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Sección 8. Incluir a los jóvenes en la junta, comisión o comité directivo

Adaptado de el poder de un recurso inexplorado: Explorar la Participación de los Jóvenes en la Junta o Comité Directivo (The Power of an Untapped Resource: Exploring Youth Representation on Your Board or Committe) de Hans Bernard, publicado y revisado por la Iniciativa para el Compromiso Comunitario de la Asociación de Juntas Directivas Escolares de Alaska y el Departamento de Salud y Servicios Sociales de Alaska.

  • ¿Qué significa incluir a los jóvenes en la junta, comisión o comité directivo?

  • ¿Por qué incluir a los jóvenes en juntas y comités directivos y otros órganos gubernamentales similares?

  • ¿Cuándo es un momento oportuno para incluir a miembros o representantes jóvenes?

  • ¿Quién debe participar en la inclusión de jóvenes en juntas y comités directivos?

  • ¿Cómo hacer que los jóvenes participen en juntas y comités directivos?

La junta directiva de la Coalición para la Juventud no sabía qué hacer. Después de un año de planificación y otro de ofrecer una variedad de programas, la Coalición sólo había llegado a un total de 21 jóvenes: un porcentaje mínimo del total de la población adolescente del área y menos del 10% de la cantidad que se esperaba reunir. En una animada reunión, la directora del Programa de Servicios para Adolescentes señaló que no había jóvenes en la junta directiva ni se les había consultado durante el proceso de planificación.  “Ya he planteado este tema con anterioridad”, dijo “y me trataron de demasiado idealista. Sin embargo nuestro programa siempre había tenido en la junta directiva directivas a jóvenes y éstos han sido responsables y valiosos. Conocen mejor que cualquiera de nosotros lo que piensan los jóvenes y lo que necesitan y deben tener voz y voto en esta junta directiva”.

Los otros miembros de la junta directiva no tuvieron más opción que admitir que no había funcionado lo que habían hecho para atraer a los jóvenes a programas destinados a reducir la violencia juvenil, a minimizar la deserción escolar y a ayudarlos a desarrollar y trabajar para alcanzar metas ambiciosas. Ante las pocas alternativas, los miembros de la junta directiva acordaron hacer la prueba e  invitar a los jóvenes a integrarse. Pero, ¿a qué jóvenes? ¿Y qué papel cumplirán en la junta directiva una vez que se hubieran integrado?

Ya sea por necesidad, como en el caso de la coalición mencionada o por razones filosóficas, lógicas y/o simplemente justas, muchas juntas directivas, comisiones y comités directivos deciden incluir a los jóvenes entre sus integrantes. Esta sección ayudará a explorar esa posibilidad, explicando lo que significa, qué implica y cómo hacer que suceda.

¿Qué significa incluir a los jóvenes en la junta, comisión o comité directivo?

Incluir a los jóvenes en juntas directivas, comisiones o comités directivos significa reclutarlos como miembros o representantes en esos organismos gubernamentales. Los jóvenes provienen a menudo, aunque no siempre, de la población a la que sirve la organización principal, organismo, institución o iniciativa, o de la comunidad en la que se enfoca. Se podría incluirlos para tener una perspectiva diferente sobre los asuntos que le conciernen a la iniciativa; para brindarles la posibilidad de expresarse en la junta directiva a fin de obtener más aceptación de los jóvenes a sus programas u objetivos; para demostrar un compromiso con el liderazgo juvenil y la creencia en la capacidad de la juventud de aceptar y cumplir sus responsabilidades; o simplemente porque se cree que todos los sectores de la comunidad deben estar representados en la junta directiva de una entidad como la que  se representa.

Para los fines de esta sección y este tema, los “jóvenes” a la que nos referimos son muchachos de entre 13 y 18 años. En la mayoría de los casos, es más prudente incluir a los jóvenes de entre 15 y l8 años en la junta directiva, ya que si son un poco menores, en general, no tienen aún el nivel de madurez o la experiencia para manejar la situación. Existen excepciones a esta regla –una de ellas es utilizada como ejemplo más adelante en esta sección– pero, en general, es bastante lógico tanto para la junta directiva como para el adolescente en cuestión, el que puede se le pueda colocar en una situación difícil si se le asigna una responsabilidad para la que no está listo.

Ésa es  la explicación general. Existen además algunos detalles específicos que ayudarán a pensar más a fondo acerca del material presentado en el resto de la sección.

Comencemos con algunas definiciones:

Una junta directiva es el órgano de gobierno formal de casi todas las organizaciones, iniciativas o instituciones sin fines de lucro registradas (y algunas no registradas) y muchos organismos públicos también. Las juntas directivas  tienen responsabilidades específicas con respecto a la misión, las finanzas y el gobierno de la organización. Están establecidas en el estatuto de la organización y, en algunos casos, especificadas por la ley. La junta directiva generalmente toma decisiones o supervisa la contratación y el despido del director, el rumbo que debe tomar la organización, cómo reaccionar frente a una crisis y otras situaciones inusuales, cuestiones financieras y legales, así como otros asuntos que le conciernen a la organización en sí. La mayoría de las juntas directivas  de organizaciones comunitarias e instituciones educativas y de caridad ayuda también a recaudar dinero y representan a la organización en la comunidad.

Una organización o iniciativa puede tener una especie de órgano de gobierno menos formal, a menudo llamado comisión de iniciativas. Las comisiones de iniciativas funcionan de igual manera que las juntas directivas, pero pueden estar más abiertas a cualquiera que desee participar en ellas o –según la estructura de la organización– pueden no tener el tipo de responsabilidad legal que tiene éstas.

Una comisión es generalmente un órgano de gobierno que está a cargo de un área de funcionamiento en particular. Muchas comunidades tienen una comisión de parques, por ejemplo, la cual supervisa el establecimiento, la ubicación, el diseño, la utilización y el mantenimiento de los parques públicos. Las comisiones son por lo general designadas por un funcionario público (un alcalde o regidor, por ejemplo), pero a veces son elegidas por votación.

También puede llamarse comisión a un grupo designado, casi siempre por un funcionario u órgano de gobierno, para investigar e informar sobre un suceso o un asunto determinado. Los presidentes de EE.UU. normalmente designan comisiones para examinar áreas como la pobreza, la respuesta a desastres naturales y causados por el ser humano, los derechos civiles y otros asuntos urgentes. Estas comisiones pueden incluir a miembros de todas las ideologías políticas y reflejar, al menos en cierto modo, la diversidad racial, étnica, cultural, de género y geográfica del país.
 

Un comité es por lo general una parte más grande de una organización o iniciativa y está formado para tratar un asunto determinado o área de funcionamiento específica. Una junta o comisión directiva suele tener una cantidad de comités dedicados a asuntos específicos, tales como las finanzas, los asuntos con el personal, las relaciones públicas y otras inquietudes generales del órgano principal. En algunos casos, grupos autónomos también reciben el nombre de comités. Se trata generalmente de grupos formados para señalar u oponerse a una causa en particular y a veces tienen similitud con las juntas directivas  y comisiones. Las fuerzas de trabajo y otros organismos similares son algo intermedio: normalmente son parte de grupos más grandes (aunque no siempre) y por lo general son creadas para tratar asuntos particulares.

Para facilitar la lectura de esta sección, nos referiremos de aquí en adelante simplemente a las juntas directivas, con excepción de los casos en que los elementos que comentemos sean diferentes para las juntas directivas, las comisiones y los comités. De lo contrario, “junta directiva” hará referencia a los tres tipos de órganos.

