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Sección 2. Formar relaciones con personas de diferentes culturas

  • ¿Cómo aprender acerca de las culturas de las personas? Comencemos por estar conscientes de nuestra propia cultura.

  • ¿Cómo establecer relaciones con personas de otras culturas?

 

Las relaciones son poderosas. Nuestras conexiones con los demás son la base para el cambio. Y construir relaciones con gente de diferentes culturas, a menudo muchas culturas diferentes, es vital para formar comunidades diversas que sean suficientemente poderosas para alcanzar objetivos significativos.

Ya sea que deseemos asegurarnos de que nuestros hijos obtengan una buena educación, contar con cuidados médicos de calidad en la comunidad o promover el desarrollo económico, existen altas probabilidades de que tengamos que trabajar con gente de diferentes grupos raciales, idiomáticos, étnicos, económicos, sociales, religiosos, etc. Y para trabajar con gente de diferentes grupos culturales de manera efectiva, tenemos que establecer relaciones fuertes y solidarias basadas en la confianza, la comprensión y objetivos comunes.

¿Por qué? Porque las relaciones  en las que existe confianza son el adhesivo que mantiene a la gente unida al trabajar en un problema en común. Cuando la gente trabaja en problemas que planteen un desafío, tiene que tener paciencia y perseverar juntos cuando las cosas se pongan difíciles. Todos tienen que brindarse apoyo mutuamente para poder continuar el esfuerzo, incluso cuando se sientan desalentados.

Así seamos vietnamitas, africanos, indígenas, protestantes, católicos, judíos, homosexuales o de cualquier otro grupo racial, étnico, religioso o socioeconómico, probablemente necesitaremos establecer relaciones con gente acerca de cuyos grupos sepamos muy poco.

Cada uno de nosotros es como el centro de una rueda. Cada uno de nosotros puede construir relaciones alrededor de uno mismo que nos provean de la fuerza para alcanzar objetivos comunitarios. Si cada persona construye una red de relaciones fuertes y diversas, podemos unirnos y solucionar problemas que tengamos en común.

En esta sección, hablaremos de:

  • Concientizaros acerca de nuestra propia cultura es un primer paso hacia el aprendizaje de la cultura de los demás.
  • Formar relaciones con gente de diferentes culturas.

Sin embargo, primero hablemos de lo que es la cultura. El concepto de “cultura” es complejo y tiene diferentes definiciones. Pero dicho de manera simple, “cultura” se refiere a un grupo o comunidad con el cual compartimos experiencias en común que le dan forma a la manera en que entendemos el mundo. Incluye los grupos en los que hemos nacido, tales como el género, raza, nacionalidad, clase o religión. También puede incluir los grupos a los que nos unimos o de los que formamos parte. Por ejemplo, podemos adquirir una nueva cultura al mudarnos de región, por un cambio en nuestra situación económica o al convertirnos en minusválidos. Cuando pensamos en cultura de manera amplia, nos damos cuenta que todos pertenecemos a muchas culturas a la vez. ¿Estamos de acuerdo? ¿Cómo puede esto aplicarse a nuestras propias vidas?

¿Cómo aprender acerca de las culturas de las personas? Comencemos por estar conscientes de nuestra propia cultura.

Puede parecer raro que para aprender acerca de la cultura de otras personas debamos empezar por estar conscientes de la nuestra. Sin embargo, creemos que esto es verdad. ¿Por qué?

Si en primera instancia nunca hemos tenido la oportunidad de entender cómo nos ha afectado nuestra propia cultura, es más difícil entender cómo ésta podría afectar a cualquier otro o por qué podría ser importante para los demás. Si nos sentimos cómodos al hablar de nuestra propia cultura, entonces escucharemos mejor  cuando los demás hablan de las suyas. O, si entendemos cómo nos ha afectado la discriminación, entonces estamos más conscientes de cómo puede afectar a otros.

