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Sección 1. Crear un plan para llevar los asuntos sobre salud y desarrollo comunitario a la agenda local

Herramienta 1: Principios básicos de comunicación para avanzar en su asunto

En cualquier plan para lograr que un tema de desarrollo y salud comunitaria entre en la agenda local, la comunicación efectiva es imprescindible. Aquí reproducimos algunos principios básicos.

Aprenda y siga las reglas de la comunicación.

El material en el cuadro siguiente está tomado de la sección Promoviendo conciencia e Interés a través de la comunicación, el cual traza un cuadro completo de una campaña de comunicación.

  • La comunicación es un camino de dos vías. Usted debe asegurarse de que su audiencia entienda lo que su mensaje pretende transmitir. Hay varios temas que pueden generar dificultades aquí.
    • Idioma. ¿Está el mensaje en un idioma que la gente puede entender? La comunicación efectiva puede requerir poner su mensaje en un idioma diferente si ese idioma es el de la comunidad objetivo o puede significar asegurarse de que el mensaje está en un lenguaje claro y sencillo.
    • Comunicación no-verbal. El lenguaje corporal, el tono y la timbre de voz y la vestimenta envían mensajes por sí mismos sobre a quién se pretende llegar. Si usted está usando imágenes (en fotografías, música o videos) ¿su audiencia se reconocerá e identificará con ellas inmediatamente?
    • Cultura. Diferentes culturas se comunican de maneras distintas, por lo tanto se debe entender la cultura de la audiencia para comunicarse de manera efectiva. Por ejemplo, mirar hacia las personas o evitarlas tienen diferentes significados en diferentes culturas. Es importante ser sensible culturalmente para poder darse a entender sin ofender.
  • La comunicación debe ser accesible. No importa cuán creativo y potencialmente efectivo sea el mensaje, no sirve de mucho si la audiencia no está expuesta a él. Se debe colocar donde el publico pueda recibirlo.
  • La comunicación debe ser notoria. Incluso después de que el mensaje ha sido ubicado en el canal correcto, deberá tener ciertas características que lo ayudarán a traspasar las barreras de los mensajes que bombardean a todo el mundo diariamente. La gente no sólo tiene que estar expuesta, sino también debe poner atención a esto para que tenga efecto.

Use los cuatro elementos de los mensajes efectivos:

  • Canales. Se debe poner el mensaje donde la gente vaya a verlo o escucharlo. Eso significa usar los lugares, medios de comunicación, agencias, material de lectura y la gente a la cual los miembros de la comunidad frecuentan o le prestan atención. En una comunidad hispana, por ejemplo, se podría poner el mensaje en la estación de radio en español, en el periódico mensual del vecindario hispanoparlante, en los mercados hispanos, en las iglesias, en clubes e instituciones hispanos, etc.
  • Diseño. El mensaje, ya sea que tenga que ser visto, oído o entregado en persona, debe ser diseñado para atrapar la atención de la audiencia, ser apropiado para el tema, transmitir exactamente lo que se desea comunicar y quedarse después en la mente de la audiencia. Eso puede significar utilizar colores brillantes o fotografías en un cartel, una imagen inusual o impactante, un mensaje de radio acompañado de música pegajosa, humor o una frase inteligente…cualquier parte de esto o todo puede servir para hacer el mensaje memorable.

Tenga cuidado de querer ser demasiado listo. Algunos anuncios de televisión (los que se muestran durante los Juegos Olímpicos parecen particularmente susceptibles) son ingeniosos, divertidos de ver, conmovedores, memorables…pero no dicen realmente qué es lo que anuncian. La gente podrá recordar ese anuncio durante años, pero no tendrá idea de qué producto o servicio trataba de venderle.

  • Portavoces. Si se usan anuncios de radio o televisión o si se le está pidiendo a la gente en la comunidad que realice declaraciones públicas o charlas sobre el problema, asegúrese de que la gente que hablará sobre el problema sea respetada por la audiencia y tenga credibilidad en relación al asunto mismo. El jefe de bomberos puede ser un gran hombre, pero eso no lo hace un conocedor en el tema de embarazos de adolescentes, a menos que haya tenido una experiencia de primera mano y esté dispuesto a hablar al respecto. Un adicto recuperado puede tener mayor credibilidad en problemas de drogas que un líder de negocios vestido de traje.

Temas y valores familiares. Es necesario tratar de enviar el mensaje en términos con que las personas estén familiarizadas, especialmente si el problema que se está discutiendo no les es conocido. Empezar a dar un mensaje acerca de la violencia juvenil con la declaración de un valor que la mayoría de los padres creen compartir (“Todos nosotros queremos que nuestros hijos crezcan seguros y sanos”) es una manera de llamar la atención de la gente y hacerlos simpatizar con lo que sigue. Usar un entorno universalmente reconocido (“La escuela es para aprender…”) es otra manera de lograr los mismos objetivos.

Esté consciente de las cuatro barreras más comunes de una efectiva campaña de comunicación y planee contrarrestarlas:

  • Ignorancia. La gente nunca ha escuchado o sabido nada sobre el problema, y por lo tanto, no puede responder al mensaje.
  • Desatención selectiva. La gente se siente tan bombardeada con tantos mensajes- anuncios, publicidad en la radio y televisión, carteles, etc. – que elimina cualquiera que no sea de su interés inmediato o que no la atrape de alguna manera.
  • Falta de exposición selectiva. La gente simplemente evita los canales o mensajes que consideran "no para ellos" o perturbadores. La gente a quien no le gusta la música clásica probablemente no escuche la radio pública, por ejemplo. La gente a quien le afecta ver sangre no presenciaría procedimientos quirúrgicos, ni siquiera leería una publicación médica.
  • Reservas culturales, religiosas o morales. Si el mensaje entra en conflicto con la visión del mundo de la gente, se enfrentará una dificultad muy grande para convencerlos de la importancia del asunto. Mucha gente rechaza la educación sexual por motivos religiosos o morales, por ejemplo, aunque algunas investigaciones han demostrado repetidamente que tal educación reduce, en lugar de alentar, el embarazo y la actividad sexual entre adolescentes.