Existen al menos tres maneras en las que los jóvenes pueden participar en las juntas directivas. Lo que es más beneficioso para cada organización u organismo dependerá de las normas que deba obedecer, sus propósitos para incluir a los jóvenes y la cantidad de otros factores que mencionaremos en esta sección.

Incluir a los jóvenes como miembros de las juntas directivas.

Se recluta a los jóvenes para que se unan a la junta directiva, cumplan las mismas funciones generales, voten sobre las mismas cuestiones y tengan las mismas responsabilidades que los miembros adultos de la junta directiva.  Tal vez se espere de ellos que ayuden a comprender los asuntos desde un punto de vista adolescente (así como se espera que las personas de negocios ayuden a la junta directiva a comprender las cuestiones desde un punto de vista empresarial), pero reciben igual trato que los integrantes titulares de la junta directiva en todo sentido. Se los puede elegir para dirigir oficinas, presidir comités y votar sobre cualquier asunto que surja y que no represente un conflicto de intereses, al igual que lo hace cualquier otro miembro de la junta directiva.

Antes de invitar a los jóvenes a ser miembros titulares de la junta directiva, es necesario asegurarse  de que no existan reglamentaciones que lo impidan. Si el estatuto no contiene restricciones de edad, entonces se puede designar y elegir a los jóvenes para integrarse a la junta directiva. Si el estatuto establece una restricción de edad, se deberá reformarlo (a través de una votación de la junta directiva en la mayoría de los casos) antes de incluir a los integrantes adolescentes.

También puede surgir un problema legal. Para ser miembro titular en muchas juntas directivas y comisiones electorales –la mayoría de las juntas directivas  escolares, por ejemplo– se debe tener la mayoría de edad para votar. Este requisito se aplica también para la participación en juntas directivas  y comisiones que supervisan los órganos y operaciones del gobierno. En este caso, no se puede incorporar a los jóvenes en las juntas directivas  como miembros titulares. Las leyes varían de lugar en lugar, de estado en estado y de país a país, de manera que se debe consultar para ver qué es posible para la  junta directiva en cuestión.

En Anchorage, Alaska, hay una joven de 14 años que es miembro titular de la Comisión de Parques y Recreación. Designada por el intendente como resultado de una presentación pública impactante que ella hizo, recibió la aceptación y la asesoría del resto de la Comisión así como un trato igualitario. Toma en serio su responsabilidad y se asegura de leer y comprender todo el material relacionado con las reuniones y decisiones, además de mantenerse al día en asuntos que la Comisión debe tratar. Para que un joven pueda ser miembro titular de una junta directiva se requiere tanto un trato igualitario por parte de los integrantes de la junta directiva como un trabajo y esfuerzo a la par por parte del joven.

Incluir a los jóvenes como miembros de las juntas directivas, pero con algunas restricciones.

Según los asuntos que trate la junta directiva en cuestión o cuán preparados estén la mayoría de los miembros adultos actuales de la junta directiva para dar la bienvenida a los jóvenes, se puede limitar la participación juvenil de algunas maneras. Por ejemplo, pueden no tener el derecho de dirigir oficinas o comités o puede no permitírseles votar acerca de ciertos asuntos.

Incluir a los jóvenes en calidad de asesores.

Esta función puede ser la adecuada para los jóvenes en casos en que, por cuestiones legales y demás, no se los puede incluir como miembros titulares con derecho a voto. Lo que esto implica exactamente depende de cómo se interprete la palabra “asesor”. Algunas de esas posibilidades son:

  • Miembros de la junta directiva sin derecho a voto. A menudo se le conoce como “representación juvenil” o algo similar. Los jóvenes actúan como miembros de la junta directiva en la mayoría de los casos, pero no pueden votar ni presidir comités. Pueden discutir los asuntos, hacer recomendaciones, proponer acciones, etc. Pueden participar de las reuniones con el resto de la junta directiva y se les da un trato igualitario, excepto en lo que concierne al voto.
  • Miembros asesores de la junta directiva. Los jóvenes participan en una junta directiva asesora, pero no se los incluye como miembros en la junta directiva.
  • Participación limitada. Se les puede permitir participar sólo en ciertos debates o únicamente cuando se les solicita. En algunos casos, no pueden participar de la junta directiva.
  • Rol de observador. En este rol, los jóvenes no son participantes y sólo están presentes como un control de la responsabilidad de la junta directiva, para proteger los intereses de la juventud e informar a sus pares sobre los procedimientos y decisiones de ésta.

Incluir a los jóvenes como miembros de las juntas directivas, pero no como miembros de la junta directiva principal, o en comisiones designadas para estudiar y tratar una cuestión particular en un plazo limitado.

En este tipo de situaciones, las opciones para hacer participar a los jóvenes son esencialmente las mismas que para los miembros de la junta directiva.  Se les puede otorgar la calidad de miembros titulares, incluso el derecho a voto y la posibilidad de ser elegidos o designados para puestos de autoridad (presidencia, vicepresidencia, etc.). Se les puede otorgar una participación limitada o un rol de asesores u observadores.

En el caso de una comisión, pueden participar de la investigación e incluirse sus nombres como autores del informe final o participar en el desarrollo y la propuesta de recomendaciones o tener poca o ninguna participación en lo que la comisión presenta finalmente.

La inclusión real es justamente eso. Si existen restricciones legales o de otro tipo que la junta directiva no pueda manejar, eso no puede evitarse. No obstante, se les puede otorgar a los jóvenes el rol más amplio posible según las circunstancias. En general, si decide que se desea y necesita la participación juvenil en el esfuerzo, limitarla más de lo necesario aportará poco y puede costar mucho.

Limitar la participación puede llevar –generalmente - a prácticas de falsa representación. Es decir utilizar a una joven simplemente como un símbolo de cuán liberal es la junta directiva y órgano principal, sin realmente otorgar a la juventud el poder de decisión sobre lo que sucede. Esto no sólo le falta el respeto a los jóvenes integrantes de la junta directiva, sino a todos los adolescentes a los que representa, y subestima sus opiniones y capacidades. Además, priva a la junta directiva de la energía y las ideas nuevas que la juventud puede aportar y la hace ver como hipócrita o, peor aún, despectiva o temerosa de las ideas que los jóvenes pueden expresar. Sería mejor ni siquiera invitar a participar a los jóvenes que insultarlos con condescendencia.

La junta directiva debe discutir el tema de la participación juvenil con seriedad y comprometerse a recibir con agrado a los jóvenes a la junta directiva o al comité antes de invitarlos a participar, dentro de lo posible. Sólo entonces se beneficiarán todos de la intervención de los jóvenes.

Si la organización, institución o iniciativa intenta atraer y/o servir a la juventud en la comunidad, lo último que desea es verse como otro grupo de adultos hipócritas que no saben qué hacer y que tratan de ganar el apoyo de la juventud a través de acciones falsas y egoístas. Las personas jóvenes están alertas (incluso más que la mayoría de los adultos) de quiénes demuestran desdeño y desprecio. Si se finge tomarlos en cuenta y en realidad no es así, ellos lo sabrán inmediatamente y no cooperarán.

¿Por qué incluir a los jóvenes en juntas y comités directivos y otros órganos gubernamentales similares?

Parecer ser que puede llevar algo de trabajo hacer que la junta directiva llegue al punto en el que acepte a miembros jóvenes. ¿Por qué hacer el esfuerzo? Existen una gran cantidad de buenas razones, tanto filosóficas como prácticas:

La junta directiva puede tener la perspectiva juvenil sobre algunos asuntos y sobre las acciones de ésta.

