Ejemplo #1:Organizar para obtener vivienda comunitaria asequible
La Caja de Herramientas Comunitarias (CHC) habló con Jennifer Van Campen de WATCH CDC en Waltham, Massachussets. WATCH es una corporación sin fines de lucro para el desarrollo comunitario fundada en 1988. Su misión es preservar y promover viviendas económicas y propiciar oportunidades económicas para los residentes de Waltham del Sur con bajos y medianos recursos. WATCH es una organización comprometida con programas y prácticas que fomentan el empoderamiento de las comunidades. Agradecemos a la señora Van Campen por su tiempo y sus consejos.
Sra. Van Campen: WATCH representa la Alianza Waltham para crear viviendas. Es una Corporación de Desarrollo Comunitario (CDC) que fue fundada en 1988 como resultado de la ola de falta de inversión que se había arraigado en Waltham. Una gran cantidad de edificios fueron embargados por los bancos en una especie de explosión del mercado de bienes raíces, así que el trabajo inicial de WATCH fue trabajar con edificios abandonados o propiedades embargadas que pertenecían a los bancos.
CHC: ¿Cómo comenzó?
Sra. Van Campen: Fue iniciado por un grupo de activistas de la paz y el medio ambiente que querían hacer algo a nivel local. Uno de los miembros fundadores había recibido cierta información sobre organizaciones de desarrollo comunitario y dijo: “Oigan, esto es lo que deberíamos hacer en nuestra comunidad”. [Nota editorial: Las Corporaciones de Desarrollo Comunitario (CDC) se tratan en el Capítulo 44, Sección 5 de la Caja de Herramientas Comunitarias]. Así, el grupo original se autodescribió como hippies y gente que verdaderamente quería tomar control de lo que ocurría en su vecindario.
Así, los primeros años fueron en realidad una gran cantidad de negociaciones en torno a la Ley de Preinversión Comunitaria, y tratar de lograr que lo bancos locales entregaran las propiedades y apoyaran la replanificación de viviendas. También se enfocaron en tratar de que la ciudad participara más en la protección y promoción de viviendas económicas, y se sometió a una larga lucha para promover unas cuantas viviendas económicas en un par de ordenanzas que estaban siendo modificadas o creadas en ese entonces. Por ejemplo, había un gran impulso para reorganizar las viviendas que bordean el río, pues Waltham tiene un río – el río Charles – que corre a través del centro de la ciudad.
Un constructor quería desarrollar unos cuantos parques y algunas viviendas. En realidad quería convertir el área en un área exclusiva, lo cual era entonces apoyado por el grupo WATCH. En cambio, nosotros queríamos asegurarnos que habría condiciones para el desarrollo de viviendas económicas en esa propuesta – entonces hubo una larga lucha para obtenerlas. Como resultado, ellos ganaron y se creó una ordenanza de zona de inclusión en la ciudad. Por eso, cualquier vecindad con más de diez unidades de viviendas debe tener 10% de unidades de viviendas económicas o contribuir con 5% del costo total del vecindario a un fondo de desarrollo de vivienda.
CHC: ¡Eso ha tenido que ser una verdadera lucha!
Sra. Van Campen: Lo fue, fue una lucha muy larga y muy difícil, me imagino. Algunas de las primeras tácticas incluían campañas de concienciación de la gente, que trataban de recalcar que el futuro desarrollo de la ciudad se haría con la intervención de los constructores especuladores, a menos que nos organizáramos y lográramos poner por escrito lo que es importante para nosotros. Hubo, pues, muchísimas reuniones informales, mucha acción de la gente en el municipio en diferentes edificios seleccionados que habían sido embargados por los bancos, mucha de las acciones por medio de los periódicos locales. Eso fue decisivo, la presión constante. En realidad no hubo un evento significativo o en realidad, ni siquiera un elemento de gran significado en la campaña que podría decirse que les permitió ganar—solamente tocar las puertas por determinado tiempo y lo suficientemente fuerte – tomó aproximadamente dos años.
Fue después que hicimos una serie de adquisiciones y renovaciones y reventa de una a cuatro propiedades. Y en un periodo de más o menos tres años, renovamos nueve edificios con un total de 17 unidades de viviendas económicas, la mayoría de las cuales fueron revendidas. Pero conservamos algunas de ellas como propiedades para alquiler, así que todavía nos pertenecen y las operamos.
CHC: Bueno, ¿entonces es ésa la misión de lo que están haciendo?
