ¿verdad?
Bien, sí y no. En muchos casos, es verdad que un investigador profesional hará un mejor trabajo. Pero en otras situaciones, no será del todo verdad, por variadas razones.

Antes de decidir con quién realizar la evaluación, hay un número de cosas a considerar:

Dinero

Este puede ser muy importante, especialmente para nuevas y pequeñas organizaciones. Generalmente, mientras más local es tu base menos dinero tendrás. Si tienes un donador que requiere, o desea pagar la evaluación como parte de la subvención, entonces  contratar a un profesional es por lo menos una opción. Si no hay dinero disponible y no hay posibilidad de obtener alguno, la comunidad u otros voluntarios pueden ser la respuesta.

En una situación donde creas sea necesario tener evaluadores profesionales, o por lo menos guía profesional, puedes tratar de recaudar fondos para lo que necesitas (una alternativa difícil, a menos que tengas mucho tiempo para invertir y una gran base comunitaria), o encontrar un tutor voluntario en una escuela vocacional o en la universidad. Frecuentemente los estudiantes graduados, en particular, están dispuestos a hacer consultorías, o aún a realizar las evaluaciones, sin cobrar, ya sea por la experiencia, o porque la investigación se ajusta a su tesis o algún otro trabajo que estén haciendo. Otras posibles fuentes de varios niveles de asistencia pueden incluir otras agencias de servicios humanos y de salud o iniciativas, gobiernos locales, o una unidad de recaudación de fondos o propuesta (para una fundación local, por ejemplo) específicamente dirigida a financiar una fundación.

En un caso, el instructor de un curso de postgrado en Evaluación de Programa hizo la propuesta a las agencias comunitarias y a las organizaciones para ayudarlas a que sus programas sean evaluados. Las organizaciones con propuestas exitosas fueron cada una recompensadas con un equipo de estudiantes graduados quienes trabajaron en las evaluaciones con ellos durante el curso del semestre. Al final, hubo un evento público para el cual las agencias fueron invitadas, donde ellos expusieron los resultados globales, y recibieron copias de los “Consejos del Programa de Evaluación,” escrito por los estudiantes graduados. Este proceso produjo evaluaciones útiles para las agencias, invaluable experiencia práctica para los estudiantes graduados, y fuertes conexiones entre la universidad y la comunidad.

Dejando de lado la realidad del dinero, si tienes la opción de considerar a los profesionales, los temas siguientes entran en juego.

La complejidad de las evaluaciones.

Para algunas organizaciones o iniciativas, una evaluación puede ser relativamente sencilla. Ellos simplemente quieren medir si sus objetivos específicos se están cumpliendo. Después de una iniciativa de educación pública, ¿es significativa la cantidad de niños vacunados este año en comparación al año anterior? ¿Están los alumnos del programa de alfabetización ganando destrezas en la lectura, escritura, y matemática? ¿Cuál es el porcentaje de los participantes del programa de abuso de sustancias que están libres de sustancias en periodo determinado de tiempo? Si estas son las clases de preguntas que necesitan ser respondidas, una evaluación puede ser bastante simple. Pero y qué ¿si las preguntas a realizar son más complejas? ¿Fue la iniciativa, o algún otro factor, o una combinación de factores que produjo el incremento en las tasas de vacunación? ¿Cuáles son los factores medioambientales que influyen en el progreso de los alumnos de alfabetización? ¿Qué tienen en común los abusadores de sustancias que los hace recaer? El método para encontrar la respuesta a estas preguntas puede necesitar ser más complejo también. Este tema no es tan claro, sin embargo, por el hecho de que a veces un conocimiento más profundo de la comunidad puede hacer más para responder preguntas complejas que el conocimiento de métodos de investigación. Si tienes la opción de usar a un profesional, tendrás que decidir si es o no realmente la mejor idea aquí.

El tipo de información deseada y cómo necesita ésta ser analizada.