Nadie puede hablar por todos aquellos a quienes representa y ni uno ni dos jóvenes en la junta directiva pueden proclamar que conocen lo que cada adolescente en la comunidad piensa y siente sobre algo. Pueden dar su propia perspectiva, sin embargo, y transmitir los sentimientos de los pares con los que han hablado. Tienen muchas más probabilidades de abrir una ventana a las actitudes generales de los adolescentes de la comunidad que la mayoría de los miembros adultos de la junta directiva, y su información puede ayudar a ésta a tomar decisiones estratégicas importantes sobre las cuestiones que afectan a la juventud o sobre su participación.

Los jóvenes pueden aportar ideas nuevas y creativas.

La inexperiencia de los adolescentes puede ser una desventaja, pero a su vez puede ser una gran ventaja. Debido a que se enfrentan a problemas y situaciones sin muchos prejuicios, los jóvenes pueden encararlos de nuevas maneras y con ideas novedosas. A menudo son mejores en “pensar creativamente” que los adultos, ya que sus ideas están mucho menos limitadas e influenciadas por lo que ya “conocen o saben”.

Los jóvenes pueden darle vida a la junta directiva.

Los jóvenes son idealistas y están llenos de energía, y su frescura puede brindar pasión y un nuevo rumbo a una junta directiva que ha quedado desactualizada o ha dejado de ser (o nunca ha sido) entusiasta e innovadora.

Al hacerlos parte de la junta directiva, se puede lograr que la juventud tome más conciencia y conozca más sobre los asuntos de la comunidad y los factores más amplios que afectan sus vidas y las de otros.

Al incluir a los jóvenes en la junta directiva, se estará ayudando a establecer el potencial de la comunidad para el futuro.

 La presencia de jóvenes en la junta directiva hace que el grupo sea más incluyente y participativo. Tener una variedad de edades, géneros, entornos, etc. que reflejen toda la comunidad a menudo lleva a tomar mejores decisiones, más basadas en la realidad, que contar con un grupo menos diverso que tome decisiones que tienen consecuencias para la comunidad entera.

Tener adolescentes en la junta directiva aumenta las probabilidades de convencer a la comunidad juvenil de participar en la organización o de apoyar su postura.

Si los jóvenes saben que están realmente representados y que sus inquietudes se tienen en cuenta, estarán mucho más dispuestos a adoptar y apoyar las decisiones de la junta directiva que si las decisiones se toman sin escuchar sus opiniones.

 Al incluir a los jóvenes en la junta directiva, se estará anunciando frente a la comunidad la importancia y la capacidad de contribuir de éstos.

Particularmente si se forma parte de una organización que sirve a la juventud y/o trata asuntos juveniles, es importante hacer saber a la comunidad que se cree en los jóvenes. Al invitarlos a formar parte de la junta directiva y asignarles responsabilidades, se estará demostrando integridad y que no se está simplemente hablando por hablar sobre la idea de la capacidad juvenil.

Como resultado de sus interacciones con los miembros jóvenes de la junta directiva, los adultos pueden desarrollar actitudes positivas frente a la juventud.

Observar cómo los adolescentes se desempeñan bien cuando se les asigna una responsabilidad hará que los miembros de la junta directiva, los que al principio fueron escépticos, aboguen firmemente por los jóvenes de la comunidad.

Un ejemplo real en un contexto un tanto diferente puede ser el siguiente:

David, funcionario local del Club de Leones encargado de ayudar a organizar la feria y el carnaval de verano en la escuela secundaria. A la entrada del evento, vio a lo lejos que se acercaba un grupo de jóvenes góticos –tenían perforaciones en la cara, ropa negra, collares de cuero para perros, pelo teñido y erizado. Su reacción fue pensar que se “aproximaban problemas”, pero los jóvenes pagaron su entrada y no hubo excusa razonable para no dejarlos ingresar.

Luego esa tarde, de repente se desató una tormenta con una lluvia a cántaros y fuertes vientos. Los soportes de las carpas comenzaron a ceder y David, que estaba a cargo del evento, corrió para tratar de evitar daños. Si las carpas grandes se rompían las personas podían salir lastimadas o algo peor. Mientras trataba de arreglar una carpa, se dio cuenta de que le estaban ayudando. Todos los adolescentes góticos inmediatamente se habían puesto en acción para ayudar, atando las carpas al suelo, calmando al público asustado y tomando el control de la situación en general. Dejemos que David cuente el resto:

“Me dije a mí mismo, ¡qué tonto fui! Si hubiera tratado de alejar a esos adolescentes, cualquier cosa hubiera ocurrido. Los juzgué sin conocerlos y me di cuenta de que lo hago todo el tiempo. Simplemente no es correcto. Nunca lo volveré a hacer y cada vez que tengo la oportunidad cuento esta historia para que otras personan tampoco lo hagan”.

Se puede aumentar la credibilidad del grupo, tanto entre la juventud como en la comunidad en general, al actuar mediante sus propios principios.

Si se forma parte de una organización o iniciativa de base, tener una junta directiva diversa que incluya a miembros jóvenes puede ser coherente con la filosofía del grupo.

Este tipo de uniformidad es sumamente importante, particularmente si la inclusión o el poder de decisión de los jóvenes están dentro de los objetivos de la organización.

Se promueve el liderazgo juvenil y desarrolla la próxima generación de líderes de la comunidad.

Desafíos de la participación de los jóvenes en juntas directivas

Es claro a partir de la lista anterior que se pueden alcanzar grandes beneficios de convocar a los jóvenes a unirse a una junta directiva. Como con muchos beneficios, sin embargo, éstos también pueden estar acompañados de desafíos. La mayoría pueden superarse, pero es importante que una junta directiva comprenda con lo que puede tener que lidiar a cambio de contar con la participación de la juventud.

Los jóvenes pueden necesitar ayuda en las reuniones. Al igual que algunos miembros adultos de la junta directiva, es probable que los jóvenes no tengan experiencia con el protocolo de las reuniones, las reglas de orden, cómo seguir el hilo de la discusión, etc. Pueden necesitar tiempo, formación y tal vez tutores que los pongan al día.

La mayoría de los adolescentes simplemente no tiene el conocimiento preliminar y la experiencia que poseen muchos miembros adultos de la junta directiva. Esto puede ser una ventaja (vea el ítem # 2 anterior) y una desventaja. Un factor negativo es que pueden tener prejuicios o suposiciones que no estén basados en hechos (esto también puede suceder con los miembros adultos de la junta directiva, pero es más común en los adolescentes) y pueden no contar con el contexto educativo y el conocimiento para comprender algunas discusiones que los adultos dan por sentado.

Los jóvenes pueden dudar de decir lo que piensan y pueden necesitar mucho aliento antes de sentirse lo suficientemente cómodos como para creer que sus opiniones son valoradas.

Los adolescentes –incluso los que son bastante maduros– pueden ser impulsivos. Pueden expresar sus emociones, desacuerdos o enojo en maneras que la mayoría de los adultos no lo haría en una junta directiva. Los miembros adultos de la junta directiva deben ser pacientes y entender las necesidades de los jóvenes y éstos deben aprender tanto a comprender cuándo su comportamiento es inapropiado como a controlar sus impulsos.

Incorporar a los jóvenes como miembros lleva tiempo. Las reuniones de la junta directiva pueden ser menos eficientes y ser más largas hasta que los jóvenes aprendan las habilidades de debate y adquieran el conocimiento básico y el juicio que los convierta en verdaderos pares. Con algunos, no llevará demasiado tiempo – tal vez una reunión o dos.  Con otros puede requerir más tiempo y los miembros adultos de la junta directiva deben tener paciencia.