Sra. Van Campen: Estamos cambiando y volviendo a nuestras raíces, que es más la parte de organización comunitaria, concienciación de la gente, una manera de esfuerzo más centrado en el enfoque político. Necesitamos perseguir a la ciudad, al estado e instituciones privadas y obligarlos a hacer más para producir viviendas económicas. Nuestros esfuerzos para comprar y renovar edificios nos pueden ayudar hasta cierto punto, en una escala pequeña y lenta, mientras que la ciudad puede unilateralmente crear una ley que diga que habrá consecuencias por especulación en nuestra comunidad.
CHC: ¿Entonces tienen alguna meta específica que sigue las líneas de política pública?
Sra. Van Campen: Estamos desarrollándolas. Estamos tratando de expandirla a diez puntos. Ahora mismo contiene una plataforma de siete puntos que solicitaremos a los candidatos para alcalde, que incluirán temas como requerir la aplicación del Código Residencial, amparo por desalojo para la gente que presenten quejas de código de salud y desgravación fiscal para los propietarios que acepten alquilar a personas de recursos económicos bajos a moderados, utilizando fondos públicos y privados para crear un programa de segunda hipoteca para la gente que quiera comprar viviendas en Waltham. La ciudad tiene en su poder un fondo de viviendas económicas y en los últimos siete años no se ha desembolsado. Está ahí completamente inactivo, así que vamos a exhortarlos a trabajar con nosotros para crear un plan para gastar ese dinero. Estas son algunas de las ideas sueltas en este momento.
Sra. Van Campen: Creo que en cualquier negocio—y en particular en las empresas sin fines de lucro – uno tiene que ir con el mercado. Las necesidades de nuestros mercados cambian, y una de las áreas débiles que tienen nuestras instituciones es que no quieren escuchar a su comunidad para modificar sus programas en el momento oportuno. Opino que la gente cambia, las circunstancias cambian y como resultado, los programas tienen que cambiar.
CHC: ¿Tiene alguna recomendación para las personas que están participando en organización comunitaria?
Sra. Van Campen: Lo más importante es escuchar honesta y abiertamente a la gente y respetar sus necesidades e intereses. Esto significa que el trabajo debe reflejar esas necesidades e intereses. Es una pena que se reciban fondos para capacitación en el uso de computadoras si eso no es lo que se comenta en la comunidad que se necesita y se quiere. Y probablemente la otra cosa importante es nunca dar la espalda a la gente. Nunca den la espalda a una persona – tal vez no pueda venir a la reunión el jueves en la noche y tal vez no devuelva llamadas, pero algún día lo hará. Cuando esté lista – no se le debe cerrar a nadie la puerta a las oportunidades.
Para más información, llame al 781-891-6689, o pase por las oficinas del Programa de Residentes de Windcall, ubicadas en 333 Moody Street, segundo piso, Waltham. Por favor llame con anticipación si necesita ingresar con silla de ruedas. Nuestro personal puede atenderle en inglés, francés, haitiano, creole y español.
Ejemplo #2:Organización de asistencia social
Aportación de Shelley Icenhower
Este artículo fue publicado en el sitio Web del Centro para el Cambio Comunitario (http://www.communitychange.org/) y esta reeditado aquí con su permiso. Nuestro agradecimiento a la Sra. Icenhower y al Centro para el Cambio Comunitario por permitirnos publicarlo.
Mi peregrinaje hacia la organización de asistencia social comenzó hace dos años cuando me levanté en una audiencia pública e hice la pregunta: “¿Cómo ayuda esto a las familias a lograr la autosuficiencia? Como madre soltera, con tres niños, directamente afectada por la reforma de asistencia social, consideraba que merecía una respuesta. Hice la pregunta tres veces y cada vez recibí la misma respuesta. "No puedo contestar esa pregunta” fue la respuesta del funcionario del Departamento de Servicios Sociales y de Salud. Me senté sintiéndome desalentada y sola. Se escuchó la voz de una señora de atrás que se levantó y dijo: “Usted le debe una respuesta". ¿Yo merecía una respuesta? Sí, la merecía. Ese sentimiento de tener otra voz que se una a la mía me ha guiado a donde estoy hoy en día – organizadora de asistencia social para la Acción de la Gente de Montana.