Si estás reuniendo datos cuantitativos (por ejemplo, números) a menudo no es posible simplemente mirarlos y llegar a conclusiones. Hay procedimientos estadísticos que pueden ser aplicados a los números para decirte cuál es su significado real, cuán importante son ellos (por ejemplo, cuáles son las posibilidades de que las diferencias o cambios fueron realmente causados por lo que estás tratando de medir), y que esto implica sobre otros modos en que puedes operar. Si necesitas esta clase de información o si los donantes u otros lo están pidiendo específicamente, podría ser probablemente de ayuda tanto la contratación  de un investigador profesional o encontrar alguna guía profesional voluntaria.

Algunas veces realizar tales procedimientos estadísticos pueden decirte cosas importantes que nunca esperabas encontrar. Un investigador tratando de determinar cuál fue la causa para que un grupo de mujeres regresara a la escuela a sus 30 o 40 años encontró que el factor principal era que tuvieron que cuidar a hermanos más jóvenes durante su etapa de adolescencia. Él apenas notó esto en las entrevistas, ya que había sido ensombrecido por factores más dramáticos tales como el divorcio, abuso de sustancias, y violencia doméstica pero el análisis computacional mostró que esto era de extrema importancia. De hecho, cuando los investigadores regresaron y hablaron con varias de las mujeres sobre esto, ellas reconocieron que este rol de cuidadoras fue una de las razones principales para ellas no continuar su educación en un primer lugar, y que aún se impone grandemente en sus vidas.

Para qué se está usando la evaluación.

¿La evaluación es solamente para ayudarte a ser lo más efectivo posible en lo que haces? ¿Es para aumentar tu credibilidad en la comunidad? ¿Depende de ella la continuación de la subvención? ¿Es la combinación de dos o todos estos factores? La respuestas a estas preguntas te ayudarán a determinar qué clase de preguntas necesitarás hacer en las evaluaciones, en qué forma deben estar las respuestas, cuán complejas se necesitará que sean las evaluaciones, y si es necesario tratar  de contratar investigadores o no. La selección de voluntarios profesionales o comunitarios aquí dependerá no solamente de los factores anteriores, pero también de tu situación en particular. Los profesionales pueden ser capaces de analizar mejor la información, pueden no tener acceso a la misma información que las personas de la comunidad podrían tener (o pueden de hecho tener mejor acceso, porque son percibidos como neutrales). Una vez más, necesitas determinar qué es lo mejor para tu situación.

Cómo quiere que la evaluación sea percibida.

Algunas organizaciones o iniciativas pueden querer demostrar la amplitud de su orientación basada en la comunidad o en lo local asegurándose que sus evaluaciones están basadas en la comunidad también. Otros querrán mostrar que su evaluación es objetiva por la contratación de evaluadores sin conexiones con la comunidad. Aún otros, por razones filosóficas o prácticas, podrán querer asegurarse de que estén involucrados aquellos a quienes ellos sirven o se benefician en el proceso de evaluación. Hay muchas variaciones y posibilidades aquí, todas legítimas, todas correctas para algunas organizaciones y equivocadas para otras. Como en cualquier cosa que haces, es importante ser consistente con tu misión y los principios cuando se considere en cómo se escogerán los evaluadores.

¿Qué se debe buscar en la elección de evaluadores?

Hay características que querrás en los profesionales, características que querrás en los planificadores comunitarios o equipo de evaluación, y alguna característica que querrás en todos ellos. Examinaremos cada una de estas posibilidades separadamente.

