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Sección 1. Criterios para seleccionar prácticas prometedoras e intervenciones comunitarias

  • ¿Qué es una práctica o intervención prometedora?

  • ¿Dónde puede usted enterarse sobre prácticas o intervenciones prometedoras existentes?

  • ¿Cómo identifica usted una verdadera práctica o intervención prometedora?

  • ¿Cómo elige usted la práctica o intervención particular que es adecuada para su comunidad?

La Iniciativa de Jóvenes de West Pumpkinville (WPYI por sus siglas en ingles) ha completado un cuidadoso análisis de los problemas que enfrentan los jóvenes, abarcando todos los sectores de la comunidad. Sus hallazgos fueron reveladores: niños y otros miembros de la comunidad estaban igualmente consternados y atemorizados por el número de niños que llevan armas a la escuela, y por el número de incidentes de violencia que la mayoría de los jóvenes encuentran diariamente. La iniciativa por lo tanto ha identificado la prevención de la violencia juvenil como el área que ocupa mayor dirección.

Pero un problema identificado no es lo mismo que un problema resuelto. Todos sabemos que no se puede simplemente agitar una varita mágica y la violencia juvenil desaparecerá en la comunidad. Es un asunto complejo que comprenden niños, padres, escuelas, la policía, las finanzas de la comunidad, la actitud de la comunidad, la disponibilidad de armas- muchas cosas que encaminar de una sola vez para  la WPYI. La iniciativa y la comunidad tienen que elegir una intervención que servirá.

Una manera de tratar con este problema es observar que otras comunidades han tratado de prevenir la violencia juvenil. Entonces, la pregunta sería “¿Cómo sabemos si un modelo particular tendrá el efecto que estamos buscando?” WPYI tiene varias opciones:

  • Se podría hacer lo que las demás comunidades están haciendo, sin preocuparse acerca de cuán bien funciona. (Esto puede sonar tonto, pero un sorprendente número de organizaciones en gran variedad de campos adoptando este acercamiento.)
  • Se podría inventar algo desde cero. Después de todo, ha habido una gran participación de la comunidad en el análisis y planificación del proceso. Seguramente, si unimos todos esos cerebros, podríamos obtener muy buenas ideas.
  • Se podría buscar algunas prácticas e intervenciones que ya han sido utilizadas en otro lugar, las cuales parecen ser exitosas en la manera que WPYI tiene en mente.

Este capítulo es sobre encontrar que clase de prácticas e intervenciones son posibles, escogiendo que es apropiado para sus propósitos y los de su comunidad, y adaptándolas a las necesidades particulares y características de su comunidad y población meta. En esta introducción del capítulo, discutiremos como decidir si una práctica o intervención tiene la posibilidad de cumplir los propósitos que usted busca.

¿Qué es una práctica o intervención prometedora?

Prácticas prometedoras e intervenciones son aquellas que tienen el potencial de enfrentar efectivamente los problemas que le preocupan en su comunidad. Son usualmente (pero no siempre, como lo veremos) cosas que parecen  haber servido en otro lugar, y que han sido juzgadas por estándares que tienen sentido para su comunidad y su problema.

¿Cuál es la diferencia entre una práctica y una intervención?

Una práctica es una forma particular de hacer las cosas. Pueden tratar  un programa completo o puede referirse simplemente a un método simple o manera de mirar las cosas. Inocular infantes contra enfermedades particulares a edades particulares porque a dichos tiempos es cuando se provee mayor protección es un ejemplo de una práctica. Otra es restringir –o no restringir  - el acceso a refugios a personas que se encuentren activamente bajo la influencia del alcohol o las drogas.

Una intervención es usualmente un programa completo o iniciativa hecha para lograr un resultado total. En el primer ejemplo superior, la práctica es la inoculación de infantes a edades específicas. La intervención escogida para llevar a cabo esta práctica sería probablemente un programa integrado, donde se haría contacto con las madres de los infantes, dando incentivos para lograr inocular a los niños, haciendo seguimiento para asegurarse que los niños recibieran otro tipo de cuidado de la salud, etc.

En la situación del refugio, la práctica de restringir a aquellos que se encuentren activamente bajo la influencia de drogas o alcohol sería parte de un paquete de intervención mayor: hacer contacto con gente sin hogar, particularmente con frío o clima desagradable, dándoles un lugar caliente y seguro para dormir, y talvez ofrecer otros servicios como entrenamiento para trabajo y colocación. La práctica de excluir usuarios sería utilizada para asegurar la seguridad física y conforte psicológico – y el regreso- de otros que necesiten la intervención.

Prácticas son las herramientas que las intervenciones utilizan para hacer el trabajo. En ocasiones una intervención completa puede ser considerada una práctica. Una campaña de alfabetización de adultos o entrenamiento para trabajo, por ejemplo, pueden ser vista como una práctica necesaria en el contexto de una iniciativa mayor para eliminar la pobreza en la comunidad. Un programa de tratamiento por el uso de drogas con varios componentes puede ser visto como una práctica si es aceptado que el programa necesita todos esos componentes y una estructura dada para hacer el trabajo.

Prácticas e intervenciones no tratadas

Prácticas e intervenciones prometedoras pueden ser también aquellas que no se hayan utilizado, pero están basadas en algo sólido. Algunas veces, no existe un modelo para lo que se quiere hacer, o al menos no uno satisfactorio. En ese caso, existen lugares para buscar ideas.

  • Teoría. Usted puede haber leído sobre una nueva idea, o puede conocer a un profesional con una investigación en el área en la cuál usted esta preocupado. Probar una intervención o una práctica basada en una teoría es una manera para aparecer con una estrategia que tiene buenas posibilidades de funcionar y también para probar la teoría.

Muchos años atrás, un estudiante de Harvard tomó un curso de psicología con B.F.Skinner, el teorista sobre el comportamiento. El trabajo de Skinner con las palomas ha mostrado un importante refuerzo –recompensar a un sujeto por ciertas acciones- funcionando mejor cuando no era regular. Si usted no premia las palomas a cada momento, es más fácil mantenerlas haciendo lo que usted desea, porque así nunca sabrá cuando obtendrá la recompensa. Si la recompensa es constante, el pájaro puede hacer una elección: “He tenido suficiente comida por el momento, no creo que coma en este momento”.