A continuación presentamos  algunos consejos para concienciarnos acerca de nuestra propia cultura:

¿Qué es nuestra cultura?

¿Tenemos todos una cultura? ¿Tenemos más de una? ¿Cuál es nuestro origen cultural?

Todos tenemos una cultura, incluso si no sabemos quiénes fueron nuestros ancestros, Incluso si hay en nosotros una mezcla de culturas, pertenecemos a una. La cultura evoluciona y cambia todo el tiempo. Proviene de nuestros ancestros, desde hace muchas generaciones, y de nuestras familias y nuestras comunidades hoy en día.

Por ejemplo, si somos latinoamericanos, nuestra cultura probablemente haya influenciado nuestra vida. Nuestros padres o abuelos seguramente nos transmitieron valores, costumbres, humor y una visión del mundo que tuvieron un papel importante en darle forma al ambiente en que crecimos y a nuestra vida actual. Tal vez las opiniones que tenemos acerca de la familia, el trabajo, la salud y la enfermedad, las celebraciones y las cuestiones sociales sean influenciadas por nuestra herencia latinoamericana o por las experiencias que nuestras familia tuvieron al inmigrar a algún otro país con una cultura diferente, como lo podría ser EE.UU.

Además de los grupos culturales a los que pertenecemos, también cada uno tiene un grupo con el cual se identifica, tales como ser padre, ser deportista, ser propietario de un pequeño comercio o ser jornalero. Estas clases de grupos, aunque no exactamente lo mismo que una cultura, tiene similitudes con los grupos culturales. Por ejemplo, ser padres puede ser una identidad que influencie cómo vemos el mundo y cómo el mundo nos ve. Estar conscientes de nuestras diferentes identidades puede ayudarnos a entender qué se siente pertenecer a un grupo cultural.

Ejercicio:

Trate de enumerar las culturas e identidades que usted tiene: (La siguiente es simplemente una lista de sugerencias para comenzar. Agregue tantas más como usted considere que lo describen).

¿Cuál es su:

Religión
Nacionalidad
Raza
Identidad sexual
Origen étnico
Ocupación
Estado civil
Edad
Región geográfica?

¿Es usted:

Mujer
Hombre
Minusválido
Originario de un área urbana
Originario de un área rural
Padre / Madre
Estudiante?

¿Alguna vez ha estado:

En las fuerzas militares
En los límites de la pobreza
En prisión
En buena situación económica
En la clase media
En la clase obrera?

¿Este ejercicio nos ha ayudado a pensar en nuestras identidades y culturas? ¿Cómo han afectado nuestras vidas dichas identidades y culturas diferentes? (vea la sección de  Herramientas para un ejercicio más amplio sobre identidad cultural).

¿Cómo establecer relaciones con personas de otras culturas?

Hay varias formas de aprender acerca de las culturas de otras personas y establecer relaciones con ellas al mismo tiempo. A continuación hay algunos pasos que podemos tomar. Primero están listados y luego descritos más detalladamente.

  • Tomar una decisión consciente de establecer amistades con gente de otras culturas.
  • Ponernos en situaciones en las que nos encontremos con gente de otras culturas.
  • Examinar nuestros prejuicios contra gente de otras culturas.
  • Preguntarles a otras personas sobre sus culturas, costumbres y opiniones.
  • Leer acerca de las culturas e historias de otras personas.
  • No olvidar interesarnos realmente en las personas y mostrar comprensión.
  • Escuchar a la gente contar sus historias.
  • Notar las diferencias en estilos de comunicación y valores; no asumir que el estilo de la mayoría es el correcto.
  • Arriesgarnos a cometer errores.
  • Aprender a ser un aliado.

Tomar una decisión consciente de establecer amistades con gente de otras culturas.

