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¿Qué es la evaluación participativa?
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¿Por qué (y por qué no) usaría usted la evaluación participativa?
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¿Cuándo usaría la evaluación participativa?
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¿Quiénes deben involucrarse en la evaluación participativa?
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¿Cómo se dirige a una evaluación participativa?
Los constructores de comunidad con experiencia saben que involucrar a las personas interesadas – las personas que están directamente conectadas a sus proyectos y que son afectadas por ellos – en su trabajo es tremendamente importante. Eso les da la información que necesitan para diseñar, y para ajustar o cambiar, lo que ellos hacen para conocer mejor las necesidades de la comunidad y de las poblaciones particulares, que una intervención o iniciativa se supone que beneficia. Esto es particularmente cierto en relación con la evaluación.
La investigación participativa basada en la comunidad, la cual, como explicamos, puede ser empleada en la descripción de una comunidad, valorando los problemas y necesidades de la misma, encontrando y escogiendo las mejores prácticas, y/o evaluación. Consideramos que el tópico de la evaluación participativa es lo suficientemente importante como para darle una sección propia, y para mostrar cómo ésta se adapta dentro del gran cuadro investigativo de la participación.
Es una buena idea construir participación por parte de los interesados en un proyecto desde el principio. Una de las mejores formas de escoger la dirección apropiada para su trabajo es involucrando a las personas interesadas en la identificación real de las necesidades de la comunidad, y en las formas en las que un proyecto tendrá el mayor impacto. Una de las mejores maneras para averiguar cuáles efectos tendrá su trabajo en la gente, es hacerlo dirigido de forma que se les incluya en la recepción final de información o servicios o apoyo en su equipo de evaluación.
Con frecuencia, usted podrá ver mejor qué es lo que en realidad acontece a través de los ojos de aquellos directamente involucrados– participantes, personal, y otros que están involucrados en tomar parte y sobrellevar el programa, iniciativa u otro proyecto. En la Investigación de acción participativa basada en la comunidad, se discutió cómo es posible involucrar a las personas para dirigir una investigación en una comunidad y para escoger problemas que puedan ser tratados y las direcciones para seguir adelante con los mismos. Esta sección trata acerca de cómo puede involucrarlos en todo el ámbito del proyecto, incluyendo la evaluación, y cómo es entonces probable que ésto beneficie los resultados finales del proyecto.
¿Qué es la evaluación participativa?
Cuando la mayoría de las personas piensa en una evaluación, piensa en algo que ocurre al final de un proyecto – que mira hacia el proyecto después de que éste ha terminado y decide si fue bueno o no. La evaluación necesita ser, de hecho, una parte integral del proyecto desde un inicio. La evaluación participativa involucra a todas las personas interesadas en un proyecto – aquellos directamente afectados por él o por llevarlo a cabo – en una contribución para entenderlo, y como solicitud de que el entendimiento es importante para la mejora del trabajo.
La evaluación participativa, como todos podemos ver, no es simplemente una cuestión de pedirles a aquellas personas interesadas que tomen parte. El involucrar a todos los afectados cambia la naturaleza absoluta del proyecto, de algo hecho para un grupo de personas o comunidad a una asociación entre los beneficiarios y los implementadores del proyecto. Más que personas imposibilitadas sobre las cuales se actúa, los beneficiarios se convierten en los copilotos de un proyecto, asegurando que sus necesidades reales y aquellas de la comunidad sean reconocidas y tratadas. Evaluadores profesionales, personal del proyecto, beneficiarios del proyecto o participantes, y otros miembros de la comunidad pueden convertirse en colegas en un esfuerzo para mejorar la calidad de vida de la comunidad.
Esta aproximación para el planeamiento y evaluación no es posible sin confianza y respeto mutuos. Éstos deben desarrollarse con el tiempo, pero ese desarrollo es mucho más probable si se comienza con una comprensión de la cultura y costumbres locales – ya sea que se esté trabajando en un país en vías de desarrollo o en un vecindario urbano norteamericano. Respetar a los individuos y sus conocimientos y destrezas es un largo camino paralelo a promover la confianza a largo plazo y la participación.
El otro aspecto necesario en cualquier proceso participativo es el entrenamiento adecuado de todos los involucrados. Algunos interesados pueden ni siquiera estar conscientes de que la investigación del proyecto se está llevando a cabo; otros pueden no tener idea de cómo trabajar junto a personas de diferente procedencia; y aún puede haber otros que desconozcan qué hacer con los resultados de una evaluación una vez que ya los tienen. Discutiremos todos esos aspectos – participación de los interesados, establecimiento de confianza y entrenamiento – conforme se avanza en la sección.
El propósito real de una evaluación es no sólo descubrir lo que pasó, sino también usar la información para hacer un mejor proyecto. Para lograr esto, la evaluación debe incluir la revisión de al menos dos de las siguientes áreas:
- Proceso. El proceso de un proyecto incluye el planeamiento y las actividades logísticas necesarias para montarlo y llevarlo a cabo. ¿Tuvimos una asesoría previa apropiada de forma que supiéramos cuáles eran las necesidades reales? ¿Usamos los resultados de esa asesoría para identificar y responder a aquellas necesidades en el diseño del proyecto? ¿Diseñamos y llevamos a cabo el proyecto dentro de los horarios y otras estructuras que pretendíamos? ¿Involucramos a las personas que queríamos? ¿Tenemos o conseguimos los recursos que esperábamos? ¿Fueron, el personal y otros, entrenados y preparados para hacer el trabajo? ¿Tuvimos el apoyo comunitario que esperábamos? ¿Registramos lo que hicimos con precisión y a tiempo? ¿Monitoreamos y evaluamos según pretendíamos?
- Implementación. La implementación de un proyecto es el trabajo que se tiene cuando se realiza el proyecto. ¿Hicimos lo que queríamos? ¿Servimos o afectamos al número de personas que nos propusimos? ¿Usamos los métodos que habíamos planeado usar (por ejemplo, proveímos el número de horas de servicio que pretendíamos)? ¿Alcanzamos la(s) población(es) a la(s) cual(es) nos dirigimos? ¿Qué fue exactamente lo que hicimos o les dimos? ¿Hicimos cambios intencionales o sin intención, y por qué?
- Resultados. Las consecuencias de un proyecto son sus resultados – lo que realmente ocurrió como consecuencia de la existencia del proyecto. ¿Nuestro trabajo tuvo el efecto que esperábamos? ¿Tuvo otros efectos imprevistos? ¿Fueron éstos positivos o negativos (o ninguno de ellos)? ¿Sabemos por qué obtuvimos esos resultados? ¿Qué podemos cambiar, y cómo, para que nuestro trabajo sea más efectivo?