Una evaluación puede ser estructurada en muchas formas diferentes. La separación entre profesionales y no-profesionales puede desdibujar en muchas de estas posibilidades. Uno puede obtener gratis a un evaluador, por ejemplo, por su interés o su compromiso con el trabajo de la organización o la comunidad. Mientras una evaluación puede ser realizada exclusivamente por cualquier profesional o por un comunitario o por un grupo local, hay muchas variaciones en estos temas

Un evaluador pagado o un equipo probablemente harán el trabajo por lo menos hasta algún punto con el grupo de la organización o la comunidad u organización. Un evaluador pagado puede trabajar con la comunidad o el equipo de planificación para ayudar a planificar la evaluación, o bien realizar la evaluación en sí misma sin más aportes del equipo de planificación, o retirándose completamente para que el equipo de planificación se haga cargo de los arreglos y la realización de la evaluación. Un equipo interno de planificación puede planificar la evaluación completamente por su cuenta, después contratar a un profesional para realizarla, o sólo para analizar los datos. Los profesionales pueden trabajar con un equipo de la comunidad a través de todo el proceso. Cómo y de qué manera se elige usar evaluadores profesionales, comunitarios o a un equipo de planificación interno (de la organización), etc., depende de lo que tenga sentido para tu organización.

Un evaluador, por ejemplo, contó esta anécdota “Fui contratado para ayudar a los miembros de una comunidad a evaluar los servicios para VIH/SIDA en la comunidad. Los miembros de esta comunidad eran un grupo mixto mayormente personas de agencias, pero algunos era personas viviendo con VIH/SIDA  no pertenecientes a alguna agencia. Pedí algunos voluntarios para planificar la evaluación junto conmigo, y me sentí complacido cuando aproximadamente media docena se ofreció.

"Cuando nos conocimos, establecí la mayoría de la agenda, haciendo preguntas básicas, tales como, “¿Qué queremos evaluar?” y “¿Cómo queremos evaluarla?”  Al final, nos decidimos por una encuesta. Después la próxima pregunta que surgió fue qué clase de encuesta necesitamos, cómo debía de ser administrada, quién la administrará, y cómo deben ser recogidos los datos. Nuestro estilo de trabajo era publicar estas preguntas centrales, para discutirlas juntos, escribir ideas, para decidir la mejor opción, y proseguir. Hemos sistemáticamente y eficientemente recorrido el listado de preguntas. Cuando terminamos, después de tres reuniones de una hora, la evaluación había sido básicamente planificada.”

El evaluador después realizó la evaluación y analizó los datos antes de presentarlos a la comunidad.

Características a buscar en todos los evaluadores

Voluntad de dejar su propia agenda en la puerta.

A menudo los investigadores, especialmente aquellos dependientes de universidades, pueden tener razones propias para embarcarse en una evaluación. Puede ajustarse a una tesis de doctorado, o a un libro que el profesor esté escribiendo, o una pieza de una investigación a largo plazo que eventualmente será publicada. Ellos también pueden tener prejuicios muy fuertes sobre la clase de investigación que desean utilizar, o lo que esperan encontrar, y una necesidad de probar que sus prejuicios son correctos. Y ellos podrán tener problemas sobre el poder y sobre sus posiciones en relación a los miembros del equipo de planificación o el personal de la organización. Si las necesidades de los investigadores se ajustan perfectamente con las tuyas, entonces no hay problema. Pero si ellos no concuerdan lo suficiente, podría existir la posibilidad de que surja un problema bastante serio. Si se está pagando por el servicio, se debe obtener lo que se está pagando, y no simplemente lo que los investigadores te quieran entregar. Es importante dejar esto totalmente claro desde el principio, y asegurarse por escrito en un contrato o través de otro mecanismo formal que los profesionales están dispuestos a hacer lo que se ajuste a las necesidades de su organización.

Como  profesionales, los investigadores pueden tener prioridades que no tengan nada que ver con la evaluación, y los miembros de la comunidad pueden tener prioridades personales o políticas que también poco tienen que ver con el negocio actual, pero esto puede afectar el desempeño del equipo de evaluación. Tanto como sea posible, es importante que las personas ni estén dispuestas a poner estas prioridades de lado mientras estén involucrados en el proceso de evaluación, ni que usted elimine a aquellos que traten imponer sus formas particulares de pensar a todos, ni a aquellos que van usar el proceso seguir o conseguir sus propios fines.