Tomar una decisión es el primer paso. Para establecer relaciones con gente diferente a nosotros, tenemos que hacer un esfuerzo decidido. Existen fuerzas sociales que sirven para separarnos de otros. La gente de diferentes grupos económicos, religiosos, étnicos, sociales y raciales se encuentra frecuentemente apartada de los demás en escuelas, trabajos y vecindarios. Por lo tanto, si queremos que las cosas sean diferentes, necesitamos tomar parte activa para hacer la diferencia.

Podemos afiliarnos a un equipo deportivo o un club, participar activamente en una organización, elegir un trabajo o mudarnos a un vecindario que nos ponga en contacto con gente de culturas diferentes. También podríamos tomarse unos minutos para observar la diversidad circundante. Si pensamos en la gente que vemos y con la que interactuamos cada día, podemos estar más conscientes de las diferencias que lo rodean.

Una vez que haya tomado la decisión de hacerse amigo de gente diferente a usted, puede proseguir de la misma manera que lo haría con cualquier otra persona. Puede ser que le tome más tiempo, y que usted tenga que ser más persistente. Puede ser que usted tenga que acercarse y tomar la iniciativa más de lo que acostumbra. La gente que ha sido maltratada por la sociedad pude tomarse más tiempo para confiar en usted. No deje que eso lo desanime. Hay buenas razones por las cuales la esa gente ha construido defensas, pero no es imposible derribarlas y hacer contacto. El esfuerzo realmente vale la pena.

Ponernos en situaciones en las que nos encontremos con gente de otras culturas; particularmente si no hemos experimentado ser parte de una minoría, debemos arriesgarnos.

Uno de los primeros y más importantes pasos es aparecerse en lugares donde nos encontraremos con gente de culturas diferentes a la nuestra. Podríamos ir a reuniones y celebraciones de grupos cuyos miembros queramos llegar a conocer o podríamos frecuentar restaurantes y otros lugares de encuentro a donde vayan grupos de culturas diferentes. Podemos sentirnos avergonzados o tímidos al principio, pero los esfuerzos valdrán la pena. La gente del grupo cultural tomará en cuenta que nos animemos a ir a uno de sus eventos. Si nos resulta difícil ser los únicos de nuestro grupo cultural que asista, podríamos llevar a un amigo y apoyarnos mutuamente para hacer nuevos amigos.

Examinar nuestros prejuicios contra gente de otras culturas.

Todos tenemos estereotipos y desinformación acerca de la gente de culturas diferentes. Especialmente cuando somos jóvenes y obtenemos esta información por medio de la televisión, de escuchar hablar a la gente y de la cultura en general. No somos mala gente por haber adquirido esto;  nadie pidió ser mal informado. Pero para formar relaciones con gente de culturas diferentes, debemos estar conscientes de la mala información que hemos adquirido.

Una excelente forma de concienciarnos acerca de nuestros estereotipos es elegir grupos sobre los que normalmente generalizamos, y escribir las opiniones que tenemos. Una vez hecho esto, podemos examinar las ideas que cruzaron nuestra mente y de dónde las obtuvimos.

Otra forma de concienciarnos acerca de los estereotipos es hablar de ellos con gente que tenga culturas similares a la nuestra. En esas circunstancias podemos hablar acerca de la mala información que hemos adquirido sin ofender a la gente de ningún grupo en particular. Podríamos reunirnos con un amigo o dos y hablar sobre cómo adquirimos dichos estereotipos o miedos acerca de gente distinta a nosotros. Podemos responder a la siguiente clase de preguntas:

  • ¿Qué sentían nuestros padres con respecto a grupos étnicos, raciales, sociales  o religiosos diferentes?
  • ¿Qué nos comunicaron nuestros padres con sus actos y palabras?
  • ¿Tenían nuestros padres amigos de diferentes grupos culturales?
  • ¿Qué aprendimos en el colegio acerca de grupos específicos?
  • ¿Había falta de información acerca de ciertas personas?
  • ¿Hay algunas personas con las que evitamos hacer contacto?