Los miembros adultos de la junta directiva pueden tener que cambiar sus prejuicios acerca de lo que los jóvenes son capaces de hacer. Esto puede llevar tiempo y conducir a conflictos mientras tanto. Puede ser difícil para los adultos de la junta directiva tomar en serio a los miembros adolescentes y esto puede hacer que los jóvenes demoren o se aparten de poder contribuir en la medida de sus capacidades. Por otro lado, si esas actitudes cambian, esos adultos pueden convertirse en defensores de las destrezas de los jóvenes en la comunidad y preparar el camino para que los jóvenes también asuman responsabilidades en otras circunstancias.

Mientras que los jóvenes pueden ser mejores defensores de la organización o iniciativa frente a otros jóvenes, pueden tener menos credibilidad en la comunidad con los adultos, en especial con los más conservadores.

Ninguna de estas dificultades es inevitable, no todas (o cualquiera) se aplicarán necesariamente a una determinada junta directiva y resolverlas puede llevar a resultados positivos más allá de las ventajas que significa tener a jóvenes en la junta directiva.

¿Cuándo es un momento oportuno para incluir a miembros o representantes jóvenes?

Como en muchas secciones de La Caja de Herramientas, la primera respuesta a la pregunta “¿Cuándo…?” es: en cualquier momento que surja la necesidad o el deseo. A menudo esa respuesta no es de gran ayuda, sin embargo, existen de hecho muchos momentos en los que es particularmente oportuno o necesario integrar a los jóvenes a la junta directiva.

Cuando una nueva organización o iniciativa esté iniciando, particularmente (aunque no únicamente) una que se dirige a la juventud y sus asuntos. En este caso se demostrará una intención de tomar en serio a los jóvenes, ya sea que el esfuerzo en particular esté dirigido directamente a ellos o no y hará mucho más sencillo a largo plazo movilizar su energía y apoyo.

Incluirlos desde un principio, puede ayudar a los jóvenes en la junta directiva a comprender mejor la estrategia integral y las tácticas del grupo y mantenerlos enfocados por mucho tiempo. Los jóvenes, al ser tan apasionados, a menudo cometen errores políticos al tratar de enfrentarse al poder con la verdad con demasiada vehemencia y en formas que seguramente causarán resistencia en vez de una posibilidad de colaboración. Si forman parte de un esfuerzo de planificación más grande, es más probable que comprendan las razones para ser de alguna manera menos polémicos. Por otro lado, si la confrontación es la postura adecuada, tener a los adolescentes puede ser una ventaja enorme.

Cuando los jóvenes no esté respondiendo bien a un programa o iniciativa dirigida a ellos. Pueden pensar que se trata de un esfuerzo de los adultos para tomar decisiones por ellos o para obligarlos a adaptarse o adoptar comportamientos que no son de su agrado. Si forman parte del proceso, habrá más posibilidades de que tomen en serio el programa y lo apoyen.

Siempre es mejor hacer participar a la juventud desde el comienzo de un esfuerzo, pero si esto no es posible, es necesario hacerlo lo antes posible, ¡mejor tarde que nunca!

Cuando la participación de los jóvenes en la junta directiva sea una condición para el financiamiento. De ser este el caso, es importante integrarlos completamente y no reclutarlos simplemente para llenar un espacio que satisfaga las expectativas del patrocinador.

Cuando se necesite la perspectiva juvenil. Tal vez se vuelva evidente que falta información o comprensión importante sobre la población juvenil a la que se dirige la organización o iniciativa. Incluir a los adolescentes en la junta directiva puede ser una de las maneras de llenar ese vacío de conocimiento.

Cuando se desee demostrar –a los jóvenes, a la comunidad y/o a la junta directiva– que se cree en la capacidad de los jóvenes para asumir responsabilidades si se les da la oportunidad. Una de las mejores maneras de demostrar que el compromiso del grupo con este principio es sincero es invitar a los jóvenes a ayudar a dirigir su organización, institución o iniciativa.

Cuando se desee empoderar a la población juvenil. Si uno de los objetivos de las labores de la organización es ayudar a que los jóvenes formen y utilicen su opinión para influir en la comunidad y crear un cambio positivo, se debe ser coherente en otorgarles las oportunidades de hacerlo en todas las esferas posibles. No sólo incluirlos en la junta directiva, sino también apoyar sus ideas e iniciativas, son maneras de demostrar que en verdad se desea incluirlos y darles la oportunidad de aprender y practicar los tipos de roles que se espera puedan desempeñar en la comunidad.

Cuando se desee preparar a los jóvenes para que asuman puestos de liderazgo en la comunidad. Los miembros jóvenes de la junta directiva aprenden tanto las habilidades de reunión a las que nos referimos anteriormente como a pensar estratégicamente y a desarrollar destrezas de planificación necesarias para asumir y efectivamente desempeñar puestos de liderazgo en la comunidad, ya sea en el corto plazo o por el resto de sus vidas.

Cuando los miembros de la junta directiva lo requieran. Los miembros de la junta directiva pueden, ya sea por motivos filosóficos, prácticos o ambos, notar la necesidad de incorporar ideas jóvenes. Es importante asegurarse de que esta visión se extienda a la verdadera integración de los jóvenes a la junta directiva, lo cual implica involucrarlos en la toma de decisiones (y la creación de políticas), el control y el resto de actividades de la junta directiva. De lo contrario, la participación juvenil será sólo aparente.

¿Quién debe participar en la inclusión de jóvenes en juntas y comités directivos?

Existen dos interrogantes: el primero es, “¿Qué tipos de organizaciones, instituciones e iniciativas pueden incluir a los jóvenes en sus juntas directivas?" En segundo lugar, “¿A quién reclutar como miembro juvenil de la junta directiva?”  Trataremos cada uno a su tiempo.

Organizaciones, instituciones e iniciativas que pueden incluir a los jóvenes en sus juntas directivas

Éstas pueden extenderse a muchos sectores de la sociedad. Obviamente, existen límites. Es probable que la mayoría de las corporaciones no sienta la necesidad de incluir a jóvenes como miembros de las juntas directivas  y posiblemente ni ellas ni los jóvenes en general se beneficien de tal participación. Las juntas directivas  relacionadas con cuestiones de gran tecnicismo que requieren conocimiento y formación especializada son otra excepción, así como las que requieren mucha experiencia. Sin embargo, existen muchos esfuerzos e instituciones que ocupan un lugar importante en la sociedad que podrían beneficiarse altamente, tanto como a la juventud, al incluir a adolescentes en sus juntas directivas. Entre ellos:

 Esfuerzos educativos.

  • Juntas directivas  de escuelas locales y estatales
  • Facultades y universidades
  • Escuelas privadas, alternativas y subvencionadas
  • Programas de alfabetización para adultos (muchos sirven a jóvenes que no van a la escuela)

 Esfuerzos dirigidos a los jóvenes o enfocados en ellos.

  • Programas de orientación entre pares o de tutoría entre pares
  • Programas recreativos (centros juveniles, parques para patinar, programas y ligas deportivas)
  • Programas de prevención enfocados conductas riesgosas (es decir, esfuerzos contra la delincuencia, la violencia, el tabaquismo y el uso de estupefacientes, el suicidio, el embarazo de adolescentes y la prevención de enfermedades de transmisión sexual)
  • Proveedores de servicios a personas sin vivienda y a otros jóvenes en situaciones de riesgo
  • Programas de aprendizaje de servicios y de servicio comunitario juvenil

Esfuerzos comunitarios o más amplios que incluyen a la juventud como a uno de varios objetivos o interesados.