Capacidad para comunicarse con una amplia variedad de personas.

Lo evaluadores deben de lidiar con personas de todas las clases sociales, de todas las tendencias políticas, religiosas,  y con personas de todas creencias filosóficas, y probablemente muchas de diferentes etnias, idioma, y grupo racial. Si ellos han de  reunir información precisa, tendrán que ser percibidos como personas confiables por todos estos grupos, y deben ser capaces de crear un cierto nivel de comodidad para todos.

¿Han trabajado con grupos que incluían un amplio espectro de los miembros de la comunidad?  ¿Tienen ellos las habilidades verbales e interpersonales para explicar sus métodos claramente a las personas que no son muy educadas y que tal vez nunca habían tenido contacto con investigadores antes (quizás especialmente si los mismos evaluadores están en esta categoría)? ¿Podrán algunos de ellos hablar por lo menos algunos de los idiomas de la comunidad?

Usted puede responder por lo menos a algunas de estas preguntas al entrevistar a los potenciales evaluadores antes de que sean contratados o escogidos. Los evaluadores necesitan ser capaces de reunir información necesaria para la evaluación y redactar los resultados de la evaluación en los términos que la comunidad pueda entender, y por lo tanto usar. El mejor plan de evaluación no tiene valor si el enfoque del evaluador significa que las personas no pueden o no van a responder a las preguntas, o pueden no usar los resultados que ellos han obtenido.

Sensibilidad Cultural.

Especialmente en una comunidad que tiene residentes de muchas culturas (dependiendo en cómo se define “cultura,” esto incluye virtualmente a toda la comunidad), respeto mutuo y alguna comprensión y aceptación de cómo otros ven el mundo es vital para el desempeño de los evaluadores. ¿Entienden ellos, o tienen la voluntad de aprender a entender la cultura de aquellos en la comunidad? Una comunidad urbana con una gran cantidad de clase trabajadora  es muy diferente de una clase media alta de los suburbios, un vecindario haitiano es diferente de uno vietnamita o puertorriqueño. Los evaluadores necesitan respetar las culturas de las comunidades con las que trabajan, y no ir en contra de ellas intencionalmente o sin intención.

Capacidad para tratar a todos con el mismo grado de respeto.

La manera que los evaluadores se acercan a las personas refleja a la organización. Si ellos no tratan a todos con respeto, no se obtendrá información precisa—o algún tipo de información —, y ellos complicarán las relaciones de la organización con el personal, la población meta (objetivo) y la comunidad.

Absoluto compromiso de mantener la información de todos los individuos confidencial.

Si los evaluadores son profesionales pagados o no, por razones éticas, prácticas, y legales, siempre es casi necesario garantizar que cualquier información reunida en el curso de la evaluación se mantendrá en la confidencialidad (Por ejemplo, usada solo con el propósito de la evaluación, y no relacionada con el individuo), y que las personas no serán identificadas ni por su nombre o por otros factores que los pueda guiar a ellos. En este caso, por ejemplo, la evaluación del programa de prevención de la violencia doméstica o refugio para mujeres, la confidencialidad puede ser un asunto de seguridad. En la mayoría de los casos, ayudará a los evaluadores a conseguir datos más precisos. Y protegerá a los evaluadores y a la organización de demandas que pueden ser ejercidas por individuos lesionados de algún modo por la información provista.

Los investigadores profesionales o universitarios a menudo les piden a sus informantes leer y firmar un formulario de  “consentimiento informado” que explica exactamente qué es lo que los investigadores están haciendo, en qué se usará cualquier información, y cómo los investigadores protegerán el anonimato. Si los investigadores violan los términos de este formulario, el informante puede tener las bases para una demanda legal, y las conclusiones del investigador podrían ser cuestionadas. Un evaluador profesional o no quien pide respuestas a los miembros de la población meta (objetivo) o la comunidad puede considerar usar un formulario semejante, tanto porque muestra el compromiso del evaluador con la confidencialidad.