Muchos de los que escriben sobre la evaluación participativa combinan las dos primeras áreas en el proceso de evaluación, y añaden una tercera – evaluación del impacto – en adición a la evaluación de los resultados. La evaluación del impacto mira los resultados a largo plazo de un proyecto, ya sea que el proyecto continúe o que su trabajo finalice.
Los proyectos de desarrollo rural en el mundo en vías de desarrollo, por ejemplo, con frecuencia existen simplemente para pasarle a las personas locales algunas habilidades específicas, que se espera practiquen y enseñen a los demás luego. Una vez que las personas han aprendido las destrezas, – tal vez técnicas particulares de cultivo, o de purificación del agua – el proyecto termina. Si en cinco o diez años de cultivo, una evaluación del impacto muestra que las habilidades que enseñó el proyecto no sólo se siguen practicando correctamente sino que además se han esparcido, entonces el impacto del proyectofue a largo plazo y positivo.
Para cubrir de forma apropiada esas áreas, la evaluación tiene que comenzar al verdadero inicio del proyecto, con asesoría y planeamiento. En una evaluación participativa, las personas interesadas deben involucrarse en:
- Nombrar y enmarcar el problema o meta que se va a dirigir.
- Desarrollar una teoría de práctica (proceso, modelo logístico) para alcanzar el éxito.
- Identificar las preguntas sobre el proyecto a utilizar y las mejores formas de preguntarlas. Esas preguntas van a identificar el propósito del proyecto, y por lo tanto, lo que de él deba ser evaluado.
¿Cuál es la meta real, por ejemplo, de un programa para introducir comidas más saludables en las meriendas escolares? Puede ser simplemente el convencer a los niños para que coman más frutas, vegetales, y granos enteros. Puede ser el hacer que consuman menos comida “chatarra”. Puede ser el animarlos a perder peso si son niños con sobrepeso u obesos. Puede ser simplemente el educarlos sobre alimentación saludable, y persuadirlos a que sean más aventureros a la hora de comer.
La preguntas evaluativas que usted puede preguntar reflejan y determinan sus metas para el programa. Si usted no mide la pérdida de peso, por ejemplo, entonces claramente eso no es a lo que se está dirigiendo. Si usted sólo mira el incremento en el consumo de comidas saludables por parte de los niños, está ignorando el hecho de si ellos no disminuyeron en algo más (comida “chatarra”, por ejemplo), entonces ellos simplemente aumentarán de peso. ¿Es eso aún mejor que no comer las comidas saludables? Conteste esa pregunta según lo que usted decidió examinar – si es mejor, puede no importarle qué más están comiendo los niños; y si no, entonces sí le importará.
- Recolectar información sobre el proyecto.
- Darle sentido a esa información.
- Decidir qué festejar, y qué ajustar o cambiar, basados en la información de la evaluación.
¿Por qué (y por qué no) usaría usted la evaluación participativa?
¿Por qué usaría la evaluación participativa? La respuesta corta es que, con frecuencia, es la forma más efectiva de averiguar lo que usted necesita saber, tanto al inicio como durante el curso del proyecto. Además, conlleva beneficios tanto para los participantes individuales como para la comunidad que otros métodos no permiten. Algunas de las mayores ventajas de la evaluación participativa son:
- Le da una mejor perspectiva sobre las necesidades iniciales de los beneficiarios del proyecto así como de sus efectos posteriores. Si los interesados, incluyendo a los beneficiarios del proyecto, están involucrados desde el inicio en determinar qué necesidades deben ser evaluadas y por qué – sin mencionar cuál debe ser el centro del proyecto – usted tendrá mayor probabilidad de dirigir su trabajo en la dirección correcta, para determinar con certeza si su proyecto es efectivo o no, y para entender cómo cambiarlo en aras de hacerlo mejor.
- Le puede brindar información que de otra forma no conseguiría. Cuando la dirección y evaluación de un proyecto dependen, al menos en parte, de información sobre gente de la comunidad, esa información será con frecuencia más abierta si es preguntada por alguien familiar. Personas de la comunidad que entrevistan a sus amigos y vecinos pueden obtener información que a una persona externa no se le ofrecería.
- Le dice qué funcionó y qué no desde la perspectiva de aquellos que están más directamente involucrados – beneficiarios y personal. Los que implementan el proyecto y los que son afectados directamente por él son más capaces de distinguir lo efectivo de lo poco efectivo.
Un marco para el estudio participativo basada en la comunidad
- Le puede decir por qué algo funciona o no. Los beneficiarios son con frecuencia capaces de explicar exactamente por qué ellos no respondieron a una aproximación o técnica en particular, dándole a usted una mejor oportunidad de ajustarla bien.
- Resulta en un proyecto mucho más efectivo. Debido a las razones recién descritas, usted se encuentra mucho más apto para empezar en la dirección correcta, y para saber cuándo necesita cambiar de dirección si no lo ha hecho. La consecuencia es un proyecto que trata los problemas apropiados en la forma apropiada, y logra lo que se propuso hacer.
- Autoriza a las personas interesadas. La evaluación participativa le da a quienes con frecuencia no so consultados – personal directivo y beneficiarios, particularmente – la oportunidad de ser socios totales en la determinación de la dirección y efectividad de un proyecto.
- Le puede proveer una voz a quienes con frecuencia no son escuchados. Los beneficiarios del proyecto son por lo general personas de bajos ingresos con un nivel relativamente bajo de educación, quienes rara vez tienen – y que muchas veces no piensan que tienen el derecho – la oportunidad de hablar por sí mismos. Al involucrarlos desde un principio en la evaluación del proyecto, usted se asegura que sus voces sean escuchadas, y que ellos tienen la habilidad y el derecho de hablar por sí mismos.
- Le enseña habilidades que pueden usarse en el trabajo y otras áreas de la vida. Además del desarrollo de destrezas básicas y capacidades específicas de investigación, la evaluación participativa estimula el pensamiento crítico, la colaboración, la solución de problemas, acción independiente, lidiar con fechas límites…todas las habilidades valoradas por los empleadores, y útiles en la vida familiar, la educación, la participación ciudadana y otras áreas.
- Refuerza la confianza en sí mismo y la autoestima en aquellos que puedan tener poco de cualquiera de ambas. Esta categoría puede incluir no sólo a los beneficiarios de un proyecto, sino también a otros que tal vez, por sus circunstancias, puedan tener pocas razones para creer en su propia estima y valor para la sociedad. La oportunidad para comprometerse en una actividad con verdadero significado y que sea también un reto, y el ser tratado como un colega por profesionales, puede hacer una gran diferencia para aquellos que rara vez se acreditan respeto o se dan una oportunidad para probarse a así mismos.
- Le demuestra a las personas, las formas en las que pueden tomar mayor control de sus vidas. Trabajar con profesionales y otros para completar una tarea compleja con consecuencias en la vida real puede mostrarle a las personas cómo pueden tomar acción para influenciar gente y situaciones.