El estudiante pasó el verano después del curso como un consejero de campo. El decidió probar la teoría de Skinner con un puñado de ruidosos niños de nueve años. Si se iban a dormir en silencio a tiempo, si sen formaban para las comidas cuando se les pedía, etc., él les daría dulces…algunas veces. Al final del verano el tenía el puñado con el mejor comportamiento en el campo. Cuando regresó a Harvard en el otoño, el fue a ver a Skinner y le describió su experiencia. Skinner estaba emocionado, porque esta era la primera vez que el refuerzo variable, como él lo llamaba, había sido probado en humanos. Éste es el ejemplo de una práctica prometedora creciendo a partir de una teoría.

  •  Experiencia pasada. Usted puede haber tratado o visto algo que funcionó bien en una situación similar, o puede haber evidenciado de experiencias pasadas que ciertos métodos tienden a trabajar bien bajo ciertas circunstancias. Esa es una base razonable para actuar.
  • Análisis del problema, especialmente uno que provenga de una discusión de todos los sectores de la comunidad. Si muchas personas están involucradas en observar el problema, incluyendo miembros de la población meta y la comunidad en general, es más probable que emerjan soluciones que ataquen las causas reales del problema. Este tipo de soluciones tienden a tomar en cuenta la realidad histórica y cultural de la comunidad, y a tener una oportunidad razonable de éxito.

Nuevas prácticas e intervenciones tienen que empezar en algún lugar. En ocasiones empiezan de ideas enteramente nuevas o nuevas percepciones de un asunto. Usted puede estar en una situación donde eso es adecuado. Una advertencia: hay pocas ideas que son totalmente nuevas. Si usted tiene una idea nueva, investigue y observe si ésta o algo similar se han intentado anteriormente. Si ha sido así, usted tiene la posibilidad de obtener sugerencias acerca de cómo hacer que funcionen y como evitar problemas.

¿Dónde puede usted enterarse sobre prácticas o intervenciones prometedoras existentes?

La discusión anterior, claro está, nos lleva a la pregunta de donde buscar prácticas e intervenciones prometedoras. Existe un número de posibilidades, y lo ideal es usar la mayoría que usted pueda. La mejor estrategia para aprender sobre prácticas e intervenciones prometedoras es encontrar y contactar directamente los programas e iniciativas usando las prácticas o intervenciones en las que usted está interesado.

Algunos recursos de información sobre prácticas e intervenciones prometedoras:

Redes.

Hable con todos los que conozca. Los directores y el personal de otras agencias, miembros de coaliciones, y otros pueden tener conocimiento sobre cosas que suceden en esta área, incluso por estado o a nivel nacional. Ellos pueden proveer instrucciones, o al menos información para que usted pueda contactar programas o iniciativas  y aprenda sobre lo que ellos hacen.

El Internet.

El Internet crece por millones de sitios al año.  Una vez que usted ha desarrollado buenas destrezas en la búsqueda, puede encontrar casi cualquier cosa.

Bibliotecas.

Las bibliotecas públicas están abiertas para todos. Los colegios privados y las universidades le pueden permitir utilizar sus bibliotecas, aunque usted no tenga conexión con la institución, usted puede ser elegido para tener privilegios de alumno. En muchos estados, colegios y universidades públicas le conceden privilegios a residentes estatales. Mucho del material referido anteriormente reside en las bibliotecas, y los bibliotecarios pueden ser extremadamente útiles encontrando lo que usted busca. Ellos son persistentes y tienen el conocimiento, usualmente disfrutan la búsqueda en sí, y reciben satisfacción al poder ayudar.

Apoyo estatal y nacional y organizaciones profesionales.

Estas organizaciones suelen dar premios por las mejores prácticas, o las documentan en artículos de periódicos y en conferencias. Los periódicos usualmente  se encuentran disponibles en bibliotecas, ya sean públicas o privadas, y usualmente también en el Internet; el proceder de las conferencias es a menudo publicado en el Internet. Usted puede contactar la organización para enterarse de que hay disponible.

Agencias internacionales, estatales y federales.

UNESCO, el Consejo de Alcaldes los Estados Unidos, HUD, y otros usualmente tienen listas de las “mejores prácticas” en programas que ellos fundan. Estos pueden encontrarse en el Internet (ver Recursos para varias listas), en publicaciones del gobierno, o disponible impresos en las mismas agencias.

Fundaciones y otros fondos privados.

Estos fondos también pueden enlistar las mejores prácticas, o simplemente pueden describir proyectos que fundan. Muchas de estas litas y descripciones se encuentran también en el Internet, en bibliotecas, o se encuentran disponibles en los mismos fondos.

Academia.

Universidades y colegios locales pueden tener investigadores buscando lo que a usted le esta preocupado, o pueden conocer otros que lo estén. Inclusive, pueden haber estudiantes graduados a los cuales les gustaría trabajar con usted en un proyecto. Usualmente son pagados por subvenciones universitarias, y si ellos quieren evaluar o documentar lo que hacen para una tesis de maestría o doctorado, usted no sólo obtendrá su experiencia, sino también algunos servicios gratis. Comience por contactar los departamentos universitarios más conectados al trabajo que usted hace – educación, ciencias ambientales, psicología, salud pública, etc.

Palabra de la boca de la comunidad.

Clérigo, miembros de clubes de servicio y miembros de la comunidad de negocios pueden tener conocimiento a través de sus redes de modelos de intervención en otros lugares.  Además, otros miembros de la comunidad, incluyendo miembros de la población meta, pueden conocer sobre programas o iniciativas similares a la que usted quiere iniciar.

¿Cómo identifica usted una verdadera práctica o intervención prometedora?