Compromiso con el proceso de evaluación.

Para los planificadores y evaluadores, sean profesionales o no, esto significa tratar de hacer la mejor evaluación posible, con la vista puesta en su utilidad real para la organización. Para la organización, y otros miembros comunitarios, compromiso significa creer lo suficiente en el proceso para tomar la evaluación seriamente y usarla para realizar ajustes y mejorar el programa, servicio o actividad. Una evaluación, sin importar cuán elegante e informativa sea, no tiene valor si no es usada.

Una parte importante de una primera evaluación es un plan para la evaluación continua. Para ser verdaderamente útil, la evaluación necesita ser permanente durante toda la vida de la organización. Si los evaluadores pueden proveer una guía para establecer y realizar evaluaciones en una base regular, ellos han realizado un servicio a la organización más allá del valor de la misma evaluación.

Comunidad o planificadores internos o evaluadores

Una palabra acerca de los equipos de planificación vs equipo de evaluación: un equipo de planificación tiene por objeto planificar el proceso de evaluación. Si la organización tiene la opción  de contratar evaluadores profesionales, un equipo de planificación del personal o de la comunidad puede decidir hacer la contratación o no, y puede servir como el comité empleador de aquellos evaluadores. Su trabajo principal (el cual pueden hacerlo solos o con la ayuda de los evaluadores ya contratados) probablemente será explorar las posibilidades y llegar con un plan de evaluación real, detallando lo que necesita encontrar la organización, dónde se puede encontrar esa información, quién hará la recolección de la información y el análisis, y cómo será usada la información una vez que es recogida y analizada.

Un equipo de evaluación comunitario es un equipo voluntario establecido para realizar la evaluación real. En la práctica, este puede ser el mismo grupo del equipo de planificación, cuya función, una vez la planificación esté hecha, ha cumplido su tarea. Es de ayuda que en el equipo de evaluación se incluya a una persona con el conocimiento suficiente de la investigación que se realizará con la evaluación para que ésta  sea válida, y sus resultados puedan ser usados con alguna confianza.

Con una planificación comunitaria o un equipo de evaluación, se tiene la oportunidad de escoger a todos los miembros individualmente. Habrá algunas personas quienes, por su posición en la organización o en la comunidad, tienen que estar en el equipo. Del mismo modo, algunos otros puede que no sea posible incluirlos. En general, el equipo debe ser lo suficientemente pequeño para que no sea muy difícil para los miembros  conocerse y ponerse en contacto los unos con los otros y lo suficientemente grande para que haya suficientes personas para realizar el trabajo. En general, los miembros del equipo deben de representar las necesidades de los interesados de la organización o de la iniciativa: el personal y la Junta, la población meta (objetivo), y  miembros de la comunidad en general. Las características que se deben buscar en aquellos miembros del equipo de planificación o de evaluación incluyen:

Representación.

El equipo puede incluir una cantidad cualquiera de las siguientes posibilidades (pero, la mayoría de las organizaciones, probablemente pueden incluir solamente cuatro o cinco).

Una serie de representantes (por ejemplo, el director, uno o dos líneas de los miembros del personal [aquellos que trabajan directamente con la población meta], y un miembro de la Junta)
Miembros de la población meta (objetivo), idealmente individuos quiénes entienden y que hayan participado en la organización o la iniciativa.

  • Miembros de la comunidad con interés en la organización o iniciativa (personas de negocios, salud y representantes de agencias de servicios humanos, escuelas y funcionarios del gobierno local, otros ciudadanos con interés en el tema)
  • Jóvenes, si es apropiado
  • Grupos minoritarios  y de otros idiomas pertinentes
  • Alguien con habilidades de investigación y experiencia, quizás de alguna escuela vocacional o universidad.