Leí las políticas, estudié las normativas. Quería saber todo lo referente a la reforma de asistencia social en Montana. Comencé a presentar declaración en audiencias de comités. Di un discurso poderoso en una concentración en contra de los recortes de asistencia propuestos y me entrevistaron para un artículo en el periódico. Hice que escucharan mi voz. Sufrí la reacción violenta de otros miembros de la comunidad y de la Oficina de Asistencia Pública por mi activismo. Esto era algo que nunca esperé y que nadie me había advertido. Me caí, pero me levanté nuevamente y continué. Me convertí en una líder en la lucha de nuestros derechos entretanto continuaba repitiendo mi pregunta original. Todavía no he recibido una respuesta, aunque he recibido muchas reacciones. He aprendido que si no recibes una respuesta, tal vez es hora de cambiar la pregunta. La pregunta ahora es “¿Cómo daña esto a las familias?
Creo que ser una beneficiaria de la asistencia social me da una perspectiva única para organizar a otros que reciben esta asistencia. Tenemos en común entender las dificultades de sobrevivir el día a día. He aprendido a través de mi experiencia cuál es el apoyo necesario para participar en la lucha y convertirse en líderes. Necesitamos guarderías para asistir a reuniones y eventos, y a veces transporte. Necesitamos que alguien nos apoye cuando hay reacciones violentas y necesitamos saber que pueden ocurrir. Necesitamos que otros escuchen lo que tenemos decir y que le den validez. Estas son nuestras historias que compartimos. No es fácil, pero vale la pena. El cambio no ocurre solo y podemos marcar una diferencia. Es importante compartir nuestras voces y hacer que las escuchen. Necesitamos estar en la mesa exigiendo y reafirmando nuestros derechos de tener control de nuestras vidas. Tenemos que hacerlo colectivamente, apoyándonos el uno al otro porque nuestro poder radica en ser consecuentes. Necesitamos tener una visión de a dónde queremos llegar en el 2001-2002. Sin embargo, lo más importante es que tenemos que darle una voz a esa visión y hacer que la escuchen.
Shelley Icenhower dirige Defensores de Asistencia Social de Montana (WAM), el cual es un proyecto de Acción de la Gente de Montana, una organización con membresía a nivel estatal afiliada a la Federación de Organizaciones Comunitarias del Noroeste y ACORN.
Ejemplo #3:Organización para dar fin a la discriminación
La Caja de Herramientas Comunitarias habló con Della Mitchell, organizadora líder de la Coalición de Chicago para los Sin Techo. Agradecemos a la Sra. Van Campen por su tiempo y sus consejos.
Sra. Mitchell: La primera campaña que organicé fue en Carolina del Norte. Había un teatro en la ciudad, en un edificio perteneciente a la ciudad y le preguntamos al alcalde si nosotros (afroestadounidenses) podíamos ir allá. Así, organizamos una marcha de protesta – era de estudiantes de secundaria y universitarios. Marchamos con esa protesta durante días y semanas tratando de obtener una reunión con el gerente para poder explicarle que no era correcto y que nosotros también teníamos el derecho de ir allá. Pero no nos estaban prestando mucha atención, hasta que un fin de semana la obra Matar un ruiseñor estaba exhibiéndose en el teatro. Y pensamos, "¿Ustedes van a presentar esta película y nosotros no podemos verla? [Es decir,] a menos que fuéramos al área del balcón, donde uno se sienta apretado, sin poder moverse para nada".
Con el mismo grupo, decidimos que íbamos a ir ese fin de semana que era el fin de Semana Santa, lo que hacia más interesante este estilo de organizarse. Notifiqué a los padres lo que íbamos a hacer: íbamos a formar una cadena humana el frente del teatro – si no nos permitían entrar, entonces no entraba nadie. Y que sospechábamos que nos iban a arrestar. Y tal cual, nos arrestaron. Me llamaron de alcaldía de la ciudad diciendo: “Vamos a arrestarlos si no se retiran de enfrente del teatro”. Rehusamos movernos y fuimos a la cárcel. Nos quedamos en la cárcel todo el fin de semana. Nos ofrecieron fianza pero no aceptamos la fianza. No íbamos a dar fianza por algo que es nuestro derecho hacer. Si nos dejan ir, por supuesto que nos iremos.