- Estimula la posesión del proyecto por parte de los interesados. Si aquellos involucrados sienten el proyecto como propio, más que algo impuesto sobre ellos por otros, trabajarán duro tanto en su implementación y como en la conducción y evaluación minuciosa para mejorarlo.
- Puede encender la creatividad en todos los involucrados. Para aquellos que nunca han estado involucrados en algo similar, una evaluación participativa puede ser una revelación, abriendo puertas a una nueva forma de pensar y ver el mundo. Para aquellos que ya han participado de una evaluación anteriormente, la oportunidad de intercambiar ideas con gente que pueda tener nuevas formas de ver lo que es familiar, puede llevarlos a una perspectiva fresca en lo que puede haber parecido un problema resuelto.
- Fomenta el trabajo colaborativo. Para que la evaluación participativa funcione bien, ésta debe ser vista por todos los involucrados como una colaboración, en donde cada participante da herramientas específicas al esfuerzo, y todos son valorados por lo que pueden contribuir. La colaboración de este tipo no sólo conlleva a las varias ventajas descritas antes, sino que también promueve un espíritu más colaborativo para el futro también, conduciendo a otros proyectos comunitarios exitosos.
- Se adapta al esfuerzo para una mayor participación. Cuando la asesoría comunitaria y el plan de un proyecto han sido una colaboración entre los beneficiarios del proyecto, personal, y miembros de la comunidad, tiene completo sentido incluir a la evaluación en el proyecto global, y enfocarlo en la misma forma que se ha hecho con el resto del proyecto. Para conducir una buena evaluación, su planeamiento debe ser parte del planeamiento total del proyecto. Más aún, el proceso participativo generalmente se acopla bien con la filosofía de grupos u organizaciones basados en la comunidad o de nivel local.
Junto con todos los aspectos positivos, la evaluación participativa acarrea algunos aspectos negativos también. Ya sea que las desventajas pesen más que las ventajas, dependerá de sus circunstancias, pero al decidir si se va a comprometer con él o no, es importante que entienda qué tipos de reveses puede tener. Las desventajas significativas de la evaluación participativa incluyen:
- Toma más tiempo que un proceso convencional. Debido a que hay tantas personas involucradas que tienen sus propias perspectivas, un número de las cuales nunca han tomado parte en planear o evaluar antes, todo toma más tiempo que si un evaluador profesional o un equipo familiarizado simplemente se hiciera cargo de dirigir todo. La toma de decisiones involucra a una gran sesión de discusión, reunir a personas puede ser difícil, se necesita entrenar a los evaluadores, etc.
- Requiere el establecimiento de confianza entre todos los participantes del proceso. Si usted está empezando algo nuevo (o, todo demasiado repentino, aún si el proyecto está en marcha), hay probabilidad de que haya problemas de distinción de clases, diferencias culturales, etc., dividiendo grupos de personas interesadas. Éstas pueden llevar a obstáculos y retrasos hasta que sean resueltas, lo cual no sucederá de la noche a la mañana. Tomará algún tiempo y una buena parte de esfuerzo consciente antes de que todas las personas interesadas se sientan cómodas y confiadas de que sus necesidades y cultura están siendo tomadas en cuenta.
- Usted debe asegurarse de que todos están involucrados, no sólo los “líderes” de varios grupos. Con mucha frecuencia, el término "participativo" significa la participación de una estructura de poder ya existente. La mayoría de los líderes son en realidad – personas que tienen la mayor preocupación por los intereses del grupo, y en quienes otros confían para que los representen y los encaminen en la dirección que mejor refleja esos intereses. A veces, sin embargo, líderes son aquellos que se empujan a sí mismos hacia el frente, y tratan de confirmar su propia importancia al decirle a los demás qué hacer.
Al involucrar solamente a líderes de una población o una comunidad, usted corre el riesgo de perder – o nunca ganar – la confianza y perspectiva del resto de la población, lo que puede disgustar y hacer desconfiar a un líder del segundo tipo, o simplemente hacer que se vean fuera del proceso. Ellos pueden ver a la evaluación participativa como una función de autoridad, y no estar interesados en tomar parte de ella. Trabajar para reclutar a gente "regular" así como, o lugar de, líderes puede ser un paso importante para la credibilidad del proceso. Pero es mucho trabajo y puede ser difícil de proponer.
- Usted tiene que entrenar a las personas para que entiendan la evaluación, y cómo funciona el proceso participativo, así como enseñarles técnicas básicas de investigación. Realmente, hay un número de potenciales desventajas aquí. La más obvia es la del tiempo, el cual ya hemos discutido – el entrenamiento lleva tiempo para ser preparado, tiempo para implementar, y tiempo para consumirse en el proyecto. Otra es la pregunta de: ¿qué tipo de entrenamiento servirá para que los participantes respondan a él? Aún hay otra preocupación sobre el reclutamiento - ¿estará la gente dispuesta a poner de su tiempo para prepararse para el proceso, dejando de lado el tiempo para el proceso como tal?
- Usted necesita que los participantes le “compren” la idea y que se comprometan. Una vez dado lo que los evaluadores tendrán que hacer, ellos necesitan estar comprometidos con el proceso, y sentir como si fuera de ellos. Usted debe estructurar tanto el entrenamiento como el proceso en sí para atraer este compromiso.
- Los factores personales – enfermedades, cuidado de los niños, problemas de pareja, intromisión de los demás, etc. - pueden causar retrasos o bien, interponerse en la evaluación. La gente pobre de todos los lugares vive en el límite, lo que significa que están atados a un delicado acto de equilibrio. La mínima inclinación a un lado o al otro – un hijo enfermo, demasiados días seguidos de lluvia – pueden causar una ruptura que puede resultar en la incapacidad para participar cierto día, o para participar del todo. Si usted está lidiando con una aldea rural que depende de la agricultura, por ejemplo, un accidente climático puede desviar todo el proceso, ya sea temporalmente o permanentemente.
- Usted puede requerir ser creativo al obtener, registrar y reportar información. Si algunos de los participantes de una evaluación son analfabetos o semi-analfabetos, o si los participantes hablan un número de idiomas diferentes (Inglés, Español y Lao, por ejemplo), una forma de registrar información será buscar el que todos puedan entender, y que puedan, al revés, ser entendidos por otros fuera del grupo.
- Los financiadores o hacedores de políticas pueden no entender o creer en la evaluación participativa. En el peor de los casos, esto puede hacerle perder su financiamiento, o la oportunidad de aplicar para financiamiento. En el mejor escenario, usted tendrá que emplear una buena cantidad de tiempo y esfuerzo para convencer a los financiadores y hacedores de políticas que la evaluación participativa es una buena idea, y obtener apoyo por su esfuerzo.