  • Esfuerzos u organizaciones para la construcción de la comunidad
  • Iniciativas de promoción de la salud o para una comunidad saludable
  • Prestadores de servicios de salud: hospitales, clínicas, centros de salud mental
  • Esfuerzos en contra de la pobreza, en contra de la delincuencia u otros esfuerzos generales similares
  • Organizaciones de servicios sociales
  • Organismos gubernamentales estatales y locales relacionados con la juventud. Las restricciones legales pueden limitar el rol de los jóvenes como representantes o asesores en estas juntas directivas.
  • Juntas directivas  de empleo

Jóvenes que pueden ser reclutados como miembros de juntas directivas

Es posible que algunas juntas directivas  den por sentado que los adolescentes a los que se debe buscar son aquellos a los que les va bien en la escuela, demuestran su madurez de varias maneras, son activos en la comunidad, etc., y normalmente es así. En el caso de muchas juntas directivas, éstos son exactamente los jóvenes que se necesitan y que probarán la sabiduría de la junta directiva en haberlos convocado.

Sin embargo, esto no es todo. Algunas juntas directivas, en particular las juntas directivas de organizaciones que trabajan con jóvenes en situaciones de riesgo, desean reclutar a participantes, tanto para promover la responsabilidad y el liderazgo como para demostrar que estos adolescentes, a pesar de problemas personales o circunstancias problemáticas, son capaces de asumir la responsabilidad y el liderazgo. Por consiguiente, el rango de candidatos potenciales será relativamente amplio, excluyendo únicamente a aquellos que tienen conductas tan antisociales o dificultades psicológica o intelectual tan graves que no podría esperarse que funcionen en el entorno de una junta directiva. Algunos posibles miembros de juntas directivas  son:

Quienes ya tienen una participación activa en los deportes, grupos de exploradores (scouts), grupos religiosos, etc.

Esta descripción generalmente abarca a los chicos "buenos" que acabamos de describir, aquellos que agradan a todo el mundo y que probablemente se conviertan en adultos equilibrados, aceptados, y financiera y personalmente exitosos.

Jóvenes que han experimentado las cuestiones problemáticas y la población que a  la organización le preocupa.

  • Pandilleros o ex pandilleros
  • Menores que han huido de sus hogares o “menores emancipados” (el término legal para los jóvenes que han sido apartados por sus padres) que viven o han vivido en la calle
  • Jóvenes que han estado involucrados en problemas legales
  • Jóvenes que han experimentado directa o indirectamente (mediante familiares o amigos cercanos) el asunto que trata la organización o la vida en las calles en general
  • Personas que han finalizado con éxito los programas para dejar el consumo de estupefacientes
  • Jóvenes que han superado, o están trabajando para superar, dificultades académicas o problemas de aprendizaje
  • Jóvenes que han sido maltratados o han luchado contra situaciones en familias disfuncionales
  • Jóvenes que están o han estado en custodia tutelar
  • Personas adoptadas
  • Jóvenes cuyas familias no han tenido vivienda
  • Beneficiarios de los servicios, participantes en el programa o beneficiarios potenciales de la iniciativa

Jóvenes que desean participar y/o son voluntarios.

Estos jóvenes a menudo tienen una maravillosa participación en las juntas directivas  debido a su gran interés, sin embargo es necesario asegurarse de que no estén demasiado comprometidos.

Jóvenes con verdadero potencial de liderazgo.

Esta categoría puede incluir a muchos de los jóvenes activos que se describen en el ítem # 1, pero también incluye a muchos (aunque de ninguna manera a todos) alborotadores que, sin embargo, son respetados por sus pares por su capacidad de defenderse a sí mismos y por sus creencias, por discutir con maestros y otras autoridades y para resistirse al conformismo. Algunos de estos adolescentes terminan vistiendo traje y trabajando en oficinas de corporaciones o estudios jurídicos, pero otros pueden convertirse en poetas, artistas y científicos vanguardistas que liderarán el mundo hacia nuevos horizontes. No se debe ignorarlos sólo porque muchos adultos los creen difíciles de tratar. Si se consigue canalizar su energía y darles algo de qué ocuparse, pueden realmente asombrar.

¿Cómo hacer que los jóvenes participen en juntas y comités directivos?

Entonces…se está convencido de que convocar a uno o más jóvenes para que se integren a la junta directiva puede ser buena idea. ¿Cuál es el próximo paso? ¿Cómo se hará que esto suceda?

Lo que sigue es un conjunto de pautas sugeridas. Tal vez no sean lo mejor para cada situación, pero –como todo en La Caja de Herramientas Comunitarias– se puede adaptarlas y ajustarlas para que satisfagan  las necesidades de cada grupo.  Pueden ser un buen comienzo para convocar a la juventud a participar en la junta directiva y hacer que su participación sea exitosa para todos los interesados.

Decidir si se desea incluir a jóvenes como miembros o representantes en la junta directiva.

No todas las juntas directivas  pueden beneficiarse de tener a jóvenes como miembros ni todas pueden ofrecerles algún beneficio. Anteriormente hemos comentado muchas de las razones por las que se debería incluir a los jóvenes en una junta directiva. Algunas razones por las que no se debería hacerlo son:

  • La calidad de miembro en la junta directiva requiere un conocimiento especializado o una destreza particular (por ej., el acceso a donantes importantes) que probablemente los jóvenes no posean.
  • La mayoría de la junta directiva se opone firmemente a la idea. Puede ser algo que se pueda hacer más adelante, pero probablemente no sea buena idea en este momento.
  • La mayor parte de los asuntos de la junta directiva son técnicos, esencialmente aburridos, y un joven contribuiría poco, excepto su presencia, o no obtendría nada.
  • La única razón por la que se quiere incorporar a un joven es para decir que se cuenta con su presencia. Si el adolescente es meramente un símbolo, el grupo está cayendo en una práctica de falsa representación, lo que, como ya hemos explicado, es negativo tanto para el joven como para la junta directiva.

Es necesario asegurarse de que sea lógico, tanto para el grupo como para cualquier adolescente que se pueda reclutar, buscar la participación de los jóvenes como miembros titulares. En caso contrario, nadie obtendrá algo positivo de la experiencia y podrá causar serios problemas.

Determinar el espacio que se espera que ocupen los jóvenes como miembros de la junta directiva.

En otras palabras, ¿por qué e desea convocarlos como miembros de la junta directiva? Probablemente existan varias razones y ninguna de las siguientes posibilidades excluye al resto.

  •  Para brindar una perspectiva juvenil.
  •  Para otorgar poder de expresar su opinión a los jóvenes que se verán afectados por las decisiones de la junta directiva.
  •  Para aportar una comprensión más a fondo de los asuntos relacionados con la juventud a la que el grupo se dirige.
  •  Para aumentar la credibilidad de la organización ante la juventud y la comunidad.
  •  Para aportar ideas nuevas a la discusión.
  •  Para desempeñar una función determinada:
  •  Reclutar jóvenes.
  •  Servir como modelos del poder de decisión de los jóvenes.
  •  Encabezar y/o actuar como voceros de un evento, una actividad o un programa en particular.
  •  Ayudar a capacitar a otros adolescentes.
  •  Explicar las políticas, los programas, la misión, etc. de la organización o iniciativa a otros jóvenes.
  •  Ayudar con las relaciones públicas como la “cara joven” de la organización.

Cada integrante de ésta debe conocer cuál es su función. Debe ser algo que esté dispuesto y sea capaz de realizar correctamente y debe reflejar sus talentos, destrezas y preferencias tanto como sea posible. Cualquiera que sea la función que desempeñe, debe estar acompañada, tanto en el caso de los jóvenes como de los miembros adultos, de las funciones de toma de decisión y otras funciones habituales de la junta directiva.