Preguntarles a otras personas sobre sus culturas, costumbres y opiniones.

A la mayoría de la gente le gusta que le pregunten acerca de su vida y su cultura. A muchos de nosotros se nos enseñó que hacer preguntas era entrometido; pero si somos considerados, preguntar puede ayudar a construir relaciones. La gente generalmente se sorprende gratamente cuando los demás muestran interés en sus culturas. Si somos sinceros y sabemos escuchar, la gente nos contará mucho.

Por ejemplo, podríamos preguntarle a un judío cómo es para ellos la época de Navidad, cuando prácticamente cada negocio, comercial de televisión y estación de radio se centra casi enteramente en la celebración cristiana de la Navidad.

Leer sobre las culturas e historias de otras personas.

Leer y aprender sobre las culturas e historias de otras personas ayuda. Si sabemos algo acerca de la realidad de la vida e historia de alguien, esto demuestra que nos importa lo suficiente como para tomarnos el tiempo de averiguar. También nos da información circunstancial con la que nos resultará más fácil hacer preguntas lógicas.

Sin embargo, no necesitamos ser expertos en la cultura de alguien para poder llegar a conocerlo mejor o para hacer preguntas. De todas formas, las personas que pertenecen a una determinada cultura son generalmente los expertos.

No olvidar interesarnos realmente en las personas y mostrar comprensión.

Es fácil olvidar que la base de cualquier relación es la comprensión. Todos queremos preocuparnos por otros y que se preocupen por nosotros. Ocuparse de las personas es lo que hace a una relación real. No permitamos que nuestra incomodidad frente a las diferencias culturales se interponga en la tarea de ocuparnos de la gente.

Escuchar a la gente contar sus historias.

Si tenemos la oportunidad de escuchar a alguien contar su historia de manera directa, podemos aprender mucho de ello y construir una relación fuerte al mismo tiempo. Todas las personas tienen una historia importante que contar. La historia de cada persona nos dice algo acerca de su cultura.

Al escuchar las historias de las personas, podemos obtener una imagen más amplia de cómo son sus vidas -- sus sentimientos, sus preocupaciones y la riqueza de sus vidas. Escuchar a otras personas también nos ayuda a superar nuestra insensibilidad – hay una persona de verdad frente a nosotros, no es alguien reducido a un estereotipo creado por los medios de comunicación.

Además, escuchar a miembros de grupos que han sido discriminados puede darnos una mejor comprensión de lo que esa experiencia significa. Escuchar nos da una imagen de la discriminación que es más real que lo que podamos obtener al leer un artículo o escuchar la radio.

Ejercicio:

Podemos, de manera informal, pedirle a la gente de nuestro barrio u organización que nos cuente una parte de su historia como miembro de un grupo específico. También podemos incorporar esta actividad en un taller o retiro para nuestro grupo u organización. Podríamos hacer que cada persona tome cinco o diez minutos para contar una pequeña parte de la historia de su vida. Si el grupo es grande, tal vez se deba dividirlo en pequeños grupos para que todos tengan la oportunidad de hablar.

Notar las diferencias en estilos de comunicación y valores; no asumir que el estilo de la mayoría es el correcto.

Todos tenemos la tendencia a asumir que la manera en que la mayoría de la gente hace las cosas es la aceptable, normal o correcta. Como trabajadores comunitarios necesitamos aprender acerca de las diferencias culturales en valores y estilos de comunicación, sin asumir que la manera de pensar o comportarse de la mayoría es la correcta.

Ejemplo:

Supongamos que estamos en un grupo de discusión. Algunos miembros del grupo no hablan, mientras que otros dominan, llenando todos los silencios. Los que más de hacen oír se exasperan porque los otros no hablan. También parece que los que más se hacen oír son aquellos miembros de la cultura dominante, mientras que los que menos se escuchan provienen de minorías culturales.