Algunas de estas desventajas pueden ser vistas como ventajas: el entrenamiento de las personas se combina con el desarrollo de nuevas destrezas que pueden ser transferidas a otras áreas de la vida, por ejemplo; inventar formas creativas para expresar ideas beneficia a todos; una vez que los financiadores y los hacedores de políticas hayan sido persuadidos con los beneficios del proceso y evaluación participativos, éstos pueden fomentar a otros a que los usen también. No obstante, todos esos potenciales aspectos negativos consumen tiempo, que puede ser crucial. Si es absolutamente necesario que las cosas sucedan rápido (lo cual no es cierto tantas veces, como pensamos la mayoría), la evaluación participativa probablemente no sea la manera de proseguir.
¿Cuándo se puede utilizar la evaluación participativa?
Entonces, ¿Cuándo se puede utiizar la evaluación participativa? Algunas de las razones por las cuales podrá decidir que es la mejor opción para sus propósitos:
- Cuando ya se ha comprometido con un proceso participativo para su proyecto. El planeamiento de su evaluación puede ser incluido y diseñado colaborativamente como parte del plan general del proyecto.
- Cuando tenga el tiempo, o cuando los resultados sean más importantes que el tiempo. Esto debería ser obvio desde la última parte de esta sección, uno de los reveses más grandes de la evaluación participativa es el tiempo que conlleva. Si el tiempo no es lo más importante, usted puede ganar las ventajas de una evaluación participativa sin tener que compensar muchas de las desventajas.
- Cuando pueda convencer a los financiadores de que es una buena idea. Los financiadores pueden especificar que ellos quieren una evaluación externa, o que simplemente tiene dudas acerca del valor de una evaluación participativa. En cualquiera de los casos, usted puede tener a algunos persuadiendo para hacer posible el uso de un proceso participativo. A los financiadores les gusta el hecho de que la evaluación participativa es con frecuencia menos cara, y que tiene un valor agregado en la forma en que otorga y transmite habilidades.
- Cuando pueda haber problemas en la comunidad o en la población, que evaluadores externos (proveedores del programa, por ejemplo), probablemente no noten. Factores políticos, sociales e interpersonales en la comunidad pueden sesgar los resultados de una evaluación, y sin la comprensión de esos factores y su historia, los evaluadores pueden no tener idea de que lo que están averiguando está alterado en cualquier forma. Los evaluadores que son parte de la comunidad pueden ayudar a separar la influencia de esos factores, y de esta manera, dar con una evaluación más acertada.
- Cuando necesite información que sea difícil de conseguir para cualquiera externo a la comunidad o a la población. Cuando usted sabe que los miembros de la comunidad o de la población en cuestión se rehúsan a hablar libremente con cualquiera externo, la evaluación participativa es una forma de aumentar las posibilidades de obtener la información que necesita.
- Cuando parte de la meta el proyecto sea darles autoridad a los participantes y ayudarlos a desarrollar habilidades transmisibles. Aquí, la evaluación participativa, como debe en cualquier caso, se convierte en parte del proyecto como tal y de sus metas.
- Cuando quiere unir a la comunidad o a la población. Además fomentar un espíritu colaborativo, como hemos mencionado, una evaluación participativa crea oportunidades para las personas que normalmente tienen poco contacto en el trabajo para que se conozcan. Esta familiaridad puede llevarse a otros aspectos de la vida comunitaria, e incluso cambiar el carácter social de la comunidad a un largo plazo.
¿Quiénes deben involucrarse en una evaluación participativa?
Nos hemos referido continuamente a los interesados – las personas que son directamente afectadas por el proyecto mientras el proyecto está siendo evaluado. ¿Quiénes son los interesados? Eso varía de proyecto a proyecto, dependiendo del enfoque, el financiamiento, la intención de los resultados, etc. Hay un número de grupos que generalmente están involucrados, sin embargo:
- Participantes o beneficiarios. Las personas para las cuales se espera beneficio del proyecto. Puede haber un grupo específico (personas con alguna condición médica, por ejemplo), una población particular (inmigrantes recientes del sureste de Asia, residentes de un área particular), o toda una comunidad. Pueden estar recibiendo activamente un servicio (como ejemplo, entrenamiento laboral) o simplemente estar para beneficiarse de lo que esté haciendo el proyecto (prevención de la violencia en un vecindario dado). Éstos son usualmente los sujetos con la mayor apuesta en el éxito del proyecto, y con frecuencia, los que tienen la menor experiencia de evaluación.
- Personal directivo y/o voluntarios. Las personas que en realidad hacen el trabajo de llevar a cabo el proyecto. Puede haber profesionales, personas con destrezas específicas, o voluntarios de la comunidad. Pueden trabajar directamente con los beneficiarios del proyecto como mentores, maestros, o proveedores del cuidado de la salud; o pueden abogar por derechos inmigrantes, identificar espacios abiertos para ser preservados, o contestar el teléfono y llenar sobres. Quienquiera que sean, por lo general saben más sobre lo que están haciendo que cualquier otra persona, y sus vidas pueden verse afectadas por el proyecto tanto como aquellos que son participantes o beneficiarios.
- Administradores. La personas que coordinan el proyecto o aspectos específicos de éste. Como el personal directivo y los voluntarios, ellos saben mucho acerca de lo que ocurre, y cada día están íntimamente involucrados con el proyecto.
- Evaluadores externos, si estuviesen involucrados. En muchos casos, se contratan evaluadores externos para hacer evaluaciones participativas. La necesidad para hacerlos partícipes es obvia.
- Oficiales de la comunidad. Usted puede necesitar el apoyo de líderes de la comunidad, o simplemente quiere darles a ellos y a otros participantes, la oportunidad de conocerse mutuamente en un contexto que propicie un mejor entendimiento de las necesidades de la comunidad
- Otros cuyas vidas son afectadas por el proyecto. La definición de este grupo varía grandemente de proyecto a proyecto. En general, se refiere a personas cuyos trabajos u otros aspectos de sus vidas serán cambiados por el funcionamiento del proyecto como tal, o por sus resultados.
Un ejemplo serían los dueños de propiedades a quienes un potencial uso de sus tierras, les afectaría por una iniciativa ambiental o un plan de la comunidad.
¿Cómo dirigir una evaluación participativa?
La evaluación participativa abarca elementos de diseño del proyecto como de evaluación del mismo. Lo que usted evalúa depende de lo que quiere saber y de lo que está tratando de hacer. Identificar las verdaderas preguntas evaluativas establece el curso de un proyecto de forma tan segura como las guías de instrucción de un programa de prueba estandarizado. Cuando esas preguntas salen de un asesoría en la que los interesados estuvieron involucrados, la evaluación sería de una fase dentro del proceso investigativo basado en una comunidad.
Una evaluación participativa en realidad tiene dos estados: Uno comprende el hallar y entrenar a las personas interesadas para que actúen como evaluadores participativos. El Segundo – algunos de los cuales pueden ocurrir antes o durante el primer estado – abarca el planeamiento e implementación del proyecto y su evaluación, e incluye seis pasos:
- Nombrar y enmarcar el problema.