  • Para capacitar a futuros líderes de la comunidad. Esto implica descubrir cómo funcionan las juntas directivas  y las organizaciones, y aprender las habilidades de reunión, facilitación, diplomacia y otras habilidades necesarias para participar y ser activo en la comunidad, y para asumir el liderazgo cuando sea oportuno.

Evaluar la buena disposición de la junta directiva para incorporar a jóvenes en calidad de miembros.

La buena disposición no es sólo cuestión de actitud, sino también de flexibilidad. Es probable que se deban hacer algunas peguntas, tales como:

  • ¿Qué actitud adoptan los miembros de la junta directiva frente a los jóvenes? ¿Consideran que los jóvenes son capaces en general de cumplir con sus responsabilidades y de asumir las tareas y responsabilidades de la junta directiva en particular? ¿Son capaces de tratar a los jóvenes como iguales, sin condescendencia?
  • ¿Está dispuesta la junta directiva a emplear el tiempo necesario para que los miembros jóvenes se pongan al tanto? ¿Pueden ser pacientes mientras los jóvenes aprenden cómo desempeñarse en una junta directiva y les proporcionarán la información y el apoyo para facilitar el proceso? ¿Están dispuestos a sacrificar parte de la eficiencia de las reuniones para dejar que los miembros jóvenes se sientan a gusto y cometan errores?
  • ¿Se sentirán los miembros de la junta directiva cómodos con las necesidades de los jóvenes en las reuniones: tener comida y bebidas en las reuniones (algo que La Caja de Herramientas recomienda para casi todo tipo de reuniones), recibir ayuda con el transporte, ajustar el día y la hora de la reunión al horario escolar o a otras actividades?

Preparar a la junta directiva para aceptar a los jóvenes como miembros.

Se pueden hacer algunas cosas para que la transición sea más fácil para todos.

  • Comentar lo que va a ocurrir, teniendo en cuenta toda posibilidad con la que se pueda encontrar. Se debe ser claro y honesto sobre cualquier modificación que los miembros de la junta directiva necesiten hacer y sobre lo que pueden esperar obtener a cambio. Cuanta más información tengan, y cuantas menos sorpresas deban enfrentar, más llevadero será el cambio.
  • Al mismo tiempo, buscar la forma de hacer que los cambios sean mínimos de manera que la rutina de la junta directiva se vea interrumpida lo menos posible.
  • Realizar las reformas necesarias al estatuto para incluir a los jóvenes como miembros (requisitos de edad, cantidad de miembros en la junta directiva, etc.). Si aún no se ha hecho, es necesario averiguar si existen restricciones legales para incluir a jóvenes como miembros titulares de la junta directiva y decidir cómo se trataría su participación si las hubiera.
  • Debatir cómo capacitar y apoyar a los nuevos miembros de la junta directiva. ¿Qué tipo de formación necesitarán y quién se la proporcionará? Es momento de decidir si se utilizará un programa de tutoría y de hacer que la cantidad necesaria de miembros se comprometa a ello (uno por joven estaría bien, lo que significa que sólo se necesitarían uno o dos voluntarios).
  •  Comentar cómo evaluar la experiencia para asegurar que funcione y que sea positiva para la junta directiva, la organización y los propios jóvenes.

Reclutar a jóvenes como miembros de la junta directiva.

  • Decidir a cuántos jóvenes se desea reclutar. En general es buena idea asegurarse que sea más de uno, de manera que un único adolescente no se sienta aislado. Esto puede dificultar la integración de los adolescentes a la junta directiva, pero si el resto de los miembros hacen el esfuerzo para acercarse a ellos e incluirlos, no debería ser un gran obstáculo.
  • Encontrar a posibles miembros de la junta directiva. De muchas maneras, esto se asemeja a encontrar y reclutar a participantes adultos.
  • Preguntar a los miembros de la junta directiva si conocen a adolescentes que puedan ser buenos candidatos.
  • Dar charlas y avisar a los estudiantes y al cuerpo docente en las escuelas, grupos juveniles, organizaciones de servicios sociales y a otros que tengan contacto con los jóvenes del área.
  • Hablar con los jóvenes que tienen una participación activa en la comunidad o que participan como líderes en actividades juveniles.
  • Buscar a adolescentes que llamen la atención (en forma positiva) por su comportamiento público (recordemos como el alcalde en Alaska encontró a una joven que se volvió miembro de la Comisión de Parques y Recreación).

Tal vez una de las características más importantes a buscar en cualquier miembro nuevo, ya sea joven o no, sea si encaja bien con el resto de la junta directiva. Es mucho más fácil hacer el trabajo si todos se llevan bien y comparten al menos algunos elementos de su visión del mundo. Si todos tienen un acuerdo tácito sobre el uso del humor, la cantidad de trabajo que se necesita hacer y la disposición para hacerlo, la manera de relacionarse con otras personas, etc., es probable que la junta directiva sea una buena experiencia tanto para los antiguos como para el nuevo integrante.

Como ya se ha mencionado, no se debería sólo buscar sólo a los “chicos buenos”.  Alguien que a primera vista puede parecer un candidato poco probable puede convertirse en una persona con muy buenas ideas, que toma el asunto en serio y simplemente ha estado esperando el desafío correcto para superarse. La recompensa por encontrar a un joven como ese es grandiosa, tanto para él como para la junta directiva.

  • Contactar personalmente a los posibles jóvenes miembros de la junta directiva. Esto puede llevarlo a cabo el comité de designaciones, la presidencia o cualquier miembro de la junta directiva que tenga contacto con el adolescente en cuestión.

Como ocurre con cualquier miembro potencial de la junta directiva, se debe limitar la cantidad de adolescentes que se decide contactar. Si existen dos vacantes en la junta directiva, es sensato reducir la cantidad a cinco o seis antes de realmente comenzar a convocar a las personas a ser candidatas. Esto evita tener que emplear gran cantidad de tiempo en reuniones y elimina la decepción para todos, excepto una cantidad reducida de posibles miembros de la junta directiva.

  • Reunirse con los posibles miembros de la junta directiva (y con sus padres, si es lo adecuado; una opción es reunirse con ellos en forma separada). Se les debe explicar en qué consiste la organización o iniciativa y la junta directiva, incluyendo cuáles pueden ser los requisitos de tiempo, contestar sus preguntas y discutir si les gustaría ser considerados miembros de la junta directiva, de ser oportuno.

Si resulta obvio que el joven y la junta directiva no armonizarán, debe discutirse desde el principio. El adolescente puede no tener el tiempo necesario o puede tener poco interés en las cuestiones a las que se dedica la junta directiva. Si es así, será una pérdida de tiempo insistir en su participación

  • Hacer la elección entre los candidatos disponibles. Se debe utilizar el mismo procedimiento que el que se usa para seleccionar a los otros miembros de la junta directiva. Para muchas juntas directivas, esto implica que un comité de selección entreviste a los candidatos y haga recomendaciones que luego estarán sujetas a votación por la junta directiva completa. Cualquiera que sea el proceso que se utilice, puede ser útil invitar a los posibles miembros a asistir a las reuniones antes de tomar la decisión, de manera que todos puedan conocerlos y determinar si ellos y la junta directiva son compatibles.

A fin de que se adapten al período de servicio de los otros miembros de la junta directiva y a modo de facilitar la formación (así como evitar apartarlos), se debe probablemente reclutar a los miembros jóvenes y hacer que asistan a las reuniones de la junta directiva en el mismo horario que el resto de los integrantes.