Y yo siempre he sido una persona muy espiritual, muy religiosa, así que decidimos ayunar ese fin de semana. Y ayunamos, oramos, cantamos hasta que se dieron cuenta que nos enfermaríamos si no comíamos. Entonces decidieron: “vamos a dejarles salir de aquí”. Mientras tanto, ese domingo por la mañana se escuchaba mucho ruido. Podíamos escucharlo y provenía de otra parte de la cárcel, recibimos una nota de alguien que podía mirar hacia afuera, diciéndonos que había mucha gente frente a la cárcel.
Nos dejaron salir ese domingo en la mañana y cuando salíamos por la puerta, casi cada iglesia de la ciudad estaba afuera de la cárcel dando su servicio del domingo en apoyo de nuestro arresto.
Así que se necesitó algo así de dramático para llamar la atención de las autoridades y de nuestras comunidades. Como muchas iglesias nos permitían tener nuestras reuniones, había como de 10 a 15 jóvenes estudiantes universitarios que estaban participando en las marchas de protesta antes de que esto ocurriera. Y después de que esto ocurrió, pudimos reunir – cada vez que mandábamos un folleto o anuncios en nuestras iglesias –trescientas, cuatrocientas, quinientas personas simplemente de boca en boca, sin tener que salir a la comunidad.
Creo que esto es la mismísima cosa, este estilo de organización – desobediencia civil – de la que a mucha gente joven de hoy no le gusta que hablemos. Dicen: "Los años sesenta, los años sesenta, estoy cansado de escuchar de los años sesenta”. Bueno, claro, pero es hora de que regresemos a eso, a menos que tengan una mejor idea. Es hora de regresar a los años sesenta para realmente obtener la atención del sistema y hacerles ver que lo hacemos en serio. Hoy no estamos haciendo ese tipo de organización. Hay mucha charla y mucha organización, pero no es el tipo de movimiento como el que teníamos en los años sesenta. Si lo hubiera, no estaríamos lidiando con la reforma de asistencia social con la que tenemos que lidiar y todo lo referente a los sin techo. No tendríamos el problema de los sin techo que tenemos hoy, si estuviéramos organizados, y digo realmente organizados, diciéndole al sistema ya basta.
CHC: A la gente que está convirtiéndose en organizadora, ¿qué consejo le daría?
Sra. Mitchell: Si están entrando al área de organización, tienen que retirarse del camino y realmente estar dispuestos a escuchar lo que la gente dice, y entonces escoger sus temas. El tema debe ser el que haya escogido la comunidad. [Por ejemplo,] yo apoyo la necesidad de guarderías. Pero si me hablan de la necesidad de guarderías y no tengo un lugar donde vivir o no tengo un trabajo que pague el salario necesario para vivir, no voy a escuchar. Uno debe asegurarse que si escoge un tema, tiene que ser uno que sea apoyado por la comunidad en general.
Se debe comenzar con uno que se pueda ganar, se necesita saber quién es su objetivo y asegurarse de que no se está escogiendo un tema que va a dividir a la comunidad. Trate de unirlos. Necesita ser sentido a fondo.
Tiene que asegurarse que usted siente respeto por la gente a la que está organizando. Conviértase en una de esas personas, ya sea un organizador perteneciente a esa comunidad o uno contratado por una organización y enviado a una comunidad, tiene que convertirse en parte del material de esa comunidad y respetarla.
Tiene que tener un compromiso realmente fuerte y darse cuenta de que cuando uno va a organizar, uno no lo hace sólo en una jornada de ocho horas. Tiene que estar dispuesto a ir a toda clase de vecindarios, porque la gente pobre, desafortunadamente, vive en lugares deprimidos y con alto índice de criminalidad, y uno tiene que estar dispuesto a ir ahí.
Y desde de un punto de vista espiritual, lleve consigo a la fortaleza divina. No todos piensan así y eso no significa que no usted puede ser un buen organizador si no piensa de esa manera, pero a mí me ayuda. Desde un punto de vista personal, es difícil separarme de esa parte de mi vida, así que yo pienso en Él.
Es casi imposible organizar sin la participación de la gente afectada por el tema por el cual estamos organizándonos. Tiene que contar con la participación de la gente sin techo, tiene que tener la participación de la gente pobre que está siendo afectada por la reforma de asistencia pública, por la falta de viviendas económicas y de trabajos que den salarios para poder vivir. Ellos tienen que participar y tienen que salir a decir lo que necesitan para poder efectuar el cambio que mejorará nuestras vidas. Esa es mi esperanza. ¡Y que invitemos a otros a seguir el mismo molde, que tenemos que organizar a los pobres, que se registren para votar, que hablen por ellos mismos!