- Desarrollar una teoría práctica para dirigirlo.
- Decidir cuáles preguntas hacer, y cómo preguntarlas para obtener la información que usted necesita.
- Colectar información.
- Analizar la información que ha colectado.
- Utilizar esa información para festejar lo que funcionó, y para ajustar y mejorar el proyecto.
Vamos a examinar cada uno de los estados en detalle.
Encontrar y entrenar a los interesados para que actúen como evaluadores participativos.
Desafortunadamente, este estado no es simplemente una cuestión de anunciar una evaluación participativa y luego sentarse mientras las personas le golpean la puerta para formar parte de ella. De hecho, puede ser uno de los aspectos más difíciles al dirigir una evaluación participativa.
Aquí es donde la construcción de la confianza que discutimos antes entrar al juego. La población con la cual está trabajando puede ser desconfiada a los externos, o puede estar acostumbrada a promesas de participación que resultan ser huecas o que simplemente son ignoradas. Ellos pueden estar acostumbrados a ser ignorados en general, y/o los servicios y programas ofrecidos no responden a las necesidades reales. Si usted no ha construido una confianza al punto en donde la gente está dispuesta a creerle que va a seguir firmemente en lo que dijo, ahora es el momento para hacerlo. Esto puede tomar tiempo y esfuerzo – usted debe poder demostrar que aún estará allí en seis meses – pero vale la pena. Está usted más propenso a tener un proyecto exitoso, sin mencionar una evaluación exitosa, si tiene una relación de confianza y respeto mutuo.
Pero asumamos que usted tiene ese paso ganado, y que ha establecido buenas relaciones en la comunidad y entre la población con la cual trabaja, así como con el personal del proyecto. Asumamos también que estas personas saben muy poco, tal vez nada, sobre la evaluación participativa. Eso significa que necesitarán entrenamiento con el objeto de ser efectivos.
Si, de hecho, su evaluación es apenas una parte de un esfuerzo participativo mayor, la pregunta que sale a relucir es la de si simplemente se emplea al mismo equipo que hizo las asesorías y/o planeó el proyecto, tal vez con algunas adiciones, como los evaluadores. Ese curso de acción tiene tanto puntos a favor como en contra. El equipo ya está dispuesto, ha desarrollado un método para trabajar juntos, tiene algún entrenamiento en técnicas de investigación, etc., de forma que pueden dar en el clavo– obviamente es un punto a favor.
El hecho de que ellos tengan una gran apuesta en ver al proyecto ser exitoso puede funcionar de cualquiera de estas formas: pueden interpretar sus hallazgos a la mejor luz posible, e incluso ignorar información negativa; o pueden estar ansiosos al ver dónde y cómo ajustar el trabajo para darle una mejor dirección.
Otro asunto puede ser el estar agotado. La evaluación significará más tiempo en adición al tiempo que el equipo de asesoría y planeamiento ya ha puesto. Mientras algunos estén más que dispuestos a continuar, muchos pueden estar listos para un receso (o van en dirección a otra fase de sus vidas). Si la posibilidad de ensamblar un nuevo equipo existe, esto le dará la oportunidad de retirarse agradecidos a los que ya han tenido suficiente.
Cómo maneje usted esta pregunta dependerá de las actitudes de aquellos involucrados, cuántas personas usted realmente tendrá que (si el reclutamiento del equipo original fue muy dificultoso, tal vez no tenga muchas opciones), y de cuáles personas se han comprometido.
Reclutar a evaluadores participativos
Hay muchas maneras de lograr esto. En algunas situaciones, tiene más sentido colocar un aviso general para voluntarios; en otras, será mejor enfocarse en buscar a individuos específicos que tienen probabilidad- debido a su compromiso con el proyecto o con la población – de ser partícipes. De forma alternativa, usted puede pedirles a los líderes comunitarios o a los interesados que sugieran posibles evaluadores.
El reclutamiento se trata en un número de espacios en la organización Community Tool Box. Una introducción a las herramientas. Algunos títulos básicos incluyen:
- Usar canales y estilos de comunicación que lleguen a las personas que usted quiere dirigirse.
- Hacer su mensaje lo más claro posible.
- Usar un lenguaje sencillo y que sea el que la población utilice.
- Ponga su mensaje donde está la audiencia.
- Aproxímese a potenciales participantes de forma individual cuando le sea posible. Si usted puede encontrar a personas que ellos conocen para que le ayuden a reclutarla, mucho mejor.
- Explique lo que las personas pueden ganar por su participación.
- Sea claro en que se les está pidiendo que participen porque ellos ya tienen las cualidades que son necesarias para la participación.
- Anime a la gente, pero también sea honesto sobre la cantidad y extensión de lo que necesita hacerse.
- Trabaje con los participantes sobre lo que ellos están dispuestos a colaborar y capaces de hacer.
- Trate de arreglar un apoyo - cuidado de los niños, por ejemplo - para hacer más fácil la participación.
- Pida a la gente que ha reclutado que le recomiende – o reclute – a otros.
En general, es importante que los potenciales evaluadores participativos – particularmente aquellos cuya conexión con el proyecto no está relacionado con su contratación para el trabajo – entiendan el compromiso que involucra. Una evaluación tiene más probabilidad de durar un año, a menos que el proyecto sea considerablemente más breve que eso, y aunque usted pueda esperar o planear algunos desertores, la mayoría del equipo necesita estar disponible por ese período.
Para hacer que el compromiso sea más fácil, discuta con los participantes qué tipo de apoyo necesitarán para cumplir a cabalidad con el compromiso – cuidado de los niños y transporte, por ejemplo – y tratar de buscar formas de proveerlo. Arregle reuniones en horas y lugares que sean más cómodas para ellos (y mantenga el número de reuniones al mínimo). Para los participantes que son pagados como personal directivo, la evaluación debe ser considerada como parte de su trabajo regular, de forma que no es un extra sin paga o una carga que sientan que no pueden rechazar.
Sea cuidadoso en tratar de reunir a un equipo que es una sección cruzada de la población interesada. Como ya hemos discutido, si usted recluta sólo a “líderes” de entre la población beneficiaria, por ejemplo, puede crear resentimiento en el resto del grupo, no obtener una perspectiva del pensamiento o percepción del grupo, y desafiar el propósito de la naturaleza participativa de la evaluación también. Aún si los líderes son buenos representantes del grupo, usted puede querer extender su reclutamiento en aras de desarrollar un mayor liderazgo comunal, y darles autoridad a aquellos que no siempre están dispuestos a hablar.
Entrenar a los evaluadores participativos
Los participantes, dependiendo de sus orígenes, pueden necesitar entrenamiento en un número de áreas. Pueden tener muy poca experiencia en atender y tomar parte en reuniones, por ejemplo, y pueden entonces empezar desde aquí. Pueden beneficiarse de una introducción a la idea de lo que es una evaluación participativa, y cómo funciona. Y con certeza precisarán de algún entrenamiento en manejo de datos y análisis.