Capacidad para entender el propósito de la evaluación, y cómo su forma y propósitos están relacionados.

Si la población meta (objetivo) incluye adultos mentalmente retardados, por ejemplo, puede ser difícil integrarlos dentro del equipo.

Voluntad de escuchar y aprender.

Esto cubre un amplio espectro de personas y conductas. Esto incluye tanto que el director de la escuela superior local sea capaz de escuchar y de tomar seriamente la opinión de un desertor de la escuela superior, y la creencia de ese desertor es que él es capaz de aprender lo que el necesita saber para funcionar como un miembro del equipo. Esto también incluye que todos están conscientes de que tienen cosas que aprender entre sí del proceso y la evaluación en general, y, del mismo modo, que ellos tienen conocimientos valiosos, habilidades, e información para contribuir.

Capacidad para trabajar en equipo.

Este puede ser un tema difícil en un grupo que abarca varias culturas y clases sociales. La “habilidades de reunión” de la clase media, que la mayoría de las personas educadas han sido aprendidas y practicadas de forma inconsciente desde la escuela intermedia o antes, a menudo son desconocidas por los que son asistidos por la beneficencia o son trabajadores emigrantes, simplemente porque ellos nunca estuvieron expuestos a ellos. De este modo, ellos podrían sentarse en silencio, confundidos por el curso de la reunión, incapaces de contribuir, y sentirse estúpidos; o podrían hablar o actuar de forma que otros consideren inapropiada. Las personas sin habilidades para reunirse necesitan apoyo y aliento en lo que es a menudo para ellos una situación intimidante. Una respuesta puede ser emparejar a todos los miembros de equipo, por lo tanto aquellos que necesitan apoyo tengan un tutor. Otra posibilidad es empezar el proceso con un entrenamiento para todos en  las dinámicas de grupo y habilidades para reunirse, para que nadie este solo o aislado y para que así las reglas aplicadas sean claras para todos.

Profesionales

A menos que se esté trabajando con un consultor, cuando se trabaja con profesionales, es como si el equipo viniese ya ensamblado. Por lo tanto, se está buscando el paquete completo: quiénes son los miembros del equipo, qué saben hacer, y cómo ellos parecen interactuar con el equipo de planificación, si se tiene uno, y con la organización y la comunidad. La mayoría de los equipos profesionales, como se ha mencionado anteriormente, podrán ser consultores privados o investigadores universitarios. Probablemente la característica más importante a buscar son su experiencia profesional y las habilidades, y su pericia y estilo en el trabajo con grupos comunitarios:

Conocimiento de las diferentes técnicas de evaluación.

¿Pueden ellos usar tanto la investigación cuantitativa (números y estadísticas) y cualitativa (hechos, historias, anécdotas, análisis de la situación y eventos, etc.)? y ¿saben cuándo cada una de ellas es apropiada?¿Las han usado en situaciones semejantes a la tuya, o ellos han tenido buenas ideas sobre cómo hacerlo?

Si tu equipo es de educación superior, se debe considerar cuidadosamente a cuál departamento(s) de la universidad contactar para encontrar los evaluadores cuya especialidad académica y profesional se ajustan bien con el trabajo que haces. Dependiendo de lo que tu iniciativa u organización hace, y de qué información se está buscando, algunas posibilidades son:

  • Salud Pública
  • Medicina
  • Educación
  • Sociología
  • Psicología
  • Ciencias Medioambientales
  • Estudios Urbanos

Desempeño anterior.

¿Han realizado evaluaciones anteriormente? ¿Qué clase de técnicas han usado? ¿Tienen ellos buenas referencias? ¿Puedes consultar evaluaciones pasadas que ellos hayan hecho?