Una vez que usted ha observado un número de “buenas prácticas” y ha hablado a algunos conocidos sobre sus programas, ¿cómo decide usted cual verdaderamente funciona, y que puede funcionar para usted? Primero, usted necesita tomar las mejores prácticas que ha estado observando y determinar cuál es su mejor aplicación. Luego, la pregunta es que criterio usa usted para identificar las mejores prácticas e intervenciones. En otras palabras, ¿cómo sabe usted que realmente funcionan? Finalmente, ¿cuáles son algunos de los elementos comunes de prácticas e intervenciones, elementos que usted puede incorporar en cualquier cosa que usted decida hacer?

¿Mejor práctica para qué?

Ciertas mejores prácticas pueden o no ser relevantes para sus metas. Muchas organizaciones, agencias o departamentos gubernamentales identifican como mejores prácticas aquellas que resuelven un problema específico o tratan una condición específica. Así, una mejor práctica en servicios de niños y familia puede ser una enfocada en el abuso infantil, y reducirlo drásticamente por medio del incremento de la vigilancia y la imposición por medio de los trabajadores encargados de la protección de la niñez. Estas prácticas e intervenciones son ciertamente vitales – nadie podría negar la necesidad de reducir el abuso infantil tan rápido y drásticamente como sea posible-  pero usualmente fracasan en subrayar las causas del asunto.

Otro tipo de mejor práctica se enfoca en la prevención. En el caso del abuso infantil, por ejemplo, una “mejor práctica” de intervención preventiva pueden incluir la vigilancia e imposición, pero también atacaría el problema en otros niveles. Esto puede incluir consejo para los niños abusados; consejo para padres abusadores; cursos sobre habilidades para padres ampliamente disponibles, particularmente para aquellos en riesgo de abusar de sus hijos; establecimiento de grupos de padres; actividades familiares divertidas, para motivar a los padres a disfrutar sus hijos; y un intento, a través de programas escolares, anuncios en medios, y de otros tipos para cambiar la actitud de la comunidad que acepta el abuso infantil.

Finalmente, hay un tipo de mejor práctica que promueve ciertos comportamientos, actitudes, o causas. De nuevo, este tipo de práctica o intervención busca la raíz de los problemas y los asuntos, pero se acerca a ellos desde un ángulo positivo. Les pide a las personas hacer algo, en lugar de dejar de hacer algo. Las campañas que promueven el uso del condón y del sexo seguro como una defensa contra el SIDA, son un ejemplo. No sugieren que todo mundo debería de dejar de tener sexo (casi en ningún caso), pero si deberían adaptar algunos comportamientos que los protegerán del riesgo. Muchos programas de salud han cambiado de la prevención de la enfermedad a la promoción de la salud, enfatizando tomar pasos positivos para mantener y mejorar la salud actual y a largo plazo por medio de una atención diaria a la dieta, ejercicio, estrés y otros factores de salud relacionados.

Conforme usted busca mejores prácticas, usted deberá tener claro en que clase de prácticas e intervenciones  está interesado (y tener los recursos). ¿Está usted tratando de arrancar un programa de tratamiento, el cual ataca las manifestaciones de un problema particular o asunto? ¿Está usted, en cambio, planeando un programa preventivo, a través del cual usted tratará de atacar y cambiar las raíces del problema o asunto? ¿O, usted promoverá un programa de promoción, que se acerca al asunto desde un punto positivo? Al estar claro sobre la dirección que usted desea escoger, esto le permitirá decidir entre cuales mejores prácticas e intervenciones prometedoras funcionaran mejor para usted.

Desarrollar un programa enfocado en una de estas tres aproximaciones no significa que usted no pueda utilizar las otras dos. Nadie sugerirá, por ejemplo, que una intervención hecha para prevenir el abuso infantil tampoco intentaría detener el abuso actual y daría o encontraría consejo para víctimas y ofendidos .

Existe otro elemento a la pregunta de cual mejor práctica se debe realizar: ¿cuál es el problema real o asunto que su comunidad necesita tratar?

Criterios para identificar mejores prácticas e intervenciones

Existen esencialmente dos caminos que usted puede observar para una práctica o intervención: cuantitativamente y cualitativamente.

La vista cuantitativa utiliza números para analizar y entender el impacto de particulares prácticas o intervenciones en su población meta. Este número puede ser utilizado de maneras simples o complicadas. Pueden simplemente nombrar el número de gente servida, o el número que logró algo específico. Pueden ser usados para hacer simples comparaciones que resalten que parece haber ocurrido como resultado de lo que se ha hecho. O pueden ser utilizados en análisis estadísticos, para tratar de trazar conclusiones complejas sobre los efectos de un programa.

Si observamos los programas de prevención de la violencia juvenil que se han estado realizando durante dos años, por ejemplo, pueden existir varios tipos diferentes de números que nos digan algo. Primero, existen números de la comunidad:

  • La diferencia en el número de muertes violentas de gente menor de 18 años el año pasado, comparado con el año anterior a que el programa iniciara. (En Boston, la iniciativa Detiene la Violencia comenzó como una reacción a la muerte de dos niños jóvenes que fueron alcanzados por disparos cruzados, esta demostró su efectividad por medio del hecho de que en dos años el número anual de jóvenes asesinados en la cuidad cambió de doce a 0.)
  • La diferencia en el número de jóvenes acusados por posesión ilegal de armas de fuego.
  •  La diferencia en el número de jóvenes arrestados por crímenes de violencia.
  • La diferencia en el número de llamadas al 911 involucrando jóvenes.

Luego, existen programas de números:

  • El número de jóvenes educados en resolución de conflictos en la escuela.
  • El aumento (o el mismo número, si no existían previamente) en el número de mediadores entrenados, especialmente en grados de escuela elemental y media.
  • El número de conflictos mediados en escuelas por mediadores.
  • El número de contactos entre la juventud y el personal del programa.
  • El número de padres completando los cursos de educación para padres.

Todos estos números deberían tener algún aporte sobre la efectividad del programa.

Sin embargo, estos números no siempre significan mucho  (como dijo Mark Twain, “Existen las mentiras, malditas mentiras, y las estadísticas.”), incluso simples números pueden ser una indicación de cómo una buena práctica o intervención está funcionando. Si el número de personas al que un programa sirve continúa creciendo, y si la mayoría de esas personas se quedan en el programa lo suficiente para que el programa tenga algún efecto, las posibilidades de que esté haciendo algo positivo son buenas.