La forma en cómo el entrenamiento será llevado va a variar con las necesidades y horarios de los participantes y el proyecto. Puede tomar lugar en pequeños pedazos a lo largo de un período relativamente extenso de tiempo – semanas o meses –, pueden suceder todos al mismo tiempo en el curso de un retiro de fin de semana, o pueden ser combinados. En esto no hay una forma correcta o incorrecta. La primera opción probablemente le de oportunidad de que más personas tomen parte; la segunda le permite a la gente conocerse y unirse como equipo, y la combinación puede dar paso a ambas posibilidades.
Para la misma muestra, hay muchos métodos de entrenamiento, cualquiera o todos de los cuales puede(n) ser útil(es) con un grupo en particular. El entrenamiento en habilidades de reunión – saber dónde y cómo contribuir y responder, discusiones posteriores, etc. – puede ser la mejor forma de lograrlo a través de la tutoría, antes que con instrucciones. Las habilidades de entrevista pueden aprenderse mejor a través del desempeño de un papel y otras técnicas experimentales. Algún entrenamiento – cómo aproximarse a gente local, por ejemplo – puede venir mejor desde los mismos participantes.
Algunas de las áreas en las cuales el entrenamiento pueda ser necesario son:
- El proceso de evaluación participativa. La forma como funciona la evaluación participativa, sus metas, los roles de las personas en el proceso, qué esperar.
- Habilidades para reuniones. Discusión posterior, habilidades de escucha, manejo de conflicto o desacuerdo, contribución y respuesta apropiadas, reglas generales de protocolo y etiqueta, etc.
- Entrevistar. Poner a la gente en comodidad, lenguaje corporal y tono de voz, hacer preguntas abiertas y continuas, registrar lo que las personas dicen y otra información importante, manejar las interrupciones y distracciones, entrevistar a grupos.
- Observación. La observación directa contra la observación participante, escoger tiempos y lugares apropiados para observar, información relevante a incluir, registrar las observaciones.
- Registrar información y reportarla al grupo. Lo que los entrevistados y observados dicen y hacen, y los mensajes no-verbales que envían, lo que son (edad, situación, etc.), cuáles fueron las condiciones, la fecha y la hora, y cualquier otro factor que ejerza influencia sobre la entrevista o la observación.
Para personas a las cuales escribir no les resulta cómodo, cuando escribir no sea viable, o cuando el idioma sea una barrera, debe haber métodos alternativos para el registro y reporte. Dibujos, mapas, diagramas, grabación de sonido, videos, u otra forma imaginativa para recordar exactamente lo que se dijo u observó puede ser substituido, dependiendo de la situación. En entrevistas, si la grabación de audio o video va a ser utilizada, es importante obtener la aprobación del entrevistado con anticipación – antes que el entrevistador llegue con el equipo, para que no haya malentendidos.
Analizando información. El pensamiento crítico, el tipo de cosas le dicen las estadísticas, otras cosas en las que hay que pensar. "¿Pero por qué?"
Planeando e implementando el proyecto y su evaluación
Aquí se asume que todas las fases del proyecto van a ser participativas, de forma que no sólo su evaluación, sino también su planeamiento y la asesoría que éste conlleva involucrando a los interesados (no necesariamente los mismos que actúan como evaluadores). Si los interesados no han sido involucrados desde un principio, ellos no tienen el entendimiento profundo de los propósitos y estructura de un proyecto que no han ayudado a formar. Los resultados de la evaluación, por lo tanto, pueden ser menos perceptivos – y entonces menos valiosos – que aquellos de un proyecto en el que han estado involucrados desde el inicio.
Nombrar y enmarcar el problema o meta que se va a tratar. Identificar lo que usted está evaluando define hacia dónde se supone que el proyecto va dirigido y lo que pretende lograr. Representantes de la comunidad e interesados, todos los que tienen algo que ganar o perder, trabajan juntos para desarrollar una visión y misión compartidas. Mediante la recolección de información sobre preocupaciones de la comunidad y la identificación de ventajas disponibles, las comunidades pueden entender en cuáles problemas enfocar un proyecto.
Nombrar y enmarcar un problema o meta se refiere a la identificación del problema que se necesita dirigir. Enmarcarlo tiene que ver con la forma en que lo vemos. Si la violencia juvenil es concebida estrictamente como un problema de aplicación de leyes, ese marco implica formas específicas para resolverlo: leyes más estrictas, aplicación de leyes más estricta, cero tolerancia a la violencia, etc. Si está enmarcado como una combinación de un número de problemas – disponibilidad de armas de fuego, desempleo y uso de drogas entre la juventud, problemas sociales que llevan a la formación de pandillas, alienación y desesperanza en poblaciones particulares, pobreza, etc. – entonces las soluciones pueden incluir: programas de generación de empleos y de recreación, tutorías, tratamiento de sustancias de abuso, etc., así como aplicación de leyes. Cuanto más conozcamos acerca del problema, y mientras haya más perspectivas diferentes que podamos incluir en nuestro pensamiento, más certeramente vamos a enmarcarlo, y más posibilidades de idear una solución efectiva.
Desarrollar una teoría práctica para dirigir el problema. ¿Cómo dirige usted el esfuerzo de una comunidad de forma que tenga una buena oportunidad de resolver el problema en cuestión? Muchas comunidades y organizaciones responden a esta pregunta lanzando el problema a programas descoordinados, o asumiendo que cierto enfoque (aplicación de leyes, como en nuestro ejemplo) se hará cargo de él. De hecho, usted tiene un plan para crear, implementar, evaluar, ajustar y mantener la solución si desea que funcione.
Como sea que llames al plan –una teoría de práctica, un modelo de lógica, o simplemente un enfoque al proceso– éste debe ser lógico, consistente, que considere todas las áreas que necesitan ser coordinadas para que funcionen, y que le de a usted un lineamiento general y una lista de pasos a seguir para sobrellevarlo.
Una vez que usted ha identificado un problema, como ejemplo, una posible teoría de la práctica puede ser:
- Formar una coalición de organizaciones, agencias y miembros de la comunidad preocupados por el problema.
- Reclutar y entrenar un equipo de investigación participativa que incluya representantes de todos los grupos de interesados
- El equipo colecta información de primera mano tanto estadística como cualitativa sobre el problema, e identifica ventajas comunales que puedan ayudar a dirigirlo.
- Utilizar la información que posee para diseñar una solución que tome en cuenta la complejidad y el contexto del problema
Éste puede ser un sólo programa o iniciativa, o un esfuerzo coordinado y comunal que involucra varias organizaciones, medios de comunicación e individuos. Si está más cerca de la última opción, ésa es parte de la complejidad que usted debe tomar en cuenta. La coordinación tiene que ser parte de su solución, así como las formas para evitar las barricadas burocráticas que puedan ocurrir y métodos para encontrar los recursos financieros y personales necesarios
- Implementar la solución.