¿Cómo entendemos esto? ¿Cómo se puede solucionar?

En algunas culturas, la gente se siente incomoda con los silencios, por lo tanto hablan para llenar espacios de silencio. En otras culturas, se acostumbra esperar por un período de tiempo antes de hablar. Si no hay silencios, la gente de esas culturas podría tal vez no llegar a hablar. Además, los miembros de algunos grupos (mujeres, gente de bajos ingresos, algunas minorías raciales y/o étnicas y otros) no expresan sus opiniones porque han recibido de la sociedad entera mensajes que consideran que sus contribuciones no son tan importantes como las de los demás; se han tomado el hábito de subordinar sus ideas a las de los demás.

Cuando algunas personas no comparten sus ideas, todos perdemos. Necesitamos las opiniones y voces de esas personas a las que tradicionalmente se les ha limitado contribuir.

En situaciones como la descripta anteriormente, impacientarse con la gente por no hablar es generalmente contraproducente. Sin embargo, se puede estructurar una reunión para promover que los más retraídos participen. Por ejemplo, se puede:

  • Dividir a la gente en pares antes de tratar un tema en el grupo.
  • En determinados momentos, intentar que cada persona en el círculo haga un comentario (pueden pasar si quieren).
  • Seguir una pauta por la cual todos hablan una vez antes de que alguien pueda hablar por segunda vez.
  • Invitar a los más retraídos a conducir parte de la reunión.
  • Hablar acerca de este problema abiertamente: invita r a los más locuaces a hablar con menos frecuencia.
  • Entre reuniones, preguntarles a los más retraídos qué los ayudaría a hablar más o pedirles sus ideas acerca de cómo debería dirigirse una reunión.

Un equipo de baloncesto del colegio tiene que practicar y jugar varias tardes y noches. Un miembro del equipo es un inmigrante reciente, cuya familia le exige que asista a todos los cumpleaños de su extensa familia. El entrenador está enojado por esta actitud de los padres porque aleja a la jugadora de su equipo.

¿Cómo entendemos esto? ¿Cómo se puede solucionar?

Las familias tienen diferentes valores, particularmente cuando se trata de las relaciones, la lealtad y la responsabilidad familiar. En muchas familias étnicas y de inmigrantes, se les pide a los jóvenes que antepongan las necesidades de su familia frente a cualquier requisito de actividades extra-curriculares. Los jóvenes de familias inmigrantes que crecen en los Estados Unidos, por ejemplo, suelen verse ante un dilema; sienten la presión de tener que elegir vivir de acuerdo a los valores de la cultura mayoritaria o sus familias.

Como trabajadores comunitarios necesitamos apoyar y respetar a las minorías y a las familias inmigrantes y sus valores. Ya puede ser una gran concesión de parte de la familia permitirle a un adolescente que participe en actividades extra-curriculares. Necesitamos ser comprensivos y tener en cuenta las diferencias culturales y tratar de ayudar a los jóvenes a sentir que pueden tener los dos mundos – en vez de tener que rechazar un grupo de valores por otro.

Como trabajadores sociales, nos es útil desarrollar relaciones con los padres. Si una joven ve que sus padres se relacionan con miembros de la cultura dominante, eso la puede hacer sentir que su familia es aceptada. Esta situación respalda a la adolescente para sentirse más conectada con la comunidad – y también, ambas relaciones son factores críticos de prevención contra el consumo de alcohol y drogas y otros comportamientos peligrosos. Asimismo, al establecer relaciones con los padres, desarrollamos líneas de comunicación, por lo que si surgieran conflictos, podrían ser resueltos más fácilmente.

Arriesgarse a cometer errores.

Cuando estamos formando relaciones con gente que tiene trasfondos culturales diferentes al nuestro, probablemente cometamos errores en algún momento. Esas cosas pasan. No debemos dejar que el hecho de cometer errores nos impida seguir adelante y estableces dichas relaciones. Si decimos o hacemos algo insensible, podemos aprender del error. Podríamos preguntarle a la persona afectada qué le molestó u ofendió, disculparnos y continuar cultivando la relación. No debemos permitir que la culpa nos atasque.

