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Herramienta #1: Dos concepciones de desarrollo cognitivo

Hay varias formas de ver el desarrollo cognitivo, es decir, el desarrollo del pensamiento. Tal vez la más conocida sea la concepción de Jean Piaget, un filósofo suizo, que observaba el desarrollo de sus propios hijos para tratar de entender el desarrollo intelectual en general. Con su muestra de tres personas, vio un patrón de desarrollo que tenía, en su forma más simple, tres niveles o etapas:

  • Preoperacional: Piaget usó la palabra “operaciones” para referirse a las estructuras lógicas del pensamiento. Durante el nivel preoperacional, las estructuras lógicas no son realmente un factor, excepto de los modos más fundamentales. La luz se enciende cuando aprietas el interruptor simplemente porque lo hace. Hay muy poco, o ningún, entendimiento de causa y efecto, o de las consecuencias de cualquier acción (excepto las más simples).

Un momento definitivo en mi propia vida llegó cuando tenía tres años. Estaba bajando por una cuesta con mi triciclo y me di cuenta de que estaba a punto de estrellarme contra unos arbustos. Giré a la derecha… y caí por un tramo de escaleras que sabía perfectamente bien que se encontraba allí. Simplemente no se me había pasado por la cabeza que mi acción tendría una consecuencia en el futuro, incluso un futuro que estaba a sólo dos o tres segundos.

  • Operaciones concretas: En este nivel, la gente puede entender lo que pueden percibir a través de sus sentidos (cosas suficientemente “concretas” para poder ser tocadas o vistas). Por esto, es fácil sumar y restar (podemos manipular objetos para ver cómo funcionan), pero el álgebra, que incluye “incógnitas”, es más difícil. No podemos ver las incógnitas, por lo que son mucho más difíciles de comprender.

Un profesor de psicología cognitiva solía explicar esta historia a sus alumnos: “Cuando el botón para cambiar los canales en mi televisor se rompió, teníamos que cambiar los canales con un par de alicates. Pero al no tener los números, era muy difícil encontrar los canales. Un día, cuando estaba lidiando con el aparato, mi hija de ocho años me preguntó cuál era el problema. Yo contesté ‘No encuentro el Canal 4’. Mi hija tomó el botón roto y dijo ‘Aquí está el Canal’.

  • Operaciones formales: En este nivel más alto (que engloba varios subniveles definidos con más detalle), la gente es capaz de pensar abstractamente. Esto a veces se define como la capacidad de pensar sobre el pensamiento. Incluye pensar en ideas o eventos que no son obvios al tratar un tema; ser capaz de predecir consecuencias futuras; predecir lo que otros harán, incluso si difiere de lo que uno mismo harías; ver varios resultados posibles a la misma acción; etc.

Un par de ejemplos de operaciones formales con niños algo mayores:

A una clase de sexto grado en los años 50 se le dijo que los diarios ingleses raramente tenían más de ocho páginas y que estaban impresos en papel fino. El maestro preguntó cuál era el motivo. Dos de los niños en seguida entendieron que la respuesta tenía que ver con algo que habían aprendido la semana anterior: que Inglaterra había talado la mayoría de sus bosques. Se dieron cuenta de que los pocos árboles que les quedaban eran demasiado valiosos para usarlos en la fabricación de papel.

A un niño de nueve años se le preguntó por qué la Tierra era esférica. Tras pensar durante algunos segundos, pudo explicar que, como la gravedad actúa con la misma fuerza en todas las direcciones, la forma adoptada al atraer materiales y polvo espacial desde un punto central sería una esfera. Todos los puntos de una bola, si es perfectamente esférica, están a la misma distancia del centro.

Como durante años Piaget observó sólo a sus propios hijos, creyó que su desarrollo era típico. Por ello, asignó el pensamiento preoperacional a la niñez más temprana; las operaciones concretas a los años de escuela primaria, entre los 6 y los 11 ó 12 años; y el inicio de las operaciones formales a la pubertad o adolescencia temprana.

No obstante, existen grandes variaciones en el desarrollo, dependiendo en gran manera de la experiencias y estímulos de cada individuo, y probablemente también del desarrollo cerebral. Muchos adultos (tal vez la mayoría) aún funcionan en el nivel de operaciones concretas, por lo menos en algunas áreas.

Y éste es otro tema: incluso gente que pasa la mayoría de sus vidas cognitivas en los más altos niveles del pensamiento (físicos teóricos, por ejemplo) probablemente no usen operaciones formales todo el tiempo. Ciertos temas, como tratar con sus padres, pueden presentar barreras emocionales que les impidan pensar de forma crítica o lógica. En realidad, pocas personas son capaces de aplicar toda la fuerza de su intelecto a todas las situaciones que se encuentran.

Piaget vio el desarrollo cognitivo como un proceso de aumento de la diferenciación (entender cómo las cosas, personas, eventos, ideas, etc. difieren entre ellas) y de la integración (entender la conexiones entre todas estas cosas, personas, etc.). El mecanismo de este proceso se acciona cuando una persona entra en contacto con algo que no coincide con su visión de la realidad.

Alguien en esta situación tiene dos opciones: puede ignorar el nuevo fenómeno y simplemente continuar viendo el mundo como siempre lo había hecho o puede intentar darle un nuevo sentido al mundo teniendo en cuenta la nueva realidad que ha visto. Puede llevar muchos encuentros con la realidad hasta lograr el comienzo de un cambio en la percepción, especialmente cuando el desarrollo cognitivo supone dejar atrás alguna creencia básica. Algunas personas son simplemente incapaces de ver nada que no coincida con sus creencias.

Aunque los libros de texto suelen presentar este material como si los cambios ocurrieran abruptamente, en realidad el cambio está ocurriendo todo el tiempo. El pensamiento de la gente puede hacerse más sofisticado en algunas áreas, pero no otras, lo que nos lleva a otra teoría del desarrollo cognitivo.

Howard Gardner cree que Piaget sólo ve una parte del funcionamiento cognitivo. Gardner encuentra ocho aspectos en la inteligencia, en vez de uno sólo:

  • Lógica-matemática (la que según él, Piaget estaba examinando)
  • Verbal (la habilidad de hablar y escribir, aprender lenguas, etc.)
  • Interpersonal (relacionarse con los otros)
  • Intrapersonal (entenderse a uno mismo)
  • Espacial (la habilidad de ver, entender y usar relaciones espaciales, incluyendo el talento para la pintura y otras artes visuales)
  • Kinestésica (habilidades físicas y atléticas)
  • Musical
  • Ambiental (ser capaz de reconocer patrones en el propio entorno)

De acuerdo con Gardner, cada uno de estos aspectos está separado de los otros. Diferentes aspectos se desarrollan a distintos niveles en gente diferente, de forma que alguien que esté muy avanzado en, por ejemplo, el aspecto musical a una edad temprana, puede tener muy pocas capacidades interpersonales. Ésta es una forma de explicar a los físicos teóricos a los que mencionamos antes: algunos aspectos de su inteligencia están altamente desarrollados, pero otros no.

La mayoría de escuelas y la sociedad en general han dado mucho más valor, al menos durante el siglo pasado, a las habilidades lógico-matemáticas y verbales, prestando poca atención a las demás. Si Gardner está en lo cierto, su teoría tiene grandes implicaciones para la educación, como él mismo ha descrito. Deberíamos estimular a los niños en todas las áreas, de forma que puedan llegar a ser adultos competentes en todos los aspectos de la inteligencia.