- Llevar monitoreo y evaluación que le darán retroalimentación continua sobre qué tan bien está reuniendo a objetivos y que debe cambiar para mejorar su solución.
- Usar la información dada por la evaluación para ajustar y mejorar la solución.
- Retroceder a la parte "b" y hacer tanto como pueda de ello hasta que el problema se resuelva, o - mejor aún, como los problemas de muchas comunidades nunca desaparecen del todo – indefinidamente para mantener e incrementar sus ganancias.
Decidir cuáles preguntas evaluativas hacer y cómo preguntarlas para obtener la información que necesita. Como ya hemos discutido, escoger las preguntas evaluativas en esencia guía el trabajo. Lo que verdaderamente está escogiendo aquí es a lo que le prestará atención. Puede haber resultados significativos en su proyecto que usted nunca notó, porque no los buscaba – usted no preguntó las preguntas para las cuales esos resultados serían las respuestas. Es por eso que es tan importante seleccionar las preguntas con cuidado: ellas determinarán lo que usted encontrará.
Enmarcar el problema es un elemento aquí – ponerlo en contexto, viéndolo desde todos los costados, retrocediendo desde sus propios supuestos y tendencias para obtener una vista más clara y ancha del mismo. Otro es imaginar los resultados que usted quiere, y pensar sobre lo que necesita ser cambiado, y cómo, para alcanzarlos.
Enmarcarlo es una actividad importante también. Si usted simplemente desea reducir la violencia juvenil, leyes más estrictas y aplicación de las mismas, parecen ser una solución razonable, asumiendo que usted está dispuesto a quedarse con ellas para siempre; si usted quiere no sólo reducir y eliminar la violencia juvenil, sino también cambiar el clima que la estimula (en ejemplo, un cambio social a largo plazo), la solución se convierte en una mucho más extensa y requiere, como señalamos antes, mucho más que la aplicación de leyes. Y una solución más extensa significa más, y más complejas, preguntas evaluativas.
En el primer caso, las preguntas evaluativas pueden limitarse a algunas como: "¿Hubo más arrestos de ofensores juveniles por crímenes violentos en el período de tiempo estudiado, en comparación al último período en el cual hubo archivos antes de que la nueva solución fuera puesta en práctica?" ¿"Los delincuentes juveniles recibieron sentencias más duras que antes?" "¿Hubo una reducción en incidentes violentos con jóvenes?"
Viendo un panorama más amplio, además de algunas de las preguntas, puede haber preguntas sobre programas de consejería para jóvenes delincuentes para cambiar sus actitudes y para ayudarlos a facilitar su transición a la vida civil de nuevo, tratamiento para drogas y alcohol, control de venta de armas de fuego, cambiar actitudes comunitarias, etc.
Colectar información. Esta es la parte más grande, al menos en cuanto a tiempo y esfuerzo, en la implementación de la evaluación. Varios evaluadores, dependiendo de la información necesaria, pueden conducir cualquiera o todas las siguientes:
- Investigar en censos u otros archivos públicos, así como en archivos de noticias, colecciones de biblioteca, Internet, etc.
- Entrevistas individuales y/o grupales
- Grupos focales
- Sesiones comunales de compartir información
- Encuestas
- Observación directa o participativa
En algunos casos – particularmente con poblaciones sin educación básica en países en vías de desarrollo – los evaluadores tienen que encontrar formas creativas de sacar a relucir la información. En algunas culturas, mapas, dibujos, representaciones (“Si está piedra es la cabeza del hogar…”), o incluso el relato de un cuento o historia puede ser más revelador que las respuestas a preguntas directas.
Analizar la información que usted ha colectado. Una vez que usted ha colectado toda la información que necesita, el siguiente paso es encontrarle el sentido. ¿Qué significan los números? ¿Qué le dicen las historias y opiniones de la gente sobre el proyecto? ¿Llevó a cabo el proceso que tenía planeado? Si no fue así, ¿hizo esto alguna diferencia, positiva o negativa?
En algunos casos, esas preguntas son relativamente fáciles de contestar. Si hubo objetivos particulares para servirle a las personas, o para logros de beneficiarios, usted puede rápidamente averiguar ya sea que ellos se reunieran o no. (Nosotros nos preparamos para servir a 75 personas, y de hecho, servimos a 82. Anticipamos que 50 podrían completar el programa, y 61 efectivamente lo hicieron.)
En otros casos, es mucho más difícil decir cuál información importa. ¿Qué pasa si aproximadamente la mitad de las entrevistas dice que el proyecto fue útil para ellos, y la otra mitad dice lo contrario? Un resultado como éste puede dejarlo haciendo trabajo de detective. (¿Hay algún patrón étnico, racial, geográfico, o cultural como para saber quién es positivo y quién es negativo? ¿Con quién trabajó cada equipo? ¿Dónde experimentaron el proyecto, y cómo? ¿Los miembros de cada grupo tienen cosas específicas en común?
Mientras que colectar la información requiere la mayor cantidad de trabajo y de tiempo, el análisis es quizás el paso más importante al dirigir una evaluación. Su análisis le dice lo que necesita saber para mejorar su proyecto, y también le da la evidencia que necesita para hacer un caso para el financiamiento continuo y el apoyo comunitario. Es importante que esté bien hecho, y que tenga sentido para resultados extraños como se indicó anteriormente. Aquí es donde un buen entrenamiento y una buena guía en el uso del pensamiento crítico y otras técnicas entran en juego.
En general, al reunir la información y analizarla se deben cubrir las tres áreas que fueron discutidas antes en esta sección: proceso, implementación y resultados. El propósito aquí es tanto proveer información para la mejoría, como dar cuentas a los financiadores y la comunidad.
- Proceso. Esto le preocupa a la logística del proyecto. ¿Hubo buena coordinación y comunicación? ¿Fue participativo el proceso de planeamiento? ¿Fue realista el tiempo original estimado para cada estado del proyecto – alcance, asesoría, planeamiento, implementación, evaluación -? ¿Fue capaz de encontrar o contratar a las personas indicadas? ¿Encontró los fondos y otros recursos adecuados? ¿Fue apropiado el espacio? ¿Los miembros de los equipos de planeamiento y evaluación trabajaron bien juntos? ¿Fueron responsables las personas de las que se esperaba algún trabajo? ¿Surgieron líderes inesperados (en el grupo de planeamiento, por ejemplo)?
- Implementación. ¿Hizo lo que se propuso hacer – alcanzar el número de personas que esperaba, usar los métodos que pretendía, proveer la cantidad y tipo de servicio o actividad para quien(es) lo planeaba? Esta parte de la evaluación no se supone que asesore la efectividad, sino solamente si el proyecto fue llevado a cabo como se planeó – por ejemplo, lo que usted en realidad hizo, más que lo que logró como resultado. Eso viene a continuación.