Aprender a ser un aliado.

Una de las mejores maneras de ayudar a cultivar relaciones con gente de diferentes culturas es demostrar que estamos dispuestos a reaccionar frente a actos de discriminación cuando éstos ocurran. La gente estará mucho más motivada a querer conocernos si ven que estamos dispuestos a arriesgarnos en nombre de ellos.

Debemos educarnos a nosotros mismos y mantenernos informados para entender la problemática que cada grupo enfrenta e involucrarnos en sus luchas - - en vez de sentarnos y observar a la distancia.

En resumen

La amistad es poderosa. La conexión mutua le da significado a nuestras vidas. La comprensión hacia el otro es a menudo lo que lo que nos motiva a realizar el cambio. Y establecer conexiones con gente de diversas procedencias puede ser clave para realizar cambios en nuestra comunidad. Como individuos y en grupos, podemos cambiar nuestras comunidades. Podemos establecer barrios e instituciones en las cuales la gente se comprometa a trabajar para formar relaciones fuertes y alianzas con gente de diversas culturas y procedencias. Podemos establecer redes y coaliciones en las cuales la gente esté mutuamente enterada de sus luchas y esté dispuesta a tenderse una mano. Juntos, podemos hacerlo.

Contributor 
Marya Axner

Recursos en línea

Brown University Training MaterialsCultural Competence and Community Studies: Concepts and Practices for Cultural Competence The Northeast Education Partnership provides online access to PowerPoint training slides on topics in research ethics and cultural competence in environmental research. These have been created for professionals/students in environmental sciences, health, and policy; and community-based research. If you are interested in receiving an electronic copy of one the presentations, just download their Materials Request Form (found on the main Training Presentations page under "related files"), complete the form, and email it to NEEPethics@yahoo.com.

The Center for Culturally and Linguistically Appropriate Services collects and describes early childhood/early intervention resources and serves as point of exchange for users.

Culture Matters is a cross-cultural training workbook developed by the Peace Corps to help new volunteers acquire the knowledge and skills to work successfully and respectfully in other cultures.

The International & Cross-Cultural Evaluation Topical Interest Group, an organization that is affiliated with the American Evaluation Association, provides evaluators who are interested in cross-cultural issues with opportunities for professional development.

The Multicultural Pavilion offers resources and dialogue for educators, students and activists on all aspects of multicultural education.

The National Center for Cultural Competence at Georgetown University increases the capacity of health care and mental health programs to design, implement and evaluate culturally and linguistically competent service delivery systems. Publications and web links available.

SIL International makes available "The Stranger’s Eyes," an article that speaks to cultural sensitivity with questions that can be strong tools for discussion.

Organizations:

Center for Living Democracy
289 Fox Farm Rd
PO Box 8187
Brattleboro, VT 05304-8187
(802) 254-1234

National Coalition Building Institute (NCBI)
1835 K Street, N.W., Suite 715
Washington, D.C. 20006
(202) 785-9400

Re-evaluation Counseling
719 Second Avenue North
Seattle, WA 98109
(206) 284-0113

Southern Poverty Law Center
400 Washington Ave.
Montgomery, AL 36104

Recursos impresos

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Ford, C. (1994). We can all get along: 50 steps you can take to end racism. New York, NY: Dell Publishing.

Kaye, G., & Wolff, T. (1995). From the ground up: A workbook on coalition building and community development. Amherst, MA: AHEC/Community Partners. (Available from Tom Wolff and Associates.)

McCoy, M.,&  et al. (1997). Toward a more perfect union in an age of diversity: A guide for building stronger communities through public dialogue. Pomfret, CT: Topsfield Foundation.

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