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Sección 2. Enfoques participativos para planificar intervenciones comunitarias

Ejemplo: Enfoques participativos para planificar intervenciones comunitarias

Phil Rabinowitz relata una experiencia con la planificación participativa en su trabajo como Director Ejecutivo del Proyecto de Alfabetización basado en la comunidad, el cual sirve a tres condados en Massachussets.

En 1995, el Departamento de Educación de Massachussets ofreció una subvención de tres años a las comunidades para que trataran de alcanzar y ayudar a familias con hijos de tres años o menos. La idea era que al proveer los servicios a las familias con niños en riesgo, las comunidades podrían estar en condiciones de evitar algunos de los problemas que estos podrían tener más tarde cuando estos vayan a la escuela. La Solicitud de Propuestas (SDP) tiene un número de requisitos, el principal es tener una junta supervisora que incluya personas de todas las partes de la comunidad quienes podrían estar involucrados con familias -escuelas, centros de asistencia diurna, hospitales y otros servicios de salud, servicios sociales, padres, gobierno municipal, etc.

El gran condado del oeste rural de Massachussets, Hampshire, tiene varios institutos y el campus principal de la universidad estatal. A instancias de su Coordinador de Servicios Humanos, el Condado de Hampshire decidió solicitar como un condado, y obtuvo el permiso de hacerlo. Esta decisión hizo el proceso de solicitud mucho más complicado, ya que el Director y la agencia convocadoras del proceso debían ponerse en contacto e involucrar a las personas adecuadas de 20 o más pueblos dispersos en mas de varios cientos de millas cuadradas.

Menos de 10 días después de que la SDP fuera aprobada, yo, como director de un programa de alfabetización que funcionaba en el Condado de Hampshire, asistí a una reunión con muchos directores de escuelas y consejeros, tres doctores, dos administradores de hospitales, tres padres, el director de un centro de asistencia diurna, una agencia de salud mental, un refugio de mujeres maltratadas, una agencia que dirige un refugio para indigentes, un programa de embarazadas y padres adolescentes, un servicio de información y de remisión, y la agencia de lucha contra la pobreza, y representantes del Departamento de los Servicios Sociales, la oficina de beneficencia del condado, La Oficina para la Infancia, el Departamento de Discapacidad Mental, y otras agencias estatales y locales del estado, así como el Coordinador de los Servicios Humanos del Condado.

Estuvimos durante más de dos productivas reuniones reflexionando y planificando la propuesta para la subvención, la cual después fue escrita por un administrador de la agencia para la lucha contra la pobreza. Usando las ideas de casi todos los del grupo, la propuesta, más que concentrarse en un programa específico, prevé una intervención que abarcó apoyar a los padres en cualquier forma que ellos necesiten. Creó una red de seguridad para los padres y los niños que se extendía por todo el condado, e incluía tanto servicios específicos como generales y actividades. En resumen, era una intervención diseñada para todo el condado, más que para una sola comunidad, y una que reconocía que las necesidades de los padres en el condado eran variadas y en cambio constante.

Para gran sorpresa de todos, nuestra propuesta fue una de las pocas financiadas a través del estado. Nuestra propuesta fue la única  que estaba dirigida a más de una comunidad, pero que tenía apoyo amplio del condado y todos estaban comprometidos a hacer que funcionara. El grupo que se reunió a escribir la propuesta acordó permanecer juntos y servir como la junta de supervisión, y el centro de información y referencia albergó el coordinador del programa y sirvió como un centro de referencia para los temas relacionados con la subvención.

El programa de subvención funcionaba en dos niveles. En un nivel, se dirigían actividades y programas en diferentes áreas del condado - a menudo ligados a un trabajo ya existente de la agencias del condado, escuelas, hospitales, y similares -adaptado a las necesidades de las familias con hijos menores de tres años. Algo de dinero de la subvención se usó para alcanzar a las familias, en forma particular aquellas que mas frecuentemente son desatendidas, para animarlos a asistir. Entre las actividades y programas se incluyó una celebración semestral de vacunación (una feria con payasos, refrescos, y entretenimientos donde los niños podían tanto ser vacunados como sus caras ser pintadas, clases pre y post natales, preparando a los padres para la paternidad en uno de los hospitales.