Las diferentes juntas directivas tienen, por supuesto, diferentes maneras de elegir a sus miembros. Alaska ICE sugiere que una junta directiva les debe pedir a los jóvenes presentar una solicitud, aunque esto suena inapropiado si se los está invitando a ser miembros titulares, si es que todos los posibles miembros deben hacerlo de esta manera. Sin embargo, esto puede ser lógico si los adolescentes están solicitando ser los representantes de los jóvenes en el comité escolar u otro órgano similar. Se deberá tomar esa decisión según la situación particular.

Si los miembros jóvenes potenciales de la junta directiva representarán a un grupo o población específica, pueden ser sus pares quienes elijan a los candidatos (o miembros de la junta directiva). Esto puede ser particularmente importante si la población en cuestión es una población difícil de alcanzar: pandilleros, menores que corren riesgo de abandonar sus estudios, miembros de una minoría que sufre discriminación (por ej., los intocables de la India), niños con barreras idiomáticas. La junta directiva puede aceptar a quienes fueron seleccionados por sus pares para ser miembros o, mediante el proceso habitual de la junta directiva, seleccionar de entre quienes fueron escogidos como candidatos.

Capacitar a los nuevos integrantes jóvenes.

Los nuevos integrantes jóvenes deben recibir obviamente toda formación que reciba cualquier miembro nuevo. Asimismo, existen algunas áreas en las que otros miembros de la junta directiva pueden no necesitar orientación, pero que pueden ser beneficiosas para los jóvenes miembros.

  • Habilidades de reunión. Habilidades de escucha, cuándo es oportuno hablar, reglas (Robert’s Rules) de la junta directiva, cómo votar, tareas, etc.

Para algunos jóvenes, una gran parte de este tipo de formación puede simplemente ser el estímulo para hablar cuando tienen algo que decir. Algunos adolescentes –no todos– pueden sentir que no tienen los medios para contribuir y pueden sentirse intimidados por lo que perciben como la gran cantidad de conocimiento y experiencia que poseen los adultos que los rodean. A medida que ofrezcan sus opiniones y sean escuchados seriamente, se darán cuenta de que sus ideas son valiosas, pero para que esto ocurra deben expresar esas opiniones.

  • Cómo manejar y utilizar el desacuerdo y el conflicto.
  • La historia de la organización y la junta directiva. Se les deben entregar copias de la visión, la misión, las políticas y todo otro material impreso importante para la junta directiva a los jóvenes integrantes  y se los debe guiar en su lectura (como debe hacerse con cualquier nuevo miembro de la junta directiva).
  • Las normas de la junta directiva: etiqueta, cómo se desarrollan las reuniones, si los miembros de la junta directiva socializan entre sí y cómo lo hacen, tanto dentro como fuera de la junta directiva.
  • Toda información necesaria sobre el asunto, la política, etc. que puedan no tener, incluso las cuestiones anteriores que ha tratado la junta directiva.
  • El proceso de comunicación: cómo contactar a otros miembros y cuándo resulta adecuado hacerlo; cómo contactarlos a ellos mismos.
  • La visión, la misión y las pautas de la organización o comisión.
  • La visión general de las finanzas y el presupuesto de la organización.
  • Cualquier cuestión legal con la se puedan encontrar.
  • Las políticas de confidencialidad de la junta directiva, cómo manejarse con los medios de comunicación, ética, etc.
  • De ser relevante, cómo comprender los procedimientos de financiamiento/contratación; cómo familiarizarse con los subsidios y contratos actuales.

Según la filosofía de participación en la junta directiva, muchos miembros nuevos adultos podrían también necesitar este tipo de formación. De ser así, o tal vez incluso si no lo es, se puede evitar aislar a los miembros jóvenes simplemente brindando la capacitación para todos los miembros nuevos de la junta directiva y no solamente para ellos.

Esta formación no necesita ser abrumadora, nadie logra comprender todo en la primera clase, pero debe ser lo suficientemente intensiva como para otorgarles a los miembros nuevos la confianza para participar en el debate sin sentir que harán el ridículo. De todos modos, al principio es probable que no se sientan seguros, como la mayoría de las personas en situaciones nuevas. Deben comprender que está bien titubear en las primeras dos o tres reuniones hasta que entiendan cómo funcionan las cosas y comprendan mejor el flujo y el contenido de funcionamiento de la junta directiva.

Apoyar a los jóvenes como miembros de la junta directiva.

Los jóvenes pueden necesitar algo de apoyo, ya sea en la participación en la junta directiva como en el traslado hasta los lugares de reunión. Algunas de las cosas que se puede hacer para ayudarles son:

  • Establecer un programa de tutoría formal o informal. Los tutores actúan como fuentes de información para los miembros jóvenes, los orientan respecto a los nuevos procesos y los presentan a los otros miembros de la junta directiva y a personas que deberían conocer.

Como ocurre con la capacitación, los miembros adultos de la junta directiva también pueden necesitar orientación. Algunas juntas directivas a menudo asignan un tutor a cada nuevo integrante. Si se utiliza un programa de tutoría para los jóvenes, se debe tratar de emparejarlos con personas con personalidades compatibles. La tutoría será mucho más efectiva si las personas involucradas se llevan bien.

Podría ser que los tutores también necesiten capacitación y apoyo. La capacitación en tutoría puede formar parte de la formación habitual de la junta directiva y puede otorgarles a los miembros jóvenes experimentados la oportunidad de cumplir la función de tutores.

  • Dar la bienvenida a los jóvenes como miembros de la junta directiva. Cada miembro de la junta directiva debe acercarse a un joven miembro y entablar relación, como lo haría con cualquier nuevo miembro de la junta directiva. Se les debe hacer participar de las actividades dentro y fuera de la junta directiva. Para los jóvenes, esto es doblemente importante ya que claramente transmite el mensaje de que se los trata como iguales, lo cual les facilitará sentirse cómodos y participar.
  • Ayudar a que los jóvenes comprendan y participen en el funcionamiento de la junta directiva. Todos los miembros deben trabajar para asegurarse de que los jóvenes conozcan el trasfondo de lo que está en discusión y deben tratar de hacerlos sentir a gusto, de manera que participen sin timidez.

Si uno de los jóvenes comete un error grave o hace algo que no reconoce como inapropiado o contraproducente, no se le debe criticar en público. En vez de ello, se debe hablar con él en privado y explicarle exactamente por qué su comportamiento fue problemático. Se debe resaltar el hecho de que todos podemos equivocarnos de igual manera y se pueden sugerir formas de evitar esos errores en el futuro. El tono siempre debe ser comprensivo y debe suponer de que el error no fue intencional y que el joven desea aprender cómo trabajar correctamente con el resto de la junta directiva.

  • Ayudar a los jóvenes a organizar el transporte al lugar de reunión. A menudo, pueden ir con otros miembros de la junta directiva que vivan en la misma zona.
  • Estar dispuesto a reorganizar el horario de las reuniones para hacer posible que los jóvenes asistan a ellas.

Obviamente, esto no funcionará si se hace que sea imposible que los otros miembros puedan asistir. Un criterio para seleccionar a los jóvenes que serán miembros puede ser el hecho de que sus horarios coincidan en forma razonable con los de la junta directiva.

  • Desde el proceso de reclutamiento, el presidente de la junta o comité directivo puede informar a los padres el motivo por el que la junta directiva está reclutando a adolescentes, cuáles serán sus responsabilidades y qué se espera como resultado.

Emplear a los jóvenes de la junta directiva.

