Ejemplo 1: Entrevista cara a cara
Después de muchos años de la presencia de un hostil y poco dispuesto superintendente de escuela, la junta escolar decidió escoger un nuevo superintendente, Jim Brown. Él era nuevo en el área, pero era experimentado y entusiasta en relación a sus nuevas responsabilidades. El Proyecto Libre de la Coalición Antidroga el cual yo dirigía estuvo presente por un tiempo y queríamos conectarnos con el nuevo superintendente. Estaba entusiasmado sobre las posibilidades de nuevos programas y colaboraciones, pero observando que siendo nuevo en el trabajo, el superintendente estaría muy ocupado, y no queríamos presionarlo muy fuerte, muy rápido. Después de todo, este era un aliado potencial muy importante para la coalición. Le envié una carta con un paquete de información sobre el Proyecto Libre y le informé que podría dar seguimiento con una llamada dentro de dos semanas. Pasadas las dos semanas, suficiente tiempo para que el superintendente estuviese al día con su correo y empezara a sentirse cómodo en su nueva posición, le llamé y brevemente lo actualicé sobre la coalición. Entonces después programamos una cita para reunirnos la próxima semana para discutir las actividades de la coalición más formalmente. Ahora tenía una breve oportunidad de conocer en cuales actividades de la coalición el superintendente podría ser de apoyo y en cuales podría ser menos. Cuando se realizó la reunión la próxima semana, estaba preparado para responder a las preguntas y atender a sus preocupaciones, y, consecuentemente, ganar su apoyo para presentes y futuros esfuerzos.
Ejemplo 2: Llamadas telefónicas
Una coalición a nivel estatal de comunidades saludables se reúne una vez al mes. Tuvo sus primeras dos o tres reuniones y el comité directivo no estaba exactamente comprometido o estable. Reconocí el problema, y decidí que el problema podía ser corregido si lograba una guía periódica por un experto en planificación de operaciones. Afortunadamente, conocía a la persona justa, un vicepresidente del centro médico mas grande del estado. Entonces, hice varios intentos para fijar una reunión para que el experto viniera y nos ayudara. En dos ocasiones el experto estuvo fuera de la ciudad en viajes de negocios, y la tercera vez, se hizo una cita, y después cancelada en el último minuto porque el vicepresidente tuvo que asistir a una cena familiar. Frustrado, pero aún no listo para renunciar, decidí programar una conferencia telefónica la próxima semana. El vicepresidente alegremente aceptó, y la consiguiente orientación que recibimos con la llamada nos ayudó a tener nuestras reuniones semanales de nuevo en la dirección correcta.
Ejemplo 3: Escribiendo cartas
Con el fin de obtener que se presentaran una gran cantidad de personas en nuestra primera reunión comunitaria, nuestra recién formada coalición, “The Great Plains Hearth Health Coalition” (La Coalición de Salud del Corazón de las Grandes Planicies) decidió realizar una campaña de escritura de cartas. Después de todo, solamente teníamos unos cuantos miembros y por lo tanto no teníamos el tiempo o el dinero para llamar a cientos de personas, o personalmente visitar a los potenciales miembros. Los otros líderes de la coalición y yo pasamos unos cuanto días desarrollando una carta introductoria de la coalición, e invitamos a todos a asistir a la primera reunión en el próximo mes. Se envió la carta y un buen número de personas asistieron a la reunión. Después de escuchar las presentaciones un número de los asistentes acordaron unirse a la coalición. Un par de años más tarde, la coalición decidió convertirse en estatal. Afortunadamente, teníamos de las viejas cartas de reclutamiento en un archivo, y, con algunas revisiones menores, la enviamos de nuevo, con igual éxito.