El crecimiento de la salud o de un programa de servicio humano usualmente significa que lo que se dice en las calles es que es algo bueno. El hecho de que las personas se queden en el programa significa que están recibiendo lo que necesitan.

Incluso con estos números simples y aparentemente directos, puede haber otras circunstancias que usted necesita conocer. ¿El programa o alguna otra fuente le está pagando a la gente para que asistan, por ejemplo? Y lo más importante ¿qué esta el programa logrando realmente? Sus metas pueden ser entrenamiento para trabajo, por ejemplo, pero la gente puede estar asistiendo por el aspecto social de las clases. A no ser que también estén absorbiendo la sustancia del entrenamiento, el programa no está logrando su objetivo, aun así son asistencia y las tasas de finalización son grandes.

El análisis cuantitativo es generalmente considerado objetivo, y un buen indicativo de si algo ha ocurrido como resultado del programa. Muy amenudo, es lo que los fondos públicos  y oficiales públicos demandan como “prueba” de la efectividad del uso de los impuestos. Desafortunadamente, el análisis cuantitativo por si solo usualmente falla para probar cualquier cosa ya sea de una manera o de otra,  aunque parezca hacerlo.

Tome el caso de una intervención que pierde una larga proporción de aquellos a quienes sirve cada año. Por los estándares que hemos discutido, eso significa que no sirve, ¿cierto? Bueno, talvez. Mientras eso pueda ser verdad, echemos un vistazo a las personas que no se van: ¿Qué pasa si resultan ser muy exitosas? ¿Por qué? ¿Y que pasaría si el programa fuera diferente? ¿Haría eso alguna diferencia en que más participantes se quedaran o no?

Puede ser que dicho programa deba estar enfocado a un grupo más pequeño, o que las personas que lo dejaron habrían dejado cualquier programa, porque simplemente no se encuentran en un lugar en sus vidas donde estos servicios les parezcan necesarios. (Es bien conocido en el campo, por ejemplo, que es muy difícil evitar la deserción en los programas de educación masculina entre los 16- 24 años de edad. Simplemente no ven la relevancia de la educación en sus vidas. Cuando envejecen, se vuelve más claro para ellos.) Información cuantitativa puede no dar las respuestas para ninguna de esas preguntas.

Los números no siempre dan una imagen completa, o proporcionan la información que usted ocupa. Muchos funcionarios se muestran impacientes, por ejemplo, con las campañas de alfabetización de adultos si los estudiantes no muestran resultados cuantitativos dramáticos en poco tiempo. Dichos funcionarios olvidan que la mayoría de los niños necesitan 12 años para llegar al nivel de lectura de 12º grado. ¿Por qué deberían esperar que los adultos, quienes han tenido problemas de lectura toda su vida, sean capaces de avanzar varios grados en seis meses o un año?

El análisis cualitativo observa que sucede realmente cuando una práctica particular o intervención es utilizada. Puede incluir cualquier cosa desde anécdotas y fotografías (en palabras o fotografías actuales) hasta  análisis de modas y acciones en un largo periodo de tiempo. Los expedientes de un psicólogo son análisis cualitativos, por ejemplo, como son la mayoría de los ensayos de los historiadores, críticas de arte y de literatura y científicos políticos.

Los análisis cualitativos sobre la efectividad de un programa preventivo de la violencia juvenil pueden ser menos exactos que los números, pero también puede ser más informativo en algunas maneras. Miremos cierta posible evidencia cualitativa.

  • Los maestros dicen que se sienten más seguros en la escuela.
  • Los maestros de escuela sienten que están librando menos batallas, y observan a los niños resolviendo sus diferencias de maneras pacíficas las cuales ellos no esperaban antes.
  • Los mediadores se sienten respetados en la escuela como lo son los atletas.
  • Hay más gente en las calles, especialmente de noche.
  • La policía se siente mejor recibida en los vecindarios.
  • La policía se siente menos amenazada, y le hablan a los niños en las calles.
  • La policía y los maestros están menos enterados que antes sobre las pandillas raciales.
  •  Los eventos deportivos y la participación parecen haber tomado más popularidad e importancia entre la juventud.
  • Hay testimonios del efecto positivo del programa de partes de miembros de la comunidad, niños y padres.

El análisis cuantitativo del programa parecía mostrar que había menos eventos de violencia y que más niños estaban recibiendo las habilidades para evitar la violencia  si así lo deciden. El análisis cuantitativo mostró que estaba ocurriendo algo más allá que una simple reducción de los incidentes de violencia. De hecho, los niños estaban utilizando las habilidades que se les enseñaron, y todo el clima respecto a la violencia estaba cambiando. Usando los datos cuantitativos y cualitativos es posible observar que los programas parecen estar cambiando la actitud de los jóvenes respecto a la violencia, parece que tiene un efecto a más largo plazo que simplemente reducir el número de incidentes por medio del refuerzo o aumento de la conciencia.

La lección aquí es que la combinación del análisis cuantitativo y cualitativo es lo que brindad una mejor imagen de la realidad, y hace posible identificar una práctica prometedora o intervención. Sin embargo, ese no es el final de la lección. Volvamos al programa en el cuadro superior que parece servir a un número pequeño de personas extremadamente bien. ¿Qué podemos aprender de ese ejemplo?

Si hacemos los estándares para una “mejor práctica” muy estrictos, estamos aptos para rechazar algunas posibilidades que tienen potencial. Recuerde, las cosas trabajan diferente en diferente lugares y en diferentes circunstancias. Si sus estándares son “nada excepto el Mercedes”, usted nunca comprará un Subaru que lo puede llevar a casa en la nieve mientras que su Mercedes está girando sus llantas en el estacionamiento.

La Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) se dedicó a encontrar programas de prevención que funcionarán (compilados en el libro “14 Ounces of Prevention: A Casebook for Practitioners” ). Los estándares que el comité de revisión decidió para escoger que los programas eran lo suficientemente rigurosos (duro, información cuantitativa- y sólo cuantitativa- en un gran número de categorías, incluyendo seguimiento; y documentación suficiente que alguien pudiese reproducir el programa exactamente como debe ser, en cualquier otro lugar) sólo encontraron 14 programas de 300 evaluados que se apegaran a sus criterios.

De hecho, para poder producir el tipo de resultados que la APA busca en su investigación, un programa tenía que ser fundado sólo para hacer eso, y la mayoría de los programas no lo son. Aplicando criterios tan estrictos, el panel de la APA sin duda alguna eliminó un gran número de programas extremadamente efectivos que podían haber provisto modelos o ideas para más cosas. (Mientras, no es necesario ir muy lejos para admitir que este criterio puede ser muy estricto, la APA admite que un número efectivo de programas fueron probablemente omitidos de la elección.)

Cuando usted busca prácticas prometedoras, empiece por entrevistar una red grande. Algo que funciona adecuadamente sólo en una comunidad puede ser dinamita para otras, con un pequeño pellizco. De la misma manera, algo que funciona bien en un lugar puede no ser apropiado para usted.

Otro elemento de su búsqueda debería ser encontrar lo que no funciono. Usted puede tener una gran idea con un desperfecto que ya ha sido descubierto en otro lugar. O puedo haber antes un intento de hacer algo similar en su comunidad, con resultados desastrosos debido a un factor cultural.  Conocer su historia puede salvarle una gran cantidad de tiempo, energía y frustración. Es uno de los criterios más importantes para valorar una práctica prometedora o intervención.

Características generales de un programa exitoso

Una manera de acercarse a la búsqueda de una práctica prometedora o intervención es observar los elementos generales que parecen trabajar. Lisbeth Schorr, en su libro Common Purpose: Strengthening Families and Neighborhoods to Rebuild America (Nueva York: Libros Anchor, Doubleday, 1997), discute sobre que funciona en el mejoramiento de resultados para niños y familias. Ella identifica “Siete atributos de programas altamente efectivos”.

  • Los programas exitosos son comprensivos, flexibles, producen una buena respuesta y son perseverantes. Ellos enfocan muchos aspectos de un asunto en lugar de uno solo; ellos pueden y hacen, cambian de acuerdo con las necesidades de los participantes y la comunidad; y se mantienen en ellos por todo el tiempo que sea necesario para lograr su propósito.
  • Los programas exitosos observan a los niños en el contexto de las familias. En otras palabras, ellos toman la visión de que el niño no existen en un vacío, y que hay que entender que sus familias para poder entenderlos a ellos y sus asuntos. También hay  que apuntar intervenciones para toda la familia, no sólo para los niños.
  • Los programas exitosos tratan con las familias con parte de los vecindarios y las comunidades. Las familias tampoco existen en un vacío. Una intervención con expectativas de producir un efecto en las familias necesita también tomar en consideración a la comunidad. Dichas intervenciones responden a las necesidades de la comunidad, unirlos con personas de los mismos grupos como con los que viven en la comunidad, y tratar de construir liderazgo y otras capacidades en la gente local.
  • Los programas exitosos tienen una orientación preventiva de largo término, una misión clara y continua para evolucionar en el tiempo. El objetivo de los programas exitosos subraya  las causas de los problemas, en lugar de sólo proveer un tratamiento para los síntomas, y se dan cuenta de que llegar a esas causas puede tomar muchos años. Ellos saben que lo que están tratando de hacer, y eso no cambia, pero si cambia la forma en que hacen las cosas a manera que descubren mejores maneras, o a como las necesidades y respuestas de los participantes y de la comunidad cambian. Siendo dinámicos, estos programas continuamente logran mejorar y responder a su población meta.

Como Thomas Peters y Robert Waterman señalaron en “In Search of Excellence”, la clave es ser apegado a su misión, pero estar abierto a cómo lograrla. La misión en sí – lo que usted señala para lograr a la larga es no negociable. Como usted lo logra, sin embargo, debería ser flexible y enfocado a la realidad de la situación. Puede cambiar continuamente en respuesta a la nueva información, cambios en la comunidad y las reacciones de la población meta.

  •  Los programas exitosos son manejados por individuos competentes y comprometidos con habilidades claramente identificadas. Schorr identifica algunas de estas habilidades como la voluntad de experimentar y tomar riesgos, tolerar la ambigüedad, buscar evidencia de resultados, ser colaborador y permitir la discreción del personal.

Otras habilidades que deben tomarse en cuenta son aquellas que permiten administrar y asegurar que las cuentas se pagan, que hay un presupuesto razonable el cual no es excedido, que los encargados de los fondos reciben los reportes y cualquier otra información que requieran, y que los problemas del personal son tratados bien con rapidez y justicia. No importa cuán colaboradora y centrada en la comunidad es una organización, alguien tiene que pagar la renta a tiempo.

  • El personal de programas exitosos es entrenado para proveer alta calidad, un servicio con respuesta. Así como la población meta debe ser considerada en contexto, también debe serlo el personal de las organizaciones. Ellos ocupan un clima organizacional que apoye su trabajo y les de premios por continuar su educación y por darle entrenamiento a todos para lograr funcionar a su máximo.
  • Los programas exitosos operan en ambientes que animan a los practicantes a construir relaciones fuertes basadas en la confianza mutua y respeto. Esto significa que en lugar de promover el patrocinio de estructuras personal/cliente características de muchas agencias de servicios de salud y humanidad, los buenos programas reconocen que no hay diferencias humanas entre el personal y los participantes. Cuando un participante regular o uno potencial – o cualquier otro- camina a través de la puerta, se saluda como un amigo e igual, y es tratado similarmente por cualquiera en el programa. Un programa exitoso es acogedor y no tiene distinción de clases.