La mayor parte de la subvención, sin embargo, se dirigía a la satisfacción de las necesidades expresadas directamente por los padres y los proveedores, y hacia crear y mantener una red flexible de servicios integrados y de apoyo para las familias que podía ser activado cuando aparecía una necesidad o un problema. Una pequeña cantidad de la subvención fue usada por ejemplo para ejecutar un “servicio de taxi” de conductores voluntarios quienes ayudaban a los padres que no tenían forma de transportarse (recuerde, esta es un área rural donde la tienda más cercana o el centro de la población puede ser de diez o más millas de distancia), para ir a las citas con el pediatra o la oficina de beneficencia, hacer las compras, o ir a buscar a los niños a la guardería.

La junta se reúne oficialmente cuatro veces en el año, y un pequeño grupo de ellos se reúnen un poco más a menudo para trabajar los detalles específicos de una actividad nueva o una que ya se está llevando a cabo. Más importante, las organizaciones involucradas trabajaron aún más juntos y de forma más precisa en el modo de satisfacer las necesidades mutuas de los participantes, y a tratar de reducir su enfoque a los temas específicos de niños pequeños y sus familias.

Un buen ejemplo de cómo una subvención trabajó en su mejor forma se observó en mi programa de alfabetización de adultos. En uno de los sitios del Condado de Hampshire, una estudiante femenina justo tuvo su hijo, el cual con frecuencia llevaba a la clase. El profesor, padre de dos niños pequeños, estaba muy preocupado por el bienestar del niño, quien ya estaba siendo alimentado con sólidos a la edad de dos meses, y quien era ignorado por largos periodos de tiempo. Finalmente el profesor decidió que ya debía intervenir.

El habló con la madre, a quien le explicó que él estaba preocupado por el niño, y que él quería que ella recibiera ayuda si quería continuar en el programa de alfabetización. En lugar de simplemente dejar que ella por su propia cuenta buscara asistencia, el fue capaz de ponerla en contacto directamente con un pediatra, un programa para la crianza de los hijos, WIC (programa de nutrición para niños), asistencia en la transportación, y otras ayudas, todo esto lo arregló a través de las conexiones establecidas por la subvención. La acompañaba en las primeras reuniones, y la delegó a personas específicas quienes el sabía podrían establecer relaciones con ella y le ayudarían durante todo el proceso de aprendizaje para cuidar mejor de ella y de su hijo.

Lejos de estar resentida, la mujer le dio la bienvenida a la ayuda, y el profesor casi inmediatamente notó una marcada mejoría en el modo que ella cuidaba a su bebé. Además, tanto la madre como el niño estaban ahora recibiendo los servicios básicos- chequeos médicos regulares, ayuda para una apropiada nutrición- que los ayudaría a mantenerse saludables por más tiempo. Las vidas de esta madre y de su bebé fueron, de algún modo, salvadas por la red de seguridad que la subvención estableció en el lugar. Y a la flexibilidad de esa red fue hecha posible por el proceso de planificación que fue originado por la propuesta original de la subvención.

El Departamento de Educación había estado bastante dudoso cuando el Condado de Hampshire hubo sometido una propuesta amplia para el condado, y lo financió, por lo menos en parte, para ver lo que sucedería. El programa del Condado de Hampshire fue de hecho uno de los más exitosos del estado. La participación en la subvención fue real y permanente y – quizás lo más importante – finalmente involucraba a las personas más preocupadas con el tema.

Aunque continué, como director de mi programa de alfabetización, asistiendo a las reuniones de la junta, también me aseguro de que los profesores quienes dirigen nuestros programas en los lugares del Condado de Hampshire se involucren, y que sus voces sean escuchadas en las planificaciones y en las sesiones del comité. Otros directores de programas hicieron igual, así que para el tiempo en que dejé mi programa, aproximadamente dos o tres años después, la mayoría del trabajo del programa de subvención era realizado por los miembros de la comunidad y por miembros del equipo de las organizaciones involucradas más que por los administradores.

Contributor 
Phil Rabinowitz