- Resultados.¿Cuáles fueron los resultados de lo que hizo? ¿Sucedió lo que esperaba que sucediera? Si así lo fue, ¿cómo sabe que fue resultado de lo que hizo, y no debido a algunos otros factores? ¿Fueron los resultados que esperaba? ¿Fueron éstos positivos o negativos? ¿Por qué ocurrió todo esto?
Usar la información para festejar lo que funcionó, y para ajustar y mejorar el proyecto. Mientras que el brindar cuentas es importante – si el proyecto no tiene ningún efecto, por ejemplo, es sólo esfuerzo perdido – el verdadero empujón de una buena evaluación es de tipo formativo. Eso significa que la evaluación es pensada para proveer información que pueda ayudar a continuar formando el proyecto, volver a darle forma para hacerlo mejor. Como resultado, las preguntas al mirar el proceso, implementación, y resultados son: ¿Qué funcionó bien? ¿Qué no funcionó? ¿Qué cambios mejorarían el proyecto?
Responder esas preguntas requiere de un análisis adicional, pero debe permitirle mejorar el proyecto considerablemente. Además de cambiar y ajustar aquellos elementos del proyecto que no funcionaron bien, no niega aquellos que fueron exitosos. Nada es perfecto; aún si las propuestas pueden ser hechas de una mejor manera.
No olvide festejar su éxito. La celebración reconoce el arduo trabajo de todos los involucrados, y el valor de su esfuerzo. Crea apoyo comunitario, y fortalece el compromiso de aquellos involucrados. Tal vez más importante, deja en claro que cuando las personas trabajan en conjunto, pueden mejorar la calidad de vida de la comunidad.
Hay un elemento final para la investigación y evaluación participativas que no puede ser ignorado. Una vez que usted ha comenzado un proyecto y lo hizo exitoso, tiene que mantenerlo. La investigación y evaluación participativas deben continuar – tal vez no con el mismo equipo(s), pero con equipos representativas de todos los interesados. Las condiciones cambian, y los proyectos deben adaptarse. Investigar sobre esas condiciones y la evaluación continua de su trabajo, va a mantener fresco y efectivo al trabajo.
Si su proyecto es exitoso, usted puede pensar que su trabajo está hecho. Piénselo de nuevo – los problemas comunitarios sólo se resuelven mientras las soluciones se practiquen de forma activa. El momento en que usted dé la espalda, las condiciones por las que usted trabajó tan arduamente pueden empezar a retornar a lo que fueron antes. El trabajo – apoyado en la investigación y la evaluación – tiene que seguir indefinidamente para mantener y aumentar las ganancias que usted ha hecho.
Para resumir:
La evaluación participativa es una parte de la investigación participativa. Ésta involucra a los interesados de un proyecto comunitario en el establecimiento de criterios de evaluación para la misma, colectando y analizando datos y utilizando la información ganada para ajustar y mejorar el proyecto.
El proceso participativo trae consigo todas las múltiples e importantes perspectivas de aquellos que están más directamente afectados por el proyecto, y que probablemente están también más ligados a la historia y cultura de la comunidad. La información e ideas en las que éstos contribuyan, pueden ser cruciales en la efectividad de un proyecto. Además, su participación estimula la credibilidad por parte de la comunidad, y puede resultar en ganancias importantes en habilidades, conocimiento, y en confianza propia y autoestima para los investigadores. De forma global, la evaluación participativa crea una situación de ganancia en ambas direcciones.
Dirigir una evaluación participativa requiere de varios pasos:
- Reclutar y entrenar a un equipo evaluador compuesto por las personas interesadas.
- Nombrar y enmarcar al problema.
- Desarrollar una teoría práctica para guiar el proceso del trabajo.
- Preguntar las preguntas evaluadoras correctas.
- Colectar información.
- Analizar información.
- Usar esa información para festejar y ajustar su trabajo.
El paso final, como con muchas de las estrategias y acciones en la construcción de una comunidad descritas en Community Tool Box, es mantenerlo así. La investigación participativa, y la evaluación participativa en particular, tiene que continuar mientras continúe el trabajo, para seguirle el rastro a las necesidades y condiciones de la comunidad, y para seguir ajustando el proyecto con el fin de hacerlo más sensible y efectivo. Y el trabajo con frecuencia tiene que continuar indefinidamente con el objeto de mantener el progreso y para evitar deslices hacia las condiciones o actitudes que hicieron necesario al proyecto en primer lugar.
Recursos en línea
Facilitator's Guide for Participatory Evaluation with Young People, by Barry Checkoway and Katie Richards-Schuster, is a publication from the Program for Youth and Community of the University of Michigan School of Social Work.
Guide to Project Evaluation: A Participatory Approach. From Health Canada, the Public Health Agency of Canada
Issue Topic: Democratic Evaluation from The Evaluation Exchange, vol. 1, No. 3/4, Fall, 1995, Harvard Family Research Project.
Knowledge Shared: Participatory Evaluation in Development Cooperation is a book of essays and case studies on participatory evaluation (free to read online) by Edward T. Jackson and Yussuf Kassam, from Kumarian Press: Bloomfield, CT, 1998.
"Participatory Evaluation: What Is It? Why Do It? What Are the Challenges?" by Ann Zukoski and Mia Luluquisen, from Community-Based Public Health Policy and Practice, Issue #5, April, 2002.
"Participatory Evaluation: How It Can Enhance Effectiveness and Credibility of Nonprofit Work" by Susan Saegert, Lymari Benitez, Efrat Eizenberg, Tsai-shiou Hsieh, and Mike Lamb, CUNY Graduate Center, from The Nonprofit Quarterly, 11, 1, Spring 2004.
A Participatory Evaluation Model for Healthier Communities: Developing Indicators for New Mexico. This model helps community coalitions to take an active role in developing evaluations of their programs.
Community-Based Public Health Policy & Practice Issue #5 explains and elaborates more in-depth information about Participatory Evaluation.
he Research for Organizing toolkit is designed for organizations and individuals that want to use participatory action research (PAR) to support their work towards social justice. PAR helps us to analyze and document the problems that we see in our communities; allows us to generate data and evidence that strengthens our social justice work and ensures that we are the experts about the issues that face our communities. In this toolkit you will find case studies, workshops, worksheets and templates that you can download and tailor to meet your needs
Eldis, a UK development resource organization, provides a resource guide to participatory monitoring and evaluation.
Useful Tools for Engaging Young People in Participatory Evaluation is a PDF toolkit from UNICEF.
Who Are the Question Makers? A Participatory Evaluation Handbook is a resource from the Office of Evaluation and Strategic Planning of the United Nations Development Programme.