Junto con los siete atributos de Schorr, se deben agregar otros dos:

  • Los programas exitosos son colaborativos tanto interna como externamente. Colaboración interna se refiere a la inclusión de tanto el personal como participantes en la planificación, implementación y la decisión de cómo hacer el programa. Colaboración externa significa involucrar un rango amplio de agencias, escuelas y cualquiera que tenga alguna conexión a la mano con el asunto. Esto hace que sea más fácil proveer servicios coordinados y articulados, para atacar el asunto desde todos los ángulos.
  • Los programas exitosos y su personal generalmente tienen, tanto institucionalmente como individualmente, un conjunto de relaciones y valores que fortalecen su sentido de un propósito compartido y les da la esperanza de que las decepciones y los problemas se pueden superar.  Estos valores usualmente se manifiestan como una pasión por el trabajo y la justicia social y se traducen a la  relación con los participantes que funcionan como un estímulo de para el desarrollo del personal y otorgamiento de las responsabilidades.

Todos estos nueve atributos pueden aplicar a un programa de cualquier tipo: ¿Cómo logran ayudarlo a escoger una práctica prometedora para lo que usted desea lograr? De hecho, estas características generales son algunas de las prácticas prometedoras a las cuales usted tiene que prestarle atención. Ellos proveen una estructura general para un programa que funciona. Cómo decida usted atacar su asunto en específico debe depender de las necesidades de su comunidad, de con lo que  la comunidad está cómoda  y a lo que responderá, de un proceso planeado de participación, de talentos y habilidades de su personal, etc.

Estos nueve atributos dibujan una imagen de un programa que produce respuestas, que es flexible, igualitario, colaborativo, bien administrado, competente, rico en contenido, con personal de soporte y su desarrollo, y comprometidos con una misión definida a largo plazo. Si usted puede adoptar estas características generales, es probable que su intervención funcione. Para hacer que sea lo mejor posible, es necesario encontrar – o crear o adaptar- las prácticas específicas y/o intervenciones que son correctas para su comunidad.

¿Cómo elige usted la práctica o intervención particular que es adecuada para su comunidad?

Los pasos básicos para elegir una práctica prometedora o intervención.

  • Conducir una valoración basada en la comunidad y el proceso de planificación para estar seguro de que está tratando los asuntos que son más apropiados y de presión para la comunidad.  Si su intención es trabajar, tiene que estar dirigido a asuntos reales que su comunidad necesita tratar.  Un proceso de planeamiento de valoración de las necesidades no sólo le ayudarán a identificar los problemas correctamente, sino también para pensar como atacarlos de la manera más efectiva.
  • Decidir si atacará el asunto directamente, o más bien tratará de cambiar las condiciones que lo hacen posible. Puede ser que trabajando en sus causas sea más exitoso que atacar directamente los problemas; y eso podría significar otro tipo totalmente diferente de intervención.
  • Encontrar (o crear, si es necesario) prácticas o intervenciones que han atacado exitosamente el problema de la manera en que usted quiere atacarlo. Es importante darse cuenta que cada programa exitoso no es exitoso de la manera en la cual usted está interesado. Si usted enfoca el fortalecimiento de su comunidad, por ejemplo, en un programa  autoritario, no importa cuan exitoso sea, no es lo que usted está buscando. Si usted quiere encontrar las causas raíz de las de los problemas, un programa que haga un buen trabajo tratando los síntomas no es bueno para usted. Asegúrese que la práctica o intervención encaja no sólo con sus necesidades inmediatas – reducir la violencia juvenil por ejemplo- pero las asunciones detrás de éstos- incentivar a la comunidad a cambiar las causas raíz de la violencia juvenil y eliminarlas a largo plazo.
  • Determinar que elementos de una intervención prometedoras servirán en su comunidad y cuáles necesitan ser cambiados.  En otras palabras, cambiar la intervención,  o partes de ésta, para que se adapte a las necesidades de su comunidad. No todas las piezas de un programa urbano servirán en un área rural, por ejemplo, donde las realidades de transporte, cuido de los niños, cultura y la vida cotidiana  pueden ser totalmente diferentes. La comunidad y la población objetivo necesitan hacer una práctica o intervención de su propia invención y hacer que funciones para ellos. Si es cierto que no hay dos comunidades exactamente iguales,  debería ser igualmente verdad que las intervenciones que funcionan para ellas no son exactamente iguales, pero pueden tener muchos elementos en común.

Everett Rogers, en su libro Diffusion of Innovations (New York: Free Press, 1995), escribe sobre el concepto “reinvención”. Individuos y organizaciones, cuando adoptan una nueva práctica o idea, usualmente la hacen suya cambiándola – algunas veces ligeramente, otra veces drásticamente- para conocer sus necesidades particulares. Estas innovaciones “reinventadas” trabajan mejor y tienden a ser adoptadas permanentemente a diferencia de aquellas que son aceptadas simplemente como son. Las razones para este éxito descansan tanto en su mejor adaptación a las circunstancias como en el sentido pertenencia que se crea en las personas que lo utilizan al haber cambiado la práctica o idea.

  • Implementar la intervención, haciendo ajustes conforme se avanza. Probablemente ayuda empezar con la expectativa de que tendrá que hacer cambios conforme observa como calzan las prácticas que adoptó o creó y la población objetivo. Esta actitud hará que hacer dichos cambios sea más fáciles y que sean más y más efectivos conforme pasa el tiempo.
  • Evalúe su trabajo y los resultados regularmente, entendiendo que no importa que tan bien funcione cualquier intervención, siempre puede ser mejorada. Es importante examinar su trabajo y los resultados continuamente, ya se formal o informalmente, para así tener más que intuición para decir si sus metas se están logrando o no. Talvez es aún más importante mantener la idea de un programa dinámico en frente suyo, para que entonces, sin importar cuán bien lo esté haciendo, siempre estará dispuesto a tratar algo nuevo si parece ser prometedor.

En el resto de está parte de esta sección, nos concentraremos en encontrar y escoger la práctica o intervención apropiada para su comunidad.