Se les debe otorgar a los jóvenes las mismas responsabilidades que a los otros miembros de la junta directiva. Se les debe pedir que se unan a uno o más comités en los que puedan hacer uso de sus habilidades y conocimientos. A medida que se sientan más cómodos con el trabajo de la junta directiva, y si están dispuestos y son capaces, se les puede pedir que compartan la dirigencia o dirijan un comité o que pasen a ser un funcionario de la junta directiva. Sus oportunidades de asumir responsabilidades deben aumentar a medida que se desarrollen sus destrezas.

No todos los miembros adultos de la junta directiva tienen las ganas o la habilidad de ser funcionarios de la junta directiva o del comité. Se debe evaluar a cada uno por separado. Una de los problemas con los jóvenes es, sin embargo, asegurarse de que quienes puedan asumir mayores compromisos tengan también el tiempo disponible. Los jóvenes capaces están, por lo regular, sumamente ocupados y puede ser más difícil para ellos decir no que para los adultos en iguales situaciones.

Se deben asignar las tareas a los miembros jóvenes en base a sus talentos o conocimiento especializado.  Por ejemplo, pueden poner a la junta directiva al tanto de las innovaciones en el uso de la tecnología o desarrollar un plan tecnológico para la organización. Pueden criticar el diseño de un plan de comunicación para llegar a la juventud en la comunidad. Mediante redes a las que otros miembros de la junta directiva no tienen acceso, pueden ser capaces de establecer contacto con poblaciones, jóvenes y otros grupos difíciles de alcanzar (un joven miembro que además es voluntario en un comedor comunitario, por ejemplo, puede tener acceso a personas sin hogar con mucha mayor facilidad que cualquier otra persona en la junta directiva).

Se necesita que  todos en la junta o comité directivo tomen en serio a los miembros jóvenes. Una vez que se han puesto al tanto de las cuestiones básicas, se los debe considerar como a cualquier otro miembro de la junta directiva y no como “al chico”. El presidente o cualquier otro miembro de la junta directiva debe llamarle la atención (en privado) a los miembros de la junta directiva si no respetan esta práctica.

De igual modo, los adolescentes deben hacerse responsables en la misma medida que cualquier otro miembro de la junta directiva. Deben asistir a las reuniones regularmente, hacer el trabajo que han aceptado y contribuir de acuerdo a sus habilidades. Si no están capacitados o dispuestos a cumplir con su responsabilidad, se los debe tratar como a cualquier otro miembro. Se debe averiguar por qué; se les debe ofrecer, de ser posible, asistencia y una oportunidad para cambiar la situación y, si eso no ocurre, se les debe pedir la renuncia. La igualdad, si tiene valor, debe funcionar en ambas direcciones.

Monitorear y evaluar la experiencia.

Se deben obtener comentarios sobre la experiencia en la junta directiva tanto de los miembros jóvenes como de los otros miembros. Esto se puede llevar a cabo mediante una encuesta, en entrevistas personales o en un debate. Un debate con toda la junta directiva al final del proceso ayudaría a obtener un consenso sobre los cambios y modificaciones necesarias.

Sugerencias y comentarios de los jóvenes:

  • ¿Se les hizo sentir a gusto y bienvenidos?
  • ¿Fueron tratados como iguales?
  • ¿Qué esperaban obtener o lograr en un principio en su calidad de miembros de la junta directiva? ¿Se cumplieron sus expectativas?
  • ¿Se sintieron capaces de contribuir? ¿De qué forma?
  • ¿Qué han aprendido?
  • ¿Cuáles han sido los desafíos más difíciles? ¿Se podrían haber evitado algunos de ellos? ¿Cómo?
  • ¿Qué les resultó más útil?
  • ¿Qué cambiarían para mejorar la experiencia?
  • ¿Cómo calificarían su experiencia en general?
  • ¿Qué sugerencias pueden aportar para los futuros miembros jóvenes y para que la junta directiva haga que la participación juvenil sea más sencilla y gratificante para todos los involucrados?

Sugerencias y comentarios de otros miembros de la junta directiva:

  • ¿Cuál fue su actitud inicial hacia la inclusión de jóvenes en la junta directiva? Si ahora su actitud es diferente, ¿por qué ha cambiado?
  • ¿Qué esperaban que lograra la junta directiva al incluir a jóvenes? ¿Se cumplieron sus expectativas?
  • ¿Cómo vieron las contribuciones de los miembros jóvenes? ¿Aportaron algo que de otra manera la junta directiva no tendría? Si es así, ¿cuál fue la aportación?
  • ¿Qué aprendieron de tener a jóvenes en la junta directiva?
  • ¿Cuáles fueron los desafíos más difíciles?
  • ¿Qué les resultó más útil?
  • ¿Qué cambiarían para mejorar la experiencia?
  • ¿Cómo calificarían la experiencia de incluir a jóvenes en la junta directiva?
  • ¿Qué consejo le darían a miembros de la junta directiva adultos y jóvenes en el futuro?

Incorporar lo que se ha aprendido de la evaluación y continuar incluyendo a los jóvenes en la junta directiva.

Se debería utilizar la información que se ha obtenido de la evaluación para cambiar las cosas que deben modificarse a fin de que la inclusión de los jóvenes se convierta en una experiencia más positiva para todos: Mejorar el proceso de reclutamiento, utilizar mejor los talentos de los jóvenes, cultivar mejores relaciones personales, brindar más apoyo  (cualquier cosa que se pueda hacer para lograr la transición hacia una participación productiva en la junta directiva aportará grandes beneficios tanto para ésta como para los jóvenes que formen parte de ella). El mejor signo del éxito es que, en el transcurso de un año aproximadamente, los integrantes jóvenes de la junta directiva simplemente sean vistos –por ellos mismos y por el resto– como verdaderos miembros de la junta directiva. Si esto ocurre, se sabrá que tanto la junta directiva como ellos han hecho bien su trabajo.

En resumen

Para muchas juntas, comisiones y comités directivos de organizaciones públicas y sin fines de lucro, particularmente las relacionadas con la juventud o que directamente sirven a ella, incluir a los jóvenes como miembros puede ser extremadamente valioso. De igual modo, existen muchos jóvenes cuyo idealismo y deseo de servir, así como su capacidad y buena disposición para asumir responsabilidades, los convierte en miembros ideales para la junta directiva. Estas consideraciones sumadas a las ventajas de tener grupos comunitarios multisectoriales, diversos y participativos, hace que la inclusión de los jóvenes parezca una oportunidad que muchas, si no la mayoría, de las juntas, comisiones y comités directivos no pueden dejar pasar.

Las juntas directivas  ofrecen a los jóvenes responsabilidad, capacitación en liderazgo y la oportunidad de hacer una contribución significativa a la comunidad. A su vez, pueden aportarles a las juntas directivas entusiasmo, energía, ideas nuevas y una perspectiva realista sobre la comunidad juvenil y los asuntos relacionados con los jóvenes. En particular para las juntas directivas  que tratan con la juventud, incorporar a miembros jóvenes es una situación en la que todos salen ganando.

Contributor 
Phil Rabinowitz

Recursos en línea

The Association of Alaska School Boards (AASB).

Alaska ICE, the Initiative for Community Engagement.  An initiative of AASB, AlaskaICE works to include youth in the civic life of Alaska communities.

Recurso impreso

Hans, B. (2000). The Power of an Untapped Resource: Exploring Youth Representation on Your Board or Committee. (edited) Alaska ICE, the Initiative for Community Engagement of the Association of Alaska School Boards and the Alaska Department of Health and Social Services: Anchorage, 2000. Also available in pdf form from the Association of Alaska School Boards website.