Así como probablemente no querrás contratar a alguien para una posición sin evaluar sus referencias, no debes de contratar a un evaluador o equipo sin consultar con aquellos que lo han empleado antes. Cuán bien los profesionales actúen en una entrevista y en documentos es generalmente suficiente para mostrarte lo que necesitas saber de ellos, pero cuando no, puede ser desastroso, costando no solo dinero, sino también tiempo, resultados, y las relaciones con la comunidad.

Debes pedirle a alguien algunos de los resultados de previas evaluaciones. ¿Es legible y comprensible? ¿Cómo el candidato explicó esos resultados a la organización y a la comunidad? El saber qué es lo que se está obteniendo puede ayudar inmensurablemente a escoger a los evaluadores correctos.

Experiencia trabajando con grupos comunitarios.

¿Han trabajado ellos en sociedad con grupos comunitarios antes? ¿Entienden ellos los roles en esta situación, y pueden manejarlo bien? ¿Han sido ellos capaces de trabajar con la comunidad para escoger las metas apropiadas? ¿Son receptivos a las sugerencias, a las necesidades de la comunidad, y al contexto de la evaluación? ¿Ellos colaboran,  o en otras palabras,  en vez de simplemente decirle al grupo comunitario qué es lo que necesitan?

Capacidad real de escuchar,

Y no asumir el rol de “experto” excepto cuándo sea apropiado (se está, después de todo, contratándolos por su pericia). Si la evaluación es basada en la comunidad, los evaluadores tendrán que escuchar primero al grupo de planificación sobre lo que  la organización y la iniciativa  necesitan más saber, y después a la comunidad con el fin de recopilar esta información. El escuchar realmente (escuchar no solo por el significado de lo que ha dicho, pero por el sentido detrás del  significado) es una habilidad indispensable de todo buen evaluador.

Para resumir

El individuo o el equipo que se seleccione para planificar y/o realizar la evaluación de tu organización o iniciativa determinará en gran medida el carácter y utilidad de la misma evaluación. Si se trabaja con profesionales, se necesitará examinar sus credenciales, experiencias pasadas, y el nivel de pericia. Si se escogen evaluadores profesionales, voluntarios comunitarios, o alguna combinación de las dos, se necesita pensar cuidadosamente sobre cómo sus necesidades e intereses se ajustan con aquellos de la organización y la comunidad, y sobre cómo encajan uno con el otro. Una vez que se haya reunido un buen equipo, se está en el buen camino de lograr una evaluación valiosa y confiable.

Contributor 
Phil Rabinowitz

Recursos en línea

"A Basic Guide to Program Evaluation" by Carter McNamara, PhD from the Management Assistance Program for Nonprofits, a free online management library.

Centre for Research and Education in Human Services is a non-profit resource organization with a thorough definition of community-based research.

Choosing an Evaluator provides information on using inside versus outside evaluators.

The Evaluation Center, from Western Michigan University, provides links, glossary, evaluation reports and descriptions. It provides an example of professional evaluators operating out of an academic setting.

A Framework for Program Evaluation in Public Health is a report that presents a framework for understanding program evaluation and facilitating integration of evaluation throughout the public health system.

Find an Evaluator is a tool provided by the American Evaluator Association to simplify the search for an evaluator.

Finding and Working with an Evaluator is a resource provided by MEERA that offers an extensive list of resources for choosing an evaluator.

The Program Manager's Guide to Evaluation, Chapter 4  is a chapter out of a handbook provided by the Administration for Children and Families with detailed answers to nine big questions regarding program evaluation, one of which addresses selecting evaluators.

W.K. Kellogg Foundation Evaluation Handbook Chapter 5 provides a framework for how evaluation teams can be successful.

Recursos impresos

Dewar, T. (1997). A Guide to Evaluating Asset-Based Community Development: Lessons, Challenges, and Opportunities. Chicago: ACTA Publications.

Maltrud, K., Polacsek, M., & Wallerstein, N. Participatory Evaluation Workbook for Healthy Community Initiatives. Albuquerque: New Mexico Department of Health, Public Health Division, Healthy Communities Unit.