Algunas dificultades encontrando prácticas o intervenciones que puede utilizar

Una posibilidad, por supuesto, es encontrar el mejor programa disponible y simplemente copiarlo en su comunidad. Eso debería ser muy fácil de hacer ¿debería? En realidad, no...no lo es. Copiarlo – réplica es el término que más se utiliza- no siempre funciona bien. Lisbeth Schorr, nuevamente tiene algunas ideas sobre esto:

  • Los programas excelentes usualmente no viajan bien.  Usted puede saber que algunos vinos no pueden venderse lejos de donde se hicieron, porque la agitación que sufren cuando son transportados cambia su personalidad. Intervenciones comunitarias pueden cambiar su personalidad cuando se transportados también.
    • Usted no puede necesariamente tomar algo que funciona  en una comunidad y esperar que funcione de la misma manera en otra comunidad  completamente diferente. Una intervención exitosa depende de las necesidades y peculiaridades de la comunidad. Una intervención exitosa en cualquier lugar puede necesitar, por lo menos, ser reajustada para encajar dentro de una nueva situación y cultura.
    • Incluso cuando una intervención fue tremendamente efectiva, la gente puede que no sea capaz de decirle exactamente que fue lo que hicieron. Algunos programas mantienen registros de casi todo; otros en cambio de casi de nada. Algunos programas están basados en claras bases teóricas y filosóficas; otros simplemente “crecieron” de la intuición de sus fundadores. Entonces puede que usted no sea capaza de replicar el programa de manera exacta, ya que nadie será capaz de decirle “exactamente” que es.
    • Una intervención exitosa – especialmente una que es difícil de describir- puede depender mayormente de los talentos o del entendimiento intuitivo de un individuo o de un grupo pequeño. Algunas veces, un programa no puede ser replicado porque nadie más tiene la dedicación, la sensibilidad o las habilidades personales para reproducirlo.
  • Aunque usted puede replicarlo exactamente, usted no puede esperar que las personas acepten y acojan un programa que es impuesto. Ellos tienen que ser parte de su planeamiento e (cuándo sea posible) implementación para sentir que forman parte de él.
  • Ninguna práctica o intervención que involucra gente- ya sea personal o participantes- es perfecta. Una vez que usted apuesta por el factor humano, todas las apuestas están cerradas: nunca puede saber que sucederá. Entonces, inclusive un gran programa necesitará probablemente cambiar conforme las circunstancias y necesidades (y los mismos individuos) cambian.

Un programa exitoso de alfabetización de adultos se encuentra cambiando continuamente para mantenerse al día con los cambios en la población que está aprendiendo. Debido a factores externos como la economía local, la disponibilidad de drogas en las calles, reformas educativas y de inmigración y una renovación del sistema de cuido-adopción, la mayoría de la población del programa cambia entre las deserciones de adolescentes, adultos desempleados, abusadores de sustancias, personas que hablan un idioma diferente al mayoritario del país y mujeres que fueron víctimas de abuso doméstico. Cada uno de estos grupos requiere diferentes prácticas y un ambiente diferente. Miembros del personal se encuentran constantemente ajustando tanto los métodos educativos y sus maneras de relacionarse con los estudiantes dentro y fuera de los salones de clases.

  • La diferencia entre una intervención exitosa y una no exitosa puede ser sutil. Puede ser tan simple como la manera en que el participante es saludado la primera vez que camina a través de la puerta, o si el espacio le da la bienvenida y es confortable. A menudo, las sutilezas ni siquiera son parte de la intervención en sí (pequeños cambios en el aspecto económico, presión no expresa por parte de trabajadores de asistencia social), así que nadie puede hablarle sobre ellas. La gente simplemente no está enterada de lo que aleja a los participantes o los mantiene regresando varias veces a la semana. Como resultado, replicar un programa exitoso puede ser más complicado de lo que parece, sin importar cuan bien documentado esté el programa y sus prácticas.
  • Si no puede replicar los recursos de una intervención así como sus prácticas, probablemente enfrentará problemas. En los años 80 y 90 en los Estados Unidos, al endurecerse la actitud del congreso y del público hacia las personas con bajos ingresos, los fondos para muchos tipos de intervenciones se vieron disminuidos. A aquellos replicando programas exitosos se les sugirió – y sugiere – hacer las cosas con mucho menos recursos que el programa original, haciendo que el éxito sea imposible incluso con los mejores modelos.

Algunas llaves para triunfar en la replicación

Así como hay dificultades en replicar programas exitosos, también hay algunos factores que ayudarán a replicar el trabajo. Dependen mayoritariamente de características de la intervención original (las primeras seis pertenecen también al trabajo de Lisbeth Schorr):

  • Ideas que son bien desarrolladas a través de la experiencia. Intervenciones que son sólidas, basadas en conceptos demostrados y probados, son aptas para ser exitosas en cualquier lugar.
  • Ideas que pueden ser enseñadas y que pueden inspirar liderazgo local. No sólo las ideas detrás de la intervención deben ser intelectualmente sólidas y prácticas, deben ser lo suficientemente simples para entenderse y lo suficientemente poderosas para convencer a la gente local de adueñarse de ellas y de la intervención.
  • Un sentido de misión, de pertenecer a algo mayor. El programa tiene que tener una visión que trascienda el problema local y de la comunidad, y que conecte a las personas con un bien mayor. Esto lleva de vuelta al sentido de pasión por el trabajo y por la justicia social mencionados  anteriormente. Un programa puede ser  más fácilmente replicado si conecta a las personas con una meta mayor, que ellos vean como algo que cambia el mundo para la mejora.
  • Acceso a las personas que han implementado exitosamente el programa. Cómo se ha enfatizado desde el inicio de esta sección, la mejor manera de conocer sobre un programa es consultar a las personas que lo llevaron a cabo. Ellas pueden darle detalles que nadie más puede, y ayudarle a ajustar las sutilezas y elementos personales que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
  • Consulta prudente y de apoyo. Esta consulta puede venir de colegas en otras organizaciones; de organizaciones de financiadores; de miembros de la comunidad y organizaciones; o de un consultor contratado con experiencia en el campo.
  • Asistencia técnica que reconozca que hay cosas nuevas por descubrir.
  •  Intervención local en el planeamiento inicial para encontrar y escoger e implementar la intervención. Esto le ayudará a desarrollar tanto el sentido de pertenencia como la administración local de la intervención.
  • Los financiadores deben estar conscientes de que tratar de replicar un programa que ha sido exitoso en otro lugar no garantiza el éxito de la noche a la mañana, o del todo. Incluso los mejores modelos necesitan ser adaptados a las condiciones locales y culturas para hacer que funcionen bien y eso puede llevar tiempo. Los financiadores suelen derrotar su propio propósito al mirar los resultados desde el Día 1. Nadie espera que jugadores de la tercera división sean contratados por el equipo campeón del fútbol nacional después de su primer mes de juego: los financiadores no deberían esperar lograr lo máximo sin dar una oportunidad de ajustar y construir.
  • Recursos adecuados – personas, dinero, suministros y tiempo- para lograr sus metas. No muerda más de lo que pueda masticar.

Elementos de replicaciones exitosas de programas efectivos

Cómo hay factores en los programas mismos, también hay elementos en los procesos de replicación que llevan a una replicación exitosa. Algunos elementos de replicaciones exitosas son:

  • Combinan la replicación de la esencia de una intervención exitosa con la adaptación de muchos de sus componentes a una nueva situación o población. Cada programa necesita ser adaptado a su comunidad, a su población objetivo, a las habilidades y preocupaciones de los miembros del personal que lo manejan, etc.
  • Ellos han tenido el respaldo continuo de una organización intermediaria. Puede ser una coalición local, un grupo a nivel local, una agencia particular- algunas entidades que puedan ofrecer experiencia, soporte para reunir gente, que presten legitimidad y fuerza y que conecten la intervención con las redes locales apropiadas.
  • Ellos reconocen la importancia de los sistemas y el contexto institucional. Ellos buscan donde son bienvenidas las intervenciones y donde existe un compromiso verdadero con su éxito. Usualmente eso significa que ellos serán capaces de operar con restricciones y que se sentirán cómodos y parte de una gran entidad.
  • Reconocen la importancia de las personas.  Entienden que los participantes necesitan creer en la importancia de las  intervenciones y su valor, y estar comprometidos a su éxito.
  • Juzgan el éxito por los resultados de individuos  y de la comunidad. Lo que sucede realmente – ya sea que los participantes conozcan sus metas, ya sea que los cambios apropiados tengan lugar en la comunidad- es el estándar por el cual estas intervenciones se consideran efectivas.
  • Se enfrentan, directa o estratégicamente, a los obstáculos a una larga escala de cambio. Las intervenciones exitosas ven más allá del problema inmediato y miran las causas fundamentales. Parte de un programa de prevención de violencia juvenil exitoso, por ejemplo, se enfocaría en cambiar las actitudes de la comunidad hacia la violencia y en la intervención de la familia, así como incrementar la vigilancia comunitaria y un esfuerzo de la ley para disminuir los incidentes.

Para resumir

Escoger una práctica prometedora o intervención para sus propósitos puede que no sea algo muy simple. Lo que funcione en otra comunidad puede que no funcione en la suya, y puede ser difícil determinar cómo una intervención particular funciona. Sin embargo, existen algunos elementos que los buenos programas parecen tener en común:

  • Respuesta
  • Flexibilidad
  • Una filosofía igualitaria
  • Compromiso para colaborar
  • Buena administración
  • Competencia
  • Conciencia del contexto del problema y la población meta
  • Compromiso a largo tiempo para una misión clara

Junto con estas características generales, hay algunos factores que identifican replicas exitosas. Estos incluyen la adaptar el programa a las necesidades locales y a cultura; respaldo de parte de una organización intermediaria; entendimiento de la importancia de la comunidad y el contexto humano en el trabajo; juzgar el éxito por los resultados individuales y de la comunidad; y enfocarse en las causas.

El proceso de elección puede ser difícil, pero no tiene que ser un tiro de suerte: si usted sigue la guía de esta sección, y escucha a las voces en su comunidad y la población objetivo, usted puede ayudar a transformar su comunidad.

Contributor 
Phil Rabinowitz

Recursos en línea

A paper entitled "Best Practices for Comprehensive Tobacco Control Programs " from the Centers for Disease Control.

Best Practices for Human Settlements. UNCHS (Habitat) and the Together Foundation. A catalogue of good and best practices in a number of health, human service, and development areas.

CDC - Youth Violence: Best Practices of Youth Violence Prevention. A downloadable 216-page sourcebook on youth violence prevention from the Centers for Disease Control.

Community Health Advisor from the Robert Wood Johnson Foundation is a helpful online tool with detailed information about evidence-based polices and programs to reduce tobacco use and increase physical activity in communities.

Community Interventions. "School and Community Intervention to Prevent Serious and Violent Offending," an article from the Juvenile Justice Bulletin, Sept., 1999. An evaluation of the effectiveness of eight different types of community youth violence prevention interventions, from the National Criminal Justice Reference Service.

Criteria for Choosing Promising Practices and Community Interventions. UNESCO database on indigenous knowledge.

HHS - Families & Children. Reports on best practices in various areas of service for children and families from the U.S. Dept. of Health and Human Services. This site is a gold mine, because rather than simply referencing programs, it gives a fairly detailed evaluation of best practices in each of several areas of child and family services.

National Civic League's Alliance for National Renewal. Providing resources to communities, including best practices.

Best practices in community health from the U.S. Dept. of Health and Human Services.

Recursos impresos

Monsey, B., Owen,G., Zierman, C., Lambert, L., & Hyman, V., (1995) What Works in Preventing Rural Violence. St. Paul, MN: Amherst H. Wilder Foundation.

Peters, J., & Robert, H., Waterman, Jr. (1982). In Search of Excellence. New York, NY: Harper and Rowe. 

Price, H., Cowen, L., Lorion, P., & Ramos-McKay, J., (eds.) (1988). 14 Ounces of Prevention. Washington, DC: American Psychological Association. 

Rogers, M. (1995). Diffusion of Innovations. New York, NY: Free Press,

Schorr, L. (1997). Common Purpose: Strengthening Families and Neighborhoods to Rebuild America. New York, NY: Anchor Books, Doubleday.